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San Pedro

Mié 20 Jul 2022

Desiderio desideravi: Carta apostólica del Papa sobre la formación litúrgica

En la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Santo Padre Francisco publicó este 29 de junio, la carta apostólica "Desiderio desideravi" sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios. “Una celebración que no evangeliza no es auténtica”, es el mensaje que el papa Francisco quiere enviar con la carta apostólica al Pueblo de Dios, y con la que quiere recordar el sentido profundo de la celebración eucarística surgida del Concilio e invitar a la formación litúrgica. Además, un comunicado del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos recuerda que esta Carta apostólica “es la continuación de la dirigida únicamente a los obispos con motivo de la publicación de la Motu Proprio Traditionis custodes, cuyo objetivo principal es continuar ‘la búsqueda constante de comunión eclesial’ en torno a la expresión única de la lex orandi del Rito Romano que es expresada en los libros de la reforma litúrgica deseada por el Concilio Vaticano II”. Finalmente, el Dicasterio subraya que “el tono del documento no es el de una instrucción o un directorio: es, más bien, un texto de meditación, con una vívida impronta bíblica, patrística y litúrgica, que ofrece muchas motivaciones para comprender la belleza de la verdad de la celebración litúrgica” porque de la liturgia “nace y se fortalece la comunión vivida en la caridad fraterna, que es el primer y más eficaz testimonio del Evangelio”. Comprender la belleza de la Liturgia Desiderio desideravi, no se trata de una nueva instrucción o de un directorio con normas específicas, sino de una meditación para comprender la belleza de la celebración litúrgica y su papel evangelizador, que concluye con un llamamiento: "Abandonemos la controversia para escuchar juntos lo que el Espíritu dice a la Iglesia, guardemos la comunión, sigamos asombrados por la belleza de la liturgia". La fe cristiana, escribe Francisco, es un encuentro con el Jesús vivo, “y la Liturgia nos garantiza la posibilidad de tal encuentro”. “Quisiera que la belleza de la celebración cristiana y de sus necesarias consecuencias en la vida de la Iglesia no se vieran desfiguradas por una comprensión superficial y reductiva de su valor o, peor aún, por su instrumentalización al servicio de alguna visión ideológica, sea cual sea”. "Al Cenáculo no se entra sino por la atracción de su deseo de comer la Pascua con nosotros" Después de haber advertido sobre la "mundanalidad espiritual" y el gnosticismo y el neopelagianismo que la nutren, Francisco explica que "la participación en el sacrificio eucarístico no es nuestra conquista como si pudiéramos jactarnos de ello ante Dios y ante nuestros hermanos" y que "la liturgia no tiene nada que ver con un moralismo ascético: es el don pascual del Señor que, acogido con docilidad, hace nueva nuestra vida. Al Cenáculo no se entra sino por la atracción de su deseo de comer la Pascua con nosotros”. Es necesario redescubrir la belleza de la liturgia, expresa el Papa, pero este redescubrimiento “no es la búsqueda de un esteticismo ritual que se deleita sólo en el cuidado de la formalidad externa de un rito o se conforma con una escrupulosa observancia de la rúbrica. Evidentemente esta afirmación no quiere en modo alguno aprobar la actitud opuesta que confunde la sencillez con la banalidad descuidada, la esencialidad con la superficialidad ignorante, la concreción de la acción ritual con un funcionalismo práctico exasperado”. Cuidar todos los aspectos de la Liturgia El Papa explica que hay que cuidar todos los aspectos de la celebración (espacio, tiempo, gestos, palabras, objetos, ropa, canto, música) y evitar despojar a la asamblea de lo que le corresponde, es decir, “el misterio pascual celebrado en la modalidad ritual que establece la Iglesia. Pero incluso si la calidad y la norma de la acción celebratoria estuvieran garantizadas, esto no sería suficiente para que nuestra participación sea plena”. Detrás de las batallas por el rito, en definitiva, hay diferentes concepciones de la Iglesia. No podemos decir, precisa el Pontífice, reconocer la validez del Concilio y no aceptar la reforma litúrgica nacida de la Sacrosanctum Concilium. La importancia de la formación Es importante, prosigue el Papa, educar en la comprensión de los símbolos, y una forma de hacerlo "es ciertamente cuidar el arte de celebrar", que "no puede reducirse a la mera observancia de una rúbrica y ni siquiera puede pensarse como una creatividad imaginativa, a veces salvaje, sin reglas". El rito es en sí mismo una norma y la norma nunca es un fin en sí mismo, sino siempre al servicio de la realidad suprema que quiere salvaguardar”. El arte de celebrar no se puede aprender "por hacer un curso de oratoria o de técnicas de comunicación persuasiva", se necesita "dedicación diligente a la celebración, dejando que sea la celebración misma la que nos transmita su arte". Francisco lamenta que en muchas comunidades cristianas, su manera de vivir la celebración “está condicionada -para bien y, por desgracia, también para mal- por la forma en que su párroco preside la asamblea” que se ven amplificadas cuando las celebraciones son retransmitidas online. Por último, el Papa concluye la carta pidiendo a "todos los obispos, presbíteros y diáconos, formadores de seminario, profesores de facultades teológicas y escuelas de teología y los catequistas, que ayuden al pueblo santo de Dios a aprovechar lo que siempre fue la fuente primaria de espiritualidad cristiana”, reiterando lo establecido en Traditionis custodes, para que “la Iglesia pueda suscitar, en la variedad de lenguas, una y la misma oración capaz de expresar su unidad”. Fuente: Agencia católica AICA [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar carta apostólica "Desiderio desideravi"[/icon]

