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Adviento

Jue 20 Dic 2018

Dispongámonos para celebrar el nacimiento del Señor

Los signos de la preparación al nacimiento de Jesús que aparecen en la palabra de Dios y que iluminan este cuarto domingo de adviento, • disponen la vida del creyente a celebrar una vez más, con gozo, el nacimiento del salvador del mundo, quién, en la humildad y sencillez de un pesebre, • nos recuerda la grandeza de la salvación universal que Dios envía al mundo. Entre el anuncio del nacimiento de una luz, hecha por el profeta Miqueas, la comprensión del sacrificio en el nuevo testamento de la carta a los Hebreos y el protagonismo de dos mujeres, María e Isabel; • la palabra de Dios será la guía que lleva a la comunidad a disponer la vida y el corazón al nacimiento de Jesús. Primera lectura: Miqueas 5,1-4a Salmo: 80(79),2ac+3b.15-16.18-19 (R. cf. 4b) Segunda lectura: Hebreos 10,5-10 Evangelio: Lucas 1,39-45

Jue 20 Dic 2018

La madre de Jesús también es nuestra madre

Llega el Señor Jesús. Está a la puerta. Navidad que nos recuerda que Jesús está en medio de nosotros gracias al sí amoroso de la Virgen María. Qué hermosas las palabras de Isabel, que llenas del Espíritu Santo la llama: ¡Bendita entre las mujeres! Con un amor desbordante se pregunta: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? El cristiano debe preguntarse: Qué hace que María venga a nuestra vida. Sentir esa visita amorosa de María Santísima. Jesús no es huérfano, tiene mamá y su madre es también nuestra. Tareas: Toma consciencia del amor de Jesús y de María visitándolo en el pesebre y en una capilla de adoración. Reza el rosario contemplando los misterios gozosos. Repite constantemente: ¡Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad!

Vie 14 Dic 2018

Con alegría esperamos al Salvador

La alegría atraviesa el mensaje de la palabra que ilumina este camino a la celebración de la natividad de Jesús, una expresión que tiene tres niveles Pero, esa alegría se va a expresar en tres niveles distintos: El primero, lo reseñará Sofonías en la exaltación realizada a la hija de Sion, alegoría presente en los evangelios, en la figura de María, la madre del Salvador. El segundo nivel, será el propuesto por el salmista, que invita a la asamblea a exaltar de Júbilo al reconocer la presencia del Santo de Israel. El tercero, va a estar representado en la carta a los Filipenses en donde Pablo, invita a la comunidad a permanecer vivos y alegres en el Señor; de esta manera la liturgia nos va a invitar a gozarnos en el Señor en la actitud permanente de la conversión, como lo encontraremos en el relato del evangelio de Lucas. Primera lectura: Sofonías 3,14-18a Salmo: Isaías 12,2-3.4bcd.5-6 (R. cf. 6) Segunda lectura: Filipenses 4,4-7 Evangelio: Lucas 3,10-18

Jue 13 Dic 2018

Dios está en medio de ti y del pueblo

Hay un motivo concreto para no temer ni desfallecer y es que Dios está en medio de ti y en medio del pueblo. Todo ello se manifiesta en alegría, gozo y en júbilo, pero también en dos realidades concretas: conversión del corazón y en obras concretas de caridad. Esas dos respuestas son el resultado de la pregunta: ¿Qué tengo que hacer? Vive el reino: conversión y obras de caridad. Tareas: Vive con gozo y alegría los nueve días de la novena. Muestra tu conversión con una obra de caridad, especialmente con los más vulnerables. Comparte con alegría el gozo de saber que Dios vive en medio de ti y en nuestro pueblo.

