
Avanzan preparativos para el Primer Congreso de Evangelización PEIP en Barranquilla
Mar 16 Ago 2022
En la Arquidiócesis de Barranquilla avanzan los preparativos para recibir a más de 1.300 invitados que llegarán procedentes de dieciocho jurisdicciones eclesiásticas del país, para participar en el Primer Congreso de Evangelización PEIP (Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular), que se llevará a cabo del 17 al 20 de agosto en las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de Lourdes. Según lo han expresado sus organizadores esta, "será una gran experiencia para compartir lo vivido a nivel de evangelización, pero también para animar el trabajo pastoral y para hacer juntos, guiados por el Espíritu Santo, lectura de la realidad, de tal modo que se puedan establecer renovadas estrategias para ser auténticos partícipes en la construcción de una Iglesia en comunión, participación y misión". El trabajo de estos cuatro días, estará guiado por la Exhortación Apostólica de su Santidad Pablo VI, Evangelii Nuntiandi: «La Iglesia existe para evangelizar» (cf. EN 14). La dinámica social que mueve al mundo hoy ha generado grandes cambios, muchos de ellos marcados por la emergencia sanitaria de la Covid-19, para la Iglesia esta realidad no ha sido ajena, por ello le urge trabajar en procesos pastorales renovados. En este contexto, y como preparación al congreso obispos y vicarios han estado adelantando una lectura reflexiva sobre los procesos en sus jurisdicciones, estos serán socializados luego, pensando en la necesidad de actualizar los modelos de evangelización. Además, animados con las palabras del Papa Francisco en la apertura del Sínodo de la sinodalidad: “Estoy seguro de que el Espíritu nos guiará y nos dará la gracia para seguir adelante juntos, para escucharnos recíprocamente y para comenzar un discernimiento de nuestro tiempo, siendo solidarios con las fatigas y los deseos de la humanidad”, así también, estas iglesias particulares guiadas por el Espíritu Santo, ofrecerán sus experiencias de lo vivido a nivel pastoral, se escucharán y finalmente establecerán estrategias renovadoras que permitan mostrar una Iglesia que marcha en comunión, participación y misión. Este Primer Congreso de Evangelización convoca a las dieciocho jurisdicciones que siguen el proceso del PEIP. Son ellas: Nueva Pamplona, Tibú, San Andrés y Providencia, Tumaco, Santa Fe de Antioquia, Ocaña, Facatativá, Cúcuta, Girardot, Santa Rosa de Osos, Socorro y San Gil, Granada, Ipiales, Tunja, Bucaramanga, Pasto, Arauca y Barranquilla. La apertura del Congreso estará a cargo de monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. El evento concluirá el 20 de agosto con una Eucaristía presidida por el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas Anteliz, en la Catedral Metropolitana María Reina a las 6:30 p.m. Seguidamente, se ofrecerá un acto cultural en la Plaza de la Paz, a las 8:00 p.m. MODALIDADES DEL CONGRESO La primera, de forma presencial, en las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, donde se darán cita las delegaciones de las dieciocho jurisdicciones eclesiásticas invitadas y otras que asistirán como invitadas, así también participarán dos delegados de cada una de las parroquias que pertenecen a la Arquidiócesis de Barranquilla. La segunda, De forma virtual. La invitación es a que cada comunidad se una, convocando a los diferentes agentes de pastoral, que, reunidos en los salones parroquiales, los templos o en el lugar más adecuado, se conecten para que disfruten y vivan de las ponencias y actividades que serán trasmitidas por las redes sociales del Congreso. PROCESO DE INSCRIPCIÓN https://www.congresopeip.com/Portal/inscripciones.php AGENDA https://www.congresopeip.com/Portal/programa.php Mayor información: Secretaría Ejecutiva del Congreso Arquidiócesis de Barranquilla Conmutador: (605) 3690767 – 3690769 – 3600047 Celular: 301 2086222 E-mail: [email protected] BROCHURE CONGRESO NACIONAL Primer Congreso de Evangelización PEIP

Noticiero Arquidiocesano de Medellín
Vie 12 Ago 2022
Ofrecemos el noticiero de la Arquidiócesis de Medellín que en esta semana nos trae los siguientes temas de interés: Actividad programada por la arquidiócesis en el mes de la Catequesis; Campaña del Diezmo 2022; seminario reflexivo de la delegación para la educación religiosa escolar; y por último su sección rutas del arzobispo, que presenta la agenda pastoral de monseñor Ricardo Tobón Restrepo. Santiago Caro, coordinador para la catequesis, extiende una invitación especial a los catequistas para que se unan a un proceso de formación cristiana, con el lema "Jesucristo te ama y nunca te abandona". Nancy Adriana Patiño, asesora para la Educación Religiosa Escolar, comparte la invitación a profesores de educación religiosa escolar, líderes y encargados de la pastoral educativa, para que participen del seminario que abordará el tema de los retos y desafíos en la educación religiosa, teniendo presente el tiempo de pospandemia.

