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cáritas luxemburgo

Lun 30 Sep 2019

François, en el corazón de la cooperación internacional desde la Iglesia

François Jacobs es el responsable de proyectos en Colombia por Cáritas Luxemburgo, una instancia que desde 1999 viene trabajando de la mano con el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas en proyectos de emergencia, atención humanitaria y de desarrollo productivo. De los 35 años que lleva en la institución, 5 ha estado al frente de los asuntos del país cafetero, en especial al suroriente para apoyar a campesinos desplazados por la violencia. “El trabajo desarrollado a través de las organizaciones eclesiales es la mejor manera para estar muy cerca de los beneficiarios, porque tienen presencia en los territorios, tienen una actitud de apertura y escucha para ver al ser humano como la copia de Dios”, así ha dicho en referencia a la alianza con la pastoral social de la Iglesia colombiana. El historial de François es reconocido en Luxemburgo gracias a su labor desde el año 1992 cuando Cáritas creó el departamento de cooperación y solidaridad internacional en la que destinaron grandes recursos a países pobres en América Latina y África, porque como bien dice “en la cooperación internacional es donde tengo mi corazón”. Un papel más activo del Estado En cuanto al factor financiero ha dicho que hacen falta más recursos en un país como Colombia con tantas necesidades, sin embargo ante esta limitante ha invitado a las propias organizaciones eclesiales a involucrar más al Estado bajo el principio de la subsidiariedad. El trabajo mancomunado será clave en esta alianza. A su juicio el gobierno necesita apoyar a las organizaciones para este trabajo, “no puede ser que todo esto sea financiado a través de la comunidad internacional, por tanto hay una responsabilidad que tiene” y de allí que recomienda a los actores de la Iglesia buscar fuentes de financiamiento a través del Estado. Tendencias y desafíos Frente las realidades actuales que afectan a Colombia como el asesinato de líderes sociales, regreso a las armas de un ala disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, migración venezolana, desplazamiento interno, se ha mostrado abierto a seguir apoyando proyectos de emergencia y asistencia humanitaria. Además ha pedido incidir en las decisiones gubernamentales para que haya más voluntad política para dar garantías de seguridad a líderes sociales y se cumplan los acuerdos de paz. “Creo que la presencia de la ONU con sus diferentes misiones, las embajadas de los diferentes países, es otro de los puntos importantes para hacer una veeduría sobre lo que está pasando”, ha acotado, mientras que por parte de Luxemburgo “seguiremos apoyando los proyectos de defensa de derechos humanos”. Solidaridad con Venezuela Pese a que Colombia está clasificada como país en vías de desarrollo, Jacobs ha expresado que “puedo ver que el índice de pobreza es muy alto y la desigualdad muy marcada, hay mucha corrupción, adónde paran las riquezas de este gran país”. También ha revelado que los donantes internacionales desde Luxemburgo disminuirán los porcentajes para América Latina puesto que prefieren apoyar a los países más pobres, especialmente los de África. Uno de los temas que ha ameritado una mayor atención de Cáritas Luxemburgo en América Latina es el de la migración venezolana, especialmente en Colombia por ser el país que más tiene venezolanos en su territorio, por ello “hay un proyecto en camino para Perú, Brasil, Ecuador y Colombia para apoyar a refugiados a través de las Cáritas de estos países y las congregaciones como las scalabrinianas, jesuitas”. De la situación política en el país petrolero considera que hay bandos políticos en pugna, que lo ideal para el pueblo venezolano será un proceso de negociación, porque “una política de bloqueo victimizará a los tiranos” y “no sé si este bloqueo cambie la actitud de los militares y las clases políticas en el poder porque a fin de cuentas ellos tienen dinero y pueden sobrevivir, mientras que las peores consecuencias las llevarán los más pobres”. Tomado de: Portal web Vida Nueva Foto:Portal web Vida Nueva

Vie 9 Ago 2019

Capurganá y Sapzurro, con el dolor a cuestas de migrantes del mundo

Capurganá es un corregimiento del municipio de Acandí, del departamento del Chocó, cercano a la frontera colombo – panameña. Es un pueblo remoto y no cuenta con vías terrestres, sólo se puede acceder allí por vía aérea o marítima. Tiene alrededor de 2.000 habitantes, una bahía circular y colindante con grandes bosques. Sapzurro está más al norte, en el área del golfo de Urabá, la habitan unos 570 personas, muy visitada por turistas extranjeros, especialmente europeos. Con una ensenada con una formación coralina y aguas cristalinas, bordeada de pequeños cerros, donde termina la Serranía del Darién. Es conocida como la esquina de América del Sur. Ambas poblaciones turísticas tienen en común un flagelo, llevan a cuestas el dolor de muchos migrantes de América Latina, el Caribe y extracontinentales (África y Asia), se convierten en el paso de la muerte de todos aquellos que intentan atravesar las selvas para llegar a Panamá y continuar su recorrido hasta llegar a los EEUU. Es el paso más peligroso de Colombia. Crónica de un naufragio Aurelio Moncada es el párroco de estos dos corregimientos, luego que Monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de Apartadó, jurisdicción eclesial a la que pertenece Acandí, le encomendara la tarea especial de acompañar a los migrantes “en tránsito” y a pescadores desde el 23 de enero de 2019, su vida ha cambiado. Han sido más de 6 meses intensos, porque precisamente a sólo 5 días de su llegada, el 28 de enero ocurrió un naufragio, en el que viajaban migrantes africanos, y de 30 personas solo sobrevivieron 10. “Esta embarcación llevaba sobrecupo y exceso de equipaje, no cargaban chalecos salvavidas, el conductor de la embarcación y ayudantes estaban en estado de embriaguez, además que iban a mucha velocidad, eran 4 embarcaciones y una de ellas fue la que naufragó”, recordó el sacerdote. A raíz del naufragio, se acercaron a la parroquia algunos de los sobrevivientes a pedir ayuda, entre ellos una señora de la República Democrática del Congo, quien había perdido a cuatro de sus hijos y a su marido y otra mujer de Angola que perdió a tres de sus hijos y sobrevivió solo uno llamado Manasés, su marido había quedado en Brasil. “Con ellos grabé unos videos para los noticieros pidiendo a los gobiernos panameño y colombiano atender esta situación y ayudar a esta población en el traslado por otros medios, ya que acababan de sufrir el naufragio”, mencionó. La tan esperada respuesta nunca llegó, incluso con el paso de los días el gobierno no tenía tampoco un protocolo para atender este tipo de situaciones, de allí que se estableció un comité de seguridad en el que el sacerdote participó y se comenzó con la búsqueda de los cuerpos, los cuales durante 8 días posteriores fueron apareciendo. Un camposanto entre Colombia y Panamá La mayoría de los migrantes en tránsito no conocen lo que se encontrarán en la frontera colombo - panameña, específicamente en el tapón del Darién – un área selvática y pantanosa – porque “tienen la falsa percepción que el paso entre Colombia y Panamá es algo muy sencillo, cuando al contrario es una zona muy intrincada, peligrosa, bordeadas de selvas y cerros con profundos acantilados”, indicó el padre Moncada. “Quiero decir que las trochas, que es el camino por donde pasan los migrantes, hay que declararlo camposanto por la gran cantidad de fallecidos, tratando de cruzar el tapón de Darién, aunque no se tiene registro de ello, podemos decir que son innumerables”, señaló el presbítero. Han sido situaciones dramáticas cuenta el padre. Sucedió con un joven cubano, robusto y fuerte, quien murió infartado subiendo uno de los cerros, “entonces las probabilidades de supervivencia pueden ser escasas para cualquier tipo de persona”, advierte Moncada. Otro capítulo triste, camino al tapón de Darién, es el de una madre cubana que iba subiendo el cerro y su hijo cayó por un barranco, la mujer cuando baja a auxiliarlo se encuentra que su niño había muerto y en su desesperación ella se quita la vida también. “Imagínense entonces la situación psicológica por la que pasan estas personas, que se encuentran en medio de la selva en este camino tan peligroso”, ha dicho el padre visiblemente conmovido. A todas estas ¿de quién es la responsabilidad que la gente muera por ese paso? A juicio del presbítero “aquí hay una responsabilidad muy grande” en las autoridades de los dos países, en estas rutas no hay ningún tipo de cuerpos de seguridad, “todas estas personas van por allí sin ningún tipo de protección, esto hay que considerarlo y a la vez denunciarlo porque es muy lamentable dejar solas a estas personas”. De la mano de Cáritas Colombia puede tener todas las herramientas para cerrar ese paso y buscar otros protocolos de protección y evitar historias lamentables en el tapón de Darién. Es en este punto cuando el cura explica que desde su llegada la atención a los migrantes la ha llevado gracias al apoyo de Cáritas Luxemburgo y Puentes de Solidaridad, a través de Cáritas colombiana, bajo el cargo de trabajador social. “Me han involucrado en este proyecto para atender a la población migrante de tránsito, no atiendo a refugiados, porque los que pasan por Capurganá son extracontinentales o vienen de Chile o Brasil. También he atendido personas de Bangladesh, la India, africanos, haitianos y cubanos, estos últimos ya han bajado en afluencia porque Nicaragua le abrió fronteras”, ha explicado. Por ahora no cuenta con un equipo de trabajo, pero está aunando esfuerzos en ese sentido, en este contexto el apoyo recibido desde Cáritas Luxemburgo y Puentes de Solidaridad ha sido clave, sobre todo porque cada día “están llegando muchas familias haitianas y africanas con niños en brazos, mujeres en embarazo, padres con 4 y 5 niños”. Cuenta que se han dado casos como el de un cubano que sufrió fractura de tibia y peroné, o el de una haitiana con problemas de rodilla. Muchos de estos casos en Colombia son difíciles de atender por el difícil acceso al sistema de salud, más aún en zonas como Capurganá, donde no existen siquiera agencias bancarias o de consignación. A esto se suma que ni las autoridades gubernamentales ni las organizaciones de ayuda humanitaria pueden ayudarlos a hacer tránsito a Panamá, pues representaría un delito. De allí que llega a la conclusión que en esta frontera colombo – panameña urge la necesidad de crear un corredor humanitario para atender este tipo de situaciones. “Las autoridades de ambos países lo saben, pero se hacen la vista gorda”, denuncia el sacerdote. Él sigue en pie, en su labor profética de anunciar el Evangelio y denunciar estas injusticias, con Cáritas y toda la Iglesia colombiana dispuestos a seguir apostando por la cultura del encuentro. Fuente: Secretariado Nacional de Pastoral Social