Vie 7 Dic 2018

Preparemos el camino para la llegada del Mesías

Las lecturas de la Sagrada Escritura en este domingo segundo de Adviento nos trasmiten: Un pregón o anuncio de la llegada del Mesías. Una invitación a prepararle el camino y allanar sus senderos. Un modelo de espera en la figura de Juan, el Bautista Primera lectura: Baruc 5,1-9 Salmo: 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6 Segunda lectura: Filipenses 1,4-6.8-11 Evangelio: Lucas 3,1-6 1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Podemos partir del pasaje evangélico que ubica en la línea de la historia de la salvación el más grande acontecimiento: el nacimiento del Mesías. Juan Bautista se presenta como instrumento de Dios para el cumplimiento de la promesa divina con una vocación profética específica: “preparar los caminos del Señor” para que “toda carne vea la salvación de Dios”. Esta misión, a partir de la citación de Isaías, es descrita como hacer que lo escabroso se allane, que lo hondo se alce, que lo torcido se enderece, para que el Señor encuentre un camino llano, fácil, recto. El texto de Baruc acude a la misma imagen, pero aplicándola al pueblo de Israel que, con la conducción del Señor, podrá volver a su tierra, reunirse y caminar seguro, protegido, confiado en la acción misericordiosa de Dios. El bien conocido salmo 125 celebra justamente este retorno de Israel a la tierra prometida con tonos de alegría, de cánticos, de contemplación de la acción maravillosa de Dios. La carta de San Pablo a los Filipenses puede leerse también como una celebración de la acción de Dios en la vida de la comunidad. Al mismo tiempo es una invitación a la confianza, a la perseverancia, a la cooperación en la tarea misionera, al crecimiento permanente en el amor mutuo; todo para llegar al día de Cristo, su segunda venida, limpios, irreprochables y cargados de frutos de justicia.

Jue 6 Dic 2018

Preparemos el camino del Señor

Existen muchas formas de preparar el camino del Señor, por ejemplo: la conversión, el bautismo, la oración alegre y viviendo la auténtica alegría cristiana. Quitemos del corazón el luto y la aflicción que comprimen al ser humano porque el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres: Tareas: Revisa qué quita la alegría de tu corazón. Reafirmate en el motivo de la alegría: Dios está contigo. Pregúntate cómo estás preparando el camino del Señor. ¿Ya hiciste el pesebre en tu casa? ¿Tu oración cómo va? ¿Ya preparaste la confesión de este tiempo?

Vie 30 Nov 2018

En Adviento y Navidad despiertos y vigilantes

Llegan días de amor, de gozo, de alegría y el motivo es que Dios cumplió su promesa. Si perdemos de vista este objetivo caeremos en errores, en libertinaje, en borracheras y en preocupaciones tontas de la vida. Este tiempo hay que vivirlo bien de forma que agrademos a Dios, es decir: despiertos y vigilantes. Tareas: Haga la corona de Adviento. Cada domingo, en familia, haga la oración de la corona de Adviento. Haga el firme propósito de vivir el Adviento y la Navidad lejos del libertinaje, borrachera y preocupaciones inútiles. Vívalo en familia, en gozo y alegría.

Mié 28 Nov 2018

El Mesías nos traerá la justicia y la libertad

La liturgia de la Palabra en este primer domingo de Adviento nos introduce en la dinámica de la espera del Salvador. Los pasajes de la Escritura nos aseguran que el Mesías nos traerá la justicia y la libertad; y al mismo tiempo nos indican las actitudes con las que debemos esperar y acoger al Señor que viene. Primera lectura: Jeremías 33,14-16 Salmo: 25(24),4-5ab.8-9.10+14 (R. cf. 130[129],5) Segunda lectura: 1Tesalonicenses 3,12 - 4,2 Evangelio: Lucas 21,25-28.34-36 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías, en el breve oráculo que hemos escuchado, recoge la esperanza que el pueblo de Israel mantuvo a través de los siglos: ¡vendrá un Salvador, el Mesías, el Señor! Esta promesa hallará cumplimiento con la encarnación del Hijo de Dios; ésta es su primera venida. En el pasaje de San Pablo a los Tesalonicenses la perspectiva se amplía a la segunda venida del Señor. El tono del apóstol es exhortativo; invita a los fieles a “presentarse” santos e irreprochables ante Dios cuando vuelva Jesucristo. La idea central del texto es la necesidad de esforzarse permanentemente por agradar a Dios en todo, mientras se espera el encuentro definitivo con él. El Evangelio nos anuncia, con símbolos y señales propios del género apocalíptico, el momento de la llegada del Señor. Si bien en un primer momento aparecen como señales terroríficas, ellas son indicación de la conmoción de todo lo creado frente a la presencia inminente e inmediata del Señor, que, para los cristianos, es señal inequívoca del momento esperado: “¡levántense, alcen la cabeza, se acerca su liberación!”. La condición para acoger esta acción salvífica en plenitud es “tener cuidado” o “mantenerse despiertos”.