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monseñor ricardo tobón restrepo

Jue 7 Mar 2024

Cuaresma: un camino de fe en comunidad

Por Mons. Ricardo Tobón Restrepo - La Cuaresma, si por una gracia especial de Dios la vivimos en serio, es un verdadero camino hacia la Pascua. Es decir, asumimos el éxodo en que estamos y aprendiendo a interpretar y a aprovechar los dones y las pruebas en medio de las que avanza nuestra existencia, vamos haciendo resurrección en cada uno de nosotros y en las personas que nos rodean. Para esclarecer las sombras, afrontar las luchas y no perder la esperanza, es necesario peregrinar en comunidad a la luz de la fe. Tal vez, entonces, la primera pregunta es si hoy tiene sentido creer.Partamos de la realidad. Junto a tantos signos de bondad y junto a un desarrollo impensable de la ciencia que cada día abre nuevos horizontes, crece igualmente una especie de desierto espiritual. Se tiene la sensación de que, a pesar de tantos logros, a veces el mundo no se dirige hacia la construcción de una sociedad más justa y fraterna. El hombre no aparece más libre y humano, continúan tantas formas de explotación y de violencia, quedan preguntas fundamentales sin responder, constatamos que, además del pan, necesitamos también sentido, fundamentos seguros, amor y esperanza.En este contexto, se requiere una renovada educación para la fe, que lleve a un conocimiento de la verdad y de los acontecimientos de la salvación, pero que brote sobre todo de un encuentro con Dios. Realmente, la fe verdadera se produce en un contacto profundamente personal con Dios, que nos pone frente a Él en absoluta inmediatez de modo que podamos hablarle, amarlo, entrar en comunión con Él, permitirle que nos toque en lo más íntimo de nosotros mismos. La fe es confiarse a un Tú, que es Dios, el cual nos da una certeza diversa, pero no menos sólida de la que viene de los cálculos exactos de la ciencia.La fe no es un mero asentimiento intelectual a unas verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que nos confiamos libremente a un Dios que es Padre y que nos ama, es adhesión a un Tú que nos da confianza y esperanza. Este amor tiene su máxima revelación en la cruz de Cristo. Con la muerte y resurrección de su Hijo, Dios desciende hasta el fondo de nuestra humanidad para levantarla hasta Él. Así la fe hace ver cómo el amor de Dios es capaz de transformar toda forma de mal en salvación y cómo en Cristo se ha revelado la realidad profunda de la persona, el camino a la libertad y la posibilidad del amor.La fe viene por la escucha, dice San Pablo; es necesario escuchar a Dios que, a partir de una historia que Él mismo ha creado, nos interpela. Para que podamos creer tenemos necesidad de testigos que han encontrado a Dios y nos lo hacen accesible. De ahí la importancia de la comunidad. Pero la comunidad de fe no se crea por sí sola. La Iglesia ha sido creada por Dios y viene continuamente formada por Él. Esto encuentra su expresión en los sacramentos, especialmente en el Bautismo, en el que venimos acogidos por una comunidad, que no se ha originado por sí misma y que se proyecta más allá de sí misma.Esta realidad profundamente personal que es la fe está en relación inseparable con la comunidad. La fe es un don comunicado a través de otro don que es la comunidad. En efecto, es parte de la esencia de la fe el hecho de quedar introducidos en el nosotros de los hijos de Dios, en la comunidad peregrina de los hermanos y hermanas. El encuentro con Dios significa que, al mismo tiempo, somos sacados de nuestra soledad y acogidos en la comunidad viva de la Iglesia. Ella es mediadora de nuestro encuentro con Dios, que llega al corazón de cada uno de un modo completamente personal.La Cuaresma es entonces una oportunidad imperdible para consolidar nuestra fe y al mismo tiempo construir la comunidad cristiana. Nuestra sociedad requiere cristianos que se comprometan con Dios y su proyecto de salvación, que estén vitalmente incorporados a Cristo por la acción de su Espíritu, que sean la Iglesia que testimonia al mundo la experiencia de la vida nueva que surge del bautismo. Tengamos presente que esto se logra por la acción de Dios mediante la catequesis bien conducida, la liturgia celebrada con unción, la práctica de la oración humilde y el ejercicio de la caridad con todos los hermanos. Esta es la tarea pastoral de las parroquias en este tiempo de Cuaresma.+ Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Sáb 8 Jul 2023

