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domingo de resurrección

Dom 9 Abr 2023

Él había de resucitar de entre los muertos

DOMINGO DE PASCUA EN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR Abril 9 de 2023 Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 10, 34a.37-43 Salmo: 118(117),1-2. 15cy16ay17.22-23 (R. 24) Segunda Lectura: Colosenses 3,1-4 o 1Corintios 5, 6b-8 Evangelio: Juan 20,1-9 o Mateo 28,1-10 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor nos abre a un tiempo de gracia de proclamación y de escucha gozosa de la Palabra de Dios, pero también de su predicación porque «este es el tiempo litúrgico privilegiado en el que el homileta puede y debe hacer resonar la fe de la Iglesia sobre lo que representa el corazón de su proclamación: Jesucristo murió por nuestros pecados “según las Escrituras”, y ha resucitado el tercer día “según las Escrituras”» (Directorio Homilético 51). A continuación, ofrecemos algunos temas presentes en las lecturas bíblicas que pueden inspirar tal predicación: en primer lugar, que los que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos (alusión a la asamblea que participa del Sacramento del Altar), somos sus testigos; además, que corresponde una gran alegría de nuestra parte en razón de la celebración de la Resurrección de nuestro Señor, quien es nuestra alegría y nuestro gozo; luego también, que la inmolación de Cristo, nuestra Pascua, requiere un cambio de vida. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La Primera lectura presenta un pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hch 10, 34a. 37-43) en el cual, Pedro confirma la misión a los paganos pero más específicamente da testimonio solemne de Jesucristo crucificado, muerto y resucitado, a la vez que llama la atención sobre el perdón de los pecados que obtienen los que creen en Él; es importante advertir que según este apóstol Dios ha concedido manifestar la resurrección a algunos designados que comieron y bebieron con el Señor Jesús después de resurgir de la muerte. El Salmo responsorial es tomado del Sal 117 en el cual, «con ocasión de una gran solemnidad pública, el salmista entona un himno de acción de gracias por una victoria recientemente obtenida contra los enemigos de Israel […] Desde el punto de vista literario se debe notar el aire antifonal del salmo: una voz recita un verso, y el coro responde con una letanía de frases rimadas en consonancia con la idea principal expuesta por el solista que dirige el coro. Este salmo es el último del grupo aleluyático («Gran Hallel») y rezuma un profundo sentido eucarístico, de acción de gracias» La Segunda lectura, en sus dos opciones, habla del misterio de Cristo vivido en la Iglesia o podemos pensar también sencillamente en la llamada vida en Cristo, que tiene implicaciones serias para cada fiel creyente, como el buscar “los bienes de allá arriba donde está Cristo” (Col 3, 1-4) y como el barrer de la vida la maldad de la corrupción para adherirse a la sinceridad y a la verdad (1 Cor 5, 6b-8). Finalmente, como la capitalidad de la proclamación entera de la liturgia de la Palabra la tiene el santo Evangelio, recordemos que «para la misa del día de Pascua, se propone la lectura del Evangelio de san Juan sobre el hallazgo del sepulcro vacío. También pueden leerse, si se prefiere, los textos de los Evangelios propuestos para la noche Sagrada, o, cuando hay misa vespertina, la narración de Lucas sobre la aparición a los discípulos que iban de camino hacia Emaús. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La Colecta de esta «Misa del día» nos ofrece un tono celebrativo que también interpreta las lecturas de la liturgia de la Palabra con la comprensión de la Iglesia orante, esta dice: «Oh Dios, que, por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos abriste en este día las puertas de la eternidad, concede a todos los que celebramos su gloriosa resurrección que, por la nueva vida que tu Espíritu nos comunica, lleguemos también nosotros a resucitar a la luz de la vida». En efecto, en la Primera lectura Pedro habla de “Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo”, que nos libra del pecado y así nos da nueva vida. Continuando, el Salmo es un canto gozoso por «el día que hizo el Señor», que es «nuestra alegría y nuestro gozo», y esto es verdaderamente celebración de la gloriosa Resurrección. Por otra parte, sobre las opciones para segunda lectura, es importante recordar que es el Señor el que permite que nosotros podamos llegar a “resucitar a la luz de la vida” cotidianamente, porque es su gracia la que nos posibilita el desear las cosas celestiales y el sacar de nuestra vida toda maldad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hablar de la luz de nuestro Señor Resucitado, que nos envuelve en esta celebración pascual, no es utilizar una figura; Él verdaderamente penetra en nuestros corazones y, puesto que irradia con la fuerza divina, dispersa todo aquello de nuestra vida que está en oscuridad. La luz también nos hace pensar en la apertura, porque es propio de la oscuridad la cerrazón. Luego, sobre si hacemos evidente en la vida el encuentro con la luz de Cristo entre las “ceguera presente en la sociedad”, es verdad que nuestros esfuerzos, si bien pequeños, producen un abundante fruto, en este sentido nuestro actuar cristiano es luz del mundo. Pidamos, entonces, al Señor que renueve en cada uno de nosotros su fuerza resucitadora que abre nuestros ojos a la claridad de una vida en justicia y santidad verdaderas. _______________________ Recomendaciones prácticas: • Con las Vísperas termina el Sagrado Triduo Pascual. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos el gran gozo de este bendecido Domingo de la Resurrección «este es el día en que actuó el Señor, la solemnidad de las solemnidades y nuestra Pascua: la Resurrección de nuestro Salvador Jesucristo» . Esta es la alegría que se extenderá a lo largo de todo el año en cada domingo porque en este día santo «la Palabra del Resucitado ilumina nuestra existencia» y «la comunión en el Cuerpo y la Sangre de Cristo quiere hacer también de nuestra vida un sacrificio agradable al Padre» . ¡Qué gran dicha tomar parte en esta santa liturgia! Monición a la Liturgia de la Palabra Escuchemos la Palabra divina, que «se expresa a lo largo de toda la historia de la salvación, y llega a su plenitud en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios». ¡Cristo es la «Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada»! Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos queridos, animados por la Pascua de Cristo que venció la muerte supliquemos llenos de confianza al Padre del Cielo que cuida de todas las criaturas con amor. R. Te rogamos, óyenos. 1. Oremos por la Iglesia santa de Dios: el Padre de la luz, que la santifica como sacramento pascual, le conceda resplandecer en la gracia y en la comunión fraterna. 2. Oremos por los gobernantes: el Padre de todos, que inspira pensamientos de justicia y de paz, conceda los gobernantes de las naciones buscar siempre el bien común, el diálogo y la concordia entre los pueblos. 3. Oremos por los sufrientes: el Padre de todo consuelo, que no abandona la obra de sus manos, conceda cuánto sufren en el cuerpo y en el espíritu encontrar el alivio y la amistad en la ayuda fraterna. 4. Oremos por nosotros: el Padre celestial, que da vida nueva quien cree en Él, conceda a todos nosotros, bautizados, expandir por el mundo el buen perfume del Evangelio. Oración conclusiva Escucha, Padre, la invocación de tus hijos en este día de gozo para la santa Iglesia y concede a todos conocer la fuerza de la gracia liberadora de tu Hijo para poder gustar la gloria de los redimidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.  

