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Educación

Mar 21 Dic 2021

El Papa propone tres caminos hacia la paz: dialogo, educación y trabajo

Este 21 de diciembre fue dado a conocer el Mensaje del Santo Padre para la celebración de la 55 Jornada Mundial de la Paz, el próximo 1 de enero de 2022, en el que propone tres caminos para construir una paz duradera: el diálogo entre las generaciones; la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo; y el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. El clamor de los pobres y de la tierra imploran justicia y paz En su Mensaje, el Santo Padre comentando las palabras del profeta Isaías señala que, «todavía hoy el camino de la paz, que san Pablo VI denominó con el nuevo nombre de desarrollo integral, permanece desafortunadamente alejado de la vida real de muchos hombres y mujeres y, por tanto, de la familia humana, que está totalmente interconectada». A pesar de los numerosos esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones, señala el Papa, el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos se amplifica, mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, se agravan los efectos del cambio climático y de la degradación del medioambiente, empeora la tragedia del hambre y la sed, y sigue dominando un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario. Tres caminos para construir una paz duradera En este sentido, el Papa Francisco indica que, en cada época, la paz es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido. Existe, en efecto, una “arquitectura” de la paz, en la que intervienen las distintas instituciones de la sociedad, y existe un “artesanado” de la paz que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente. Por ello, el Papa propone tres caminos para construir una paz duradera. En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. Estos tres elementos son esenciales para «la gestación de un pacto social», sin el cual todo proyecto de paz es insustancial. Diálogo entre generaciones para construir la paz Explicando el primer camino para conseguir la paz, el Santo Padre afirma que, en un mundo todavía atenazado por las garras de la pandemia, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones. Y recuerda que, todo diálogo sincero, aunque no esté exento de una dialéctica justa y positiva, requiere siempre una confianza básica entre los interlocutores. Por eso, debemos recuperar esta confianza mutua. Además, el Pontífice recuerda que, dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar todo esto entre las generaciones significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida. Los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz no pueden prescindir del diálogo entre los depositarios de la memoria ―los mayores― y los continuadores de la historia ―los jóvenes―; tampoco pueden prescindir de la voluntad de cada uno de nosotros de dar cabida al otro, de no pretender ocupar todo el escenario persiguiendo los propios intereses inmediatos como si no hubiera pasado ni futuro. Si sabemos practicar este diálogo intergeneracional en medio de las dificultades, «podremos estar bien arraigados en el presente, y desde aquí frecuentar el pasado y el futuro: frecuentar el pasado, para aprender de la historia y para sanar las heridas que a veces nos condicionan; frecuentar el futuro, para alimentar el entusiasmo, hacer germinar sueños, suscitar profecías, hacer florecer esperanzas». La instrucción y la educación como motores de la paz Asimismo, el Santo Padre señala que, el segundo camino hacia la paz es la instrucción y la educación. «Estas constituyen los principales vectores de un desarrollo humano integral: hacen a la persona más libre y responsable, y son indispensables para la defensa y la promoción de la paz. En otras palabras, la instrucción y la educación son las bases de una sociedad cohesionada, civil, capaz de generar esperanza, riqueza y progreso». Por tanto, es oportuno y urgente que cuantos tienen responsabilidades de gobierno elaboren políticas económicas que prevean un cambio en la relación entre las inversiones públicas destinadas a la educación y los fondos reservados a los armamentos. Por otra parte, afirma el Papa Francisco la búsqueda de un proceso real de desarme internacional no puede sino causar grandes beneficios al desarrollo de pueblos y naciones, liberando recursos financieros que se empleen de manera más apropiada para la salud, la escuela, las infraestructuras y el cuidado del territorio, entre otros. Invertir en la instrucción y en la educación de las jóvenes generaciones es el camino principal que las conduce, por medio de una preparación específica, a ocupar de manera provechosa un lugar adecuado en el mundo del trabajo. Promover y asegurar el trabajo construye la paz El tercer camino indicado por el Santo Padre es promover y asegurar el trabajo. Ya que el trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien. En esta perspectiva marcadamente social, el trabajo es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso. Pero, la situación del mundo del trabajo, que ya estaba afrontando múltiples desafíos, se ha visto agravada por la pandemia de Covid-19. Millones de actividades económicas y productivas han quebrado; los trabajadores precarios son cada vez más vulnerables; muchos de aquellos que desarrollan servicios esenciales permanecen aún más ocultos a la conciencia pública y política; la instrucción a distancia ha provocado en muchos casos una regresión en el aprendizaje y en los programas educativos. El trabajo, en efecto, es la base sobre la cual se construyen en toda comunidad la justicia y la solidaridad. Por eso, «no debe buscarse que el progreso tecnológico reemplace cada vez más el trabajo humano, con lo cual la humanidad se dañaría a sí misma. El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal». Es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector. Avancemos con valentía y creatividad por estos tres caminos Finalmente, el Papa Francisco invita a unir los esfuerzos para salir de la pandemia, y renueva su gratitud a cuantos se han comprometido y continúan dedicándose con generosidad y responsabilidad a garantizar la instrucción, la seguridad y la tutela de los derechos, para ofrecer la atención médica, para facilitar el encuentro entre familiares y enfermos, para brindar ayuda económica a las personas indigentes o que han perdido el trabajo. «A los gobernantes y a cuantos tienen responsabilidades políticas y sociales, a los pastores y a los animadores de las comunidades eclesiales, como también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, hago un llamamiento para que sigamos avanzando juntos con valentía y creatividad por estos tres caminos: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo». MENSAJE PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2022[icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar AQUÍ[/icon] Fuente: Vatican News

