Los discípulos tenían miedo y estaban con la puerta cerrada. Jesús se aparece e invita a superar el miedo. También nosotros tenemos muchos miedos y vivimos con las puertas cerradas.
La resurrección es una noticia única en la historia porque cambió todo y nos llenó la vida de paz y alegría. Ya no es un recuerdo, usted y yo, como bautizados, tenemos que vivir como resucitados.
Tareas:
Lecturas:
1ª lectura: Gn 1,1 - 2,2 (forma larga) o Gn 1,1. 26-31a (forma breve)
Sal 104(103), 1-2a.5-6.10+12.13-14ab.24+35c (R. Cfr. 30) o Sal 33(32),4-5.6-7.12-13.20+22 (R. 5a).
Como lo hizo el Espíritu Santo el día de Pentecostés, permitamos también hoy que la Palabra de Dios irrumpa en nuestra vida y así seamos capaces de anunciar las maravillas que Dios hace en nosotros a través de su Espíritu.
Hermanos, después de haber caminado con Jesús durante la pascua, celebramos hoy con fe que Él es elevado al cielo y glorificado a la diestra de Dios, como preludio de nuestra entrada en el Reino de Dios.
El Espíritu Santo es promesa del Padre que debemos pedir y la Iglesia nos lo confiera por los signos de los sacramentos, y ello para que siempre nos acompañe en la comprometida tarea de la vida cristiana, escuchemos.
Lecturas
Reconocer a Jesús muerto y resucitado, nos lleva a reconocerlo como “Señor y Mesías”. Todos hemos sido salvados por Cristo y la liturgia de este domingo nos presenta a Cristo como la puerta por donde pasan los que quieren vida eterna
Con la Palabra se hace vivo entre nosotros Jesucristo. Acojámosla con atención. Es realmente una buena noticia para nosotros hoy saber que el mismo Dios, en la persona de su Hijo amado, camina con nosotros, está vivo.
La Palabra de hoy nos refresca el entusiasmo de la primitiva comunidad que no le tiene miedo a la persecución porque tiene su confianza puesta en Jesucristo.