Los arzobispos de Bogotá, Medellín y Manizales representarán a la Iglesia colombiana en el Sínodo

Monseñor Luis José Rueda Aparicio, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, arzobispos de Bogotá, Medellín y Manizales, respectivamente, serán los encargados de representar al episcopado y transmitir el sentir de toda la Iglesia que peregrina en Colombia durante la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo del 4 al 29 de octubre de 2023. Así lo oficializó la Santa Sede este viernes 7 de julio, cuando hizo pública la lista de participantes. Los tres prelados colombianos habían sido elegidos por sus hermanos obispos durante la CXIV Asamblea Plenaria celebrada en el mes de febrero del presente año. Sobre la esencia del Sínodo, monseñor Ricardo Tobón explicó que se trata de una experiencia eclesial en “donde en la oración, la reflexión y el diálogo se va encontrando el camino de Dios para la Iglesia”, con la guía del Espíritu Santo. Por su parte, monseñor José Miguel dijo que a través del Sínodo de los Obispos se pueden abordar, aclarar y ampliar las doctrinas del Concilio Vaticano Segundo, así como “seguir dialogando con el mundo en todos los aspectos”. El arzobispo de Manizales agregó que representa también una ocasión muy importante para reunirse con representantes de toda la Iglesia Universal y “para analizar para el Papa y con el Papa el tema de la sinodalidad en la vida de la Iglesia”. Recordando también al papa Francisco, monseñor Rueda afirmó que este Sínodo es una oportunidad para que como Iglesia podamos mirar hacia adentro y revisar cómo estamos, “como se decía en el Concilio: Iglesia, ¿Qué piensas de ti misma? Y en este tiempo, en el año 2023, y luego lanzarnos porque el Papa quiere que nosotros vivamos la fraternidad y la espiritualidad del servicio, y esa fraternidad nos lleva a abrir las puertas, a ensanchar la tienda, a que todos nos sintamos hijos del mismo Padre”, precisó el arzobispo de Bogotá. El presidente del episcopado agregó que este Sínodo también será una oportunidad para profundizar en la fraternidad y para llevarla a la práctica, usando la metodología de la conversación espiritual, la misma bajo la cual reflexionaron y trabajaron los obispos colombianos durante su Asamblea CXV, encuentro que finalizó este viernes 7 de julio. “De tal manera que va a ser una posibilidad de escucharnos desde los distintos lugares, con las preocupaciones que tenemos y también con las esperanzas (…) Hacer silencio, orar y pedirle al Espíritu Santo que nos muestre el camino. Y esa va a ser la pregunta: ¿Qué nos está pidiendo el Espíritu Santo a nosotros como Iglesia en este momento histórico de la humanidad?” explicó monseñor Rueda. A propósito de esta Asamblea General del Sínodo, el Vaticano ha informado que dos colombianos más han sido elegidos por parte del Santo Padre para participar, se trata de la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR), así como monseñor Juan Usma del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Conozca más detalles sobre el Sínodo y la participación de los arzobispos colombianos en el video:

