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obispo apartadó

Jue 30 Nov 2017

Tejiendo reconciliación y paz desde Belén de Bajirá

El pasado domingo 26 de noviembre la Parroquia Nuestra Señora de Belén de Bajirá, ubicada en el corregimiento del departamento del Chocó que lleva su mismo nombre, se vistió de gala para convertirse en escenario de la clausura de los Diplomados para la Reconciliación y la Paz que puso este año en marcha la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), con líderes comunitarios, docentes, estudiantes, comerciantes y miembros de la FARC, en tránsito a la vida civil. Pases de Reconciliación e Inter-Acciones por la Paz, así fueron denominados los programas pedagógicos adelantados por la Iglesia Católica con el apoyo de la Embajada de Alemania a través de su proyecto “Acciones Conscientes”, en seis diferentes regiones del país, con colombianos interesados en convertirse en gestores y embajadores de la reconciliación y la paz nacional, desde las realidades sus regiones. En Bajirá los fuertes estragos que ha dejado el conflicto, la preocupación por el accionar de nuevos grupos al margen de la ley y la disputa territorial entre Chocó y Antioquia en la que se ha visto envuelto el corregimiento, han pasado de ser impedimento a inspiración para enriquecer el diálogo sano y la construcción de nuevos y esperanzadores caminos. Una sesión de trabajo final enmarcada por el tejido con hilos como expresión artística y simbólica encaminada a destacar la importancia de la reconstrucción del tejido social que la guerra ha roto, el diálogo y la puesta en común de anhelos de transformación para sus comunidades, precedió el acto de cierre oficial de este proyecto que se desarrolló durante 9 meses, con ayuda del presbítero John Jairo Zapata, párroco local, y su equipo de colaboradores. Al evento asistieron, además de los participantes y algunos familiares, miembros de la CCN y el Obispo de Apartadó, Monseñor Hugo Alberto Torres Marín, quien manifestó sus agradecimientos a la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a través de la Comisión de Conciliación por facilitar estos procesos en la región y a los participantes de ambos diplomados por su voluntad para dar pasos para la reconciliación y animar a otros a hacerlo también. En estos diplomados participaron cerca de 45 miembros de comunidades del departamento del Chocó como Belén de Bajirá, Carmen del Darién y Riosucio, y 20 exguerrilleros de las Farc ubicados en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (antes Punto Transitorio de Normalización) localizado en la Vereda Brisas del municipio Carmen del Darién, que hoy aprovechan la oferta de formación de diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales, como la Iglesia misma, para aprender y facilitar sus procesos de reinserción a la vida civil. Tras compartir un almuerzo, se dio inicio al acto conmemorativo. Con palabras de un representante de cada grupo de diplomado, en las que se mostraron felices y agradecidos por la oportunidad brindada a través de Pases de Reconciliación e Inter-Acciones por la Paz, arrancó el evento. Luego, las palabras de Monseñor Torres y las del facilitador y profesor de los diplomados en esa zona del país, Carlos Ossa, un psicólogo vinculado a la Comisión de Conciliación Nacional que le puso alma, corazón, arte y música a cada jornada mensual de trabajo. Gracias a eso, obtuvo también un reconocimiento en medio de la clausura, mediante el cual lo denominaron “mensajero de la reconciliación”. Uno a uno, los participantes fueron llamados a recibir su diploma, que obtuvo además el aval de la Universidad Santo Tomás. Felices, orgullosos y satisfechos con el proceso que adelantaron posaron frente a las cámaras del equipo de comunicaciones de la Comisión de Conciliación Nacional. Luego, un brindis y un trozo de pastel permitieron cerrar con broche de oro la actividad. Fuente: Of. Comunicaciones Comisión de Conciliación Nacional

Mié 27 Jul 2016

Obispo de Apartadó hace llamado urgente a Cancillería por caso de migrantes irregulares

Tras el aumento de ciudadanos migrantes irregulares que ingresan a diario al municipio colombiano de Turbo, fronterizo con Panamá, el obispo de Apartadó monseñor Hugo Torres Marín, lanzó un SOS a la Cancillería para que enfrenten cuanto antes esta crisis humanitaria. “La situación en Turbo, Antioquia; Capurganá y Sabzurro, en el Chocó, es cada día más grave, necesitamos que la Cancillería responda”. La preocupación, dice enfáticamente monseñor Torres Marín, es porque la Cancillería no se pronuncia sobre el tema, ni se avizoran soluciones, y la situación demanda una respuesta inmediata pues, explica, “ya hay afectaciones de orden público por la invasión de terrenos en los que los migrantes han hecho cambuches para vivir; por la indiferencia del Estado muchos de ellos son víctimas de robos de sus pocas pertenencias, y aunque la Alcaldía les proporciona agua, los alimentos los suministra la Pastoral Social a través de la atención humanitaria prestada por la iglesia, sin embargo es tal la magnitud del problema, que algunos grupos de laicos comprometidos también aportan para el sustento de estas personas”. Así mismo, el sacerdote José Wilmar Medina, de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, señaló que “es preocupante la indiferencia ante esta situación, en la cual los hermanos africanos son los que más sufren, pues el temor de la gente a pandemias como el ébola, el sida o enfermedades tropicales hace que no les permitan subirse a embarcaciones ni otros medios de transporte, y los obliga a emprender caminatas entre el monte”. La situación es peor de lo que podría imaginarse, pues no solo son los migrantes estancados, también hay un flujo diario de entre 100 y 400 extranjeros irregulares; además un daño eléctrico tiene sin energía a Capurganá, población chocoana cuya temperatura habitual promedio es entre 32 y 35 grados centígrados, hecho que ha incrementado el precio de los alimentos que requieren refrigeración, pues para conservarlos se valen de energía producida por plantas eléctricas cuyo costo del combustible le suman al precio de los productos. Esto, sin contar con que tanto Capurganá como Sabzurro, población vecina, que en total tienen unos 3.000 habitantes, solo cuentan con dos enfermeras que se encargan de la atención en salud. Tanto el obispo de Apartadó, Hugo Torres, como el padre Medina coinciden en afirmar que les “preocupa mucho esta indiferencia, la corrupción y las condiciones que están afrontando los pobladores de la zona, y los migrantes estancados”, por lo que reiteran su llamado urgente al Ministerio de Relaciones Exteriores y a las autoridades competentes para que se apersonen de la situación, pues incluso ya se han presentado nacimientos de hijos de migrantes. Esta grave situación en el municipio del Urabá antioqueño, se dio tras el cierre de frontera para inmigrantes, ordenado el pasado 9 de mayo por el presidente de Panamá. Desde entonces están llegando migrantes desde Cuba, Haití África y China, quienes “en busca del sueño americano”, esperan llegar a Estados Unidos pasando, entre otros países, por Colombia y Panamá, cifra que se ha incrementado, y según calcula la Iglesia en esa zona, sería de más de 1.500 personas varadas. Fuente: Of. comunicaciones Pastoral Social Fotos: Diócesis de Apartadó