Lun 28 Feb 2022

Pautas para vivir y celebrar sinodalmente el ciclo pascual

A propósito del Sínodo 2021-2023 propuesto por el Papa Francisco, la Comisión Central, creada por el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), para animar este evento eclesial, presenta un subsidio que ofrece pautas para vivir y celebrar Sinodalmente el Ciclo Pascual. El texto presentado, se estructura en cuatro etapas: Miércoles de Ceniza: El inicio del itinerario de conversión. Cuaresma: La doble conversión de Pedro y Cornelio. Pascua: La efusión del Espíritu Santo y el bautismo de los gentiles. Pentecostés: La conversión de la Iglesia de Jerusalén. El subsidio ofrece reflexiones escriturísticas, patrísticas, pastorales y guiones litúrgicos para la imposición de la Ceniza, liturgia penitencial, Santo Viacrucis, renovación de las promesas bautismales y renovación del Sacramento de la Confirmación, según cada momento del ciclo pascual. Este material, tiene como objetivo “el continuar animando a las parroquias, comunidades eclesiales, movimientos apostólicos y estructuras diocesanas en su compromiso por la vivencia de la sinodalidad, no como un proyecto aislado y meramente circunstancial, sino como un acontecimiento de gracia, en un proceso de sanación guiado por el Espíritu”. DESCARGAR PAUTAS [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Dom 27 Jun 2021

"¿quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?"

