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misericordia

Mié 30 Mar 2016

La misericordia transforma nuestros corazones

En el marco del segundo domingo de Pascua, conocido también como domingo de la Misericordia, el cardenal Rubén Salazar Gómez invita para que nuestros corazones se transformen a través de la misericordia, que no es otra cosa que el signo de la resurrección de Nuestro Señor. “La resurrección es la expresión perfecta de la misericordia, en ella se manifiesta la paz como fruto”, explica el purpurado. Transformar los corazones – explica el arzobispo de Bogotá – es vivir en paz, armonía y reconciliación; es decir perdonar. Esta acción nos hace seres nuevos, puntualizó el prelado. [icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon]

Lun 7 Mar 2016

Cartilla ofrece catequesis para ambientar la Semana por la Familia 2016

El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia pone a disposición de los fieles la cartilla: “Semana por la Familia 2016. Familia, hogar de misericordia” que se celebrará del 8 al 15 de mayo. Con este material se busca ambientar y promover la Semana por la Familia, que se encuentra enmarcada en el tiempo denominado: “Tiempo de Familia” que abarca todo el mes de mayo hasta el día del padre. Este año, en sintonía con el Año de la Misericordia, la cartilla quiere profundizar en el tema del perdón. "Pretendemos que la experiencia de la Misericordia, del perdón recíproco, de la reconciliación y paz, se vivan en familia; que todos, en el seno familiar avancemos hacia Jesús en actitud interior de peregrinaje", explicó monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, obispo de Armenia y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia, en la introducción de la cartilla. “Sin duda, todas las iniciativas realizadas en este Tiempo, ayudarán sensiblemente a generar, no sólo una preocupación mayor por la pastoral del matrimonio y la familia, sino también, a propiciar el interés por una renovada y auténtica cultura de la familia”, añadió el obispo. Esta cartilla puede ser adquirida en la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).

Lun 7 Mar 2016

Adquiere la Cartilla: "Semana por la Familia 2016"

El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición de los fieles la Cartilla: "Semana por la Familia 2016. Familia, hogar de misericordia". [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), pone a disposición unas catequesis que buscan que la experiencia de la Misericordia, del perdón recíproco, de la reconciliación y paz, se vivan en familia; que todos, en el seno familiar avancemos hacía Jesús en actitud interior de peregrinaje. Por ello queremos invitar a todas las jurisdicciones eclesiásticas, a los agentes de pastoral familiar, diversos movimientos, y demás experiencias de familia, a promover la Semana por la Familia y se enmarque en el entorno más amplio, que llamamos Tiempo de Familia, que fundamentalmente abarca todo el mes de mayo hasta la fiesta del padre. [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a):Departamento de Matrimonio y Familia Catálogo: Cartilla Idioma: Español Número de Páginas: 84 Editora: Conferencia Episcopal de Colombia Año de publicación:2016 Dimensiones: 16.5 x 23 [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Celular: 3138808447 Correo electrónico: [email protected]

Vie 4 Mar 2016

Solo recibe perdón quien se arrepiente

Mons. Froilán Casas Ortiz - El perdón no viene por arte de magia o generación espontánea. El hombre es una criatura libre para tomar decisiones; a su vez, él debe responder por sus actos libremente realizados. En toda la historia bíblica es recurrente el tema del perdón: el Señor es clemente y rico en misericordia. El cínico nunca obtendrá el perdón pues su descarada y laxa conciencia lo hace ver como un héroe, cuando en realidad es un infeliz villano. Dios no entra en el corazón del soberbio, pues su personalidad está henchida de vanagloria y arrogancia. Allí no cabe Dios: su yo narcisista imposibilita dar cabida a Dios. Para el megalómano y narciso, su dios es él mismo. De ahí que dice el libro Santo: “Dios se resiste a los soberbios y abre su corazón a los humildes”. ¿Cómo va a recibir perdón aquel que se cree la divina perfección? En el colectivo cultural colombiano va entrando, con base en tanto adoctrinamiento publicitario la necesidad de la reconciliación nacional. Sí, hay que buscar la reconciliación, pero quienes cometieron atroces crímenes deben pedir perdón y arrepentirse sinceramente por haber causado tanto daño al país, a tanta gente. Claro, se debe perdonar, pero se espera que quienes han pecado gravemente, manifiesten un arrepentimiento sincero, cambien de conducta y muestren con hechos su nuevo comportamiento. Quien no se arrepiente está lejos de un cambio de conducta pues es tan cínico que antes se le sale a deber. Con esas personas no podrá establecerse un diálogo, pues ya de entrada tienen las de ganar. Reconocer el error es ganar la verdad. Hay gente tan descarada en su pecado que tras de ladrón bufón. Nuestro Maestro fue vilmente crucificado en medio de dos terribles bandidos. Ambos igualmente bandidos. Sólo uno recibió el perdón, porque sólo uno, reconoció su pecado. El cínico y desvergonzado murió en su ley, en su soberbia y así, asumirá sus propias consecuencias. Que no nos vengan con el sofisma de distracción que a todos se les dará perdón. Sí a todos se les ofrecerá el perdón, pero habrá algunos que creyéndose perfectos, su orgullo obnubila su inteligencia y entonces nunca reconocerán que han fallado. De soberbios está lleno el infierno. Sin arrepentimiento sincero no habrá perdón. Para que haya “borrón y cuenta nueva” tiene que visualizarse un cambio de actitud. Sí, habrá perdón, pero que por lo menos haya una declaración clara de arrepentimiento. Siguiendo el mandato divino, una víctima que ha sufrido todo el flagelo de la maldad, regalará el don precioso del perdón a quien se arrepienta y ofrezca un cambio de conducta. No olvidemos lo que nos dice la sabiduría popular: el que ofende escribe en el agua, el ofendido en la piedra; el que ofende se le olvida y el ofendido se acuerda. Comprendamos el dolor de la víctima y reconozcamos los errores cometidos para saborear la dulzura del perdón. Tú eres libre, pero Dios a la hora de la muerte te pediría cuentas del uso de tu libertad. “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Dios no es jurado de piedra, Dios ve tus actos. A Él no podrás engañar. + Froilán Casas Ortiz Obispo de Neiva

