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diálogos con eln

Lun 20 Nov 2023

“En Colombia hace falta derribar los muros que tenemos en el corazón, en la conciencia”: Cardenal Luis José Rueda Aparicio

Este domingo, 19 de noviembre, Noticias Caracol emitió una entrevista realizada al Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Durante el diálogo con Juan Roberto Vargas, director del espacio informativo, y con la periodista Rocío Franco, el purpurado se refirió a la asamblea del sínodo, en la que estuvo participando durante el pasado mes de octubre. Además, hizo importantes reflexiones y llamados sobre la situación actual del país, el rol del ELN y el acuerdo nacional que es necesario para superar este momento difícil que vive la nación.Ante la pregunta de los periodistas acerca de su percepción sobre el Acuerdo Nacional al que se ha referido el presidente Gustavo Petro y del que aún no se han visto avances reales, monseñor Rueda manifestó su respaldo a la superación de la polarización política a través de la búsqueda de consensos que involucren a todos los sectores de la sociedad para garantizar un futuro mejor para todas las generaciones venideras. “El Acuerdo Nacional (…) No es para apoyar ni a Petro, ni a Uribe ni a sus seguidores, es para apoyar la siguiente generación de colombianos, los nietos de ustedes, los hijos de ustedes, de todas las familias colombianas”, manifestó con contundencia el purpurado. De acuerdo con el Cardenal, cuatro temas centrales deberían transversalizar este acuerdo: El respeto a la vida; una economía orientada al desarrollo integral de las personas, de las familias y de las regiones; el enfoque ecológico y agrícola; y la familia como fundamento de la sociedad y del futuro.Además, en el espacio, titulado “Las reflexiones del Cardenal”, el presidente del episcopado colombiano también se refirió al ELN. Recordó que, aunque la Iglesia Católica colombiana ha estado acompañando cada uno de los intentos de acuerdo que se han adelantado con este grupo insurgente, ya es momento que el ELN asuma un verdadero compromiso por detener su accionar delictivo para buscar verdaderos caminos verdaderos de paz y, especialmente, alivio para las comunidades que están en medio del conflicto. “Colombia necesita un ejército que respete la libertad nacional y entonces que su sigla se convierta en una cuestión proactiva de vida sin armas”, puntualizó el Cardenal.A propósito de la justificación que ha usado el ELN para seguir delinquiendo a través de acciones como el secuestro y la extorsión, mientras desarrolla una mesa de diálogos con el Gobierno Nacional, monseñor Luis José Rueda afirmó: “Es absolutamente impopular pretender que con el erario público vayamos a sostener un grupo que está dedicado a hacer sufrir a nuestros colombianos. Por lo tanto, nosotros lo que debemos pedirles a ellos es integren a la sociedad. Si aman a Colombia, intégrense para empuñar las herramientas y sacar adelante este país en todos los aspectos y en todas las regiones”.Además, ante la dolorosa realidad humanitaria, social y económica que viven las comunidades de muchas regiones del país, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, remarcó en el espacio que le dan las instituciones del Estado a estas problemáticas por falta de presencia o efectividad: “Es necesario que el Estado tome en serio las regiones, porque cuando uno está como misionero en el Putumayo, en el en el Chocó, en las distintas regiones, se da cuenta también del abandono del Estado. Entonces ese es el caldo de cultivo y el escenario propicio para que crezcan estos grupos que pretenden ser la solución, pero con las armas”.La entrevista finalizó con la bendición del Cardenal a todas las familias colombianas y su invitación a mantener viva la esperanza en Cristo ante tantos desafíos. "Dios Bendiga a las familias de Colombia, a los niños, a los jóvenes y a los adultos. Afiancémonos en la esperanza, confiemos unos a otros y confiemos en el amor de Dios que nos acompaña", expresó el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.A continuación, vea la entrevista completa:

Vie 28 Jul 2023

Iglesia inició pedagogía sobre su rol en el monitoreo del cese al fuego con el ELN