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES Junio 29 de 2021 Primera lectura: Hch 12,1-11 Salmo: Sal 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9 (R. 5b) Segunda lectura: 2Tm 4,6-8.17-18 Evangelio: Mt 16,13-19 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Tres temas se pueden destacar hoy en la Solemnidad de san Pedro y san Pablo: • La Iglesia, obra del Señor, la Iglesia confesante, • La Iglesia martirial, • La Iglesia de la esperanza. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El texto de los Hechos de los Apóstoles nos relata que aquel momento fue de grave crisis para la comunidad cristiana. Tenían problemas con las autoridades religiosas y con las civiles. Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, para agradar a los judíos, empezó a perseguir a la Iglesia y, así, había mandado decapitar a Santiago, encarceló a Pedro y todos temían lo peor. La comunidad "oraba insistentemente a Dios por él". Y, en efecto, el ángel lo liberó de un modo milagroso. El mismo Pedro no se lo acababa de creer: "Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme". La de aquella noche fue una gran experiencia para la comunidad. Lucas dice que era la semana de Pascua: en cierto modo, se repetía el acontecimiento del éxodo liberador del pueblo en Egipto y el de la resurrección de Jesús de entre los muertos. En esta ocasión era Pedro el liberado de la cárcel. En la carta a Timoteo esta vez es Pablo el que está en la cárcel, prisionero en Roma, como un malhechor, sintiéndose abandonado de todos, sin hacerse ilusiones sobre cuál va a ser el final de su prisión, la condena a muerte: "El momento de mi partida es inminente". El que se entregó a Cristo a lo largo de sus trabajos apostólicos, está casi deseando unirse a él con la ofrenda de su propia vida, imitando su sacrificio pascual. Mirando hacia atrás, puede sentirse satisfecho de la labor realizada: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe". Lo que no le abandona es la confianza en Dios: "Me aguarda la corona merecida: el Señor me ayudó y me dio fuerzas; el Señor seguirá librándome de todo mal". En el evangelio a la pregunta de Jesús "¿quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?", responde impetuoso, como siempre, Pedro, en nombre de los demás. Y recibe por ello no sólo la alabanza de Jesús, sino lo que podríamos llamar "la investidura" en el papel de responsable de la comunidad: le llama Pedro, Piedra (Cefas), y le encomienda las llaves del Reino. Al "tú eres el Mesías" le sigue el "tú eres Pedro". En otras ocasiones le encomendará ser el pastor de la comunidad, o pescador de hombres. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Celebramos hoy, unidos en un entrañable recuerdo, la fiesta de estos dos grandes apóstoles, Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia y testigos -cada uno desde su personalidad propia- de la fe y del amor a Cristo. Pedro era pescador, de Betsaida. Pablo, un judío de Tarso, en la actual Turquía, de la tribu de Benjamín, de formación farisea. Ambos fueron llamados por Cristo Jesús: el uno, junto al lago de Genesaret; el otro, en el camino de Damasco, donde iba para perseguir a los cristianos. Ambos respondieron con prontitud y se convirtieron o murieron juntos. Pedro fue mártir en el circo de la colina del Vaticano, en tiempos de Nerón. Pablo, poco más tarde, en la vía Ostiense, camino del mar. El primero, según una tradición muy antigua, crucificado cabeza abajo, porque no se sentía digno de morir como su Señor y Maestro. El segundo, decapitado. Cada uno de ellos tiene una basílica dedicada en el lugar de su martirio, -en el Vaticano y en la vía Ostiense-, basílicas levantadas en el siglo IV por Constantino, apenas