Celebrar Semana Santa es hacer una verdadera profesión de fe frente a Jesús crucificado. Es hacer una aceptación personal de Jesús en el corazón y acogerlo. Este es el acto más grandioso de Dios.
La obediencia es un valor o cualidad que no se recibe automáticamente, hay que aprenderlo. El valor refleja la aceptación, el compromiso frente a la realidad histórica.
El que obra perversamente detesta la luz y prefiere las tinieblas. Las obras tienen un efecto en las personas y la sociedad. Dediquemos nuestro tiempo a hacer buenas obras, para eso nos creo Dios.
En la vida nos encontramos con situaciones que esclavizan, de exigencia dura, de dolor y sufrimiento que pareciera que todo va de mal en peor. En medio de esas realidades tenemos que recordar que Jesús resucitó.
Primera lectura: Gn 22,1-2.9a.10-13.15-18
Salmo Sal 116(115),10+15.16-17.18-19 (R. Cfr. 9)
Segunda lectura: Rm 8,31b-35a
Evangelio: Mc 9,2-10
Introducción