Jue 21 Oct 2021

Ipiales: Cuarta edición del periódico "Semilleros de la Educación"

En este tiempo de pandemia, la Comisión Diocesana de Pastoral Educativa y Universitaria de la Diócesis de Ipiales, no ha cesado en sus esfuerzos por acompañar de manera presencial y virtual, a las Instituciones Educativas tanto privadas como públicas, fruto de este compromiso ofrece hoy la cuarta edición del periódico: "Semilleros de la Educación". En esta ocasión, presenta a sus lectores contenidos como: Elementos para entender qué es la Educación religiosa escolar (ERE); notas de interés - La educación en tiempos de pandemia; ética del educador e idoneidad del maestro; saludos de reconocimiento a instituciones en sus aniversarios de fundación; y por último espacios de aprendizaje y diversión. Por su parte, monseñor José Saúl Grisales, obispo de la Diócesis de Ipiales, presentó un saludo a los educadores y demás personal comprometido con esta tarea, recuerda como estos 18 meses de pandemia ha dejado grandes lecciones, algunas con resultados positivos, otros no tanto, pero que en definitiva dejan aprendizajes que permiten sacar un mejor provecho para el futuro. Advierte, cómo el servicio educativo en este tiempo coyuntural que se ha vivido, ha tenido múltiples transformaciones “seguro estoy que en general se ha buscado salvaguardar la vida y la misionalidad de la educación” a esto - continúa- “miremos qué vale la pena asumir de manera definitiva, qué era transitorio, qué mejoramientos se nos están planteando y qué falta por resolver”. Finalmente, anima a los educadores a ver el futuro de la educación con esperanza “que como educadores podamos seguir viviendo la bella y noble vocación humanista que es propia de esta profesión”. Los invitamos a leer el periódico [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Mar 17 Ago 2021

III Congreso Pastoral Educativa: "Pedagogía de la esperanza"

La Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED), seccional Bogotá-Cundinamarca, se prepara para realizará del 18 al 20 de agosto el III Congreso Pastoral Educativa: "Pedagogía de la esperanza". Según sus organizadores, se trata de un espacio académico que irá de 3:00 a 6:00 p.m. y busca abrir espacios de reflexión que “permitan visualizar los desafíos de la educación hoy, desde una perspectiva de la esperanza para facilitar estrategias, metodologías, que permitan generar procesos de innovación de calidad educativa desde los valores del evangelio”. Pedagogía de la Esperanza Según lo han indicado, frente a este momento de crisis que amenaza la vida de las personas, es importante reflexionar en torno a la esperanza “hacemos un llamado comunitario a mantener juntos la Esperanza en la construcción de caminos educativos que defiendan la vida”. Conferencistas Estarán presentes como conferencistas: Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; Magalys Iglesias, doctora en Ciencias Pedagógicas de Cuba; Francisco Javier Navarro; Master en Pedagogía para Educación en España; y Francisco Cajiao, asesor del Ministerio de Educación. La inscripción para el Congreso de Pastoral Educativa 2021 se podrá realizar on-line, a través del sitio web dispuesto por CONACED Bogotá – Cundinamarca. [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Mié 16 Jun 2021

¡Que se nos den oportunidades!