Como parte del compromiso adquirido durante el cuarto ciclo de negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), este jueves 27 de julio, se llevó a cabo en el municipio de Tame (Arauca), un encuentro de formación sobre el rol de la Iglesia Católica colombiana en el Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV)del Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal (CFBNT) acordado entre el Gobierno Nacional y esta guerrilla.El obispo de Arauca, monseñor Jaime Cristóbal Abril González, junto a cerca de 20 delegados de su diócesis y de la Diócesis de Yopal, profundizaron en el protocolo, así como en los principios y criterios bajo los cuales la Iglesia actuará en este campo, enfocados específicamente en la labor de monitoreo. Una misión que estará basada en su identidad pastoral y humanitaria, así como en su doctrina eclesial en el ámbito de la paz.De manera similar, la semana anterior se llevó a cabo un espacio pedagógico con delegados de las diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó en el departamento del Chocó. Los encuentros estuvieron presididos por monseñor Mario de Jesús Álvarez, pastor de ambas jurisdicciones. Allí también participaron agentes pastorales de la Diócesis de Pereira.Estos talleres son facilitados por la delegación de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las relaciones Iglesia- Estado, liderada por monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria. Además, cuentan con el apoyo y la participación de la Misión de Verificación de Naciones Unidas y del equipo del Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu.De acuerdo con monseñor Henao, este servicio que prestará la Iglesia dentro del MVMV se hará en favor de los más vulnerables y en clave de fortalecimiento del proceso de diálogo. “Es un mecanismo que fundamentalmente le pide a la Iglesia ayudar a fortalecer todos los esfuerzos para evitar, para prevenir accidentes, para proteger a la población”, precisó el delegado.Según ha informado esta oficina de la CEC , son nueve las regiones del país en las que se implementará el mecanismo. Estas abarcan las arquidiócesis de Cali, Medellín y Bucaramanga, y las diócesis de Arauca, Quibdó, Valledupar, Pasto, Soacha y Cúcuta. Allí también se llevarán a cabo estos espacios de formación.