Sáb 11 Abr 2020

La voz del Pastor | 12 de abril de 2020

Reflexión del Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Mateo 28,1-10

Dom 21 Abr 2019

Domingo de Resurrección: ¡Cristo está vivo!

A lo largo de todo el año litúrgico nos preparamos para este día. Cada uno de los domingos del año, son el eco del gran Domingo de Resurrección. Es el día en que se ven cumplidas todas las promesas que hizo Jesús en su vida pública y en su predicación, porque ha vencido a la muerte dándonos la salvación y la vida eterna para siempre. Toda la semana hemos acompañado de cerca a Jesús en su pasión y muerte que tienen su culmen en la resurrección, signo del gran amor del Padre, quien ha entregado a su Hijo por la redención de nuestros pecados. Iniciando con la Vigilia Pascual, llegamos al Domingo, el momento más importante de la Semana Santa, que abre el tiempo pascual. "Si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe"(1 Co 15, 14). Durante una semana, que estaremos viviendo como un solo día, recordaremos lo sucedido el domingo. Luego, durante los siguientes 50 días, nos mantendremos en sintonía de resurrección, hasta la fiesta de Pentecostés, para luego seguir conmemorando el resto de domingos del año, esta gran muestra de misericordia de Dios a la humanidad. Por esta razón, la invitación en este día es a participar con alegría de la celebración eucarística y hacer propia esta resurrección en nuestra vida; a salir al encuentro de los hermanos especialmente de los más necesitados y a convertirnos en discípulos misioneros, anunciando al mundo que Cristo está vivo.