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monseñor flavio calle

Mié 22 Jul 2020

“Mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo, reprender y exhortar con paciencia y doctrina”

Precisó el nuevo arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, durante la toma de posesión canónica de su cargo, el 18 de julio. La ceremonia estuvo marcada por un sentimiento de gratitud hacia Dios y con el Papa Francisco por haber sido llamado desde el episcopado a servir como arzobispo de Ibagué. Durante su homilía el prelado agradeció la presencia y cercanía del Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor al hacerse presente en esta ceremonia: “Desde su llegada lo hemos visto muy diligente, muy activo en el cumplimiento de su misión al servicio del pueblo de Dios. Sabemos sus esfuerzos y sacrificios para acompañarnos en estos tiempos de pandemia, superando todas las dificultades y estar presente en ese día tan importancia para la iglesia de Ibagué”. Al hacer memoria de cada uno de los obispos que han pasado por esta Iglesia particular y el legado misionero marcado por ellos, hizo especial reconocimiento a monseñor Flavio Calle Zapata, como obispo emérito de esta Jurisdicción y quien estuvo presente en la ceremonia de posesión, por su entrega y celo pastoral a lo largo de los 16 años que pastoreó esta arquidiócesis. “Gracias por su entrega pastoral en la tarea evangelizadora, misionera, social y Josefina, ha dejado huella imborrable en nuestra querida iglesia particular de Ibagué”. Al dirigirse al clero de la arquidiócesis de Ibagué, les pidió ver en él un hermano, un amigo, un compañero de luchas y de esfuerzos en todas las tareas pastorales que desde allí se realicen. “Espero contar con ustedes de manera incondicional. Hoy nuevamente les pido comprensión por favor, no me exijan la santidad de mis antecesores porque ustedes saben que no la tengo y esto no es humildad, es verdad. Les vuelvo a pedir obediencia sincera y sobre todo lealtad con su obispo que el Señor ha puesto al frente de los destinos de nuestra querida iglesia particular de Ibagué al más indigno del episcopado colombiano”. Su saludo también se hizo extensivo a los religiosos, religiosas, diáconos, seminaristas y laicos delegados de las parroquias de Ibagué, a quienes animó a estar dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Así mismo agradeció la presencia del alcalde de la ciudad doctor Andrés Fabián Hurtado, de las autoridades militares y de policía, pidiéndoles mantener una cercanía fraterna para seguir trabajando por el bien común, el bienestar y la armonía espiritual de los ibaguereños y de los tolimenses. El obispo está llamado a anunciar alegres noticias de salvación y paz a su pueblo El arzobispo pidió del Señor obtener los dones necesarios para responder con responsabilidad, alegría y sin desfallecer a la nueva tarea que se le ha puesto en sus manos “Me corresponde pastorear el rebaño que el Señor ha puesto en mis manos, mirar por él, no a la fuerza sino a buena gana como Dios quiere, no por sórdida ganancia sino con entrega generosa”. Luego tomando el texto del evangelista san Lucas sobre la invitación que hace Jesús a “Remar mar adentro y echar las redes para pescar”, allí donde Simón le respondió: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada, pero en tu palabra echaremos las redes”, al respecto el obispo recuerda que “el Señor nos pide muchas veces acciones sorprendentes, aparentemente irracionales, intrépidas y decididas” por lo que pidió no dudar ni un momento, antes bien repetir las palabras de Pedro: “Señor por tu palabra echaremos las redes”. “Mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo” Al recordar la invitación que en su momento San Juan Pablo II, hizo a los obispos para cumplir con su misión evangelizadora, que consiste en efectuar tres tareas: enseñar, santificar y regir, dijo que estas tres acciones pastorales serán su ruta de trabajo a tiempo y a destiempo y que marcarán, con el apoyo de sus colaboradores, el caminar de esta Iglesia tolimense. “Ahora en todos los rincones de la arquidiócesis, mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo, reprender, exhortar con toda paciencia y doctrina. Aquí, como en otras partes, debo tener claro que soy dispensador, regulador, custodio y promotor de los sacramentos, fundamento importante para la santificación de nuestro pueblo”, afirmó. Finalizó su homilía pidiendo la intercesión de la Virgen María, en la advocación de la Inmaculada Concepción, para que lo cubra con su manto de protección, la de San José, San Miguel Arcángel y los Santos custodios, para que siempre le acompañen en regir los destinos de esta Iglesia Ibaguereña.