Lun 8 Oct 2018

El mes del Rosario

Por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo.: Se cuenta en la vida de san Pío X que, en una audiencia, se le acercó un joven con el rosario en la mano; el Papa lo miró fijamente y le dijo: Te recomiendo, cualquier cosa… con el Rosario. El Papa estaba convencido de que con el Rosario nos llegan tantas gracias, consolaciones, conversiones, fortaleza interior, gozo espiritual, favores y ayudas que necesitamos; en síntesis, cualquier cosa buena y santa. A santa Teresita esto le parece normal, pues piensa, con una sencilla imagen, que el Rosario es una cadena que une el cielo y la tierra; un extremo está en nuestras manos y el otro en las de la santísima Virgen. El Papa Pío XII decía que el Rosario es “el compendio de todo el Evangelio”. Luego, san Pablo VI ha explicado esta índole evangélica del Rosario subrayando que pone el alma en contacto directo con la fuente genuina de la fe y de la salvación. Por eso, tiene “una orientación netamente cristológica”, al llevar a vivir los misterios de la encarnación y la redención realizados por Jesús con María, para la salvación de la humanidad. Y recomienda vivamente la contemplación de los misterios: “sin ella el Rosario es cuerpo sin alma y su recitación se vuelve repetición mecánica de fórmulas” (MC, 2, 156). Igualmente, san Juan Pablo II nos invita a la práctica constante del Rosario como un medio muy válido para favorecer la contemplación del misterio cristiano, verdadera y propia “pedagogía de la santidad”. Es necesario, nos enseña, llegar a un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración y a unas comunidades cristianas que se conviertan en auténticas escuelas de oración; es una manera de responder a la urgente necesidad de espiritualidad en nuestro tiempo. El Rosario es una verdadera introducción al corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria (cf RVM, 5,19). Si la vida de la persona humana es un tejido continuo de esperanzas, de realizaciones, de sufrimientos y de alegrías, en los misterios del Rosario encuentra su mejor expresión. En efecto, llena de vitalidad las almas que saben hacer propios el gozo de los tiempos mesiánicos, la luz que alumbra a los pueblos, el dolor en el amor que salva y la gloria del Resucitado que inunda la Iglesia. La santísima Virgen nos ayuda a configurar nuestra vida con la de Jesús, así como ella se compenetró con todos los momentos, experiencias, sufrimientos y triunfos de su Hijo. El Rosario es una oración simple, catequética, eclesial, popular, que respeta los ritmos de la vida y que no riñe con la liturgia. Puede ser recitado sólo por una persona o por un grupo, es una oración para los adultos y para los niños, se puede hacer en silencio o en voz alta, no exige ningún rito o ceremonia pero también se integra en una celebración más solemne, acompaña viajes y desplazamientos pero tiene a la vez en el hogar y la comunidad su espacio más propicio y bello. En verdad, el Rosario es una plegaria sencilla y universal. El mes de octubre se ha tenido en la Iglesia como una oportunidad para hacernos conscientes de la belleza y la importancia del Rosario, plegaria muy propia de los católicos e instrumento eficaz para el crecimiento espiritual. Recientemente, el Papa Francisco nos ha invitado a volver a esta oración como un medio privilegiado para el encuentro con Dios y para la intercesión en favor de la Iglesia. Pido encarecidamente, entonces, que promovamos el rezo del Rosario en las parroquias, en los grupos apostólicos y especialmente en las familias. Con el Rosario, los santos han librado los pueblos de los peligros, han conseguido el fervor de las almas, han logrado la conversión de los pecadores, han atajado las guerras y han unido las familias. Sobre todo, han recomendado el Rosario para que la Iglesia viva con fidelidad su identidad y su misión. En un momento difícil de su pontificado, Pablo VI pedía que se rezara el Rosario con fe porque a través de él se alcanzaba que la Madre de todas las gracias socorriera a la Iglesia y a la humanidad en horas de turbulencia. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Jue 2 Nov 2017

"La muerte está vencida, somos ciudadanos del cielo": Arzb. Tobón Restrepo

En el marco de la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, el arzobispo de Medellín y vice presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, afirmó que a la muerte no le debemos tener miedo, sino mirar con esperanza. El prelado aseguró que cuando llega la muerte, Cristo nos lleva como pastor bueno que nos dirige al camino de la vida. "La muerte está vencida, nosotros somos ciudadanos del cielo", afirmó. Así mismo, señaló que esta fecha nos brinda la oportunidad para encontrarnos con nuestra fragilidad y posibilidades. "Es un día para vivir a todos los que se purifican en su camino hacia Dios. Es un día de esperanza", dijo el obispo. Monseñor Tobón Restrepo recordó que ser consciente de la muerte, también nos debe llevar a ser defensores de la vida. En ese marco invitó a oponernos a los asesinatos, la eutanasia y el aborto. Finalmente, señaló que los creyentes no estamos en un camino de destrucción, sino de creación. "Mientras esta tienda terrenal se destruye, se construye otra tienda incorruptible", concluyó.