iniciada la era de paz para la Iglesia. La fiesta de hoy nos estimula, ante todo, a aumentar nuestra conciencia de Iglesia y, en concreto, de "Iglesia apostólica". El fundamento de nuestra fe es siempre Cristo Jesús; pero él mismo quiso que Pedro y los demás apóstoles fueran los fundamentos visibles, puntos de referencia de la unidad, de la fe, de la caridad. Como ahora lo sigue siendo el Papa al frente del colegio episcopal, que preside la comunidad desde la caridad y merece nuestro respeto y nuestra aceptación, porque Cristo ha querido una comunidad eclesial apostólica, basada en el ministerio de los apóstoles y sus sucesores. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Pedro y Pablo nos enseñan a superar con valentía las dificultades que podamos encontrar en nuestro camino. En nuestra vida de cristianos y de testigos de Cristo, seguro que habrá días nublados, de abatimiento y de ansia. El salmo responsorial lo podemos aplicar a tantos momentos de nuestra historia, eclesial y personal. "El ángel del Señor librará a los que temen a Dios". Como dice con gozosa confianza el salmista: "Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias". Pedro lo experimentó en la noche de la cárcel, en un momento crítico para toda la comunidad. Pablo sintió la ayuda de Dios a lo largo de sus muchas peripecias apostólicas, cuando también él sentía dudas y miedos, y tenía que saltar por encima de obstáculos que parecían insalvables. La Iglesia lo ha podido constatar a lo largo de dos mil años de existencia. Ojalá cada uno de nosotros, que seguramente sabe lo que es pasar por momentos de crisis y angustia, pueda experimentar, al recurrir a Dios, cómo nos alcanza su ayuda y su fuerza salvadora: "Y lo salva de sus angustias: me libró de todas mis ansias". II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos hoy la solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ellos fueron columnas de la Iglesia y heraldos del Evangelio. Hoy recordamos especialmente también al Papa, Obispo de Roma y sucesor de San Pedro y pedimos al Señor que siga velando por su Iglesia. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la Palabra nos muestra hoy que la fidelidad de los apóstoles Pedro y Pablo a su misión les llevó a la cárcel, a la persecución y finalmente al martirio. Ellos han recorrido el mismo camino de amor y dolor que el Señor. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Animados por la fe y por la caridad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, presentemos a Dios Padre nuestras súplicas. Respondamos a cada una diciendo: R. Aumenta, Señor, nuestra fe 1. Para que el Santo Padre, el Papa Francisco, gobierne, con la sabiduría del Espíritu y la firmeza de la fe apostólica, a la Iglesia del Dios vivo. Roguemos al Señor. 2. Para que Dios, que envió́ a Pablo a anunciar el mensaje de salvación a todos los pueblos, envíe hoy también sacerdotes que proclamen el Evangelio en nuestra diócesis y en todo el mundo. Roguemos al Señor. 3. Para que los responsables del gobierno de las naciones, como servidores de Dios, procuren siempre la justicia y el bien de los ciudadanos. Roguemos al Señor. 4. Para que los que sufren persecuciones y están encarcelados a causa de su fe obtengan su libertad por la oración perseverante de la Iglesia. Roguemos al Señor. 5. Para que quienes nos encontramos reunidos hoy aquí́ perseveremos firmemente cimentados en la doctrina apostólica y en la integridad de la fe y anunciemos a Cristo al mundo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Señor Dios nuestro, por la intercesión de San Pedro y San Pablo, recibe las súplicas que te hemos presentado con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Jue 6 Mayo 2021

Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida

SEXTO DOMINGO DE PASCUA Mayo 9 de 2021 Primera Lectura: Hch 10,25-26.34-35.44-48 Salmo: 98(97),1.2-3ab.3cd-4 (R. cf. 2b) Segunda Lectura: 1Jn 4,7-10 Evangelio: Jn 15,9-17 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Sexto domingo de la Pascua nos pone en camino de contemplación de una promesa: el don del Espíritu. Pero este anuncio del Espíritu, que se derrama sobre todos, continúa fortaleciendo el trabajo de la comunidad en el amor y este amor nace de la experiencia que se tiene de un amor total de donación y entrega en Jesucristo. En el itinerario pascual, las lecturas de este domingo nos mueven a una nueva dimensión del amor en la medida del agapé, es decir, del amor extremo que no conoce reservas ni se mide en darse. Esa es la verdadera comprensión de las consecuencias de ser pascualizados en el Bautismo: nos configuramos en el misterio pascual de Cristo en un amor en la dimensión de la cruz. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Para este sexto domingo, las lecturas van llevando un hilo conductor que se marca en el tema del amor, que supera límites de raza y por eso establece una manera de ser cristiano que supera el reduccionismo de la religiosidad natural para entrar en la dimensión de la fe pascual, que da sentido y marca horizonte a la vida cristiana. Primera lectura (Hechos 10): El discurso misional de Pedro en la Casa de Cornelio es un claro intento de la comunidad cristiana de los Hechos de los Apóstoles por comprender que el favor de Dios no se circunscribe a los límites geográficos, étnicos o religiosos, sino que supera las fronteras y fruto del don del Espíritu se crea una nueva fraternidad universal que nace de la experiencia pascual. Salmo responsorial: En realidad este salmo marca el mensaje que puede conducir toda liturgia de la Palabra, porque “El Señor revela a las naciones su salvación” y en este sentido, salvación y actuación histórica de Dios con su pueblo se van identificando. Cantar las alabanzas del Señor es cantar cómo Dios está salvando en la historia concreta la vida de los hombres. Segunda lectura: La lectura continuada de la Primera carta de Juan llega a hora su clímax con la identificación de Dios como amor, estableciendo así una nueva formación en el amor fraterno para la comunidad. La primacía de todo es el amor de Dios y a partir de este espejo se genera la necesidad del amor fraterno. Evangelio (Jn 15): Como consecuencia de la alegoría de la vid y los sarmientos, se desarrolla ahora el tema del permanecer en el amor y ello genera una nueva dimensión en la comunidad de fe, porque los lazos de la fraternidad se fundamentan en la entrega de Cristo. Conocer es entrar en intimidad y por eso conocer y creer se identifican en la teología joánica, de ahí que ser comunidad implica permanecer unidos entre sí, solo sí cada uno permanece íntimamente unido a Cristo. Este es el verdadero amor fraterno. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Itinerario pascual, no olvida que forma todo un ciclo con la Cuaresma. Desde el comienzo de la Cuaresma hubo dos ideas que se fueron fortaleciendo (conversión y bautismo), por eso la pascua no puede bajar la guardia en recordar que la verdadera conversión es un camino de amor que nace en el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. La Patria ha pasado por momentos históricos fuertes de polarización e intereses mezquinos y quizás ha faltado levantar la voz profética para iluminar esas realidades concretas, pero la fe y el testimonio de creyentes concretos pueden cambiar el horizonte. La pregunta fundamental en este domingo es si de verdad hemos experimentado un amor tan grande que nos haga proyectarlo a los demás, si nos hemos sentido amados por Dios para poder vivir el amor fraterno auténtico. El qué me dice y qué nos dice la Palabra nos debe llevar a una introspección del acontecimiento salvador para que llenos de Dios podamos comunicarlo con acciones concretas y no solo con Palabras. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo, la Palabra nos conduce a la oración eucarística para buscar en el altar la razón de ser del amor y valdría la pena recordar aquí en oración las palabras del prefacio VIII dominical: EN verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la fuerza del Espíritu, a los hijos dispersos por el pecado; de este modo tu Iglesia, unificada por virtud y a imagen de la Trinidad, aparece ante el mundo como cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, para alabanza de tu infinita sabiduría. Para contemplar podría tomarse como síntesis el mensaje del Evangelio “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” y repetirlo hasta hacerlo parte del pensamiento diario. No puede olvidarse que la Palabra conduce a la acción y como reflejo de esta palabra debe aparecer un claro deseo de renovar, en primer lugar, el propio ministerio como un don para donarse, pero como consecuencia de ello debe invitarse a la comunidad para sumir en serio el mensaje pascual de la comunidad en el amor: acciones concretas de caridad como la visita a los enfermos y ancianos, expresiones de cercanía con los habitantes de calle, etc. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este domingo en el que celebramos el día de la madre y somos convocados por el Señor para participar en este banquete eucarístico, celebremos el amor que Dios nos ha manifestado en Cristo y participemos como hermanos en esta eucarística, que es una muestra más del amor que Dios nos sigue teniendo a lo largo de la historia. Participemos con fe y esperanza. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios es siempre una buena noticia, porque nos recuerda que el amor de Dios nos hace capaces y nos fortalece para llevar una vida cristiana auténtica en la caridad y en la fraternidad, que anima a no perderse ni un día de la buena noticia. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios es amor y en él no hay engaño, por eso presentemos nuestras súplicas, seguros de que serán escuchadas. Digamos con fe: R. Tu amor nos haga ser hermanos 1. Por la Iglesia, que, unificada en virtud de la Trinidad, se esfuerce todos los días por llevar, con fuerza y esperanza, el amor de Dios a los hombres y, así, así se renueve siempre en su misión por la acción del Espíritu Santo. Te rogamos, óyenos. 2. Por los pueblos de la tierra que luchan por el desarrollo y el bienestar, para que los gobernantes descubran su tarea desde la misión que Dios les entrega para administrar en función del servicio y la entrega generosa a sus gentes. Te rogamos, óyenos. 3. Por las madres de familia que desempeñan su misión en medio de luchas y fatigas, para que fortalecidas en el Señor, su entrega abnegada deje ver el amor de Dios a sus hijos y sean bendecidas con la protección de Dios. Te rogamos, óyenos. 4. Por los enfermos, los abatidos y los tristes que reclaman una presencia solidaria, para que, los seres humanos experimentemos con mayor fuerza la vocación fraterna del amor y no abandonemos nunca la obra de Dios. Te rogamos, óyenos. 5. Por nosotros aquí reunidos en esta eucaristía que es la celebración del amor, para que, no olvidemos que celebrar nos compromete y nos lanza a la misión universal para ser hermanos, sin discriminación y acogiendo a los más desfavorecidos. Te rogamos, óyenos. Oración conclusiva Experimentado tu amor y tu misericordia, Padre Santo, te presentamos las oraciones de tu iglesia unida en la fe. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén

Jue 25 Jun 2020

«Tú eres Pedro y sobre esta piedra yo edificaré mi Iglesia»

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES Primera lectura: Hch 12,1-11 Salmo: 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9 Segunda lectura: 2Tm 4,6-8.17-18 Evangelio: Mt 16,13-19 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • La Iglesia la conformamos quienes, en comunión con el apóstol Pedro, por medio del bautismo, confesamos nuestra fe en Jesús como el Cristo, como el enviado del Padre, como el Ungido; • De esta manera nos convertimos en discípulos que vamos caminando peregrinos en esta tierra procurando, con el auxilio de la gracia de Dios, dar testimonio con nuestras palabras y obras de la buena noticia del Evangelio. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Jesús conversa con sus discípulos en la región de Cesárea de Filipo, no lejos de las fuentes del Jordán. Este episodio ocupa un lugar importante en el evangelio de Mateo. Es probable que el autor sagrado no quiera que sus lectores confundan las iglesias que van naciendo desde la experiencia vivida junto a Jesús con las sinagogas o comunidades judías donde hay toda clase de opiniones sobre él. Es importante aclarar quién está en el centro de la Iglesia. Jesús se lo pregunta directamente a sus discípulos: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?»., Pedro responde en nombre de todos: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Pedro intuye que Jesús no es solo el Mesías esperado. Es el “Hijo de Dios vivo”. El Dios de la vida. Pedro, que siempre estuvo cerca de Jesús, llega a captar su misterio en las palabras y gestos que esparcen por doquier salud, perdón y vida nueva. Jesús le responde felicitándolo: «¡Bienaventurado tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos”. Ninguno de nosotros, seres humanos “de carne y hueso”, podemos despertar por sí mismo la fe en Jesús, porque esas cosas sólo las revela el Padre a los sencillos, no a los sabios y entendidos; como sabemos, Pedro pertenece a esa categoría de seguidores sencillos de Jesús que viven con el corazón abierto al Padre. A continuación, Jesús hace una promesa solemne: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra yo edificaré mi Iglesia». Es Jesús quien la edifica. Es Jesús quien nos convoca a que seamos sus seguidores y nos reúne en torno de su persona. La Iglesia es de Jesús y nace de él. Pero Jesús no construye sobre arena, por eso Pedro será la roca en esta Iglesia, no porque tenga solidez ni firmeza en su temperamento, pues, aunque es honesto y apasionado, también es inconstante y contradictorio. Su única fuerza es la que proviene de su fe sencilla en Jesús. La Iglesia es solo de Jesús y solo él ocupa el centro. Solo Jesús la edifica con su Espíritu. Pedro nos hace la invitación para que vivamos abiertos a la revelación del Padre, a que no olvidemos a Jesús y a que centremos su Iglesia en la verdadera fe. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús confió en Pedro y en Pablo para que fueran los pilares de la Iglesia que iba a construir y les confió el don de la fe, a pesar de sus conocidas debilidades: Pedro negó a Cristo y Pablo perseguía a sus discípulos, pero con su fe fortalecida dedicaron toda su vida a difundir el evangelio a todo el mundo. Hoy le pedimos a Jesús que como a Pedro y a Pablo, siga transformando nuestra fragilidad, para consagrarnos para Él y para la Iglesia y para los más pequeños y sencillos de su Reino. Entregando nuestras vidas en sus manos para que Él vaya haciendo su obra en nosotros y podamos dar testimonio de nuestra fe. Jesús siempre elige a las personas sencillas, como eligió a Pedro, y lo capacitó para la misión. Así también Jesús confía en nuestro pobre barro y nos anima y nos sostiene cada día para que, como creyentes, bautizados y/o consagrados llevemos su mensaje de salvación hasta el confín de la tierra. Esta es una ocasión propicia para confirmar nuestra fe en Cristo y nuestra comunión con el sucesor de Pedro, el Santo Padre, el Papa Francisco, que tiene la misión, como pastor de la Iglesia Universal, de confirmarnos en la fe y en la caridad. Al mismo tiempo, de impulsar la misión de la Iglesia que, siguiendo el testimonio de San Pablo, busca incansablemente anunciar y dar testimonio del Evangelio, que es la buena nueva de la vida y de la salvación. Podríamos preguntarnos en este momento: ¿me siento un miembro vivo de la Iglesia que aporta con sus palabras y obras a la misión evangelizadora? ¿Me uno espiritualmente en mis oraciones e intenciones al Santo Padre, los Obispos, sacerdotes, religiosos y quienes tienen la responsabilidad de pastorear el rebaño del Señor para confirmarlo en la fe? Resuenan todavía las palabras del Papa Francisco al agradecer nuestra acogida por su visita a nuestro país: “Con mi visita he querido bendecir el esfuerzo de este pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio, que es una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia. El testimonio de este pueblo es una riqueza para toda la Iglesia”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Es el momento en este camino de dejarnos conducir por este deseo de Dios comenzando por expresarle nuestra gratitud y nuestra firme voluntad de adherirnos a Él, de confirmar nuestra fe en Él, pero no podemos hacerlo solos, Jesús declaró a Pedro bienaventurado porque su confesión no fue obra de la carne sino revelación de Dios, pidamos al Señor su gracia para que esta Palabra que hemos meditado nos permita adherirnos más plenamente a Él y nos permita fortalecer nuestra identidad de discípulos misioneros. Jesús le dijo a Pedro: “Te daré las llaves del reino de los cielos”. Hoy Jesús también me dice a mí:” A ti te entrego las llaves”. En mis manos pone su mensaje, sus ilusiones, su confianza, y las Palabras del Padre. Me hace portador de sus esperanzas y proyectos. Jesús hoy sigue llamando y pide una respuesta: Y tú, ¿tú, quien dices que soy yo? Esta respuesta cuestiona toda nuestra vida: pensamientos, sentimientos, valores, planes, actuaciones, conducta, familia, comunidad cristiana. Que Dios siga renovando el don de la fe en todos los que estamos en camino, dando a conocer su mensaje, para que seamos la Iglesia de Pedro, firme en la fe, unida al Cuerpo de Cristo y también para que seamos la Iglesia de Pablo, dinámica, sin fronteras, inquieta… para que Cristo sea conocido y acogido por todos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Estamos celebrando hoy la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. La confesión de fe de Pedro, invita a cuestionar nuestra adhesión a la persona de Jesús como Mesías y a que intentemos definir cuál es la misión de nuestra Iglesia. Festejemos con alegría el ser cristianos católicos reconociendo que en nuestra historia hubo cristianos valientes que, como Pedro y Pablo, entregaron su vida por completo para llevar por todo el mundo el Evangelio, la Buena Nueva de Cristo que murió y resucitó. Participemos activamente. Monición a la Liturgia de la Palabra Dejémonos iluminar por la Palabra de Dios que se nos proclama en este día, prestando especial atención al modo de conducirse Pedro y a las palabras que Jesús le dirige. Y, así, poder confirmar nuestra identidad de discípulos Misioneros y, asistidos por la gracia, convertirnos en testigos del Evangelio con nuestras palabras y obras. Escuchemos atentamente. Oración Universal o de los Fieles Presidente: En el gozo de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, imploremos a Dios Padre la misericordia divina para la Iglesia, edificada sobre la roca de Pedro, y la conversión para el mundo entero, iluminado por la predicación de Pablo. Digamos con fe: R. Dios de amor escúchanos 1. Para que el Santo Padre, el Papa Francisco, gobierne a la Iglesia del Dios vivo, con la sabiduría del Espíritu y la firmeza de la fe apostólica. Roguemos al Señor. 2. Para que Dios, que envió a Pablo a anunciar el mensaje de salvación a todos los pueblos, envíe hoy también sacerdotes y misioneros que proclamen el Evangelio en todo el mundo. Roguemos al Señor. 3. Para que los responsables del gobierno de las naciones, como servidores de Dios, procuren siempre la justicia y el bien de los ciudadanos. Roguemos al Señor. 4. Para que los que sufren persecuciones y están encarcelados a causa de su fe obtengan su libertad por la oración perseverante de la Iglesia. Roguemos al Señor. 5. Para que quienes nos encontramos reunidos hoy aquí perseveremos firmemente cimentados en la doctrina apostólica y en la integridad de la fe, y anunciemos a Cristo al mundo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Escucha, Señor, las oraciones, que esta comunidad te ha dirigido con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Mié 21 Jun 2017

