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resurrección

Mar 6 Abr 2021

¿Qué hay detrás de esa horrorosa puerta?

Por: Mons. Jaime Sanabria Arias - Existe la curiosidad malsana de querer ver lo que no nos importa. Pero existe la curiosidad espiritual, muy provechosa, además, de querer ver más allá de los que nuestros ojos alcanzan a ver... En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre. En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía: "Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa". Todos elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo: —Señor, ¿puedo hacerle una pregunta? Y le responde el rey: —Dime soldado. —¿Qué había detrás de la horrorosa puerta? —Ve y mira tú mismo… Respondió el rey. El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad. El soldado admirado sólo miró a su rey que le decía: —Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que arriesgarse a abrir esta puerta. El relato de la resurrección de Jesús muestra a unas mujeres para quienes su única preocupación era ¿Quién les moverá la horrorosa puerta de entrada al sepulcro? Para nosotros, en cambio, tiene que ser de gran preocupación otra pregunta: ¿Qué hay detrás de esa horrorosa puerta del sepulcro? El Evangelio del día de hoy nos quiere ayudar a encontrar esa respuesta y nos invita a ‘ver’. Este verbo ‘ver’, aparece en cuatro versículos del evangelio de hoy. Veamos. “Levantando los ojos, ven que la piedra estaba removida” (v.4). La fe consiste en mirar a lo alto y contemplar. Es necesario levantar los ojos, mirar hacia arriba. Jesús fue levantado en la cruz, hay que mirarlo a él. Somos seres que miran al cielo, y no que clavan los ojos en el suelo. Nuestro horizonte debe ir más allá y más arriba. No podemos dejarnos engolosinar por los atractivos del mundo. Seamos más espirituales y valgámonos de las cosas materiales para conquistar el cielo. Vivamos con los ojos fijos en el Señor. “Entrando al sepulcro vieron a un joven sentado” (v. 5). La fe consiste en escuchar la voz del Mensajero divino y creer. El ángel está sentado, dispuesto a anunciar. Su mensaje es contundente: Jesús de Nazaret, el crucificado, ha resucitado. Esa es la única verdad que necesitamos creer y que nos salvará. Propongámonos oír más de Jesús, pero, sobre todo, a oír más al mismo Jesús. Él no es un fantasma, no produce miedo, no hace daño. No se asusten. “Vean el lugar donde lo pusieron” (v 6). La fe consiste en mirar la tumba vacía y asombrarse. Jesús no está muerto, ha resucitado. Eso debe producir admiración, alegría, asombro, porque han quedado derrotados el pecado y la muerte. Eso no lo puede hacer ningún humano, solo Dios puede vencer al mal. Jesucristo es en verdad el Mesías. ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! Somos seres para la vida. Amemos y cuidemos la vida propia y la ajena. “Él irá delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán” (v 7). La fe consiste en ir a Galilea, encontrarse con Jesús y hacerse sus discípulos. Jesús ha realizado el reino que había proclamado. Jesús sigue vivo, y sus discípulos están invitados a encontrase con Él. Este nuevo llamamiento al encuentro con él, producirá alegría profunda que no puede ser oscurecida por cualquier miedo o temor, además nos hará discípulos misioneros del Señor. No miremos a Jesús desde lejos, hagamos camino tras él, y sigamos anunciado su amor por todos. Detrás de esa horrorosa puerta del sepulcro está Jesús resucitado. Arriesguémonos a abrirla. Asombrados contemplemos los rayos de sol que entran aclarando nuestra vida y la vida de todos, y descubramos que la puerta se abrió definitivamente y nos muestra el camino que conducirá a la felicidad eterna... Felices Pascuas. Monseñor Jaime Sanabria Arias Vicario Apostólico de San Andrés y Providencia

Vie 20 Nov 2020

Misa por difuntos: “Los confiamos a Dios seguros del valor inmenso de la oración”

En una eucaristía presidida por monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, se elevaron oraciones por aquellas personas que han fallecido durante este tiempo de pandemia. Durante su homilía el prelado recordó que desde sus orígenes la Iglesia vive con convicción la necesidad de orar por los fieles difuntos y ofrecer por ellos sus sufragios. Observó cómo en este tiempo de pandemia el dolor de muchas personas se ha incrementado por la pérdida de sus familiares en diferentes circunstancias y en la mayoría de los casos sin poder vivir un duelo por el ser querido, dadas las circunstancias del momento. “Nos hemos reunido para este acto de misericordia, para vivir desde la fe lo que hemos estado afrontando durante el tiempo de pandemia y entregarle a Dios la vida y el fallecimiento de nuestros hermanos que han partido durante estos meses (…) tenemos particularmente en cuenta a quienes han fallecido por la misma enfermedad del coronavirus, pero también a las víctimas de las catástrofes naturales, especialmente la de los últimos días, las víctimas de la violencia, quienes han muerto solos sin una caricia, una palabra o el acompañamiento de sus seres queridos”, afirmó. Resaltó la entrega generosa del personal de la salud, de los servidores públicos y de todas aquellas personas que ofrendaron su vida sirviendo a los más necesitados en este tiempo de pandemia. “Queremos entregar a Dios el sacrificio y el servicio de quienes han dado la vida por servir a los enfermos, a quienes han atendido con plena generosidad y donándose ellos mismos”. “Los confiamos a Dios seguros del valor inmenso de la oración, sentimos el dolor de su partida y no lo ocultamos (…) Cuando hay tantas preguntas, cuando el dolor nos toca tan fuerte, cuando se agotan las alternativas y las fuerzas humanas, cuando estamos apesadumbrados por la incertidumbre y los temores, el Señor nos repite yo soy la resurrección y la vida. Cuando parece que no quedan esperanzas, el Señor nos dice “el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá””. El también obispo electo de Santa Rosa de Osos, al asegurar que Dios siempre abre caminos de esperanza, propuso tres senderos que ayudarán a entender desde la oración el sentido de la muerte. Sendero de la oración. “Esta nos abre a la esperanza porque nos permite volcar nuestros sentimientos en el Señor. El dolor, la incertidumbre, el temor, la separación, esto hace que cuando oramos, y cuando oramos unidos, renovamos nuestra confianza en Dios en quien podemos encontrar la vida en abundancia”. Sendero de la fraternidad misericordiosa. “Quiere decir que nos acercamos realmente al dolor de nuestros hermanos, nos acercamos y renovamos la esperanza cuando podemos unirnos realmente al dolor de quienes lo están viviendo. Cuando solidariamente compartimos con todos los que sufren este momento y vivimos la esperanza cuando aseguramos nuestra fe en el Señor”. Sendero del testimonio de creer. “Cuando somos testigo de lo que nos espera, somos realmente manifestadores de aquel en quien hemos puesto nuestra confianza”. Recordó que esta celebración eucarística iba acompañada de una indulgencia plenaria concedida por el papa Francisco, para quienes visiten un cementerio y recen por los difuntos. Finalmente pidió la intercesión de María Santísima: “Acudamos a ella que es madre, hoy con más fuerza que nunca, para decir al Padre de la vida: concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua”. Transmisión nacional por medios católicos Muchos colombianos y nacionales residentes en el exterior pudieron unirse a esta sentida celebración eucarística que, gracias a los servicios profesionales del canal Cristovisión, fue retransmitida por más de 40 espacios mediáticos de comunicación con sedes en distintos lugares del país. Canales de TV 1. Canal Cristovisión (Bogotá) 2. Canal Teleamiga (Bogotá) 3. Canal TeleSantiago (Tunja) Emisoras diocesanas, parroquiales, de comunidades religiosas y comunitarias 4. Emisoras Minuto de Dios (Bogotá – Medellín – Barranquilla – Cartagena) 5. Uniminuto Radio (Corporación Universitaria Minuto de Dios) 6. Radio María. 7. Emisora Mariana (Frailes Agustinos) 8. Emisoras Reina de Colombia (Frailes Dominicos) 9. Emisora virtual Funade.FM (Arquidiócesis de Barranquilla) 10. Emisora Paz Estéreo (Arquidiócesis de Ibagué) 11. Radio Católica Metropolitana (Arquidiócesis de Bucaramanga) 12. Emisora virtual La Voz de la Esperanza.FM (Diócesis de Armenia) 13. Emisora Voces (Diócesis de Santa Marta) 14. Emisora virtual universitaria UCN (Fundación Universitaria Católica del Norte) 15. Radiócesis Ecos (Diócesis de Engativá) 16. Emisora Diocesana (Diócesis de Socorro y San Gil) 17. Emisora Proyección 2000 Guavatá (Diócesis de Vélez) 18. Dorada Estéreo (La Dorada Caldas) 19. Satinga Estéreo (Diócesis de Tumaco) 20. Radio Mira (Diócesis de Tumaco) 21. Emisora virtual de la parroquia San Pedro Claver (Pto. Boyacá) 22. Emisora comunitaria Colina Estéreo de Caparrapí (Cundinamarca) 23. Radio Católica Metropolitana Página web / Facebook / YouTube 24. Arquidiócesis de Ibagué 25. Diócesis de Barrancabermeja 26. Arquidiócesis de Cali 27. Vicariato Apostólico de Trinidad 28. Diócesis de La Dorada – Guaduas 29. Diócesis de El Espinal 30. Diócesis de Duitama – Sogamoso 31. Diócesis de Girardota 32. Diócesis de Montelíbano 33. Diócesis de Montería 34. Diócesis de Líbano – Honda 35. Diócesis de Santa Marta 36. Diócesis de San José del Guaviare 37. Diócesis de Vélez 38. Diócesis de Soacha 39. Diócesis de Zipaquirá 40. Diócesis de Quibdó 41. Diócesis de Santa Rosa de Osos – Fundación Universitaria Católica del Norte 42. Diócesis de Ocaña 43. Diócesis de Istmina-Tadó 44. Obispado Castrense 45. Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM- 46. Conferencia de Religioso de Colombia –CRC- 47. Secretariado Nacional de Pastoral Social –SNPS- 48. Comisión de Conciliación Nacional –CCN-