Mié 10 Abr 2019

“Las cosas que un jubilado puede hacer, a eso me dedicaré”: Mons. Flavio Calle

Monseñor Flavio Calle Zapata recuerda que han sido momentos muy gratos los vividos como pastor en la Arquidiócesis de Ibagué, donde sucedió a monseñor Juan Francisco Sarasti, de quien asegura haber recogido la herencia pastoral y espiritual dejada por él. En el año 2003, inicia su travesía por esta tierra musical tolimense. Rápidamente imprime en su trabajo un nuevo aliento evangelizador, tratando de responder a la realidad actual que se vivía en este territorio. “Llegué en una época en que había mucha violencia en algunas regiones del Tolima, pero a Dios gracias fue disminuyendo la arremetida del conflicto, hasta el punto que en los últimos años no hemos tenido hechos de aquellos que se vivieron con guerrilla y paramilitarismo. La vida en el Tolima ha sido más bien serena en los últimos años”, aseguró. Afirma que estos 16 años pasaron tan rápido que ni los sintió: “da la sensación como si hubieran sido unos 5 años no más”. Su tiempo ha transcurrido en el desarrollo de una agenda trazada por un plan pastoral, llevando el ritmo de vida de las personas de esta región y sus necesidades propias. Su vocación: La paz Considera que una de sus principales vocaciones ha estado ligada al tema de la paz. Es así como desde sus inicios en esta Jurisdicción impulsó la creación de la Corporación Desarrollo y Paz del Tolima -Toldipaz-, organismo que ha servido como mecanismo para promover el desarrollo y la ejecución de diferentes iniciativas sociales. “Parece que mi vocación está ligada al tema de la paz, la defensa de los flagelados, vulnerables, por ello he trabajado mucho a través de Toldipaz. Allí se le mide el pulso a cómo anda la región en temas de paz, respeto a la vida humana y a los derechos humanos. Desde que llegué hasta la presente he conservado mi tiempo, mi pensamiento y mi dedicación a proyectar desde esta institución y naturalmente a través de todas las dimensiones que asume la pastoral social de la arquidiócesis, que ha sido bastante activa también en la defensa de los DDHH”, afirmó. Se empieza a sentir con fuerza la partida de un ser carismático Cuenta que, si bien un momento culmen de su partida inició con la celebración de sus 50 años de sacerdocio, “este acontecimiento tenía cierto sentido de que la presencia mía ya iba terminando. Sin embargo –continúa- cuando llega la noticia de mi retiro siempre cae como durito en algunas personas, en los sacerdotes, en su corazón sincero manifiestan la gratitud y el vacío”. Reconoce que la misión de un ministro de la Iglesia es la entrega y el servicio a los demás. “Amar, ayudar, escuchar, bendecir y perdonar, a eso nos dedicamos y eso es muy lindo, eso crea una relación muy hermosa con la comunidad (…) Por eso, es natural que al partir haya una sensibilidad con sentimientos de gratitud con Dios, pero también de pesar por la partida”. Sobre el administrador arquidiocesano Afirma que la elección de monseñor Miguel Fernando González Mariño, como administrador arquidiocesano de Ibagué, nombrado recientemente por los miembros del Colegio de Consultores, fue asertiva y tiene grandes ventajas: “Él ha sido obispo auxiliar durante 3 años, entonces conoce muy bien la marcha de esta jurisdicción, el ritmo de la vida social, los fenómenos que aquí se producen, él ya está hecho al contexto que nos envuelve, por lo que estoy seguro no tendrá mucha dificultad en entrar a ejercer como pastor en esta comunidad. Lo hará con carácter de interinidad hasta el día en que el Papa nombre el nuevo arzobispo y se haya posesionado”. ¿Qué viene para monseñor Flavio Calle? “Las cosas que un jubilado puede hacer, a eso me dedicaré”. El prelado reconoce que tendrá que aprender a vivir la nueva vida, distribuirá sus tiempos entre la lectura “voy a leer un poco los clásicos antioqueños a don Tomás Carrasquilla y otros”, la música, compartir con la familia y amigos, desarrollar algunos hobbies que por su labor pastoral no logró cumplir, recoger apuntes y escribir sobre temas que siempre le han apasionado: la espiritualidad cristiana y ayuda en la pedagogía cristiana para las personas. Pero algo que definitivamente tiene claro hacer una vez salga jubilado, es dedicar un buen tiempo de su vida a confesar pues “escuchar y perdonar los pecados, creo que es uno de los ministerios más importantes y muy descuidados en la Iglesia actualmente”. Hay un hobby que disfrutó mucho de joven en el seminario, se trata del arte de la filatelia, manejo de las estampillas. “Voy a revivir lo que tenga para ponerlo en orden también, es un hobby muy lindo, lleva tiempo, muy delicado, muy cultural y muy agradable”. Monseñor Calle Zapata manifiesta que sólo estará en la arquidiócesis el tiempo funcional que convenga, una vez haya realizado el empalme con monseñor Gonzalez Mariño, piensa viajar a Medellín, donde se radicará para disfrutar de la compañía de su familia. Finalmente, recuerda la figura de san José, quien dice lo acompaña desde niño. “En los últimos años se ha acrecentado muchísimo el amor por él, la admiración por él y he sentido su amistad y compañía como si fuera una persona física. Precisamente el Papa Francisco me dio la libertad canónica de retirarme justamente en la fiesta de san José”.