“Con seguridad monseñor Castro ha recibido el mejor Nobel de Paz: la gloria del Cielo”
Lun 8 Ago 2022
El pasado 4 de agosto, fecha en que la Iglesia Católica celebraba la fiesta del Santo Cura de Ars, se llevó a cabo en la Catedral basílica metropolitana Santiago de Tunja, la ceremonia de exequias de quien fuera el gran apóstol y gestor de paz, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga. La eucaristía que fue presidida por monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo en esta ciudad. En la homilía, monseñor Villa Vahos reflexionó a la luz del texto del evangelista san Mateo, “Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”, y recordó que desde los tiempos de los apóstoles hasta hoy, todos estamos llamados a seguir a Jesús en su estilo de vida y trabajar por la paz. En este contexto, observó que este fue el llamado que atendió monseñor Castro durante su ministerio, quien a través de los carismas que Dios le regaló, supo ayudar a recorrer y hacer vivir a muchos el espíritu de las bienaventuranzas. “Su espíritu de pobre en el Señor le permitió ser manso, misericordioso, limpio de corazón y sobre todo, trabajar por la paz”. Resaltó el trabajo responsable y comprometido que siempre cumplió monseñor Castro, en los diferentes territorios nacionales e internacionales donde desarrolló su labor pastoral y misionera. “Monseñor Luis Augusto llegó a ser en verdad hijo de Dios, hombre de Dios, auténtico cristiano, cualificado sacerdote y comprometido pastor y obispo, en las cálidas tierras del Caguán y en las verdes y fértiles tierras boyacenses”. “Si hay algo que Monseñor Luis Augusto tuvo claro en su paso por este mundo, fue el de ser un ciudadano, un gran patriota y por ello un pastor comprometido con la causa de la paz y la reconciliación. Este, su trabajo y empeño, no estuvo exento de prejuicios e incomprensiones”. Antes que nada fue un misionero Monseñor Villa Vahos, rescató que, además del aporte que monseñor Castro diera a la paz del país, también fue un apasionado misionero convencido de palabra y de corazón, por eso desde sus inicios ingresó al Instituto misionero de la Consolata: “La pertenencia al Instituto misionero de la Consolata no es gratuita, sentía el deseo de vivir con ardor la misión, y allí encontró el lugar ideal”. Destacó su destreza con la pluma en la mano, porque publicó innumerables libros y escritos sobre la misión, “‘fe misionera, fe de primera’, solía decir y escribir, con el deseo de contagiar a muchos de este espíritu. Su pluma hábil, profunda y sencilla a la vez, son siempre un deleite para el espíritu”. Tomando el texto de la carta a los Corintios, donde Pablo experimenta “que su cuerpo como efímera tienda de campaña, ya no soporta con igual brío los viajes y tribulaciones por el Evangelio”, el prelado destacó la vitalidad de monseñor Castro quien hasta en sus últimos momentos, acompañado por la enfermedad, experimentó y mantuvo viva la fe y la confianza en Dios. Al expresar su extrañeza por la ausencia de algunas autoridades del orden nacional durante la eucaristía celebrada en la Catedral Primada de Colombia, reflexionó y dijo que monseñor Castro nunca fue hombre de protagonismos, “ni estuvo afectado por vanos narcisismos. Su trabajo fue en orden a la extensión del Reino de Dios, la pasión por la misión, el servicio a los demás, el respeto por la persona, el cuidado de la vida como don sagrado (…) Monseñor Luis Augusto es llamado hijo de Dios y con seguridad ha recibido el mejor Nobel de Paz que el Señor ha prometido a sus servidores fieles: la gloria del Cielo”. La eucaristía fue acompañada por un número importante de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, familiares, cientos de feligreses y personalidades que estuvieron encabezados por el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán Adame y su esposa Tatiana Ríos y el alcalde de Tunja, Alejandro Fúneme, junto a su esposa Gisela Rodríguez. DESCARGAR HOMILÍA