Jue 3 Mar 2016

Que la misericordia del Padre penetre nuestros corazones

El Evangelio de este domingo nos hace un especial llamado para que dejemos que la misericordia de Dios penetre profundamente en nuestros corazones y que nos dejemos acoger por el amor infinito de Dios. “Debemos sentirnos invitados a regresar a la casa del padre, quien nos espera con un gran banquete y quien nos recibe con un amor infinito”, aseguró el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, en su habitual reflexión de los domingos. En el marco del Año de la Misericordia escuchemos con especial interés el Evangelio de Hoy. [icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon]

Jue 3 Mar 2016

De camino hacia la tierra prometida

Durante más de cincuenta años los colombianos hemos caminado a través del desierto del conflicto armado, la violencia, la injusticia social y la desesperanza. Dios con su presencia misericordiosa siempre nos ha acompañado. En medio del dolor que nos aqueja, este domingo Dios nos hace la invitación para ser agentes de reconciliación.Este es el eje central de la reflexión del Evangelio del domingo 06 de marzo en clave de Pedagogía por la Paz. Leamos con atención. [icon class='fa fa-download' link='']]Descarga la reflexión de este domingo[/icon] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.

Lun 29 Feb 2016

En la escuela de la Misericordia en camino hacia la pascua

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez. Todos los años, los cristianos tenemos la gracia de vivir y celebrar la Cuaresma, como tiempo de gracia, tiempo de conversión, tiempo propicio para volver a Dios, tiempo que nos sirve para prepararnos adecuadamente para la Pascua anual. Pero este año 2016, reviste la Cuaresma un significado del todo particular. Estamos en el Jubileo de la Misericordia, y por esto mismo, hacemos caso del deseo del Santo Padre, el Papa Francisco, cuando en la Bula Misericordiae vultus nos dice que “la cuaresma de este Año Jubilar ha de ser vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios” (MV, 17). Es por esto que en la pedagogía del encuentro, el Santo Padre nos invita a llevar a cabo, en todas las iglesias particulares del mundo, la “iniciativa de las 24 horas para el Señor” (MV, 17), que se propone realizar entre el viernes y el sábado anteriores al IV domingo de Cuaresma, es decir, antes del domingo 6 de marzo de 2016. La Arquidiócesis de Cali se vincula con vivo ardor a esta iniciativa pastoral, y organizada por cada una de las cuatro zonas pastorales, se llevarán a cabo sendas celebraciones penitenciales donde los fieles podrán acercarse al sacramento del perdón, animados también por la presencia de los Obispos y sacerdotes, que como Jesús, y en su nombre, impartiremos el perdón e invitaremos a la reconciliación. Unas jornadas de adoración y de encuentro con el Amor, en la alabanza eucarística, la escucha de la Palabra y la meditación. Será la ocasión, también, de celebrar con profunda esperanza el misterio de la fe, que es la Santa misa, para que cada fiel se una al sacrificio redentor de Cristo. El Santo Padre nos dice algo que es suma importancia: “De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la Reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior” (MV, 17). En la escuela de la misericordia, el sacramento del perdón es una ayuda magnífica para aportar a la paz de nuestro mundo, porque no se puede negar que la paz comienza en el corazón de cada persona, cuando descubre que su vocación es a la fraternidad, y no a la venganza ni al odio fratricida. Por esto, “las 24 horas para el Señor”, se hará en todas las parroquias en los tiempos y modalidades que sean más oportunos. Ya hay parroquias en donde grupos de sacerdotes se están organizando para realizar celebraciones penitenciales y colaborarse mutuamente. Pero qué bueno que cada católico, de manera particular el fin de semana del 4 y 5 de marzo, que es viernes penitencial, si no puede asistir a las celebraciones programadas, se proponga dedicarle esas 24 horas al Señor desde su hogar, y haga una obra de misericordia especial. Ese día la Iglesia, en todos los rincones de la tierra, clamará y alabará al Señor “porque es eterna su misericordia” (Sal. 118), pues durante las 24 horas para el Señor, en todo el mundo se escucharán las palabras de los ministros del perdón, cuando a cada penitente haga saber que Dios los ama y que los perdona sin condiciones. Por otro lado, no sólo habrá fiesta en el cielo por un pecador que se convierta, sino por los tantos que movidos por el Espíritu Santo se acercarán en estos días al Amor, para tener la experiencia del abrazo del Padre celestial. Que todos, sacerdotes y fieles, nos dispongamos con humildad para participar en la fiesta del perdón, recordando las palabras de San Juan “Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia” (1Jn, 1,8-9).

