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día internacional de la mujer

Mié 8 Mar 2023

Mujeres rurales, sembradoras de esperanza

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - Cuando el mundo entero conmemora el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, conviene detenerse un momento a considerar la situación en la que vive la mitad de la humanidad y analizar qué retos se derivan de ello para nuestro actuar cotidiano. Sin duda, hay muchos enfoques posibles. En estos párrafos vamos a poner el foco en las mujeres rurales, desde una perspectiva creyente. De entrada, recuperamos algunos párrafos de la carta pastoral “La Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural”, publicada en 2019 con el sugerente e interpelador subtítulo de “Nazaret era un pueblo pequeño”. En el número 32 se menciona explícitamente a las mujeres rurales, con estas palabras: “Como Pastores hemos constatado también el aspecto positivo que supone que el mundo rural tenga rostro femenino. Sabemos que la presencia y el dinamismo de nuestras mujeres del mundo rural ha obrado grandes maravillas. Han garantizado la vida de nuestros pueblos. Además de dirigir sus hogares y colaborar en las tareas agrícolas y ganaderas, las aragonesas de nuestros pueblos han impulsado iniciativas culturales, asociativas, de creación de empleo, han cuidado a los mayores y han sido pilares de la educación y de la transmisión de la fe y sus valores”. En este contexto, los obispos subrayan que “María es la mujer rural por antonomasia” (n. 37) y que las mujeres rurales “son reflejo de María de Nazaret, la mujer capaz de lanzarse a la aventura de forma inmediata al saber que otra mujer necesita su ayuda y su presencia. No duda en emprender un largo viaje con el fin de servir desde lo que hoy se denomina frecuentemente la sororidad o ayuda mutua entre las mujeres, para transformar un mundo que mueven con su generosidad, a pesar de que todavía no sean valoradas adecuadamente” (n. 35). Aluden aquí al lema de la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Lisboa en este verano de 2023, tomado del evangelio de Lucas, en concreto de la escena de la Visitación: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39). Como ya había advertido el Santo Padre en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, María “es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura” (n. 286). “Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. […] La ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes” (Fratelli Tutti, n. 194). Entre esas mujeres audaces están, claramente, las que viven en las zonas rurales, en zonas remotas y vulnerables, con frecuencia desdeñadas por los centros en donde se toman las decisiones que cambian la vida y la hacen progresar. Son mujeres que no se rinden, que trabajan sin desfallecer por encima de propagandas o intereses sesgados. Mujeres que se crecen ante la adversidad. Como decía Francisco hace unos meses: “Las mujeres rurales tienen mucho que enseñarnos sobre cómo el esfuerzo y el sacrificio nos permiten construir redes que garanticen el acceso a los alimentos, la distribución equitativa de los bienes y la posibilidad de que cada ser humano cumpla con sus aspiraciones” (tuit del 15 de octubre de 2021, Día de la Mujer Rural). En efecto, en numerosas regiones del mundo, el genio femenino encara diariamente la penuria. Una penuria que se manifiesta con formas diversas y lacerantes. Ellas la combaten aportando ese suplemento de fuerza, de resiliencia y de creatividad que se requiere para hacer frente a lances cada vez más acuciantes e intrincados. A estos desafíos se refirió Su Santidad en el primer Encuentro con los Movimientos Populares, que tuvo lugar en Roma en el año 2014: “Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción. (…) Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Al año siguiente, en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), el Papa se hizo presente, igualmente, en el II Encuentro con Movimientos Populares, en donde pronunció estas animosas palabras: “De esas semillas de esperanza sembradas pacientemente en las periferias olvidadas del planeta, de esos brotes de ternura que luchan por subsistir en la oscuridad de la exclusión, crecerán árboles grandes, surgirán bosques tupidos de esperanza para oxigenar este mundo”. En definitiva, sabemos que “la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos” (Fratelli Tutti, n.23). Pero también sabemos que las mujeres rurales son fuente de entusiasmo e innovación para revertir esta situación y que nuestro compromiso creyente nos impulsa a apoyarlas en este camino, un camino de humanidad común y de fraternidad universal. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA

Jue 11 Mar 2021

Desagravio a la catedral de Ibagué por ataque feminista

En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, un grupo de mujeres feministas patearon las puertas de la Catedral Inmaculada Concepción de Ibagué, estando los feligreses adentro, y llenaron de anuncios y grafitis las paredes del templo. Ante esta profanación se realizará el viernes 12 de marzo, a las 11:30 a.m., una ceremonia de desagravio al templo, presidida por el arzobispo de esta jurisdicción eclesiástica, monseñor Orlando Roa Barbosa. En un comunicado emitido el pasado 9 de marzo, el arzobispo condenó estos actos vandálicos y aseguró que ante lo sucedido la Iglesia “seguirá con voz profética denunciando todo aquello que con apariencia de derecho realmente va en contra de la integridad, la naturaleza y la dignidad de las mujeres”. “La Iglesia de Ibagué lamenta y llora los hechos vandálicos contra su Catedral, lugar sagrado que está destinado al encuentro con Dios y que ha sido testigo del desarrollo del pueblo tolimense, patrimonio cultural que debe ser valorado, conservado y custodiado”. El mensaje también expresa que todo atentado contra un lugar sagrado, el Derecho Canónico lo considera como una profanación; por tanto, debe ser reparado con un acto penitencial (can. 1211). [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mié 7 Mar 2018