“Gracias por ser un auténtico artesano de paz”: Mons. Gabriel Villa
Mié 3 Ago 2022
En un sentido mensaje, la Arquidiócesis de Tunja, expresa su tristeza por el fallecimiento de monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, quien a lo largo de 22 años estuvo al frente de esta Iglesia particular. A través de un comunicado firmado por monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, Arzobispo de Tunja, se extiende un saludo especial de condolencia y solidaridad cristiana a la familia y a los miembros del Instituto de Misioneros de la Consolata, comunidad a la que estuvo vinculado el prelado durante su ministerio. Resaltan su labor como un “auténtico artesano de paz, enamorado de la misión, inspirado y prolífico escritor eclesiástico y destacado catequista”, por lo que agradecen a Dios su testimonio y entrega a la Iglesia. Así también, resaltan que su labor debe quedar marcada como un legado que deja para las actuales y futuras generaciones, y agregan que, ha de ser “un verdadero estímulo para vivir con pasión el trabajo por la extensión del Reino de Dios, en un decidido empeño misionero y en la búsqueda de la paz y la reconciliación, por las vías del diálogo”. Finalmente, confían que, “por la misericordia de Dios, ya ha sido asociado al número de los servidores fieles que pueden entrar a participar del Banquete eterno del Señor”. INFORMACIÓN DE LAS EXEQUIAS DE MONSEÑOR LUIS AUGUSTO CASTRO QUIROGA La velación del cuerpo de monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, se llevará a cabo en la Capilla del Sagrario, junto a la Catedral Primada Cra. 7 #10-40, Bogotá La eucaristía se realizará este miércoles 03 de agosto a las 4:00 pm. en la Catedral Primada de Colombia, presidida por monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico de Colombia. Luego, el cuerpo será trasladado a Tunja este miércoles y será velado en cámara ardiente en la Catedral Santiago Apóstol de esta ciudad. El día jueves 04 de agosto se tendrán las exequias en la Catedral de Tunja a las 10:00 a.m., eucaristía presidida por Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo en esta ciudad. DESCARGAR COMUNICADO
70 AÑOS Diócesis de Zipaquirá
Jue 8 Dic 2022

Por: Mons. Héctor Cubillo Peña - Erigida por el Papa Pio XII, nuestra Diócesis de Zipaquirá vio la luz al año siguiente, el 15 de agosto de 1952. Ese día nuestra Diócesis se hizo visible en medio de la sociedad. El don del primer obispo y su posesión marcaron el inicio de una Iglesia particular conformada por pastores y fieles, pequeñas y grandes comunidades especialmente parroquiales. En ese día apareció nuestro Presbiterio en unión con su pastor diocesano.
Al iniciar nuestra iglesia recibimos la Palabra de Dios y los sacramentos especialmente la Eucaristía. Nacimos a la vida porque fuimos considerados ya capaces de ser esa Iglesia particular separada de su madre la Arquidiócesis de Bogotá. Habíamos llegado a una madurez para empezar una historia propia.
Al nacer, Jesucristo pronunció para nosotros su llamado para estar con Él y desarrollar con el Espíritu Santo nuestra vocación como verdadera Iglesia del Señor y como familia enviada a anunciar el Evangelio y contribuir al establecimiento del Reino de Dios.
Han transcurrido desde ese momento, 70 años de vida diocesana. Nuestra diócesis ha tenido la riqueza de sus obispos, sus sacerdotes en abundancia, familias, comunidades parroquiales, religiosos y religiosas y servidores que han cooperado en la construcción de nuestra familia diocesana. Muchos han nacido aquí o han llegado de otros lugares, muchos han pasado a la casa del Padre o han ido a otras diócesis. Con todos ellos hemos de sostener los lazos de la fe y del amor que sobrepasan el tiempo y los lugares. Por la gracia divina y a pesar de nuestra fragilidad humana nuestra diócesis ha permanecido fiel, anhelando y luchando para que nuestra Iglesia refleje la santidad, el amor, la verdad y la unidad del único pueblo de Dios.
