Pasar al contenido principal

monseñor calor correa

Vie 5 Oct 2018

Con la visita del Papa Francisco, Colombia ha vuelto a renacer

Por: Mons. Carlos Alberto Correa Martínez - Los pueblos del Pacifico Caucano y Nariñense, hemos sentido en el mensaje del Santo Padre, en su pasada visita a nuestra Nación, la invitación a dar un paso profundo de Paz y Reconciliación para nuestros territorios tan deteriorados por la pobreza y la violencia. El Santo Padre ilumino y alimento nuestra esperanza al decirnos en el encuentro con los Obispos de Colombia en Bogotá; En Cristo Resucitado ningún muro es perenne, ningún miedo es indestructible, ninguna plaga, ninguna llaga, es incurable. Para ello el Santo Padre nos señaló en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín, el estilo de seguimiento de Jesús, que debe caracterizar a todos los colombianos discípulos de Jesús, por tres actitudes La primera actitud es ir a lo esencial es la invitación a ir a lo profundo, a lo que cuenta y tiene valor para la vida y esto es nuestra relación con Dios que no puede ser un apego frio a normas y leyes, ni tampoco un cumplimiento de ciertos actos externos que no llevan a un cambio real de vida, necesitamos vivir en concreto una nueva relación con Dios, conociendo bien su rostro que es Jesús. Si ignoramos a Jesús, no podremos conocer lo más esencial y decisivo de nuestra fe y de nuestra tarea evangelizadora. Si no sabemos mirar el mundo, la vida, las personas, con la compasión con que Jesús miraba, seremos ciegos. Si no sabemos escuchar el sufrimiento de las gentes como Jesús, seremos sordos. Si no sintonizamos con el amor, el perdón y la ternura de Jesús, no conoceremos lo más valioso y atractivo de nuestra fe. La segunda actitud es Renovarse: Lo primero que se aprende de Jesús no es una doctrina, sino un estilo de vida: una manera de estar en la vida, una forma de habitar el mundo, de interpretarlo y de construirlo; una manera de hacer la vida más humana. Jesús nos convierte así en la fuerza más poderosa que posee la comunidad cristiana para su renovación y transformación, dando pasos hacia comunidades capaces de “hacerse cargo de su realidad”. El Santo Padre nos advierte de que ninguna renovación será posible “si no arde en nuestros corazones el fuego del Espíritu” La tercera actitud es Involucrarse: Todos somos necesarios para crear y formar la sociedad. Esta no se hace sólo con algunos, sino con todos. Y aquí radica la grandeza y belleza de un País, en que todos tienen cabida y todos son importantes. Colombia necesita la participación de todos para abrirnos al futuro con esperanza, el deseo del Santo Padre es que hagamos un esfuerzo de entender que Dios está comprometido en promover un mundo diferente y mejor. El Padre no puede cambiar el mundo si nosotros no cambiamos, hemos de despertar nuestra responsabilidad de creer en el poder transformador de cada colombiano atraído por Dios hacia una vida más digna. En nuestro Vicariato el mensaje del Papa Francisco nos ha llenado de coraje e iniciativa para dar el paso de la compasión, como fuerza que pude mover la historia hacia un futuro más humano. La compasión activa y solidaria nos hace reaccionar ante el clamor de los que sufren y movilizarnos para construir un mundo más justo y fraterno, mirando atentamente a los que sufren, conmovernos y acercarnos. Ser compasivos como el Padre exige buscar la justicia de Dios empezando por los últimos. Esperamos seguir rescatando la vida de los últimos, haciéndola más sana, más digna y más humana. Gracias Papa Francisco con tu visita y mensaje Colombia vuelve a renacer y el Vicariato Apostólico de Guapi a vivir la alegre esperanza y el deseo de seguir acompañando este hermoso y exuberante territorio de la costa caucana y nariñense. + Carlos Alberto Correa Martínez Vicario Apostólico de Guapi