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - No soy historiador de academia, pero sí un sacerdote que por más de 36 años de ministerio ha podido ver y conocer de cerca la realidad de nuestras comunidades. Comparto una angustia que arrugaba mi corazón cada que en la Universidad presidía las ceremonias de grados de cerca de 2500 profesionales de las distintas áreas del conocimiento cada año. Me preguntaba: ante la realidad económica, política y social del país, ¿dónde se van a ubicar estos nuevos profesionales? Implementamos por eso una serie de cursos transversales para que los estudiantes “cambiaran el chip”, de modo que se prepararan no solo para ser empleados, sino también para a ser empleadores gestionando sus propios espacios de trabajo con las Pymes, especialmente. Pero de nuevo el corazón se arrugaba: Colombia es uno de los países donde más trabas administrativas y cargas impositivas de impuestos se tiene para la creación de empresas; ni el famoso “fondo emprender” ha podido dar los frutos esperados. Por otro lado, el acceso a la educación formal en los distintos niveles es muy limitado. En los países llamados “desarrollados”, la formación técnica o tecnológica abarca una población mayor que los profesionales, pero ambos, en el ejercicio de sus competencias, son valorados y estimulados. En Colombia, lastimosamente, todos quieren ser “profesionales”, porque en muchos espacios los técnicos y tecnólogos no son suficientemente valorados. Tenemos el claro ejemplo de muchos de los egresados del SENA que terminan su preparación con excelentes habilidades para el trabajo, pero apenas un número reducido logra ubicarse laboralmente. No ha faltado el grito que se da cuando a un trabajador que tiene formación tecnológica, por su historia, por sus habilidades, por su buen trabajo, resulta devengando un salario igual a un profesional. “Es necesario cambiar de chip”. No se puede negar que, en algún caso, un profesional te puede decir dónde poner el clavo, pero no sabe cómo ponerlo. No siempre la teoría hace el maestro. Otros trabajadores son empíricos o autodidactas, y dan cátedra a los más ilustrados profesionales. Todos son importantes, todos son necesarios. ¿Entonces qué? La Iglesia, y en el caso particular de Cali, solo por poner un ejemplo, se ha distinguido desde hace muchos años por apostarle a la educación con calidad e inclusión. En la Arquidiócesis de Cali tenemos todas las ofertas: desde la educación primaria, básica y técnica, con cerca de 32.000 estudiantes, sobre todo de los estratos 1, 2 y 3, hasta una Fundación Universitaria, con 24 años de experiencia y cerca de 6000 estudiantes donde la mayoría son de escasos recursos y/o trabajadores, presente en lugares como Pance, Meléndez, Compartir (Distrito de Aguablanca), Yumbo, Jamundí y Plaza Caicedo. Pero existen otras instituciones de educación católicas que, soportadas en la larga experiencia educativa de la Iglesia, ofrecen estudio de calidad para los estratos altos, sin descuidar un significativo número de estudiantes de estratos bajos, apoyados con becas y subsidios especiales. Planteo esta reflexión, en el momento actual, pues sin duda alguna uno de los aspectos que lleva a las reacciones de descontento y violencia que estamos viviendo, tiene buena parte de fundamentación en las grandes limitaciones de carácter estructural que arrastra el país desde tiempos remotos, también en el campo de una educación que debe ser pertinente, abierta, incluyente y con calidad. Un país educado ayuda a tomar conciencia a los ciudadanos de que todos somos responsables de todo y de todos. Permite construir una cultura en la que todos cabemos en el territorio y posibilita la consolidación de una identidad nacional. La educación, va más allá de la actividad educativa de las instituciones. Es una educación que tiene que ir de la mano de la formación, pues la educación no solo consiste en llenar de conocimientos a los estudiantes, sino también en ofrecer a ellos dimensiones formativas como las que tienen que ver con el cuidado de la vida propia y la de los otros, el conocimiento y difusión de los derechos humanos, el cuidado de la casa común y la dimensión trascendente que permite mirar a los demás como hermanos y hacer proyectos que vida que permitan alcanzar no solo la satisfacción de las necesidades básicas, sino también la felicidad eterna que se construye en este mundo. Es la educación que ha de propender por hacer hombres y mujeres sabios y sabias. Dice el libro de los Proverbios: “Feliz el hombre que encuentra la sabiduría, el hombre que adquiere prudencia; es mayor ganancia que la plata, es más rentable que el oro… En su mano derecha hay larga vida, en su izquierda, riqueza y gloria. Sus caminos son una delicia, todas sus sendas son pacíficas. Es árbol de vida para los que se aferran a ella, felices son las que la retienen” (Prov. 3, 13-14.16-18). Por esto mismo, educan también los padres y las mamás en las familias, el entorno social de los barrios y ciudades y los amigos. Educamos, en la campo religioso, los ministros, cada que se hace una reflexión desde la Palabra de Dios, las catequesis y las iniciativas pastorales, o los encuentros que se tengan según las creencias de cada uno. Hasta la misma naturaleza, con su silencioso vivir, da lecciones formativas de vida a los humanos. Y todo esto es y hace cultura, y todo esto hace posible la construcción de una identidad nacional. Ejemplos de ello tenemos en múltiples países del globo terráqueo, que para bien o para mal, nos dan lecciones de unidad en la diversidad. Me ha parecido muy interesante una de las conclusiones del filósofo e historiador, Jorge Orlando Melo, en su libro Historia mínima de Colombia: “Colombia nunca se convirtió en una nación en el sentido que el término tenía a fines del siglo XIX: una comunidad que comparte lengua, creencias, costumbres y valores. Hoy es un mosaico en el que las diferencias culturales locales o regionales, sociales y étnicas se afirman y defienden. Para muchos, la diversidad nacional reconocida en la Constitución de 1991, más que identidad, es un factor de creatividad que debe defenderse de las tendencias unificadoras” (JORGE ORLANDO MELO. “Historia mínima de Colombia.”. Turner Publicaciones S.L. Madrid 2018. pag. 320). En los tiempos de las protestas, cuando muchos se están sentando en las mesas para los diálogos, la concertación y los consensos, un punto de partida que deberá ser tenido en cuenta es precisamente la múltiple diversidad de quienes conformamos este hermoso país. En Cali, hoy epicentro nacional del paro, junto con Bogotá, indudablemente este aspecto será clave, porque lograr entender las necesidades de todos y cada uno de los grupos representativos étnicos, regionales y grupos de jóvenes, adultos, mujeres, etc., será la llave para reconocer que todos hacen y hacemos parte de una misma nación y que todos estamos llamados a ser respetados, pero también a aportar lo que cada uno está llamado a dar desde su tradición y sus costumbres. Lograr eso es la ruta para reconocer el factor identitario de Colombia, que diversa como es en su conformación, es capaz de caminar unida hacia un futuro mejor. En la educación se encuentra uno de lugares más adecuados para este ejercicio de participación, desde el diálogo y la visión holística de la realidad; de allí que que la Iglesia de Cali, y estoy seguro que de toda Colombia, renueva su compromiso de seguir educando y formando las generaciones de hoy y de mañana, generaciones sobre las cuales reposará en buena parte nuestro futuro. Los jóvenes en las calles han estado clamando la oportunidad de estudiar y de poderse insertar más y mejor en la vida laboral digna. La Iglesia seguirá ofreciendo su amplia experiencia educativa, pero espera que su servicio sea valorado y apoyado por el Gobierno, pues si bien el servicio educativo que ofrece es privado, porque proviene de un órgano no estatal, finalmente, el servicio es público y subsidiario al Estado, que no logra por su cuenta acoger los numerosos jóvenes en sus aulas educativas. Finalmente, en un pueblo educado, con oportunidades de trabajo digno y respeto de los derechos mínimos de las personas, la violencia es sin duda menor. La historia de Colombia, por desgracia, descrita por Melo como “la historia de un país que ha oscilado entre la guerra y la paz, la pobreza y el bienestar, el autoritarismo y la democracia” se encuentra de nuevo en la encrucijada histórica de quienes han descubierto la necesidad de reclamar sus justos derechos para tener futuro y recuperar el sentido y dignidad de la vida que muchos han perdido. La falta de educación ha hecho que la espiral de violencia esté siempre presente en Colombia, incluso, creando una especie de nueva cultura, la de la violencia. “Esta violencia -afirma Jorge Orlando Melo- creó olas expansivas que desorganizaron la sociedad, cambiaron sus valores, debilitaron la justicia y la policía y dieron campo y estímulo a otras formas de delincuencia, como el narcotráfico. Y su relación con los problemas sociales y la desigualdad ha hecho que forme una trama compleja con acciones políticas legales y con organizaciones que promueven objetivos legítimos, lo que vuelve difíciles y poco eficaces las respuestas represivas. Esta violencia es la gran tragedia de la sociedad colombiana del último siglo y constituye su mayor fracaso histórico” (JORGE ORLANDO MELO. “Historia mínima de Colombia. pag. 324). Es necesario, pues, “cambiar el chip” de la cultura de la violencia, a la cultura de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad, del desarrollo participativo, de la cooperación mutua. Para aquellos que tienen algo qué hacer, he aquí un aporte. La Iglesia católica de Cali está presente, y desde la educación seguirá dando lo mejor para formar hombres y mujeres capaces de seguir construyendo una Cali mejor, un país mejor, más humanos, más dignos, más incluyentes, más amantes de la vida y de la casa común, anunciando y formando a las nuevas generaciones en la cultura del Reino de Dios, que es reino de justicia, de amor y de paz. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 14 Abr 2021