Dom 28 Nov 2021

Nuncio apostólico de Colombia, habla sobre avances de diálogos con el Eln

A propósito de la reactivación de los diálogos entre del Eln y el Gobierno Nacional, el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, dialogó este jueves 25 de noviembre, con el diario El Espectador, allí se refirió entre otros temas, a los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con miembros del Eln. Lea la entrevista completa. AQUÍ⬇ El nuncio apostólico, Luis Mariano Montemayor, destaca avances en los diálogos con esa guerrilla, entre ellos su disposición a discutir los temas que el Gobierno pone como precondición. El único protagonista que faltaba por hablar sobre los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con la guerrilla del Eln, hechos públicos por parte del alto comisionado para la Paz, era el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor. En este diálogo con El Espectador revela los alcances de esa misión, lo que significa el cambio de actitud del Gobierno nacional hacia el posible reinicio de una negociación con ese grupo, además de algunos detalles inéditos como, por ejemplo, que el Eln ve con buenos ojos la intervención del expresidente Uribe o que el ahora nombrado gestor de paz, Juan Carlos Cuéllar, hace apenas unos meses le había dicho que no estaba dispuesto a jugar ese rol. Monseñor, ¿Me puede usted decir en qué estamos hoy con el Eln? Le puedo responder en lo que estamos nosotros. Estamos en diálogo abierto con el Eln, con la delegación en La Habana y con los órganos del Eln presentes en Colombia. ¿Y por qué? Por razones de derecho humanitario. Nuestros párrocos conocen por nombre y apellido a las personas que sufren las consecuencias del conflicto, que son particularmente agudas en algunas zonas: en el Chocó, en el Catatumbo, en el Cauca, Nariño... Como pastores no podemos evitar la responsabilidad de poner de presente al Eln las consecuencias claras de sus acciones con respecto a la población y al Derecho Humanitario. Porque si es un grupo, como lo es, que se considera insurgente, que lidera una rebelión armada contra el Estado, no es simplemente un grupo criminal, está obligado por el derecho de guerra. Y por eso ellos interpelaron al papa con dos cartas muy importantes que llegaron por circuitos extraoficiales, y vimos la necesidad de tener un canal oficial con ellos. El santo padre quiere mantener esa comunicación, y eso nos facilita poder plantear al Eln nuestras preocupaciones de las bases, problemas humanitarios muy claros: secuestros, minas antipersona y por lo mismo confinamiento de comunidades por campos minados, reclutamiento de menores, asesinato de civiles. Esos son temas que tenemos que tratar con ellos. Y aclaró, no son precondiciones para cualquier diálogo, son el diálogo con el Eln. Esto es, para nosotros, lo más valioso de esta gestión de buenos oficios en que nos vimos metidos por petición del presidente de la República. ¿Y en esa petición, el presidente les puso algunas condiciones? No para nuestra gestión. Sí para la eventual respuesta del Eln. El presidente fijó claramente sus condiciones para que pueda haber un diálogo entre el Gobierno y el Eln. Pero aquí no se trataba de que fuéramos mensajeros del Gobierno, no somos agentes del Estado colombiano, somos soberanos. El presidente lo que nos dijo fue: “al único a quien el Eln no se va a permitir el lujo de mentirle es al santo padre”. Se ha insistido mucho en la confidencialidad durante estos 17 meses. ¿En qué momento cambió eso? Eso tiene que preguntárselo a Miguel Ceballos, nosotros seguimos siendo confidenciales. Pero quiero aclarar que la confidencialidad no es clandestinidad; es reserva para proteger el diálogo, para que haya libertad, para proteger a las personas, para limitar las presiones, porque hay gente que no quiere el diálogo y que va a hacer todo lo posible para torpedearlo. Pero usted fue informado de que se harían públicos los acercamientos? ¿Le consultaron? ¿Estuvo de acuerdo? El día anterior yo estaba en un viaje a Tunja, tratando de superar los bloqueos, y el comisionado me buscó para informarme que iba a hacer una intervención periodística y sus razones para hacerlo. Le dije que comprendía, pero le pedí que tuviera mucho cuidado con los detalles. Parece