Sáb 9 Sep 2017

“Hoy algo nuevo debe comenzar entre nosotros”: Arz. Tobón Restrepo

Tras la Eucaristía que presidió el Papa Francisco en el Aeropuerto Olaya Herrera, el arzobispo de Medellín y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Ricardo Tobón Restrepo, compartió algunas de las acciones que se vienen desarrollando en favor de la evangelización, la pastoral social y la promoción humana. El prelado recordó que, si bien se está trabajando por una sociedad más justa, reconoció que todavía no se ha logrado superar “la estructura del mal que pervierte las consciencias”. Tobón Restrepo aseguró que estas estructuras del mal “pervierten las consciencias, trabajan con la mentira, generan diversas formas de corrupción, mantienen la inequidad social, arruina la vida con el egoísmo y no deja de promover la falsa solución de la violencia”. Sin embargo, en medio de este panorama, destacó el servicio al bien común de personas que de forma dedicada “trabajan con entusiasmo la alegría del Evangelio”, resaltó la labor pastoral de sacerdotes y religiosas “que se dan sin medida” y subrayó el “despertar de un compromiso apostólico” de los laicos. “Se multiplican las iniciativas de fe que llenan de entusiasmo”, señaló. El jerarca católico afirmó que todavía se requiere de una espiritualidad más profunda y un compromiso social más fuerte para que “no se despilfarre en la superficialidad y el hedonismo, las mejores posibilidades de evangelización”. En esta línea, se comprometió a formar una comunidad de discípulos “con pasión al proyecto del reino de Dios” y “aportar el testimonio, valores y propuesta cristiana para construir un país reconciliado y con horizontes de esperanza”. Finalmente, el arzobispo Tobón Restrepo entregó al Papa una imagen de Nuestra Señora de la Candelaria. “Que ella guie sus pasos, mantenga su ardor, sea dulzura y consuelo en los momentos de prueba en su misión apostólica”, concluyó. ​Algo importante de resaltar dentro en la Santa Misa fue la presencia de cerca de 100 presos de cárceles de la ciudad, 300 enfermos con diferentes diagnósticos y 100 personas pertenecientes a la Pastoral de Sordos de la Arquidiócesis de Medellín.