Iglesia católica conmemora el día internacional de la mujer

En el marco de la conmemoración del Día internacional de la mujer, este 8 de marzo, la Iglesia Católica, a través del Secretariado de Pastoral Social lanza la campaña en redes sociales #ConmemoramosNoCelebramos. Esta iniciativa digital tiene como propósito visibilizar no sólo las problemáticas que atañen a las mujeres, sino su poder transformador en varios espacios de relacionamiento desde diversos sectores y territorios del país. La acción invita a compartir fotografías usando el hashtag #ConmemoramosNoCelebramos que muestren los aportes que realizan las mujeres en diferentes territorios en la promoción y garantía de sus derechos mediante transformaciones sociales y políticas. Así también, se busca que estas imágenes estén acompañadas de testimonios o relatos de hombres y mujeres que den cuenta de los diversos roles que desempeñan las mujeres en los procesos de transformación, mediante acciones de acompañamiento, fortalecimiento, atención de emergencia, entre otros. Los diferentes programas del Secretariado Nacional de Pastoral Social, se unen a la campaña a nivel local, regional y nacional, compartiendo los avances que han logrado las participantes y las organizaciones que acompaña la Institución en relación a los diferentes derechos de las mujeres. Llamado a reconocer el aporte de la mujer El Papa Francisco nos invita a conmemorar el 8 de marzo como una oportunidad para reconocer los aportes de las mujeres y para avanzar en el fortalecimiento de las condiciones que garanticen su participación, de tal manera que su vinculación en la vida política no sólo sea oportuna para ellas, sino también para la sociedad en su conjunto. En este sentido el Santo Padre, refiriéndose al tema, ha expresado que “una sociedad moderna, democrática –decía San Josemaría– ha de reconocer a la mujer su derecho a tomar parte activa en la vida política, y ha de crear las condiciones favorables para que ejerciten ese derecho todas las que lo deseen”. ¿Por qué el 8 de marzo? Las Naciones Unidas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha femenina por su participación igualitaria en el mundo del trabajo y en la sociedad en general, teniendo como punto de partida las diferentes luchas femeninas. Síguenos en nuestras redes sociales:Twitter, Facebook e Instagram: @pastoralsocialc Foto. Edith Guevara. Asocomunal. Rivera Huila. Archivo Diócesis de Neiva.

Jue 10 Mar 2016

Iglesia de Barranquilla exaltó labor de la mujer

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el centro comercial Villa Country y la Arquidiócesis de Barranquilla se unieron para celebrar la fecha exaltando a las mujeres como un signo de amor en la comunidad. El encuentro, realizado en el centro comerical, inició con una Eucaristía presidida por monseñor Víctor Tamayo Betancourt, Obispo Auxiliar de Barranquilla. En la celebración se exaltó el trabajo de muejeres que sobresalen en la comunidad barranquillera por su compromiso social con los demás. Fue el caso de Nancy Gómez, académica de la Universidad del Norte que fue distinguida por sus constantes investigaciones alrededor de la temática del maltrato a la mujer y la dignificación de la misma. Rita Molina Zuñiga fue la cuota pastoral, exaltada por sus más de 15 años de servicio a los demás a través de la Pastoral Penitenciaria desde la que atiende y acompaña diariamente a los reclusos de la penitenciaría El Bosque. Zandra Vasquez, actual secretaria de la Mujer del Atlántico también fue exaltada por su constante trabajo en bien de la comunidad femenina del Departamento. Finalizado el acto de exaltación se abrió la exposición de fotografías de los templos del Atlántico del fotógrafo Carlos Cruz, que podrá apreciarse en las instalaciones del centro comercial durante todo el mes de marzo. Fuente: of. comunicaciones arq. de Barranquilla