Hemos de considerar que en toda celebración siempre habrá el recuerdo del pasado, la celebración en el presente y la mirada al futuro, un futuro próximo y remoto. El Señor nos continuará dando su vida en este mundo hasta que vuelva. Celebrar no puede implicar parálisis, sino por el contrario, atención a lo que viene llegando. En la inmensa mayoría de los hermanos en la fe, está viva la conciencia del cambio de la vida de los hombres y las transformaciones para bien o para mal en nuestra Iglesia. En medio de este torbellino desconcertante, Dios nos acompaña y sigue guiando. Lo nuevo es maravilloso es obra creadora de Dios y lo malo es amenaza del mal que de todas maneras será vencido por Dios; los que conformamos la familia de Dios tenemos las armas de la esperanza y la seguridad que infunde nuestro Dios. El temor no proviene de Dios.
Este tiempo nuevo al que nos estamos asomando estará caracterizado por la propuesta e invitación para hacer de nuestra Diócesis de Zipaquirá una comunidad que camina en la unidad y comunión de cada uno con los demás. El Papa nos ha dicho muchas veces que una “Iglesia Sinodal” en donde estemos caminando juntos es lo que quiere Dios hoy de nosotros. No podemos ser sordos ni permanecer paralizados ante esta llamada divina.
La próxima celebración del 13 de agosto será jubilar; es decir, llena de júbilo, de alegría, de luz, de fiesta. El lugar de encuentro será nuestra Catedral Diocesana de Zipaquirá. Dios quiere vernos juntos, formando “un solo corazón y una sola alma” (Hch 4,32) cantando las palabras de la Virgen “Proclama mi (nuestros) corazones la grandeza del Señor…” (Lc 1, 46). Alabanza y acción de gracias de una familia diocesana que contempla las grandezas del Señor a lo largo de siete décadas. Que esta celebración nos lance con la mayor fuerza hacia nuestro futuro sinodal, caminando juntos en respuesta a la vocación y entregados a la misión recibida del Señor.
Desde el nacimiento de nuestra Diócesis hace 70 años, la Virgen María nos ha venido acompañando. Su amor maternal y de intercesión ha sido para todos y cada uno el consuelo y la fortaleza para proseguir el camino. María en el Cielo y desde el Cielo ha sido fiel al encargo de su Hijo en la Cruz: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,26). Desde la meta del Cielo seguirá tendiendo sus brazos para que caminemos juntos hacia ese mismo destino de novedad, gloria y comunión eternas, en donde la sinodalidad alcanzará su más alta realización.
Desde este espacio en nuestra publicación “Anuncia la Vida” extiendo a todos la invitación a la celebración jubilar de los 70 años de la Diócesis de Zipaquirá.
+ Héctor Cubillo Peña
Obispo de Zipaquirá
La corrección fraterna ayuda a vivir la comunión
Mar 16 Ago 2022

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - En el desarrollo del Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular (P.E.I.P.) de nuestra Diócesis de Cúcuta, este mes de agosto está destinado a reunirnos para celebrar juntos la fiesta diocesana, con el lema “Encontrémonos como hermanos, sigamos adelante”, el cual tiene como propósito que cada uno pueda afianzar los vínculos de caridad necesarios para vivir en comunión fraterna, en la familia y en la comunidad de creyentes que es la Iglesia.
Todos experimentamos en el presente un clima de mucha incertidumbre y violencia, donde la raíz de estas dificultades está en el hecho de que el otro se ha convertido en una amenaza para la vida personal. Ya no se mira al prójimo como un hermano, sino como un enemigo, alguien que obstaculiza los planes personales egoístas y mezquinos. Frente a esa realidad, nuestro Señor Jesucristo en el sermón de la montaña, nos enseña que el mandamiento nuevo del amor tiene su alcance en amar a los enemigos y a los que se convierten en un obstáculo para mi vida: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5, 43-45).
En este camino cristiano y espiritual, el prójimo no es una amenaza, sino un hermano que está frente a mí, a quien debo custodiar y ayudar para que su vida crezca y para que llegue a la santidad. Por este motivo frente al pecado del otro, frente a la equivocación que pueda tener en su vida, el camino para recuperarlo es la corrección fraterna, tal como lo plantea el evangelista Mateo cuando enseña: “Por eso, si tu hermano te ofende, ve y llámale la atención a solas. Si te hace caso, habrás ganado a tu hermano” (Mt 18, 15), haciendo de la corrección fraterna, un servicio fraterno, en la línea de la recuperación de quien se ha equivocado, como un modo evangélico de situarse ante el pecado ajeno, tal como lo enseña Terrinoni cuando dice que la corrección fraterna “es un gesto purísimo de caridad, realizado con discreción y humildad, en relación con quien ha errado; es comprensión caritativa y disponibilidad sincera hacia el hermano para ayudarle a llevar el fardo de sus defectos, de sus miserias y debilidades a lo largo de los arduos senderos de la vida; es una mano tendida hacia quien ha caído para ayudarle a levantarse y reemprender el camino”.
De esta manera, se puede decir que es una solícita intervención fraterna que quiere curar las heridas del alma, sin causar sufrimientos, ni humillaciones, que va desde la ayuda que se presta al hermano para que no se extravíe, el apoyo que se ofrece a los débiles o el estímulo dirigido a los pusilánimes, la exhortación, la llamada de atención y la corrección.
Evidentemente, este modo de entender la corrección fraterna exige una ampliación de la perspectiva del sentido del “yo”, una genuina y auténtica conversión interior. Para llegar exactamente a invertir la insolente frase de Caín (cf. Gén 4,9) y reconocer que sí, que soy yo el guardián de mi hermano, que Dios lo ha puesto a mi lado para que me ocupe de él, porque es voluntad del Padre celestial que no se pierda ninguno.
Vivir en familia y en comunidad, consagrados al mismo Padre, significa tomar la decisión de recorrer el mismo camino de santidad. La familia, la comunidad parroquial, es un espacio para crecer en santidad, es el lugar donde cada uno construye su propio itinerario personal de perfección.
La corrección fraterna es la manifestación coherente de la responsabilidad asumida en relación con aquel que es mi hermano, y cuya santidad me preocupa, más aún, junto al cual yo me santifico. De lo contrario, lo que hay es aislamiento, marginación fraterna, esa sutil violencia de la perfección privada que no deja espacio para el otro en mi corazón, en definitiva, lo que hay es el “homicidio”.
No hay que pensar que este término es exagerado, porque, o me hago responsable de mi hermano o lo excluyo de mi vida, exactamente como si lo matara; no hay un término medio. Realmente Caín mató y obró “como si matara” a su hermano Abel, cuando a la pregunta del Señor respondió: “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?” (Gn 4, 9); ahí, en ese preciso momento le asestó el golpe de gracia; esas palabras matan definitivamente a un hermano, a una familia y a una comunidad; pronunciadas ante Dios que es Padre, pretenden suprimir cualquier rastro de paternidad.
Este es el gran peligro de quien no reconoce su propia responsabilidad en relación con el otro; pero vaya donde vaya, aunque huya, le perseguirá y no lo dejará en paz la pregunta del Padre: “¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4, 9). De esta manera, ‘comunidad cainita’ es la que demuestra desinterés por el prójimo, como si uno no fuera el guardián de los demás y más aún cuando el hermano está a punto de caer o ya ha caído.
Como creyentes en Cristo seguimos comprometidos con la comunión que estamos llamados a realizar desde la caridad, que tiene una misión muy importante en la corrección fraterna y que ayuda a encontrarnos como hermanos, no como simple acto emocional, sino como una respuesta de fe en nuestro Señor Jesucristo, que nos invita desde el Evangelio a amarnos los unos a los otros, tal como Él nos ha amado, creando comunión y fortaleciendo los vínculos de unidad desde el perdón y la reconciliación, incluyendo a nuestros enemigos.
Que la Santísima Virgen María y el glorioso Patriarca san José, alcancen del Señor todas las gracias y bendiciones necesarias, para vivir la comunión en la familia y en la Iglesia, desde la corrección fraterna, con la certeza que es la respuesta adecuada para un mundo que se torna cada vez más dividido y violento. Por eso resuena en el corazón la invitación: encontrémonos como hermanos, sigamos adelante.
Reciban mi bendición.
+ José Libardo Garcés Monsalve
Obispo de la Diócesis de Cúcuta
Gobernar a Colombia
Lun 8 Ago 2022

Finalmente llegó Gustavo Petro a la presidencia de Colombia. Ahora está al frente del Estado y del gobierno de la nación. Todos los ojos están puestos en él. Su vida ha sido esencialmente una lucha contra el sistema imperante en el país y, para ello, se ha valido de cuanta acción le ha sido posible.
Logrado su objetivo, tiene ante sí la inmensa y dificilísima tarea de llevar a cabo aquello con lo cual ha soñado y con lo cual obtuvo el apoyo de una mayoría limitada de los colombianos. Podrá comprobar el nuevo mandatario, desde el 7 de agosto, lo fácil que es criticar y lo difícil que es gobernar.
En su discurso de posesión el contenido puede calificarse de equilibrado en términos generales y con los ojos puestos en los grandes problemas nacionales. Estos abarcan desde la pobreza muy extendida, pasando por la marginación de comunidades enteras en la historia de la República, la violencia interminable, la aplastante realidad del narcotráfico, la tributación no suficiente de los pudientes, la búsqueda de la paz como prioridad absoluta y otros más, conocidos de sobra por él y por todos los ciudadanos. Enmarcó su discurso de posesión en un ambiente festivo y en el propósito de gobernar dentro de la Constitución y la ley. No podría decirse que en sus palabras hubiese afirmaciones como para anunciar la llegada del apocalipsis.
En cuanto a la conformación de su gabinete ministerial parecería que también ha querido llevar una línea de izquierda, mas no radical, sino con tendencia al centro.Salvo un par de nombramientos que parecen será más ideológicos que otra cosa, los demás ministerios han quedado en manos de hombres y mujeres capaces y preparados para hacer la tarea que les corresponde.
Todavía no se conoce cómo manejará la cúpula militar y de la Policía Nacional, pero estos han estado atentos a sus orientaciones y han escuchado que los quiere más en el papel de ser agentes del cambio que hombres y mujeres que disparan y bombardean. En fin, en cuanto a los principales nombramientos, se podría pensar que el nuevo presidente ha ensamblado un equipo que podría hacer las cosas bien.
Pese a todo lo anterior, Gustavo Petro experimentará en el término de pocas horas lo difícil que es gobernar a Colombia y a sus ciudadanos. Esta es la experiencia de todos los que han tenido en sus manos el primer cargo de la nación. Es un país de regiones, culturas, geografías variadas, riquezas diferentes, desarrollos desiguales.
Los colombianos no tienen tanto apego a la ley como se quisiera para que todos vivieran en condiciones iguales y esto hace todo complejo y de doble esfuerzo para lograr cualquier propósito. Se encontrará, quiéralo o no, con la feroz burocracia que tiene su máxima expresión en el Congreso y luego en todas las instituciones del Estado. Vencerla no será fácil. Y más temprano que tarde se encontrará con la guerrilla, las disidencias, los narcotraficantes, las bandas criminales y las mafias a las cuales él se refiere con tanta frecuencia. Muy difícil enfrentar todo esto.
No queda más que esperar que el nuevo presidente de Colombia obre con certeza en lo que beneficie a toda la población y que sus colaboradores y la misma ciudadanía le ayuden en los buenos propósitos.
Su primer y muy constante vigilante, seguramente crítico, será el pueblo mismo que él ha llevado tantas veces a las calles y plazas a pedir gobiernos justos y eficientes. Hoy en día es un pueblo muy impaciente.
Las demás instituciones del país, incluida la Iglesia, están listas a colaborar en todo lo que realmente apunte al bien común y a seguir construyendo sobre lo ya construido por otros y al fin de cuenta por todos. Ojalá podamos, de una vez por todas, vivir totalmente en paz.
Fuente: Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones de Bogotá
La urgencia de ser luz y levadura
Jue 4 Ago 2022

La sociedad, agobiada por múltiples fenómenos y situaciones, pide que se dé un cambio, tal vez sin perspectivas muy claras ni de lo que quiere ni de lo que puede venir. Se pone en cuestión la estructura misma de la persona humana, la identidad de las instituciones, la explotación de recursos naturales, el uso eficiente del dinero público y privado, la organización y funcionalidad de la realidad política. Hay como una desesperación al no encontrar el sentido profundo de la vida, al ver la eterna inequidad social que no se logra superar y al tener que enfrentar los efectos perversos de salidas falaces como el narcotráfico y la violencia.
La situación de la población, empobrecida desde varios aspectos, contrasta con el mundo ficticio del lujo en ciertos ambientes, del espectáculo y la diversión ajenos a la realidad, de las maniobras políticas y económicas que no resuelven las necesidades básicas de la gente. No hay una verdadera conciencia sobre la dignidad de cada persona, no se da el profundo respeto que se debe a la vida humana, no hay autoridad que proteja a las personas indefensas frente a la violencia y la extorsión, no tenemos la calidad educativa que requieren las nuevas generaciones, no puede admitirse que una ciudad cifre su importancia en ser un burdel, no es aceptable que jóvenes y adultos no puedan más y se lancen a vivir en la calle o atenten contra su propia vida.
No podemos acostumbrarnos con indolencia a que tantas personas vivan en la pobreza, que carezcan de lo indispensable en materia de vivienda, alimentación y salud. Esa indiferencia es la que va aceptando que la vida no tiene valor y que, para mantener la comodidad, se puede interrumpir la gestación de los niños en el vientre de la madre y se puede acudir a la eutanasia mirando como una carga a los enfermos y a los ancianos. Ante esta realidad, a todos nos urge ser positivos y propositivos. No podemos quedarnos lamentando el mal, sino que debemos actuar contra él; no se puede cancelar el futuro, nuestra sociedad merece una oportunidad para salir adelante.
Pero. es inútil esperar cambios y reformas sociales, si no se transforma lo esencial: el corazón de cada ser humano. No nos engañemos; las reformas necesarias para adecuar el presente a un futuro mejor, que supere la mentira, el egoísmo y la injusticia, no vendrán si no se educa la conciencia, que genera una escala de auténticos valores y nos hace capaces del encuentro, de la solidaridad y de la fraternidad. Todo el que no logre este cambio será un depredador de los demás y de la sociedad, un generador de corrupción y de crímenes, un enemigo del estado de derecho y del bien común. Debemos hacernos conscientes que nos falta, primero que todo, una verdadera reforma interior.
Ahí está la misión de la Iglesia, que debe ser capaz de mostrar, ante una realidad que no responde al proyecto de Dios y ante los espejismos que vislumbran soluciones falsas, la verdad sobre la dignidad humana, sobre la responsabilidad social que pesa sobre cada ciudadano, sobre los valores indispensables y constitutivos de una nación, sobre el compromiso personal que debe superar el mundo de las apariencias y de las posiciones cómodas, sobre la esperanza que va más allá de lo terreno. Como Jesús, debemos seguir llamando a la conversión, a la reforma de la mente, a la transformación del corazón para construir el nuevo mundo que necesitamos. Ojalá veamos y actuemos antes de que sea tarde.
Por tanto, nosotros, de modo personal y comunitario, debemos buscar hacer el bien, trabajar para que cada familia transmita valores y enseñe a amar, influir para que los diversos grupos e instituciones procuren mejorar la vida laboral, social, educativa y política del país. Sabemos que debemos entregar la vida en el servicio y la misión venciendo el mal, como Jesús, con el poder de la verdad, del bien y del amor. No podemos sentirnos agobiados ni derrotados, sino convocados con urgencia a trabajar por la construcción de un mundo nuevo con la fuerza del Espíritu del Señor Resucitado. Es muy honroso y urgente el llamamiento a ser luz y levadura del mundo.
+ Ricardo Tobón Restrepo
Arzobispo de Medellín

Comunicación Social y Tecnologías | Mar 16 Ago 2022
AGOSTO 28: Los obispos de Colombia animan a participar de la colecta Dona Nobis

Vida Consagrada | Mar 16 Ago 2022
Encuentro Nacional de responsables de la Vida Consagrada en Colombia

Pastoral Social | Vie 12 Ago 2022
Disponible cuarta edición del boletín viajero "LA AMAZONÍA ERES TÚ

Comunicación Social y Tecnologías | Mar 9 Ago 2022