Mar 9 Feb 2016

El rostro de la Misericordia

Por Mons. César Alcides Balbín«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre» (MV 1). Es esta la frase que encabeza el Motu Proprio con el que el Santo Padre Francisco, convoca el año de la misericordia (11 de abril de 2015), y que va desde el 8 de diciembre de 2015, hasta el 20 de noviembre de 2016. El mundo de hoy, el hombre de hoy, la cultura actual, están necesitados, urgidos, de comprender el significado de la misericordia. «Misericordia quiero y no sacrificios», (Os. 6,6), estamos a punto de escuchar, justo el día que comencemos el tiempo de la cuaresma, que será según también el querer del Papa Francisco, el que mejor debemos aprovechar, para poner en práctica la misericordia. En el origen etimológico de la palabra misericordia encontramos dos expresiones, que son miser: miseria, desdicha, y cor, cordis: corazón. Entonces misericordia es la capacidad de sentir, (con el corazón), las desdichas de los demás. Tener piedad, si nos atenemos a la expresión latina misere, piedad, de los demás. Nosotros somos muy esquivos y sensibles a la expresión lástima, porque pareciera que cuando decimos que alguien nos causa lástima, nos estamos colocando en una posición superior a aquel por quien la sentimos, y que de alguna manera estamos manifestado que estamos mejor que él. Sentimos lastima por los que están abajo, y sentimos compasión por los que están al mismo nivel. Un acercamiento a Lucas 10, 33 – 37, en el pasaje del buena samaritano aparecen claras las dos expresiones: compasión y misericordia: «…Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión», no lástima. Y a la pregunta de Jesús: «Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?», a lo que el maestro de la ley le respondió: «El que practicó la misericordia con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.» Tenemos ya, entonces, todo un derrotero, un mandato claro del Señor, para este año de la misericordia: «Vete y haz tú lo mismo.» En la bula de convocación del año de la misericordia, en el nro. 15, el Papa Francisco nos recuerda para su vivencia y puesta en práctica, la obras de misericordia, las espirituales y las corporales, y nos pide tenerlas claras. Vivir el año de la misericordia es, entonces, acercarse al otro, al sufre, al necesitado, al que está en la periferia, tomando también una expresión de Francisco. Después de un año de reflexión y de vivencia de la misericordia, nuestra vida, la vida de nuestra familia, la de nuestras comunidades, no podrá seguir siendo la misma, si realmente hemos sido tocados por la llamada del Papa y por la acción del Espíritu Santo, que nos invitan a este cambio profundo de vida, porque tendremos que quedar impregnados permanentemente de actitudes de verdadera misericordia. El mundo, la Iglesia, nuestra patria, nuestras comunidades y nosotros mismos, seremos los primeros beneficiarios. Un mundo misericordioso que desplace a una sociedad egoísta, egocéntrica y egolátrica, donde cada uno se mira a sí mismo y desprecia al que camina a su lado. Seamos nosotros, los creyentes, quienes demos siempre el primer paso, y demos testimonio de la misericordia del Padre que es infinita, y que se nos ha manifestado a través de su Hijo, que es el rostro de la misericordia del Padre. + César Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas