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arzobispo popayán

Jue 9 Nov 2023

Arquidiócesis de Popayán convoca a una Rogativa por la Paz del Cauca

En el marco de la Solemnidad de Cristo Rey, reconociendo la compleja situación social y humanitaria que vive el departamento del Cauca por cuenta de la violencia y el conflicto armado, pero también, el inmenso poder de la oración, especialmente, en medio de comunidades como estas, que se han caracterizado por ser tan fervorosas, la Arquidiócesis de Popayán, en articulación con la Alcaldía Municipal, ha convocado una Rogativa por la Paz, es decir, una jornada de plegaria pública para pedir a Dios, por esta importante causa.Esta rogativa, que se llevará a cabo entre el 24 y el 26 de noviembre, tendrá como acto central una solemne procesión que será presidida por la imagen del Santo Ecce Homo de Belén, "El Amito", como es conocido patrono de la ciudad de Popayán, junto con otras imágenes de diversas parroquias de la “Ciudad Blanca” y de otras localidades del departamento que destacan la devoción cristológica de la región. Entre ellas, las del Amo Jesús de Puelenje, El Tambo, Timbío, Yanaconas, La Ermita, entre otras.“Nosotros como católicos tenemos la obligación de generar una pedagogía de la paz, y esa pedagogía empieza por una vida espiritual y estamos convocando a todos los fervientes del Amo, pero también al payanés, incluso más allá de nuestra confesión religiosa, a que nos juntemos para que ese día, como sociedad civil, hagamos entender a quienes están en la guerra, a quienes tienen responsabilidades de ayudar a resolver el conflicto; que el Señor también ponga todo lo que es necesario para que se faciliten los procesos, los caminos y las salidas a estos dolorosos conflictos”, afirmó monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán.Frente a la situación actual de conflicto en el territorio, monseñor Sánchez, se refirió a las mesas de negociación con el ELN y con el Estado Mayor Central de las FARC, grupos armados ilegales con fuerte presencia en este territorio. Dijo que, aunque están pasando por una crisis, en la medida en que se logren consolidar, lo pactado podría significar un alivio importante para las comunidades.“El pueblo caucano es un pueblo de fe, es un pueblo que sabe suplicar, es un pueblo de romerías, de procesiones, de rogativas, como esta que vamos a hacer. Así que, el contexto de los conflictos distintos al margen de la presencia de los grupos armados, porque hay otros conflictos que tenemos dentro del territorio, nos exigen una respuesta de parte nuestra y creemos que la oración es un elemento que puede sumar substancialmente.”De acuerdo con la Arquidiócesis de Popayán, será un fin de semana lleno de espiritualidad y reflexión. Estas son las actividades que se tienen previstas:– El viernes 24 de noviembre, por la mañana, se llevará a cabo la preparación de los pasos con las imágenes en algunos de los templos del sector histórico de la ciudad. Por la tarde, se realizará un emotivo acto cultural en el Parque de Caldas, que incluirá la bajada del Santo Ecce Homo de Belén.– El sábado 25 de noviembre, durante todo el día, los pasos con las imágenes estarán expuestos en los templos donde fueron preparados, permitiendo a los fieles rendir homenaje y orar por la paz.– Finalmente, el domingo 26 de noviembre, a primera hora, las imágenes serán trasladadas y colocadas alrededor del Parque de Caldas. A las 9:00 de la mañana, monseñor Omar Sánchez presidirá una Solemne Eucaristía en la Catedral Basílica. A partir de las 10:30 de la mañana, se llevará a cabo la emotiva procesión con las imágenes del Amo Jesús y el Santo Ecce Homo, culminando con la bendición del Arzobispo a todos los asistentes.