Iglesia en Antioquia continúa apoyando la tarea del sector educativo

Las Escuelas Populares Eucarísticas (EPE), obra educativa de la Iglesia Arquidiocesana de Medellín, viene recibiendo desde el pasado 12 y hasta el 20 de abril la donación de paquetes educativos por parte de la Editorial Norma. Se trata de un total de 4.194 unidades entregadas a 1.392 niños, niñas y adolescentes de los barrios populares de la ciudad. El plan lector que están recibiendo los estudiantes incluye productos nuevos de la Editorial, el paquete contiene las guías Norma de Lenguaje y Matemáticas, además de la Obra plan lector. Conjuntamente con los estudiantes favorecidos se hace entrega de 138 paquetes a los docentes de las E.P.E y se realizará la capacitación a los orientadores para generar una estrategia completa y eficaz. Este plan permite ver el resultado de las alianzas estratégicas entre los diversos sectores empresariales para continuar promoviendo la obra educativa de la Iglesia Arquidiocesana en los barrios populares de la capital antioqueña. Las Escuelas Populares Eucarísticas favorecidas son: E.P.E Santa Ángela, ubicada en la Vía San Pedro; E.P.E Camilo C. Restrepo, del barrio Trinidad; E.P.E Arzobispo Tulio Botero Salazar, de Buenos Aires; E.P.E Julio C. Hernández del barrio Popular N° 1 y la E.P.E Zoraida Trujillo del barrio Santander. Tanto estudiantes y docentes de preescolar, primaria, secundaria y media de las E.P.E. hacen parte de la ejecución de esta estrategia que busca contribuir a la transformación social desde la Iglesia Arquidiocesana. Esta obra educativa une esfuerzos para contribuir a la formación de los menos favorecidos de la ciudad, en esta ocasión, con la ayuda de la Editorial Norma, con la generosidad como su política de acompañamiento a la labor de la Iglesia. Fuente:Escuelas Populares Eucarísticas (EPE), Arquidiócesis de Medellín