que no fui muy eficaz. El Gobierno ha sido muy reacio todo este tiempo a reabrir la puerta al Eln, ¿siente que es sincera esta nueva apertura? A mí no me corresponde decir si es sincera o no. Es cierto que es sorpresiva, porque primero nos piden máxima confidencialidad y después prácticamente lo cuentan todo. Ciertamente tienen una intención, pero yo no puedo responder por eso. Lo único que puedo decir es que pusieron fin a una iniciativa y no sabemos si van a abrir otra. El objetivo de nuestros buenos oficios se cumplió, porque las preguntas que el Gobierno fijó están respondidas por el Eln. El Gobierno tendrá que valorar eso y decir qué va a hacer ahora. ¿Tomó 17 meses obtener esas respuestas del Eln? La pandemia nos perjudicó muchísimo. Se nos pedía que el santo padre mandara un emisario a preguntarle al Eln si verdaderamente estaba dispuesto a entrar en negociaciones por la paz. Pero con cuarentenas, ausencia de vuelos, confinamientos y demás obtener esa respuesta, llevársela al santo padre y transmitírsela al Gobierno nos tomó hasta noviembre. Llegamos demasiado tarde. Mientras tanto hubo dos intervenciones del gobierno norteamericano que nos pusieron en crisis. En agosto pensamos que todo había terminado. Pero no. En noviembre pudimos llevar la respuesta y con ella ya se veía que el Gobierno estaba casi que decidido a poner fin a este instrumento. Mas no, seguimos. En marzo, incluso, hubo una última visita a La Habana. ¿Cree que el nombramiento la última semana de ‘Juan Carlos Cuéllar’ como gestor de paz y su excarcelación es el inicio de una nueva iniciativa? Yo visité a Cuéllar en Jamundí a finales de agosto. Y fui con todo el apoyo del comisionado, que me consiguió el permiso del Inpec; Naciones Unidas me puso un helicóptero, la MAP-OEA transporte terrestre... Nosotros, Santa Sede, necesitábamos saber cuál era la percepción de la base del Eln sobre una posible, eventual, negociación de paz con el gobierno del presidente Duque. Hablé con él y le dije al Gobierno después que sería un gesto muy importante de confianza para el Eln la liberación de Juan Carlos Cuéllar. Nunca entendí por qué lo pusieron preso, francamente, porque es un hombre muy valioso, sobre todo por su prestigio frente a los que cuentan, que son las bases del Eln, que integran lo que ellos llaman la Asamblea Nacional. Porque el Eln es mucho menos jerárquico y autoritario de lo que eran las Farc. También llevé al Gobierno la respuesta de Juan Carlos Cuéllar y su disposición a ayudarnos a avanzar hacia un cese definitivo de las hostilidades, que ya es bastante, y a participar en la solución de los problemas humanitarios que el Gobierno pone como precondición y que para nosotros de todas maneras son esenciales y tenemos que tratar. ¿Es decir, que ‘Juan Carlos Cuéllar’ sí es un buen vehículo para acercar a las partes? También llevé al Gobierno el mensaje de Cuéllar en el sentido de que él no aceptaría un nombramiento por parte del alto comisionado como promotor o gestor de paz. Eso, para él, pondría un manto de sospecha sobre su lealtad al Eln, que la tiene. Él es del Eln, no es un exmiembro del Eln —me parece que es un error en la lectura del comunicado— está en comunicación con la delegación y la delegación se preocupa por él; de hecho, una de las razones por las que fui es que sabíamos que había contraído el COVID y queríamos saber cómo estaba. La liberación de Juan Carlos y que participe formalmente en un proceso de diálogo con el Eln me parece un acto inteligente, para mí con retardo. Lo que no sé es por qué aceptó ahora lo que no aceptó en aquel momento. Algo debe haber en la percepción del Eln que ahora sí y antes no. Todavía no he hablado con él. Bueno, es que se nota un cambio de posición en el Gobierno frente al Eln, ¿o no? En 17 meses, que es mucho tiempo, hay cambios; cambios de humor, de perspectiva, de influencias... Nos cambió el escenario. Pedí un nombramiento oficial para el padre Echeverry, por ejemplo, para que pudiera contactar a una organización que el Gobierno considera terrorista. No voy a poner al padre Darío preso por ayudarme. Hay precedentes en las “jugaditas” colombianas, casi nos ponen preso a un obispo por eso. Pero eso nos causó problemas con el Eln; inicialmente lo vieron mal, temieron que estuviéramos como subordinados al alto comisionado. Aclaramos, lo entendieron, también el nuncio exigió “bueno, creen en mí o no creen”. Y creyeron, y seguimos adelante. ¿Y este cambio del Gobierno frente al Eln justo ahora cree que se debe al paro nacional? Ninguna duda de que las demostraciones de noviembre de 2019 cambiaron las prioridades del Gobierno. Si no, toda esta experiencia no se hubiera dado. Son las reglas del juego, todo va cambiando. La pandemia nos cambió, la intervención de Trump nos cambió, etc. Y uno se va ajustando al escenario que tiene. Creo que va en bien del Gobierno pensar que toma nota de que hay unas peticiones y entre ellas también está, así no sea directa. Al Gobierno le ha dolido mucho que le digan que está contra la paz y creo que quiere mostrar que no es justo ese apelativo. Y yo diría a la opinión que podemos disentir sobre los instrumentos que nos lleven a la paz, pero no necesariamente eso nos hace enemigos de la paz. Pero además el Gobierno cree que el Eln tiene un papel preponderante en la violencia que ha acompañado la protesta. ¿Es ese diagnóstico correcto? Es un diagnóstico parcial. Si usted piensa que el Eln no tiene que ver es un iluso. Si piensa que el Eln lo ha creado, también es un iluso. El Eln tiene una base social importante, está presente en organizaciones sociales múltiples, que participan en la protesta. Y además se considera el brazo armado y protector de esas organizaciones contra, en su lenguaje, una oligarquía violenta que va a venir a matarnos. Entonces, atención. El Eln no tiene pretensiones de ocupar el Estado, saben que eso no les alcanza. Pero sí se consideran brazo armado de las organizaciones sociales que postulan un cambio de la sociedad colombiana. Y me sorprendería mucho que no tuvieran nada que ver, o que no saquen partido de las dificultades de su adversario. Pero eso lo hacen todos. ¿Y ha sido la movilización social y su papel en ella un tema de diálogo con el Eln? Nosotros no entramos en ese tema. Pero supongo que será parte del diálogo entre ellos el día que tengan diálogo directo: “Hijos, creemos un ambiente social que permita una negociación”. Nosotros en lo que entramos muy claramente fue en saber si había voluntad del Eln a entrar en un cese de hostilidades con el Estado colombiano, y la respuesta fue que sí. Donde no se encuentran las posiciones es que el Gobierno para eso pide condiciones y el Eln no está dispuesto a aceptar condiciones. Y son coherentes los dos, no se han movido un milímetro de esas posiciones. ¿Y entonces? Mire, el Eln ha estado dispuesto a tratar con nosotros muchas de esas precondiciones. Los secuestrados, por ejemplo. Los liberó a casi todos. Algunos están muertos y nos dieron respuesta. Otros ni se sabe, de una lista que nos dio el Gobierno que es bastante poco creíble de cosas muy del pasado, es muy difícil saber quién fue, dónde, etc. Pero lo que es del 2018 para acá, hay dos muertos y hemos certificado eso. Hay tres liberados. Hay un detenido porque tiene un juicio revolucionario y el comandante zonal no lo quiere liberar. El señor Mosquera tiene un problema con ellos y tiene un juicio revolucionario en contra. Pero la delegación nos aseguró que están trabajando el tema y que entienden que es muy importante que el Eln no tenga ningún secuestrado. Son gestos, como lo fue también el alto al fuego unilateral que hicieron durante todo el mes de abril y que tuvo consecuencias clarísimas sobre las operaciones en el territorio e incluso sobre las fuerzas de seguridad. Pero, dice usted, ninguno se mueve un milímetro en sus inamovibles… En diplomacia nada es inamovible, porque cambian las circunstancias y lo que uno nunca hubiera querido hacer por ahí lo tiene que hacer, porque le conviene al final. Tenemos la pandemia, otra administración en los Estados Unidos, con una visión distinta. Recuerdo una vez hablando con el presidente a finales de noviembre, y decía que de todo tenemos que esperar a ver qué pasa del otro lado del Caribe, y eso nos iba a condicionar. Pues sucedió lo que sucedió. Y sobre los inamovibles hay que distinguir. Una cosa es la presión que una parte puede poner públicamente sobre la otra y otra lo que puede hacer, que en definitiva es lo que la comunidad internacional le reconoce que puede hacer. Y pacta sunt servanda es el principio base del derecho internacional, sobre eso está construida la comunidad internacional; si no, es la guerra. Bueno, uno de los mayores líos es el de los protocolos con los garantes. ¿Eso también ha cambiado por las nuevas circunstancias? Nosotros estamos interesados en que se supere el problema de los protocolos. Y estos se pueden cumplir o se negocian, se actualizan, se sustituyen, hay muchas opciones. Y en parte nuestra gestión ha tenido que ver con eso. Alguno me ha acusado de injerencia; bueno, yo soy diplomático y hago mi trabajo, y la Santa Sede es un actor diplomático internacional. Entonces, entendemos el corto circuito porque el atentado a la Escuela General Santander no fue una cosita, fue un gran error político del Eln, que por cierto le ha costado mucho a Cuba. El Eln está en deuda con Cuba. Y hablando de Cuba, después de tanta fricción, ¿tuvo un papel protagónico en este acercamiento, fuera del hecho de que la delegación está allá? La pregunta ya tiene la respuesta. Sin Cuba no era posible. Sin Noruega, tampoco. La Santa Sede no hubiera hecho absolutamente nada sin la anuencia de los garantes. Cuba nos recibió además como reyes. En su doble condición de secretario de la Comisión de Conciliación Nacional designado por la Conferencia Episcopal y como delegado del nuncio apostólico, el padre Darío Echeverry fue recibido siempre por el canciller cubano. Ellos no han renunciado a su papel de garantes, a pesar del alto costo que están pagando por cumplirlo. Y no tienen por qué renunciar. Insisto, “pacta sunt servanda”. Y a todas estas, ¿el expresidente Uribe qué pitos toca en este escenario? Él tiene razón cuando dice que no estaba enterado de los contactos, pero es un factor que intervino permanentemente, estuvo en la mente de todos. Empezando por nosotros, pues consideramos que el expresidente Uribe es parte de la solución, creemos que es importantísima su intervención. Él se reunió con Juan Carlos Cuéllar hacia el final de 2019, y ahí pasó algo raro porque Cuéllar terminó preso, pero el expresidente Uribe estaba interesado en que se tratase con el Eln. Y la iniciativa del Gobierno para que convergieran todas estas instituciones internacionales atiende algunas inquietudes del expresidente. Aquí hay que decir que, en los últimos 20 años, por lo menos, todos los gobiernos colombianos han tratado con el Eln, y el que más cerca estuvo de llegar a un acuerdo para el fin de las hostilidades fue el del expresidente Uribe; más que Santos. Esa es una realidad con la que trabajamos, porque incluso hay resultados que se podrían retomar. Una de nuestras preocupaciones fue saber qué pensaba el Eln de una participación de Uribe. Y nuestra sorpresa fue que el Eln no lo ve para nada mal. Los mejores acuerdos se hacen con los peores enemigos, esos son los que duran. El expresidente es un animal político que tiene intuición, y la intuición no lo engañó. Yo lo encontré a fines de diciembre en Rionegro porque tenía una pregunta del santo padre que solo él podía responder. ¿Cuál era esa pregunta? Si estaba en contra de contactos para el fin de las hostilidades con el Eln. Y no, no está en contra. Eso se lo comunicamos al Eln. Bueno, monseñor, pero además del Eln preocupan al santo padre otros temas de Colombia. Habló de su preocupación por la violencia en las protestas cuando unas pocas semanas antes había dado un espaldarazo al manejo de la migración venezolana. ¿Cómo entender esos dos mensajes tan disímiles sobre Colombia? Es que Colombia es multifacética. Tiene cosas buenas y cosas malas. Yo le he dicho al presidente Duque desde el principio que queremos ayudar, no podemos tener más problemas en la región. Si queremos resolver el problema de Venezuela de manera pacífica necesitamos una Colombia en pie, que resuelva sus problemas y participe. No estamos contra el presidente Duque, queremos ayudarle. El santo padre es un hábil diplomático. Sabe venir a apoyar iniciativas que van en la línea de sus grandes preocupaciones universales como las migraciones, y en particular la migración venezolana que además tiene que ver con el problema de Venezuela y con el problema colombiano. Pero el santo padre habló de su preocupación, y si no resolvemos este problema va a seguir preocupado y algo más dirá. Estamos tratando de ayudar a tender caminos de escucha y de negociación, porque esto que está pasando no le hace bien al país. Está la iglesia local participando activamente, y yo no sustituyo a la iglesia local, la apoyo, estoy informado e informo permanentemente. Sabemos que los colombianos se polarizan con una rapidez impresionante y no vamos a intervenir en ella. Pero hay un sector de opinión al que le parece que sí han tomado partido. Algunos sectores de ambos lados tienen esa percepción. Siempre habrá quienes quieran utilizar la autoridad moral de una institución, cualquiera, para su propia necesidad política inmediata. En estos momentos lo que hay que saber proteger es la autoridad moral sobre todos. Hay que tratar de decir las cosas objetivamente y de facilitar una solución. La economía colombiana no va a resistir una situación como la actual muchos días, hay que resolverla. Pero lo que está en juego es que la sociedad colombiana acepte que la protesta es normal en una democracia. Y crear las condiciones para que la protesta se pueda hacer y que el que proteste esté defendido y se evite la manipulación de la protesta, de unos y otros, para agudizar el enfrentamiento social. Y atención, esos demonios están en ambas partes. Les dijo Francisco en su visita a Colombia a los jóvenes: “Vuelen alto. No se dejen robar la esperanza”. ¿Siente que las protestas están alineadas con ese llamado del papa? Una de las características de las protestas es la participación masiva de los jóvenes. Y el tema es la insatisfacción y el descontento de la juventud, que es transversal. No son solamente los pobres, están más descontentos incluso los que alcanzaron a tener una posibilidad. Y la frustración de la esperanza es explosiva. Por eso las revoluciones las hace la clase media, en todos los lugares. Los bolcheviques no era campesinos. Ese es un factor que hay que resolver por parte del Comité del Paro, que no tiene dominio y control sobre todas las manifestaciones de protesta. ¿Qué reporte tiene del acompañamiento que han hecho a los diálogos entre el Gobierno nacional y el Comité del Paro? No puedo dar detalles, eso sí que es confidencial, pero esto va a ser lento. Sin embargo, es un elemento esencial para que comiencen a serenarse los ánimos. Creo que todos tenemos que tratar de recuperar la calma. Hay un mínimo de sentido común que todos los sectores tienen que recuperar. La Pastoral Social está haciendo bien su trabajo y esperamos que las partes vayan encontrando una auténtica negociación. Hay cosas para negociar. El expresidente Santos dijo que había soluciones previstas en el Acuerdo de Paz, pues ¡desempolven! Así no sea para todo, pero sí para alguna y así se comienza a encauzar la protesta. Hablaba usted del descontento que es en general con todas las instituciones, incluidos nosotros los medios de comunicación, básicamente por una desconexión con la vida diaria de la gente. Todos estamos mirándonos hacia adentro. ¿Cuál diría usted que es la mayor desconexión de la Iglesia católica con la gente? Para nosotros el tema del referendo Sí o No fue traumático, porque la Iglesia católica vivió las mismas divisiones de la sociedad. Y no podía ser de otra manera, porque el 80 % de la población colombiana es católica. De ahí para acá la Iglesia ha tenido que ir afinando y nos pasa lo mismo que a todas las instituciones, porque percibir la opinión de los jóvenes no es fácil a pesar de que tenemos nuestras organizaciones juveniles. Con las masas urbanas, aquí hay jóvenes que ni siquiera nos conocen. Abandonaron sus familias, sus pueblos, donde la Iglesia era parte de la vida de todos los días y fueron a vivir a barrios marginales, sin servicios, sin educación y donde la Iglesia no está. ¿Cómo llegar? Después está el ámbito universitario, donde estamos un poco desactualizados, creemos que con tener un capellán ya estamos. Ahí, como dicen ustedes, hay que darse una pellizcada. Hay que encontrar caminos nuevos de comunicación para interpretar a los jóvenes. Pero además hay que encontrar respuestas, porque esta juventud ve un horizonte cerrado. Desocupación, pobreza, esas son las causas principales de la protesta. FUENTE: Diario El Espectador

Jue 31 Mar 2016

Iglesia optimista por diálogos entre Gobierno y Eln

El arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis Augusto Castro, manifestó su optimismo por el acuerdo a una apertura de diálogos de paz entre Gobierno y Eln. “Deseamos que como resultado de dicho proceso ese grupo (Eln) pueda integrarse a la sociedad, para así terminar esta guerra que no tiene sentido”, afirmó el arzobispo. El prelado informó que la Iglesia en días pasados había recibido una carta del Eln donde les pedían estar presentes en la mesa de las negociaciones, una vez fueran públicas, “después de consultar al Presidente de la República y al Comisionado de Paz, se contestó positivamente y se buscará apoyar en todo lo que sea posible este diálogo, esperando dar un aporte positivo”. Por último advirtió que los diálogos con el grupo guerrillero, están supeditados a que el grupo armado no tenga secuestrados. Por su parte el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, señaló que los diálogos con el ELN deben estar acompañados de un serio compromiso con la verdad. Insistió que los diálogos son una oportunidad para consolidar los avances que se han adelantado en La Habana con las Farc. “Que la insurgencia armada se siente ahora a una mesa de diálogos y de acuerdos, abre el espacio para que lo que se ha avanzado en La Habana se consolide y de manera muy especial, para que el país pueda concentrar todas sus fuerzas en desmontar ese gran monstruo de la corrupción”, aseveró el prelado. Durante una rueda de prensa el prelado expresó que la Iglesia “mira con esperanza estos pasos, acompaña a quienes los dan y convoca a todos en el país a movilizarnos por estos propósitos”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Comunicado prensa arzobispo de Cali[/icon]

Mié 3 Feb 2016

“No se puede tirar la toalla”

Con estas palabras el arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Luis Augusto Castro Quiroga, hizo un nuevo llamado al Gobierno y al ELN para que continúen buscando una salida negociada al conflicto. En una entrevista concedida a RCN La Radio, el prelado pidió a este grupo guerrillero no enfrascarse en “discusiones teóricas” y avanzar en los acercamientos para iniciar un diálogo formal. “El ELN toda la vida ha dialogado, le encanta dialogar, pero hay que pasar a puntos más concretos, más relacionados con un proceso específico que vaya llevando hacia la paz, si no se avanza hacia ese punto sí se está perdiendo el tiempo. No se puede tirar la toalla”, aseveró. Monseñor Castro Quiroga dijo además, que el resultado de las elecciones parlamentarias en Venezuela, habría sido una de las causas del retraso para el inicio de los diálogos en ese país. “Estarán pensando también qué otro lugar será el conveniente y eso demora las cosas, creo que eso es un aspecto muy importante y habrá que esperar a que se decidan”, añadió.

Mar 3 Nov 2015

Iglesia dispuesta a mediar entre Gobierno y ELN

Así lo aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, al conocer la solicitud hecha por parte del grupo del ELN. El prelado aseveró que existe toda la voluntad para ser mediadores en este caso. "Se trata de un servicio a la paz y creo que esta Conferencia Episcopal buscará también estudiar la mejor manera para ayudar en este proceso". "Vamos a tomarnos este comunicado muy en serio, reafirmo que todo lo que podamos hacer para ayudar en este proceso con el ELN, como hemos hecho con el proceso que actualmente está tomando fuerza en Cuba, lo hacemos con mucho gusto, para que avance el proceso de paz con el ELN, si está a nuestro alcance", manifestó el alto jerarca. Monseñor Castro Quiroga calificó esta solicitud como un gran avance por parte de este grupo subversivo, por lo que confirmó que este comunicado será socializado a todos los obispos de Colombia, quienes han sido convocados a partir de este lunes en Bogotá para participar de una reunión extraordinaria. "Es elemental que yo analice con detenimiento el documento y lo reflexione, y luego sí daré una respuesta más detallada, quiero leerlo personalmente, y luego comentarlo ampliamente. Mañana estaremos todos los obispos reunidos en conferencia, allí considero que lo hablaremos entre nosotros, y prepararemos una respuesta concertada", declaró el máximo representante de la Iglesia en Colombia. El pasado domingo el ELN hizo un llamado para un cese al fuego bilateral con el fin de formalizar una negociación con el Gobierno, para lo cual pidió la intervención de la Iglesia.