Jue 6 Jun 2019

Cáritas Colombia y de Luxemburgo crean espacios para familias venezolanas en Cúcuta

Despertar la solidaridad, crear nuevas alianzas y formas de ayuda humanitaria para generar espacios seguros a familias migrantes, bajo estos objetivos el Secretariado Nacional de Cáritas, con el apoyo de Cáritas Luxemburgo, Cáritas Cúcuta y la corporación de servicio de pastoral social de la diócesis de Cúcuta en alianza con la fundación pía autónoma Asilo Andresen, han desarrollado el proyecto ‘Ayuda de emergencia población venezolana en condición migratoria’. Con esta apuesta pastoral, los agentes de Cáritas y sus aliados salen al encuentro de los más vulnerables precisamente para desarrollar lo que hasta el momento otras organizaciones no han hecho: sanar heridas y ser hospitales de campaña. Con ello el ente eclesial asume el compromiso de hacer realidad los 4 verbos a los que el Papa Francisco ha invitado: acoger, proteger, promover e integrar. Un plan de trabajo integral Al respecto Dora Lisbeth Gómez, coordinadora del proyecto, ha dicho que “el trabajo en redes fue la clave del éxito, trabajamos tanto con entes públicos como privados”. Este trabajo en redes se lograron importantes alianzas con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), Servicio Jesuita para Refugiados (SRJ), centro Scalabrini, fundación Tierra de Hombres, comité internacional de rescate del Consejo Noruego como los proyectos al interior de Cáritas Cúcuta tal es el caso del Programa Mundial de Alimentos y respuesta multisectorial a la crisis migratoria venezolana. Asimismo asegura que con este proyecto “se logró una comunicación cercana que permitió entender la necesidad, pertinencia e impacto del proyecto a población venezolana en condición migrante”. “Nuestra inspiración y principal motivación nacen de los principios de la doctrina social de la Iglesia y del pontificado del Papa Francisco, como también las normas de carácter Internacional y nacional frente a la consolidación de un plan de trabajo integral”, mencionó. Metas superadas Un total de 499 personas fueron atendidas con este proyecto, cuyo desarrollo fue bajo tres dimensiones: orientación jurídica, atención psicosocial y asistencia humanitaria. Se gestionaron un total de 109 procesos jurídicos entre los que se atendieron problemas como niños en situación apátrida, acciones para asegurar salud, afiliación y acceso al SISBEN (Salud pública), orientación para los asuntos de convalidación de título y acceso a educación; así como remisiones a otras organizaciones. Se realizó atención grupal a padres de familia e individual a los nuños, niñas y adolescentes a través de talleres de prevención del abuso sexual para un total de 7 talleres promovidos. Además se hizo la entrega de 8.182 raciones de alimentos entre los meses de marzo y abril, especialmente a niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Mapeo de servicios eclesiales Un equipo de profesionales integrado por una trabajadora social, una abogada, una psicóloga, un asistente financiero, cuadrillas de voluntarios y personal de atención a la primera infancia de parroquias e instituciones públicas, acompañaron cada uno de estos procesos. Cabe destacar que junto con la atención de jurídica y de asistencia humanitaria se logró hacer mapeo de las instituciones referenciando la actualización de oferta institucional que se anexa al presente informe. “Se logró hacer una referenciación a través de un libro que permite dar a conocer la oferta de las organizaciones que componen el comité de casos en Norte de Santander con la debida georreferenciación de las mismas”, destacó Gómez. Estos espacios seguros fueron posibles gracias al esfuerzo mancomunado y trabajo voluntario de organizaciones y personas como fundación autónoma Andrés, Uniminuto, Club de Leones, Sena, Protelco, General Santander, Liderar, ex-alumnas del colegio Santa Teresa, las parroquias Señor de los milagros, Jesús Cautivo, Santos Apóstoles, Sagrado Corazón, Cristo Maestro, Jesús de Nazareth, Pablo Benítez, Marcela Méndez, Alejandra Sandoval, Jairo Gamboa.