Lun 8 Feb 2021

CONACED: V Encuentro de Pastoral Educativa

El efecto de la pandemia de la Covid-19 ha llevado a la pastoral educativa en el mundo, y en el caso particular en Colombia a enfrentar grandes desafíos en los proceso de adaptación y creatividad virtual, para que el aprendizaje de los estudiantes y de los mismos docentes sea efectivo. En este contexto, la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED), ha seguido avanzando en el acompañamiento de la pastoral educativa de todos los centros de formación adscritos a este ente. Como parte de ello, realizará el V Encuentro de pastoral educativa que lleva por nombre: "Resignificación y explorar los espacios de la pastoral", el mismo se realizará en tres momentos, los días 10, 17 y 24 de febrero, de 4:00 p.m. a 6:00 p.m. Según lo han expresado sus organizadores, estos procesos que se ofrecen buscan “motivar a los agentes de pastoral a resignificar espacios educativos con los que ya contamos como lo son el arte y el deporte, pero también a explorar nuevos ambientes como los que nos ofrece la tecnología y los medios de comunicación (…) situaciones todas ellas que hacen parte de la misión de evangelizar educando y que posibilitan el desarrollo de habilidades para el Siglo XXI.”. Por tanto, son tres los objetivos que CONACED se ha planteado a cumplir para este encuentro: Identificar y valorar el papel del arte, el deporte y los medios de comunicación en el desarrollo de la misión educativa evangelizadora; encontrar en el arte, el deporte y los medios de comunicación nuevas oportunidades para el desarrollo y fortalecimiento de la pastoral educativa y, por último, identificar prácticas educativas exitosas en el campo del arte, el deporte y los medios de comunicación como insumo para la resignificación de estos espacios de mediación de la pastoral educativa en los colegios. Temáticas Los medios de comunicación como espacio para crear y cuidar El arte como espacio para la expresión del ser y el sentir El deporte como espacio para aprender a convivir Público al que va dirigido Podrán participar: Docentes de Educación Religiosa Escolar, arte, educación física, tecnología y/o comunicación; docentes de todas las áreas interesados en la mediación del arte, el deporte y los medios de comunicación en sus planes y proyectos de aula; agentes de pastoral de colegios; delegados diocesanos de educación; responsables de pastoral de comunidades religiosas; coordinadores académicos y de pastoral de colegios; seminaristas y formandos de comunidades religiosas. Costos de participación Los afiliados a CONACED, pagarán un valor de $ 50.000 y el no afiliado $ 60.000 El evento se realizará a través de la plataforma Zoom. Por tanto los interesados en participar deberán Ingresa al formulario de registro para inscribirse. DILIGENCIAR FORMULARIO[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Lun 23 Nov 2020

Vicariato de Inírida presenta un balance positivo en materia de educación

Con un balance positivo en el ámbito educativo, reseñado por el Vicariato Apostólico de Inírida, se cerró este año un ciclo más de estudio para los niños y jóvenes de esta zona del territorio colombiano, resaltando que a pesar de la pandemia el número de estudiantes que concluyeron la formación académica fue del 100%. En un mensaje el Vicariato ha dicho que "este año la cobertura educativa de la presente vigencia fue del 100% atendiéndose a 3.330 educandos, se espera para el año entrante un aproximado de 3.450 estudiantes, que ya se inscribieron, esto demuestra una cobertura creciente y aunada a la calidad educativa que se ofrece". "Bajo los principios de responsabilidad, honestidad, calidad a la vocación de servicio, trabajo en equipo, tolerancia y calidez, el Vicariato Apostólico de Inírida ha desarrollo ante la emergencia COVID-19, un trabajo permanente en toda su circunscripción", acertaron en indicar. Por su parte monseñor Joselito Carreño Quiñones, Vicario Apostólico, estuvo acompañando a los estudiantes en lo que significó las pruebas de estado ICFES y en la graduación como bachilleres de la promoción 2020 "son 80 estudiantes que a pesar de las dificultades presentadas por la Covid-19 realizaron un trabajo importante con los docentes y el equipo de profesionales que prestan sus servicios en las 23 sedes educativas que administra el Vicariato por parte del departamento del Guainía". Algo a resaltar por parte del Vicariato, es que nunca se dio un alto en el aprendizaje, para ello se valieron de la emisora La Voz de Colombia, administrada por el Ejército Nacional, quienes siempre se mostraron disponibles para ofrecer estos espacios, desde allí los estudiantes pudieron dar continuidad a su período académico. Otro aspecto importante que resaltaron en el ámbito educativo, fue la aplicación para el aprendizaje como eje transversal, de un modelo de etno-educación, esto, con "el fin de aprovechar el trabajo en casa de los estudiantes y que tuvieran un contacto más real con su cultura ancestral de saberes y conocimiento propio, haciendo realidad la implementación de la educación propia, modelo que ya se está ejecutando y que se encuentra en su segunda fase". Fuente: Of. comunicaciones del Vicariato Apostólico de Puerto Inírida