Mar 8 Mar 2016

Mujeres que valen la pena recordar hoy

Por: Dra. Danelia Cardona - Hoy, día en el que se reivindican los “derechos” de la mujer quiero referirme a una mujer católica, que fue socialista, que hizo parte del movimiento feminista, que abortó y que hoy se encuentra camino a los altares: Dorothy Day. La historia de la mujer ha estado enmarcada por una mala interpretación de sus dimensiones fundamentales: biológica, psicológica, espiritual y social; su dignidad y su rol. Erróneamente se considera que la dimensión de la maternidad femenina es una obligación para que biológicamente todas las mujeres sean madres, lo que las reduce a solo un aspecto de su identidad: el biológico. Sin embargo, es esta identidad femenina la que las dota de especiales características que las hace mujeres: una capacidad de entrega y de preocuparse por “el otro”, así como una capacidad de sobreponerse a la adversidad como lo muestran diferentes hechos de la historia pasada y actual. Y mi amiga Dorothy lo demostró en su vida, cómo a través de su trabajo periodístico y del movimiento “El Trabajador Católico” se entregó al trabajo de los más necesitados y vulnerables. Existía una errónea interpretación del rol de la mujer donde esta es considerada de menor dignidad que el hombre y es oprimida en los sistemas políticos y legales del mundo, que no podemos negar es muchas veces señalada hacia el texto bíblico del Génesis. Se acusa a la mujer de la caída del varón al ceder a la tentación de la serpiente. Sin embargo, el mensaje sobre la dignidad del hombre y la mujer es inequívoco en este libro: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Lo confirma luego el Catecismo de la Iglesia católica: “el hombre y la mujer son, con la misma dignidad ‘imagen de Dios’”. Dorothy fue hija de esta tergiversación de las escrituras y fue parte del movimiento feminista, a partir de 1916 se involucró en asuntos candentes como: los derechos de la mujer, el amor libre y el control de la natalidad. Al mismo tiempo ingresaba en el Partido Socialista de América. Una precursora de esta Dorothy fue Ellen de Gouges quien redactó una declaración de los derechos de la mujer, paralelamente a la publicación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. De Gouges insistía en igual dignidad para el hombre y la mujer, en el derecho al voto, en la obligación tributaria y en condiciones sociales iguales entre hombre y mujer. Uno de los primeros hitos en la adquisición de igualdad de derechos para la mujer fue el derecho al sufragio. Day, por otra parte, mientras militaba por la igualdad femenina, cayó en brazos de varios amantes, quedó embarazada, y este primer hijo lo abortó. Posteriormente, fruto de otra unión volvió a quedar embarazada pero decidió tener este hijo y bautizarlo en la Iglesia Católica. Ella misma, decidió también bautizarse en la Iglesia Católica, pues en años anteriores se había enamorado de la Iglesia, como la Iglesia de los inmigrantes y los pobres. Desde la Revolución Industrial, y con el paso por las dos guerras mundiales, se le fue abriendo campo a la mujer en aspectos sociales nunca imaginados: entre ellos, el trabajo. Dorothy trabajó por los demás, a través de su periódico (que hoy en día se sigue vendiendo y alcanza 150,000 ejemplares) y el posterior movimiento que surge del trabajo en este periódico, donde abrieron centros de acogida para los necesitados, y estos se expandieron por todo Estados Unidos. Se entregó al servicio de otros, nunca se volvió a casar y vivió su vida como célibe. En 1955 se hizo oblata de los Benedictinos y reverenció los valores monásticos del trabajo, la comunidad, la hospitalidad y la paz. En los años sesenta se da la segunda oleada de la mal llamada liberación femenina, que posteriormente se fue conociendo como el movimiento feminista gracias a la introducción de “la píldora” o pastilla anticonceptiva, llegándose a afirmar como el avance científico más significativo al revolucionar la vida sexual de las mujeres. La píldora trae consigo una realidad: el ejercicio de la sexualidad y la procreación se separan, se le da prioridad a un comportamiento sexual alejado de la definición de sexualidad humana. Se inicia la construcción del feminismo radical, aquel que intenta revelarse contra el “patriarcado” y donde comienza una búsqueda de igualdad entre hombre y mujer que los separa a cada uno de su identidad, y anula sus sanas diferencias. Y hoy, en este contexto, no puedo evitar pensar en Dorothy Day, una “piadosa radical”, una mujer atípica para sus tiempos desde cualquier punto de vista – liberal o conservador – pero una mujer convencida de su vocación de mujer, del bien que hay que hacer siendo cristiano y plena en todas las dimensiones como una mujer católica. “Ella se inspiró en el espíritu de San Francisco en su adopción de la pobreza voluntaria. Como Santa Teresa de Ávila, ella era una mujer apasionada, una mística práctica, sin temor de iniciarse en nuevas direcciones, de arriesgar la desaprobación y la falla aparente en la persecución de su causa. Como la madre Teresa de Calcuta ella buscó en reconocer a Cristo en el penoso disfraz de los pobres y de los no deseados. Con su santa favorita, Teresita de Lisieux, ella abrazó “caminito” siempre haciendo énfasis que no son los grandes proyectos y logros los que son los más importantes a los ojos de Dios, sino el hacer las cosas pequeñas con amor y fe. Cada día en el Trabajador Católico, ella creía que traía una repetición del milagro de los panes y de los peces”. Danelia Cardona Lozada MD MRCPsych Directora departamento de Promoción y Defensa de la Vida Conferencia Episcopal de Colombia