Lun 1 Oct 2018

A un año de la visita del Papa

Por: Mons. Luis José Rueda Aparicio - El año pasado el Papa Francisco nos visitó, para animarnos desde la fe, a buscar los caminos de la paz social tan anhelada en nuestra patria. Quienes tuvimos la oportunidad de vivir el encuentro del Santo Padre con las víctimas del conflicto en Villavicencio, recordamos con emoción cómo las víctimas y los victimarios reconocieron la gran equivocación de la violencia; además pudimos escuchar el testimonio de varias personas que lograron dejar la guerra y dedicarse a reconstruir sus vidas. La paz social requiere que reconstruyamos la vida de las personas, y así, una persona reconstruida en su dignidad es un protagonista de la paz social, no solo porque se desmoviliza y deja las armas, sino porque es luz y motivación para otros que piensan que la guerra es eterna. En Villavicencio el Papa Francisco, después de escuchar a víctimas y victimarios, se inspiró en la Palabra de Dios para llenarnos de esperanza, y esa esperanza no puede morir en nosotros, los Cristianos Católicos misioneros permanentes de la reconciliación, la fraternidad y la paz. Nos dijo el Papa Francisco:“Resulta difícil aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia cruel para promover sus fines, para proteger negocios ilícitos y enriquecerse o para, engañosamente, creer estar defendiendo la vida de sus hermanos. Ciertamente, es un reto para cada uno de nosotros confiar en que se pueda dar un paso adelante por parte de aquellos que infligieron sufrimiento a comunidades y a un país entero. Es cierto que en este enorme campo que es Colombia todavía hay espacio para la cizaña. No nos engañemos. Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo, no pierdan la paz por la cizaña. El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña en medio del trigo, no tiene reacciones alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24). Aun cuando perduren conflictos, violencia o sentimientos de venganza, no impidamos que la justicia y la misericordia se encuentren en un abrazo que asuma la historia de dolor de Colombia. Sanemos aquel dolor y acojamos a todo ser humano que cometió delitos, los reconoce, se arrepiente y se compromete a reparar, contribuyendo a la construcción del orden nuevo donde brille la justicia y la paz”. Al cumplirse un año de la profética visita del Papa Francisco a Colombia, le suplicó a todos aquellos actores de violencia en los distintos territorios de Colombia, que respeten la vida de las personas, que se dejen amar por Dios Padre, rico en misericordia. Animados por la presencia y el mensaje del Papa Francisco, los colombianos tenemos derecho a esperar un país sin narcotráfico, unas ciudades sin extorsión, unas tierras distribuidas con equidad, unos ciudadanos honrados, unos dirigentes políticos sirviendo al bien común, unos medios de comunicación cultivando los valores humanos, un sector bancario con sentido cooperativo superando toda tentación de usura, una Iglesia en salida misionera comprometida con el desarrollo humano integral, unas Fuerzas Armadas sirviendo al desarrollo social. Tenemos derecho a esperar y tenemos el deber de aportar todos, para que se vean en Colombia “los cielos nuevos y la tierra nueva” (Apocalipsis 21,1). A la luz del mensaje del Papa Francisco podemos formularnos tres preguntas para responderlas en los escenarios personal y social: ¿Somos capaces de promover y aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia? ¿Somos conscientes de que en nuestra propia vida y en la sociedad hay presencia de cizaña? ¿Somos obstáculo con nuestro estilo de vida, para que la justicia y la misericordia se encuentren? Jesucristo nuestro Señor en el llamado sermón de la montaña, nos dejó un verdadero desafío de vida, que sigue siendo muy actual en campos y ciudades de Colombia: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). En el mes de septiembre de cada año los Cristianos Católicos celebramos el mes de la Biblia y también en este mes, celebramos en la Iglesia de Colombia la Semana por la Paz del 9 al 16. La Palabra de Dios nos anima a vivir la paz y la reconciliación, a superar los odios y a dar paso al perdón, a construir una sociedad no violenta. El trabajo por la paz comienza en nuestra propia conciencia cuando somos capaces de superar toda tentación corrupta, vengativa, guerrerista, agresiva, pesimista. El cultivo de la no violencia comienza en nuestra propia interioridad, cuando somos capaces de superar nuestros odios para dar paso a la valoración de la dignidad de todas las personas incluyendo aquellos que piensan diverso a lo nuestro. «El amor y la verdad se encontrarán, la justicia y la paz se abrazarán» (Salmo 85,11) + Luis José Rueda Aparicio Arzobispo de Popayán

Sáb 30 Jun 2018

Arzobispos colombianos recibieron el Palio de manos del Papa Francisco

Durante la celebración eucarística de la Fiesta de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco impuso el Palio Arzobispal, símbolo de comunión con el obispo de Roma, a 30 arzobispos metropolitanos, entre ellos dos colombianos. Se trata de monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, Arzobispo de Barranquilla y monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo electo de Popayán. En la celebración que se desarrolló en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Pontífice pronunció la fórmula para bendecir los Palios, una banda blanca de lana bordada, que entrego luego a cada uno de los arzobispos metropolitanos y finalmente los prelados hicieron la fórmula prescrita de juramento como fidelidad y obediencia al Papa y a la Iglesia de Roma. La fórmula que pronunció el Pontífice para bendecir los palios rezaba: “Difunde en ellos el ministerio de la gracia de tu bendición sobre estos palios elegidos y que significan la realidad del cuidado pastoral, acoge benigno la oración humilde que te dirigimos y concede por méritos y por intercesión de los apóstoles a aquellos que por tu don la llevarán a estos palios de reconocerlos como pastores de tu grey, de traducir en la vida y en la realidad el significado de su nombre”. Quiénes son los arzobispos colombianos que recibieron el Palio. MONSEÑOR PABLO EMIRO SALAS ANTELIZ, oriundo del caribe colombiano. Nació en Valledupar (Cesar) el 9 de junio de 1957. Recibió la Ordenación presbiteral el 2 de diciembre de 1984, incardinándose en la Diócesis de Valledupar. El 24 de octubre de 2007, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de El Espinal. El 18 de agosto de 2014, el Papa Francisco lo designó como Obispo de la Diócesis de Armenia, tomando posesión de la sede el 11 de octubre de 2014. Finalmente, el 14 de noviembre de 2017, el Papa Francisco lo nombró arzobispo de Barranquilla, tomando posesión de la sede el 09 de diciembre de 2017. DESCARGAR DATOS BIOGRÁFICOS MONSEÑOR LUIS JOSÉ RUEDA APARICIO, oriundo de San Gil en el Departamento de Santander, nació el 3 de marzo de 1962. Fue ordenado Sacerdote el 23 de noviembre de 1989, incardinándose a la Diócesis de Socorro y San Gil. El 2 de febrero de 2012, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de Montelíbano, el 14 de abril de 2012 fue su ordenación episcopal y el 28 de abril del mismo año, tomó posesión canónica de la sede. El 19 de mayo de 2018 fue nombrado por Su Santidad el Papa Francisco, arzobispo de Popayán y tomará posesión de su sede el próximo 07 de julio de 2018. DESCARGAR DATOS BIOGRÁFICOS QUÉ ES EL PALIO ARZOBISPAL Es una especie de estola blanca circular, tejida en lana virgen, esquilada de unos corderillos que el Papa bendice el día de Santa Inés de cada año (21 enero). Simboliza el cordero que el Buen Pastor ponía sobre sus hombros. Una vez confeccionada, se guarda en una urna de plata en la capilla de la tumba de San Pedro, en el Vaticano.

Mié 10 Mayo 2017

Un 1° de mayo único en el mundo

Por: Iván Antonio Marín López - Desde el 1° de mayo de 1945 se realiza en Popayán una de las procesiones más nutridas de esta ciudad: La subida del Amo Ecce Homo, patrono del obrerismo católico popayanejo y de la ciudad. Mientras a lo largo y ancho del mundo el 1 de mayo tiene un contexto de marchas reivindicativas con ocasión del Día Internacional del Trabajo, en Popayán se vive la excepción de la regla: Una multitud de fieles que puede llegar a sumar cincuenta mil, sin lugar a exageraciones, es la protagonista de este día. En Popayán, ciudad tradicionalmente católica del sur occidente colombiano, desde hace 300 años se lleva a cabo la procesión de “subida” de la imagen del Señor Jesucristo en su advocación del Santo Ecce Homo, patrono de la ciudad. Aunque la ciudad, desde su fundación, fue puesta bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Asunción, pues el 15 de agosto de 1537 fue celebrada la primera Misa, sin embargo la devoción al Santo Ecce Homo se difundió en los albores del siglo XVIII y paulatinamente empezó a ser considerado como patrono de Popayán. La imagen tallada en madera se remonta al año 1680 y desde 1717 es venerada en el Santuario de Belén, en la colina homónima que domina la ciudad. Una semana antes del 1 de mayo se lleva a cabo la procesión de “bajada” de la imagen desde el Santuario de Belén hasta el templo parroquial de San Francisco, en el centro histórico, en la cual las mujeres ejercen su protagonismo pues son las encargadas de alumbrar durante la procesión nocturna. Por su parte, el 1 de mayo es el día en el que los hombres se encargan de la procesión diurna, que se llama de “subida”. En este año 2017 Monseñor Iván Marín, arzobispo de Popayán, presidió la multitudinaria eucaristía y la procesión que a pesar de la lluvia siguió su curso normal hasta la colina de Belén. A Jesucristo el Señor en este día del trabajo la región del Cauca entrega su acción de gracias siendo un distintivo de su profunda religiosidad. + Iván Antonio Marín López Arzobispo de Popayán

Mar 3 Mayo 2016

1 de mayo en Popayán: la excepción de la regla

Mientras a lo largo y ancho del mundo el 1 de mayo tiene un contexto de marchas reivindicativas con ocasión del Día Internacional del Trabajo, en Popayán se vive la excepción de la regla: Una multitud de fieles que puede llegar a sumar cincuenta mil, sin lugar a exageraciones, es la protagonista de este día. En Popayán, ciudad tradicionalmente católica del sur occidente colombiano, cuya sede episcopal fue fundada hace 470 años, no tienen éxito las marchas del obrerismo que en otros lugares se organizan con facilidad en este día, porque desde hace 300 años se lleva a cabo la procesión de “subida” de la imagen del Señor Jesucristo en su advocación del Santo Ecce Homo, patrono de la ciudad. Aunque la ciudad, desde su fundación, fue puesta bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Asunción, pues el 15 de agosto de 1537 fue celebrada la primera Misa, sin embargo la devoción al Santo Ecce Homo se difundió en los albores del siglo XVIII y paulatinamente empezó a ser considerado como patrono de Popayán. La imagen tallada en madera se remonta al año 1684 y desde 1717 es venerada en el Santuario de Belén, en la colina homónima que domina la ciudad. Una semana antes del 1 de mayo se lleva a cabo la procesión de “bajada” de la imagen desde el Santuario de Belén hasta el templo parroquial de San Francisco, en el centro histórico, en la cual las mujeres ejercen su protagonismo pues son las encargadas de alumbrar durante la procesión nocturna. Por su parte, el 1 de mayo es el día en el que los hombres se encargan de la procesión diurna, que se llama de “subida”. En este año 2016 la Penitenciaría Apostólica ha concedido la indulgencia plenaria a los peregrinos del Santuario de Belén y el Santo Padre Francisco envió a los asistentes a la Eucaristía del 1 de mayo la Bendición Papal que impartió en su nombre el Señor Arzobispo, Monseñor Iván Antonio Marín. Fuente: Arquidiócesis de Popayán