Lun 19 Oct 2020

La propuesta educativa del Papa nos toca a todos

Por: P.Francisco Niño Súa -El jueves 15 de octubre, el Papa Francisco dirigió un video-mensaje en el que nos invitó a todos a comprometernos con un nuevo Pacto Educativo Global. En dicha propuesta se recuerda que la educación no se restringe a las paredes del aula, no se limita a los contextos de las instituciones educativas, no es sólo responsabilidad de los maestros, sino que vincula a todos los componentes de la sociedad, a los políticos, a los responsables de los medios de comunicación, a los padres de familia, a los cuidadores y a todos los que formamos parte de este sistema social que nos hace interdependientes y co-responsables los unos de los otros. Evocando el mensaje de la bendición extraordinaria que nos regaló el Papa el pasado 27 de marzo, si no estamos en la misma barca, estamos en el mismo mar, compartimos la casa común y afrontamos la historia que nos vincula, el presente que nos desafía y el futuro que estamos llamados a forjar. Ahora lo importante es concretar este pacto, este compromiso, en los distintos niveles en los que nos movemos: en las veredas, localidades, municipios, departamentos y a nivel nacional; en nuestras parroquias, en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas y en la misma Conferencia Episcopal. El planteamiento es sencillo y consiste en la convicción de que un futuro distinto de lo que vivimos en el presente es posible si todos nos comprometemos, porque la educación es sembrar la semilla de la esperanza en el corazón de las nuevas generaciones: “una esperanza de paz y de justicia; una esperanza de belleza, de bondad; una esperanza de armonía social”. En efecto, “la educación es sobre todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite de generación en generación. La educación, por lo tanto, se propone como el antídoto natural a la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento y de imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser este. Hoy en día se necesita una etapa renovada de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad”. Ya en la Encíclica Laudato Si’, el Papa Francisco había afirmado que “la educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza” (LS 215). Por eso, el 12 de septiembre del año pasado formalizó la convocatoria para realizar este Pacto Global y lo reforzó en el saludo al Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano el 9 de enero del presente año cuando afirmó: “Todo cambio, como el de época que estamos viviendo, pide un camino educativo, la constitución deuna aldea de la educación que cree una red de relaciones humanas y abiertas. Dichaaldeadebe poner a la persona en el centro, favorecer la creatividad y la responsabilidad para unos proyectos de larga duración y formar personas disponibles para ponerse al servicio de la comunidad” En tal sentido, el mensaje del Papa del pasado 15 de octubre es como el broche de oro que articula todo su Magisterio con su última Encíclica, Fratelli Tutti, pues sólo un nuevo camino educativo, fruto del compromiso personal y conjunto, centrado en la familia y articulado en la capacidad de escuchar y de dialogar, puede vencer la cultura inhumana del descarte, superar la actitud individualista del derroche, enfrentar el desastre generado por la pandemia del Covid 19 y reconstruir la fraternidad originaria que hace visible el proyecto de Dios para la humanidad. Francisco Niño Súa, Pbro. Director del Departamento de Educación y Culturas Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano