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Padre Raúl Ortiz

Vie 17 Feb 2023

ECOS DE LA ASAMBLEA: ¿Qué es el estilo sinodal en la Iglesia?

Para iluminar la reflexión de la 114 Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, que tuvo lugar los pasados días (06 al 10 de febrero), el Departamento de Doctrina del SPEC, en compañía del Comité Teológico Consultivo, realizó el documento “El estilo sinodal de los organismos eclesiales de participación” que los Obispos de Colombia recibieron en el mes de enero como una anticipación del tema que concentraría la atención durante su Asamblea y que ahora podrá ser leído y estudiado por quien desee profundizar en este aspecto (texto y audio al final del artículo). Los organismos de participación eclesial, tanto en el nivel de las jurisdicciones eclesiásticas (vicariatos, diócesis y arquidiócesis) como en el de las parroquias están contemplados en el Código de Derecho Canónico: los colegios de consultores, los consejos episcopales, presbiterales, pastorales, de asuntos económicos y los sínodos; el estilo sinodal ilumina el modo como estos organismos deben vincular a los laicos, especialmente a los jóvenes y a las mujeres para dinamizarlos y relanzarnos como estructuras de servicio en favor de la pastoral integral. La reflexión en torno a este tema, ocupó a los Obispos de Colombia durante la pasada Asamblea, además de otros asuntos de especial importancia como el cuidado de la casa común, la reconciliación y la paz en el país, y la cultura del cuidado en la Iglesia; todos estos temas tienen estrecha relación con el Camino Sinodal que actualmente vive la Iglesia. Actualmente, el Sínodo sobre la sinodalidad 2021-2024 concentra la atención de la Iglesia Universal en torno a los modos como la comunión y la misión se realizan a través de una vinculación – participación de todos los miembros del Pueblo de Dios y no solo de unos pocos. En América Latina, la etapa continental se está llevando a cabo a través de cuatro Asambleas Regionales, la primera de las cuales, tendrá lugar en El Salvador del 13 al 17 de febrero para la región Centroamérica-México; luego, será el turno de la región Caribe reunida en Santo Domingo (República Dominicana) del 20 al 24 de febrero. Para la región a la que pertenece Colombia (Región Bolivariana) la cita será en Quito (Ecuador), del 27 de febrero al 3 de marzo, y finalmente, la Asamblea para la Región Cono Sur tendrá lugar en Brasilia del 6 al 10 de marzo. Luego de estas cuatro Asambleas Regionales, en Bogotá, donde se encuentra la sede del CELAM, se llevará a cabo una reunión de los delegados de cada región de modo que, junto al Equipo coordinador de la fase continental en América Latina, se redacte la síntesis continental que hará parte de la iluminación de la Asamblea Ordinaria del Sínodo que se reunirá en Roma en el próximo mes de octubre de 2023 y que tendrá una segunda sesión en octubre de 2024. DESCARGAR DOCUMENTO AQUÍ

Vie 16 Dic 2022

Rogativa ecuménica por la reconciliación y la paz de Colombia

Para recordar el abrazo entre los hermanos Apóstoles Pedro y Andrés, pero, sobre todo, para conmemorar los 57 años del mutuo levantamiento de las excomuniones entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa (7 de diciembre de 1965) gracias a la voluntad de san Pablo VI y el patriarca Atenágoras, el Señor Nuncio Apostólico en Colombia, S.E. Mons. Luis Mariano Montemayor, visitó la Iglesia Ortodoxa Griega el pasado domingo 11 de diciembre. Acogieron la visita el obispo Timoteo de Assos, auxiliar en Colombia del Sacro Arzobispado Ortodoxo (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) junto con parte de su clero y su comunidad de fieles en la catedral ortodoxa griega de la Dormición de la Virgen María en Bogotá. Estuvieron presentes la embajadora de Rumania en Colombia, señora Claudia Tușa, y algunas delegaciones diplomáticas de otros países orientales. La ocasión no solo ha servido para estrechar aún más las relaciones diplomáticas de la Santa Sede con los países de tradición ortodoxa sino, además, para incentivar el diálogo ecuménico que es uno de los temas que el Papa Francisco ha motivado durante su pontificado y orar por la reconciliación y la paz de Colombia. En la oración ecuménica, presidida conjuntamente por ambas autoridades, el obispo de Assos hizo alusión al movimiento ecuménico promovido por el papa San Juan XXIII desde el Concilio Vaticano II; recordó, además, que las excomuniones mutuas que pesaban sobre ambas iglesias desde el año 1054 habían sido levantadas gracias a la buena voluntad de San Pablo VI y el patriarca Atenágoras en diciembre de 1965. Por su parte, el Señor Nuncio Montemayor agradeció las muestras de fraternidad, realizó la oración por la paz de San Francisco de Asís e impartió la Bendición Apostólica con un ícono obsequiado en esta ocasión. Por parte de la Iglesia Católica, además del Señor Nuncio, estuvieron presentes el secretario de la Nunciatura, Monseñor David Paul Chartes, el director del Departamento de Doctrina y Ecumenismo del Secretariado de la Conferencia Episcopal, padre Raúl Ortiz Toro, y algunos miembros del Equipo Asesor para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD), entre ellos algunos pertenecientes al Movimiento de los Focolares. Escribía San Juan Pablo II en la Carta Apostólica “Orientale Lumen” No. 1, en el año 1995: “En efecto, dado que creemos que la venerable y antigua tradición de las Iglesias Orientales forma parte integrante del patrimonio de la Iglesia de Cristo, la primera necesidad que tienen los católicos consiste en conocerla para poderse alimentar de ella y favorecer, cada uno en la medida de sus posibilidades, el proceso de la unidad. Nuestros hermanos orientales católicos tienen plena conciencia de ser, junto con los hermanos ortodoxos, los portadores vivos de esa tradición”.

Mié 7 Dic 2022

Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Enciende una luz por la paz y la reconciliación

La tradición de la Iglesia católica celebra, cada 8 diciembre, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, dogma según el cual la Madre de Jesús fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, según lo explica el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD), de la Conferencia Episcopal de Colombia El directivo observa que desde 1854, es tradición que el día anterior 7 de diciembre, muchas personas alrededor del mundo, pero sobre todo en la plaza de San Pedro en Roma, carguen antorchas, luminarias o velas encendidas para significar que este es un acontecimiento muy importante “reconocer que la Santísima Virgen María era un instrumento privilegiado para la salvación del mundo porque nos traía a Jesucristo, luz que nace de lo alto, el sol de justicia que viene a iluminarnos a todos los creyentes”. Enciende una luz por la paz y la familia En este contexto el sacerdote invita a todos los colombianos para que esta noche 07 de diciembre, encienda una vela por la paz y la reconciliación del país. Adicional a ello, exhorta a encender una luz por la Iglesia católica, por todas las familias de mundo y por las intenciones que cada uno tenga en su corazón. “Te invito entonces para que vivas estas dos jornadas: las vísperas del 7 y la gran Solemnidad del 8 de diciembre, con todo el corazón, con toda la dedicación y toda la alegría, sabiendo que estamos en este camino de Adviento preparándonos para la venida de nuestro salvador”.

Lun 4 Jul 2022

Ecos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

Diversas actividades se llevaron a cabo entre el 5 y el 12 de junio con motivo de la semana que anualmente se dedica a orar por la unidad de todos los cristianos. La Comisión Episcopal de Promoción de la Unidad y del Diálogo – PUD, presidida por monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, y su Departamento Ejecutivo en el Secretariado Permanente del Episcopado, lideró los encuentros durante estos días en los que se cultivó el ecumenismo de la caridad, de la oración y de la vida con ocho iglesias cristianas históricas que pertenecen al Comité Ecuménico de la Conferencia Episcopal. También se contó con el apoyo del Movimiento de los Focolares, de Chiara Lubich, dedicados al trabajo de unidad en la Iglesia, así como del Equipo Asesor PUD. El domingo 5 de junio la Iglesia Metodista ofreció el Servicio Dominical en su templo de Chapinero (Bogotá), especialmente orando por esta intención; acompañó la oración el Movimiento de los Focolares; el martes 6, desde Bello (Antioquia), la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía celebró la Divina Liturgia según el rito siro antioqueno de Santiago, en el templo San Ignacio de Antioquía. El miércoles 7, el turno fue para la Iglesia Luterana con sus dos ramas, la Congregación San Mateo (Luterana Alemana) y la IELCO (Iglesia Evangélica Luterana de Colombia) en su templo de Usaquén; la Liturgia Breve fue presidida por la pastora Christild Graffe y participó un considerable grupo de fieles de diferentes iglesias cristianas. El jueves 10 se dieron cita en la capilla de la Conferencia Episcopal de Colombia varios líderes religiosos de las Iglesias Episcopal Anglicana, Menonita, Presbiteriana y Luterana para asistir a la oración a través de la Santa Eucaristía según el rito romano, presidida por el Director del Departamento PUD. El domingo 12, último día del octavario, la oración se realizó en la catedral de San Pablo Apóstol de la Iglesia Anglicana, con la celebración eucarística presidida por la reverenda Loida Sardiñas. Dos actividades de la Semana merecen especial relevancia. El viernes 10 de junio, a las 7 p.m., se llevó a cabo el conversatorio: “Las Iglesias Cristianas Históricas y su pastoral en las periferias sociales y existenciales”; fue presentado gracias al apoyo de la Universidad Javeriana de Bogotá y por ello coordinaron el evento dos doctores en teología: la reverenda de la Iglesia Episcopal Anglicana, Loida Sardiñas, y el sacerdote jesuita Mario Alberto Rivera. Participaron las ocho iglesias del Comité Ecuménico y abordaron temas ambientales, migratorios, de inclusión de minorías sexuales, prevención de la trata de personas, reinserción de víctimas y victimarios de la violencia, y educación para la paz y la reconciliación. Finalmente, el sábado 11, en la Catedral Ortodoxa Griega de Bogotá, a las 6 p.m., se llevó a cabo la Celebración Ecuménica que este año tuvo el lema “Hemos visto aparecer su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo” (Mateo 2,2) ya que el material de 2022 fue elaborado por el Consejo de Iglesias Orientales. La oración por la Unidad de los Cristianos sigue siendo una actividad necesaria para sanar las heridas causadas por la división y para pedir al único Pastor que la Iglesia de los bautizados en Cristo sea cada día más un signo de armonía en el Espíritu Santo.

Jue 10 Feb 2022

“Un don para agradecer”: Cartillas sobre el valor y defensa de la vida

La Comisión Episcopal de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia, presentó este jueves 10 de febrero el primer módulo de una serie de cartillas tituladas "PARA QUE TENGAMOS VIDA EN ABUNDANCIA (cf. Jn 10, 10)". Durante la presentación de este material, el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD), advirtió que no se trata de una reflexión que parte del tema de la eutanasia, sino de la valoración de la vida humana como “un don para agradecer” a pesar de las adversidades. Por este motivo el primer módulo presentado aborda temas como el sentido de la vida, la integración del sufrimiento en la vida humana, la libertad y la autonomía, la promoción de los cuidados paliativos, afectivos y espirituales para el enfermo y una reflexión sobre qué es, en verdad, morir con dignidad. "El objetivo de este material es incentivar una formación que ayude a las personas a integrar el dolor y el sufrimiento, como realidades ineludibles en la vida humana; no se trata de hacer una exaltación al dolor, ni decir, sencillamente a un enfermo: ‘debes sufrir para salvarte’; se trata de una invitación para que nos demos cuenta que no podemos prescindir de estas realidades; al contrario, al asumirlas e integrarlas, con ayuda de los cuidados paliativos de los médicos, los cuidados afectivos de la familia y el cuidado espiritual de los agentes de pastoral, se hace más llevadera la vida”, afirmó el sacerdote. Por su parte, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, secretario general de la Conferencia Episcopal, durante su intervención, se refirió al tema de la eutanasia señalando que estas reflexiones que hoy se presentan han sido tratadas y analizadas con profundo respeto pues toca la fragilidad y vulnerabilidad de los seres humanos frente al dolor y el sufrimiento, y pone delante la vida humana que es considerada como un terreno sagrado. "Ante cada una de las vidas humanas, en cualquier momento de sus procesos existenciales o biológicos, nos acercamos como Tierra Sagrada nos quitamos las sandalias en señal de respeto y admiración (...). Como creyentes en Cristo Jesús, miembros de esta Iglesia que estamos construyendo este reino de Dios, no podemos dejar de afirmar que la eutanasia constituye una seria ofensa a la dignidad de la persona humana y fomenta la destrucción de valores fundamentales del orden social”. Monseñor Alí, finalmente, invitó a que este material se reflexione de manera tranquila y analítica, "pero también desde la fe para que nos ayude a ir entendiendo cada vez más esta situación, no desde de la cabeza, sino sobre todo desde el corazón, porque sabemos que son realidades que las tenemos que sortear todos los días". Descargar primer módulo de la cartilla [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Jue 30 Sep 2021

¡Conspiración!

Por P. Raúl Ortiz Toro – El Sínodo 2021-2023 es una conspiración. Sí, ha leído bien, pero por favor, lea hasta el final. Quizá haya abierto los ojos para releer la palabra “conspiración” y es muy probable que haya entendido la frase inicial en sentido negativo; así, al menos, lo presenta el Diccionario RAE donde los dos primeros significados del verbo conspirar tienen que ver con la unión de varias personas contra un superior o contra otra persona para hacer daño; solo una tercera acepción considera que es “concurrir a un mismo fin” y, finalmente, con la anotación de “desusado” afirma que el verbo se empleaba como sinónimo de “convocar”. Pero conspiración – en el significado más genuino y válido de la palabra –, el significado patrístico (es decir, como lo utilizaron los Santos Padres de la Iglesia), significa un acuerdo de voluntades y espíritu. Dejamos, entonces, en claro, que el dinamismo de la lengua produjo en la palabra “conspiración” un cambio semántico. Como el verbo conspirar significaba algo trascendental, esto es, “tener un espíritu común” (com-spirare), San Agustín escribió una frase que ahora, en el contexto del Camino Sinodal 2021-2023, ha salido nuevamente a la luz con especial iluminación. Para leerla en el contexto los invito a ir al Documento Preparatorio del Sínodo (que se encuentra en la página sínodo.cec.org.co) y buscar en el numeral 11: «A quienes dividían el cuerpo eclesial, los Padres de la Iglesia opusieron la comunión de las Iglesias extendidas por todo el mundo, que San Agustín describía como “concordissima fidei conspiratio”, es decir, como el acuerdo en la fe de todos los Bautizados». “Concordissima fidei conspiratio” que traduce literalmente “acuerdo plenamente unánime de la fe”, fue una frase escrita por San Agustín de Hipona en una carta a Sixto [Epístola 194, 31], “colega en el presbiterado”, en el contexto de la controversia pelagiana (siglo V) y la consiguiente discusión sobre la necesidad del bautismo de los niños. En época reciente, el Papa Francisco describió el pelagianismo actual como aquella herejía donde sus seguidores «aunque hablen de la gracia de Dios con discursos edulcorados en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico» (Gaudete et Exultate, 49). Así pues, volviendo al Obispo de Hipona, podemos afirmar que el Espíritu Santo conspira sobre la Iglesia en el sentido que la une con los lazos de una armonía trascendente y doble: primero, su fuerza unificante por la fe creída, profesada, vivida en cada bautizado; segundo, por su fuerza unificadora entre los bautizados de todos los rincones de la tierra. De modo que el Espíritu Santo conspira en cada fiel produciendo la unidad y armonía entre la fe y la vida, y conspira en las Iglesias Particulares siendo fuerza efectiva para que exista unidad en la Iglesia Universal. El “acuerdo plenamente unánime en la fe”, es decir, la consabida “conspiración” del Espíritu Santo, es el fundamento de aquella frase también del papa Francisco que ha quedado plasmada en el Documento Preparatorio del Sínodo, número 11, pero que se remonta a la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y, aún más atrás, al Concilio Vaticano II, a la Constitución Dogmática Lumen Gentium 12. Una frase que ha dado y dará mucho de qué hablar no solo a quienes con maneras integristas se resisten a escuchar al Pueblo de Dios como protagonista del presente y el futuro de la Iglesia sino a quienes la entienden mal hasta hacerles pensar que la Iglesia debe regirse como una democracia. La frase es esta: “El Pueblo de Dios es sujeto del sensus fidei infalible in credendo”; es decir, que, cuando cree, el Pueblo de Dios no se equivoca. Recordemos que el Pueblo de Dios está conformado por los laicos, los consagrados y los ordenados (obispos, sacerdotes y diáconos); todos “caminamos juntos” incorporados a Cristo por el bautismo. Explica el Papa en Evangelii Gaudium 119: «En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar. El Pueblo de Dios es santo por esta unción que lo haceinfalible “in credendo”.Esto significa que cuando cree no se equivoca, aunque no encuentre palabras para explicar su fe. El Espíritu lo guía en la verdad y lo conduce a la salvación. Como parte de su misterio de amor hacia la humanidad, Dios dota a la totalidad de los fieles de uninstinto de la fe—elsensus fidei—que los ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios. La presencia del Espíritu otorga a los cristianos una cierta connaturalidad con las realidades divinas y una sabiduría que los permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan el instrumental adecuado para expresarlas con precisión». Dejemos, entonces, que en este Camino Sinodal 2021-2023 el Espíritu Santo conspire sobre cada uno de nosotros y sobre nuestra Iglesia en general; que los procesos de escucha que se van a vivir en las Iglesias Particulares sean tiempos de gracia en los que cada parroquia o grupo de fieles se sientan agradecidos por el camino recorrido – pues sinodalidad siempre ha habido en la Iglesia, en algunas épocas más explícita que en otras: en la vivencia de la fe, la participación en las estructuras, la vinculación en los procesos – y que el Espíritu Santo nos ayude a vencer la tentación de reducir este tiempo de gracia a la elaboración de un documento más. Así lo advierte el Documento preparatorio (número 32): «Recordamos que la finalidad del Sínodo, y por lo tanto de esta consulta, no es producir documentos, sino “hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros, y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos”». P. Raúl Ortiz Toro Director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo Conferencia Episcopal de Colombia [email protected]

Mar 8 Jun 2021

Un nuevo paso contra la pederastia

Por: P. Raúl Ortiz Toro - El título de este artículo es demasiado reductivo con respecto al amplio tema de que se tratará, pero es llamativo sobre todo para aquellos que, de manera ignorante, señalan a la Iglesia de hacer poco o nada contra la pederastia. De todos modos, los inconformes dirán que no es suficiente; sin embargo, la reforma del Libro VI (Las sanciones penales en la Iglesia) firmada por el Papa Francisco el día de Pentecostés (23 de mayo) de este año 2021 y dada a la luz pública en la mañana del primero de junio resulta el más importante acontecimiento legislativo en el ámbito eclesiástico, después de 1983, año de la promulgación del Código de Derecho Canónico vigente. El motu proprio lleva el nombre “Pascite gregem Dei” (Apacentad la grey de Dios) y entrará en vigor el 8 de diciembre de este mismo año. La reforma legislativa trae grandes temas, todos dignos de dedicar una tesis argumentativa como lo es, por ejemplo, en el aspecto sustancial, la tipificación de nuevos delitos. Al respecto, es de destacar que en el Título III, “De los delitos contra los sacramentos”, canon 1379, § 3, aparece la incursión en excomunión latae sententiae reservada a la Santa Sede para quien “atente conferir el orden sagrado a una mujer, así como la mujer que atente recibir el orden sagrado”. Resultan también interesantes la tipificación del delito de “abandono voluntario e ilegítimo del ministerio sagrado durante seis meses continuados” por parte de un clérigo (c. 1392) y el “delito en materia económica” (c. 1393, § 2). Hay otros nuevos delitos que podemos ir a consultar en el documento reformado pero nos interesa de especial manera lo relacionado con el delito atroz de pederastia. Con respecto a la nueva tipificación se equivocan quienes aseguran que por primera vez entra la pederastia a ser considerada delito en la Iglesia; se equivocan porque ya existía el canon 1395 en el que estaba tipificado el delito “contra el sexto mandamiento del Decálogo […] con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad”. Además, para que los procesos por pederastia fueran más expeditos, el Papa San Juan Pablo II ordenó en el año 2001 que fueran juzgados en el Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe y amplió la edad de la víctima hasta los 18 años (Cf. Carta de la CDF a los obispos Delicta Graviora). Lo que sí es cierto es que este “delito contra las costumbres”, ha pasado del Título V “De los delitos contra obligaciones especiales” (antiguo canon 1395 § 2 donde aparecía tipificado entre otros delitos) al Título VI “De los delitos contra la vida, la dignidad y la libertad del hombre” (cf. canon 1398 § 1, n. 1) donde aparece tipificado de manera independiente y consideradas las víctimas no solo menores de edad sino también las que tienen “uso imperfecto de la razón”. En el mismo canon se tipifican también los delitos de inducción a la pedopornografía y difusión de esta. En el año 2016 el Papa Francisco firmó un motu proprio llamado “Como una madre amorosa” en el que recordaba que el derecho canónico prevé la remoción del oficio eclesiástico “por razones graves” incluyendo también a los obispos diocesanos y a los superiores mayores de congregaciones “si por negligencia, ha cometido u omitido actos que hayan causado un grave daño (físico, moral, espiritual o patrimonial) a los demás”. Este motu proprio pasó a la reforma canónica desde el primer Título (c. 1311) – y se evidencia en otros tantos – agregando un parágrafo segundo: “Quien preside en la Iglesia debe custodiar y promover el bien de la misma comunidad y de cada uno de los fieles con la caridad pastoral, el ejemplo de la vida, el consejo y la exhortación, y, si fuese necesario, también con la imposición o la declaración de las penas, conforme a los preceptos de la ley, que han de aplicarse siempre con equidad canónica, y teniendo presente el restablecimiento de la justicia, la enmienda del reo y la reparación del escándalo”. La reforma del libro VI del Código de Derecho Canónico también ha introducido nuevas penas como la multa, la reparación del daño, la privación de toda o parte de la remuneración eclesiástica, etc. También es sustancial la introducción de la presunción de inocencia (c. 1321 § 1) y la modificación de la norma sobre la prescripción (c. 1362). No podemos pasar por alto que otra novedad canónica es la ampliación de los sujetos pasivos de las sanciones penales (con la reforma el “reo” no solo será el clérigo sino “quien previó lo que habría de suceder, y sin embargo omitió las cautelas para evitarlo” (cf. c. 1326 § 1, n. 3). Esta ampliación es evidente, también, en el canon sobre suspensión (c. 1333) que, según la redacción antigua “solo puede afectar a los clérigos”. La reforma que entrará en vigor prescinde de esta frase exclusiva dando a entender que puede ser sujeto de suspensión tanto el obispo diocesano (o quien se equipara a él en el derecho) hasta un fiel laico que ejerza un oficio o ministerio eclesial pasando por los miembros de institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica. Esto es importante si consideramos que cada día es más relevante el papel de los laicos que acompañan el ejercicio de la potestad de régimen o que ejercen oficios o ministerios instituidos como el de catequista, lector o acólito o son agentes de pastoral. En el aspecto formal también ha habido reforma: reacomodación de cánones, una redacción más específica e incluso el cambio de algunos títulos cuyo trasfondo tiene un panorama pastoral. Y es que, como lo ha afirmado el Papa Francisco, estas normas “reflejan la fe que todos nosotros profesamos, de ésta arranca la fuerza obligante de dichas normas, las cuales, fundándose en esa fe, manifiestan también la materna misericordia de la Iglesia, que sabe tener siempre como finalidad la salvación de las almas” (Motu proprio Pascite gregem Dei). Busca el pontífice superar los que él llama “daños” que ocasionó en el pasado “la falta de comprensión de la relación íntima que existe entre el ejercicio de la caridad y la actuación de la disciplina sancionatoria”. En otras palabras, el Papa con la reforma vuelve a recordar que en la Iglesia se ha de tener “tolerancia cero” con la pederastia y que nunca en virtud de una mal comprendida misericordia con el victimario se podrá relajar la aplicación de la ley penal. Pbro. Raúl Ortiz Toro Párroco del Divino Niño de Venadillo Arquidiócesis de Ibagué [email protected]

Jue 13 Mayo 2021

¡Felicitaciones catequistas!

Por: P. Raúl Ortiz Toro - En la mañana del 11 de mayo de 2021 el papa Francisco ha firmado la Carta Apostólica Antiquum ministerium (Un antiguo ministerio) con la que se instituye el ministerio de catequista en la Iglesia Católica. ¿Y qué es un ministerio? En enero de este año el mismo pontífice, en una carta dirigida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el acceso de las mujeres a los ministerios del lectorado y del acolitado, respondió a esta pregunta. Explica el Papa que hay dos tipos: en primer lugar, los “ministerios ordenados”, es decir, los del obispo, el presbítero y el diácono; en segundo lugar, los “ministerios instituidos” o “laicales” que se confían “por un acto litúrgico del obispo, a una persona que ha recibido el Bautismo y la Confirmación y en la que se reconocen carismas específicos, después de un adecuado camino de preparación”. Sobre todo desde el siglo XVI los actuales ministerios laicales fueron llamados “órdenes menores” a las que solo podían acceder quienes eran candidatos al sacerdocio: eran cuatro, el ostiariado (“ostis” en latín significa puerta, y este era una especie de ministerio de sacristán o portero del templo), el exorcistado, el lectorado y el acolitado. El papa Pablo VI en 1972, como fruto de la renovación surgida a partir del Concilio Vaticano II suprimió el ostiariado y el exorcistado; luego, cambió el nombre de órdenes menores y convirtió al lectorado y acolitado en ministerios laicales para que no estuvieran ligados únicamente al proceso de ordenación sacerdotal sino abiertos a la ministerialidad de la Iglesia, es decir, a todos los fieles. Como se acaba de referir, en enero de este año el papa Francisco permitió que los ministerios de lectorado y acolitado pudieran ser oficios ejercidos por mujeres para hacer “más efectiva en la Iglesia la participación de todos en la obra de evangelización […]” y para que se hiciera más evidente “que estos ministerios están enraizados en los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación”. Es en este mismo camino de redescubrimiento de la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia – que conlleva el reconocimiento de la especial misión que ejercen los laicos –, que el Papa Francisco ha instituido el ministerio de catequista. Es una gran noticia para la Iglesia y, en particular, para tantos maestros de la fe que en nuestras parroquias ejercen este valioso oficio pastoral. Por ello, desde los más profundo de nuestro corazón les decimos a los presentes y futuros catequistas: ¡Felicitaciones! Todos recordamos con gratitud a nuestros catequistas; nos recibieron en la parroquia cuando éramos apenas unos niños deseosos de conocer a Dios, nos llevaron con paciencia y dedicación a amar a Jesús Eucaristía, nos instruyeron para hacer una buena primera confesión, luego, cuando éramos más jóvenes, nos ayudaron a descubrir el amor por el Espíritu Santo para acceder a la Confirmación. En muchos Movimientos Eclesiales la labor del catequista es esencial en la Nueva Evangelización y en formación cristiana de adultos en general. Además, el Papa en esta Carta Apostólica exalta la labor de tantos miembros del Pueblo fiel que han difundido el Evangelio a través de la enseñanza catequística, “auténticos testigos de santidad” y “legión benemérita” de la evangelización entre los no creyentes. Y es que la labor del catequista es imprescindible en la Iglesia; como lo dice el Directorio General para la Catequesis (No. 61), después del primer anuncio del Evangelio, la catequesis (y, por extensión, el catequista), “promueve y hace madurar esta conversión inicial, educando en la fe al convertido e incorporándolo a la comunidad cristiana”. De allí que el Papa haya deseado elevar a categoría de ministerio instituido este oficio pastoral; el pontífice inicia su Carta Apostólica presentado los múltiples ejemplos de catequistas en el Nuevo Testamento, llamados en ese momento “maestros”, como en la primera carta a los corintios, capítulo 12, o específicamente catequistas, como en la carta a los Gálatas (6,6). Francisco destaca, además, en su Carta Apostólica, el movimiento de renovación de la catequesis emprendido después del Concilio Vaticano II; expresión de ello es la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, la Exhortación Apostólica “Catechesi tradendae” del Papa Juan Pablo II, los Directorios –General y específicos–, sobre este tema y la investigación y redacción de “catecismos nacionales, regionales y diocesanos”. Destaca el Papa que el obispo es “el primer catequista en su Diócesis junto al presbiterio, con el que comparte la misma cura pastoral” (No. 5) y que el nuevo ministerio de catequista no irá en menoscabo de esta responsabilidad; al contrario, obispos y sacerdotes, se verán apoyados de manera especial en responder a los nuevos desafíos que impone esta cultura globalizada en la que nos encontramos contando con catequistas que usen “metodologías e instrumentos creativos que hagan coherente el anuncio del Evangelio”. Francisco pide a los catequistas que estén presentes en las diversas etapas del servicio pastoral que conlleva la transmisión de la fe: anuncio kerigmático, catequesis presacramental y formación permanente porque “el catequista es, al mismo tiempo, testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia” (No. 6). Entonces, ¿quiénes pueden acceder a este nuevo ministerio en la Iglesia? Como reto, el Papa deja en manos de cada obispo el “debido discernimiento” para elegir a personas idóneas y bien preparadas; el obispo, seguramente apoyado en los delegados diocesanos de catequesis, debe encontrar, ¡leamos bien este perfil!: “hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe y que hayan adquirido una experiencia previa de catequesis […] y que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos y estén dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico”. El anterior es el perfil que traza el Papa para quienes quieran ser instituidos por el obispo a través de un Rito que – anuncia el Papa – muy pronto publicará la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El pontífice lanza, también, un desafío a las Conferencias Episcopales para que establezcan en cada nación un “itinerario de formación y los criterios normativos para acceder a él”. Indudablemente que esta Carta Apostólica tendrá incidencia también en el itinerario de formación al sacerdocio no solo en el aspecto académico sino en el litúrgico pues quienes hemos recibido el ministerio sacerdotal recibimos los ministerios anteriores: el ministerio ordenado del diaconado y los ministerios instituidos de lectorado y acolitado; seguramente, también los seminaristas deberán recibir el ministerio de catequista para el cual deberán prepararse con mayor ahínco. Buenas cosas auguramos para la evangelización y para el futuro de la Iglesia con este nuevo ministerio que el Papa Francisco nos deja como legado permanente. Padre Raúl Ortiz Toro Párroco Divino Niño – Venadillo Arquidiócesis de Ibagué [email protected]