Descarga vigilia para celebrar Solemnidad de san Pedro y san Pablo

En el marco de la celebración de la solemnidad de san Pedro y san Pablo se pone a disposición de todos los fieles la Vigilia de preparación para la visita del papa Francisco a nuestro país. Este insumo, que ha sido preparado por el Comité Teológico Pastoral de la Visita del papa Francisco, quiere brindar a los fieles un momento de oración para que la comunidad se reúna y medite en torno a las figuras de san Pedro y san Pablo y la invitación que nos hacen para ser animadores de la Buena Noticia. El documento ofrece cinco momentos y está disponible para su descarga en formato cartilla y documento. La vigilia se puede realizar el mismo día de la solemnidad o en una fecha cercana. La Solemnidad de san Pedro y san Pablo se celebra el 29 de junio. [icon class='fa fa-download' link='']DESCARGA LA VIGILIAI DESCARGAR FOLLETO[/icon]

Lun 27 Jun 2016

Descarga insumos para la solemnidad de san Pedro y san Pablo

Con motivo de la celebración de la solemnidad de san Pedro y san Pablo, el próximo 29 de junio y la realización de la tradicional Jornada del Óbolo de San Pedro, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición de los fieles un paquete de insumos que busca animar estas fechas importantes para la Iglesia. De este paquete se puede descargar la Eucaristía por la solemnidad de san Pedro y san Pablo, la Vigilia por la solemnidad de san Pedro y san Pablo 2016 y la cartilla del Óbolo dirigida a niños y adultos. [icon class='fa fa-external-link' link='']DESCARGA INSUMOS:[1] [2][/icon]