Mié 5 Jul 2017

Presidente y vicepresidente de la CEC tuvieron encuentro con periodistas

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Oscar Urbina Ortega, y el vicepresidente Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, compartieron este miércoles 5 de julio con los medios de comunicación los desafíos que afrontarán como nuevos miembros directivos del episcopado. Durante la rueda de prensa realizada en la sede del episcopado, los prelados hablaron sobre el proceso de paz, las negociaciones con el Eln, la situación en Venezuela, las próximas elecciones presidenciales y la visita del Papa Francisco. Al referirse al proceso de paz, Monseñor Óscar Urbina Ortega pidió al Eln “dar el primer paso” y buscar una salida dialogada para alcanzar la paz. El prelado recordó que la paz en nuestro país requiere de un proceso de reconciliación que tiene sus propios tiempos y que consiste en “sanar los corazones”. Elecciones a la vista En relación a las próximas elecciones presidenciales monseñor Oscar Urbina invitó a todos los colombianos a participar activamente en los comiciosy dejar de lado la indiferencia en temas políticos. Aseguró que un 60% de ausentismo en las justas electorales es un pecado para la democracia. Sobre una posible participación de las Farc en las elecciones Urbina Ortega afirmó que es bueno que las Farc puedan ejercer la vida política a través de las ideas y que el pueblo elija con base a las propuestas. “Los colombianos debemos desarmar el corazón, buscar propuestas no violentas, que busquen la paz, la verdad, la reconciliación, el diálogo y el desarrollo”, puntualizó. Monseñor Oscar urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio y nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia I Foto: Conferencia Episcopal de Colombia Por su parte, el vicepresidente del episcopado, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, recordó a los colombianos que el próximo proceso electoral en el país es una oportunidad para que los colombianos decidamos sobre el futuro de nuestra nación. “Debe ser un tiempo de reflexión para todos. Debe ser un tiempo en el que se configure unas propuestas y proyectos de gobierno que permitan un diálogo entre los colombianos para encontrar lo más conveniente para el país”, manifestó. Monseñor Ricardo Tobón invitó a dejar todo aquello que genera divisiones y discordias. “Todos queremos la paz, debemos encontrar la forma de construir un país donde todos nos entendamos y que sea posible un progreso integral”, señaló. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín y nuevo vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia I Foto: Conferencia Episcopal de Colombia Situación de Venezuela Al ser consultados sobre la situación política y social en Venezuela, el presidente del episcopado afirmó que “duele” todo lo que está pasando en ese país y expresó la solidaridad, ánimo y ayuda del episcopado colombiano con el pueblo venezolano. Sobre este mismo tema explicó que la Iglesia Católica en Colombia seguirá apoyando con alimentos y medicinas, siempre en el marco del respeto a las normas de Venezuela. Visita Papa Francisco En relación a la preparación de la visita del Papa Francisco, el arzobispo de Villavicencio aseguró que el colegio episcopal es una familia y que hay apoyo de todos los prelados para que la organización de la visita se realice de la mejor forma. Así mismo, aseguró que las enseñanzas que deje el Pontífice ayudará a apoyar procesos de cercanía, motivar a una Iglesia en salida y que sea un hospital de campaña que ayude a la reconciliación entre los colombianos. El prelado recordó que todos los encuentros con el Papa son gratuitos. “Queremos decirle a la población que no se dejen tumbar”, manifestó. Explicó que se entregarán “entradas o pases” sencillamente por temas de organización, logística y seguridad. Finalmente, invitó el 13 de agosto a apoyar con una donación para responder a los costos que implica organizar la visita del Papa Francisco. TRANSMISIÓN RUEDA DE PRENSA

Mié 5 Jul 2017

Mons. Ricardo Tobón fue elegido vicepresidente del episcopado

Los obispos de Colombia reunidos en la CIII Asamblea Plenaria del Episcopado eligieron, este miércoles 5 de julio, a monseñor Ricardo Antonio Tobón Retrepo, Arzobispo Metropolitano de Medellín como vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para el trienio 2017-2020. Monseñor Ricardo Antonio Tobón nació el 8 de mayo de 1951; fue ordenado sacerdote el 21 de noviembre de 1975; el 25 de abril de 2003, el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro y el 16 de febrero de 2010 fue nombrado por el Papa Benedicto XVI como Arzobispo de Medellín. Perfil del vicepresidente Monseñor Ricardo Antonio Tobón Restrepo nació el 8 de mayo de 1951 en Ituango, municipio de la Diócesis de Santa Rosa de Osos y del Departamento de Antioquia. Cursó sus estudios de Primaria en su pueblo natal, Ituango. El Bachillerato lo realizó en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de su Diócesis de origen y los cursos institucionales de Filosofía y Teología en la misma sede. Frecuentó la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma donde obtuvo la Licenciatura y el Doctorado en Filosofía. Fue ordenado Presbítero en la Catedral de la Diócesis de Santa Rosa de Osos (Antioquia), el día 21 de Noviembre de 1975, y en esa misma circunscripción eclesiástica se incardinó. Ha desempeñado los siguientes cargos a lo largo de su vida sacerdotal: en su Diócesis fue, de 1975 a 1981, Vicario Parroquial del Señor de los Milagros en San Pedro (Antioquia). Fue trasladado en 1981, con igual cargo a la Parroquia de Donmatías (Antioquia). Fue miembro del Equipo diocesano de Pastoral de Santa Rosa de Osos (1982-1984). De allí pasó como alumno del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano, a la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en donde obtuvo el Doctorado en la Facultad de Filosofía (1985-1989). Tras su regreso a Colombia, fue formador y profesor del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino de Santa Rosa de Osos (1989-1992). Desde finales de ese año 1992, el Reverendo Padre Ricardo Tobón ejerce su labor ministerial como Colaborador Local de la Representación Pontificia en Colombia. El 25 de Abril de 2003, Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Sonsón – Rionegro y recibió su ordenación episcopal el 14 de Junio de 2003. La LXXXV Asamblea Plenaria celebrada en julio de 2008 fue nombrado Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de Ministerios Jerárquicos. El 16 de Febrero de 2010 Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Arzobispo de Medellín y tomó posesión de la sede el 8 de mayo de 2010. El 5 de julio de 2017 la CIII Asamblea Plenaria del Episcopado lo nombró como vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia

Mié 8 Mar 2017

La ludopatía, una esclavitud silenciosa

Por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo: Está creciendo aceleradamente en nuestra sociedad la adicción a los juegos de azar. Es cierto que desde la más remota antigüedad tenemos noticias del juego como un fenómeno presente en todas las culturas. Más aún, una de las dimensiones bellas de la vida es el aspecto lúdico. Por eso, el deporte y la diversión hacen parte de la expresión y la realización del ser humano. Sin embargo, es fatal la afición a los juegos de azar que crea en la persona una verdadera dependencia sicológica, con un comportamiento compulsivo como el que producen el alcoholismo y las toxicomanías. La ludopatía es un desorden emocional, progresivo y destructivo que lleva a la persona a la incapacidad de controlar su deseo de jugar y apostar. Todo comienza por la ambición de encontrar un camino fácil y rápido para hacer fortuna, sobre todo en ciertas situaciones de penuria económica. En un primer momento, se percibe el juego como una oportunidad para resolver, sin trabajo y sin esfuerzo, situaciones difíciles y, después, se practica como un refugio o evasión para escapar de las frustraciones de la vida. Así se entra en un mal con graves consecuencias en la vida personal, familiar, laboral y social. La inversión de tiempo, energía y dinero en el juego va llevando a la persona a ser cada vez más dependiente, pues empieza a vivir de fantasías creyendo que se va a enriquecer rápidamente o de presiones sociales y económicas pensando que tiene que jugar más para recuperar lo que ha perdido y para saldar las deudas que con el mismo juego ha acumulado. En el fondo, se trata de una ilusión, de un espejismo, de una esclavitud sin fondo porque esta “magia” casi nunca da el resultado esperado. El juego compulsivo va llevando al descontrol progresivo y, por consiguiente, a caer en circuitos de usura, en endeudamientos desmesurados, en problemas económicos y financieros, en severos desajustes familiares y en graves trastornos psicológicos. Es así como se va entrando en la intolerancia a la frustración, la incapacidad para manejar las emociones, los sentimientos de baja autoestima y la mitomanía fruto de la doble vida que desarrolla el adicto. Todo abre la puerta a la depresión y a la desesperación, que muchas veces conducen incluso al suicidio. La persona que se entrega a esta dependencia entra en un circuito obsesivo del que es difícil salir: juega para ganar más si está ganando y juega para recuperarse si está perdiendo. Las manifestaciones de la ludopatía son siempre coincidentes y muestran que no podemos admitir que el juego sea una actividad creciente en la vida humana y que sea el azote de las familias y de las personas más pobres y desfavorecidas. Debemos hacernos conscientes de cómo la industria del juego está introduciendo enfermedades mentales, crimen organizado y altos niveles de corrupción en la sociedad. Es necesario promover en las familias, en los centros educativos, en las parroquias, en diversos ámbitos de la sociedad diferentes iniciativas para proteger a las nuevas generaciones de esta ilusión seductora que arruina la vida personal, la sana relación con los demás, la debida administración de los bienes y el bienestar de la comunidad. Habría que exigir igualmente el debido control de los centros de juegos de azar y ofrecer terapias adecuadas a quienes ya padecen esta enfermedad silenciosa. Como en todas las pasiones desordenadas se sabe dónde se empieza pero no hasta dónde va a llevar, a nivel personal y social, el peso de una esclavitud que se hace cada vez más aplastante. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín