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diócesis ocaña

Vie 19 Oct 2018

Jóvenes de Ocaña presentes en JMJ 2019

Cuando faltan menos de cien días para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá, la diócesis de Ocaña sigue preparando a sus jóvenes para vivir esta experiencia única en la Iglesia. Por ello, realizará el próximo 10 de noviembre el 'Mega Concierto Católico'. Este será un espacio de oración y alabanza al Santísimo, donde se tendrá la oportunidad de disfrutar de los diferentes temas musicales interpretados por los catautores: Ítala Rodríguez, de Perú; el padre Doriam Rocha, de Valledupar y el padre Jair Montagut, de Barrancabermeja. Durante todo el año un grupo de jóvenes, animado por la pastoral juvenil de esta iglesia particular, ha estado realizando diferentes actividades que les permitirá solventar en parte los gastos para asistir a la JMJ 2019.

Mar 21 Ago 2018

“Éste debe ser un día para atrevernos a soñar que será posible otra Ocaña”

Con estas palabras el obispo de Ocaña, monseñor Gabriel Villa Vahos, animó a la comunidad a vivir la fiesta patronal de la diócesis, en la advocación de Nuestra Señora de Las Gracias de Torcoroma. Dijo que es válido soñar por un mejor Catatumbo. Tomando las lecturas del Evangelista Juan en el pasaje de la boda de Caná, el obispo mencionó como María sigue diciéndole hoy a su Hijo: “no les queda vino”. “Pero ¿de qué vino se trata? Les falta el vino de la fe, de presencia de Dios en muchas vidas. Les falta el vino de la esperanza, del amor. En muchos hay indiferencia y olvido de Dios. Y el olvido de Dios deshumaniza”, afirmó. El prelado recordó como en el transcurso de este año, el Catatumbo ha seguido siendo referenciado por noticias tristes como son: los paros, enfrentamientos, amenazas, desplazamientos, masacres, entre otros. Ante esta realidad, hizo un llamado a la comunidad a no ser indiferentes. “La celebración de nuestra fiesta patronal diocesana debe ser una oportunidad para reflexionar y hacer propósitos que nos lleven a aportar en la implantación de una paz duradera, la que brota de un corazón convertido a Dios, al Evangelio”. Se refirió al papel de las familias para que sean verdaderas escuelas de amor, comunión y servicio. Formando esta unidad matrimonial entre un varón y una mujer, según el designio de Dios. “Les falta el vino del diálogo, la paciencia, el perdón y por esta razón abunda en muchos hogares la violencia intrafamiliar”. Hizo también mención al tema de la corrupción, hecho que deteriora el tejido social y lleva al empobrecimiento. “Muchos hermanos carecen de lo indispensable para vivir dignamente. Les falta empleo, vivienda, salud y con todo ello viene la violencia. Les falta el vino de la honestidad y ronda como cáncer la corrupción en muchos niveles”, aseguró. Recordó además las palabras del Papa Francisco donde afirma que la “política es una alta forma de caridad cuando es vivida como verdadera búsqueda del bien común y no para buscar beneficios personales”. Al respecto el prelado exhortó para que “se administren con transparencia los recursos que son de las comunidades y se procuren destinarlos a satisfacer las necesidades básicas de la población, “no se dejen tentar por el cáncer de la corrupción que tanto daño ha hecho a este país y a nuestra región”, puntualizó. Finalmente, pidió de la Virgen y Madre de Torcoroma, patrona de la diócesis su ayuda para “resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe comprometida, de la justicia y el amor a los más necesitados, de ir a las periferias”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar Homilía[/icon]

Mié 25 Abr 2018

¿Quiénes se merecen la región del Catatumbo?

En el marco de la fiesta del Buen Pastor, el obispo de Ocaña, monseñor Gabriel Villa Vahos, tras referirse a esta figura bíblica, que describe el cuidado de Dios por los seres humanos, llamó la atención sobre la difícil situación que atraviesa el Catatumbo y aseguró que la población se “encuentra cansada y agobiada a causa del miedo, de la amenaza y de la violencia en todas sus formas”. “Esta tierra del Catatumbo, de gente buena, esta provincia repleta de recursos humanos, de recursos naturales incalculables, de paisajes hermosos, ha tenido que vivir en muchos sectores sometida a la violencia, a las luchas fratricidas. Tal vez precisamente porque algunos que quizá un día recibieron el bautismo, nacieron en el seno de familias cristianas, no se han dejado finalmente guiar por Jesucristo, el Buen Pastor”, señaló. En este sentido, llamó la atención “de los que se han levantado para clamar justicia, para reivindicar los derechos de los pobres, de los campesinos”, afirmando que “no pueden contradecirse en su discurso. Nuestro pueblo es de gente pobre, sencilla, trabajadora. En el nombre del Señor Jesús, Buen Pastor, les pedimos a los que persisten en la lucha armada, en la violencia, que sean coherentes en su modo de obrar. Que den garantías a quienes precisamente deben ser defendidos y protegidos: los más desfavorecidos, los campesinos, los pobres, la gente sencilla de nuestros pueblos”. “Clamamos porque nuestros hermanos desplazados puedan regresar a sus casas, que puedan salir a comercializar los frutos de sus cosechas, que los niños y jóvenes regresen a sus escuelas y colegios, que los comerciantes puedan abrir sus establecimientos para entregar los servicios con el fin de satisfacer sus necesidades básicas. Que los enfermos puedan ser atendidos en los centros de Salud. Que todos puedan recibir la atención pastoral y espiritual”, insistió. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon] Finalmente, el obispo invitó a preguntarse ¿quiénes se merecen esta región del Catatumbo?, afirmando, que sin lugar a dudas la merecen “quienes han trabajado con descomunal sacrificio, los que la han sufrido, los que han perdido sus seres queridos en los distintos momentos de estas guerras, los que la han ayudado a transformar para bien, los que la quieren como su tierra bendita para quedarse en ella”. “Esta tierra debe ser para los ocañeros y catatumberos buenos, trabajadores; esta tierra debe ser para el bien, y para gente en el bien. Y, también, porque no, para aquellos que venidos de otros lugares se sumen para construir con respeto un territorio incluyente y digno, honesto y respetuoso del otro”.