Dom 21 Abr 2019

Mensaje de Pascua de Resurrección de Monseñor Oscar Urbina

En un emotivo mensaje de Domingo de Pascua, Monseñor Oscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, presentó en nombre de todos los obispos un saludo de Resurrección. El también arzobispo de Villavicencio expresó que luego de vivir estos días Santos, se espera que Cristo Resucitado entre en el corazón de todas las familias para que “sean constructoras sencillas del amor y la paz”. En su saludo de Pascua dijo, además, que “Cristo Resucitado ilumine las tinieblas de nuestro corazón para poder detectar la violencia y el egoísmo que nos lleva al pecado”. “Que la alegría de la Pascua nos permita a todos los colombianos abrir el corazón para ser artesanos de la reconciliación, constructores del desarrollo integral, animadores profundos de la esperanza, porque caminando juntos construiremos una nación fraterna y en paz”, concluyó el prelado.

Dom 14 Abr 2019

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Hoy se abre la puerta para acompañar al Maestro en el momento de su Pasión, Muerte y Resurrección. Este es el último domingo de Cuaresma en el que se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado como Mesías, que viene en nombre del Señor, y la solemne proclamación de la Pasión y Muerte en la cruz del Maestro. El Domingo de Ramos celebra la Pascua del Señor, es decir, su paso de la muerte a la resurrección. Es un día donde se abre una gran puerta, se abre la puerta de la Semana Santa. En su entrada triunfal a Jerusalén, Jesús da ejemplo de sencillez, humildad y paz entrando sobre un burrito, el animal del pobre. En este día profundizamos en el infinito amor que Dios nos tiene, un amor que lo llevó a entregar a su propio Hijo a la muerte para darnos vida. El sacerdote lleva vestiduras rojas, signo de la realeza de Jesús y de su martirio en la Pasión. Los fieles acompañan este día llevando ramas o pañuelos blancos en reconocimiento de que es el rey que viene en el nombre del Señor.

Vie 29 Jun 2018

La inmortalidad es la resurección

Fuimos creados para la inmortalidad, que es muy distinto a otras realidades que nos plantean como la reencarnación. La inmortalidad es la resurrección, volver a la Casa del Padre. Esto significa vivir con Dios eternamente, disfrutar de una vida plena. Una vida plena que se ve amenazada en este mundo por la enfermedad, por la muerte, por las situaciones límite s que nos colocan en situación de tristeza, desahogo y de perder la paz. Y no sólo pierde la paz la persona que vive la enfermedad, sino toda la familia y el entorno. Esas situaciones nos quitan la felicidad y la paz que el Señor quiere para nosotros, por eso es necesario reafirmar y volver a colocar la mirada en esa promesa del Señor: fuimos creados para la inmortalidad, para la resurrección. Tareas para esta semana: Muchas personas sufren de enfermedad y de enfermedades graves como el cáncer u otras que postran en la cama. Hagamos un momento de oración por las personas que atraviesan alguna enfermedad. Hagamos una obra de misericordia: visitemos a una persona enferma para compartir la fe y aprender de ellos. Muchas veces son ellos los que nos enseñan a vivir la fe y la donación al Señor.

Vie 21 Abr 2017

“Creyeron en Él por las palabras de la mujer”

Por: Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo - “Los discípulos estaban reunidos” - El evangelio de este segundo domingo de pascua comienza con una sentencia real y coherente con lo que le ha sucedido a su Maestro, dice la Palabra: “Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos”. ¿Para qué se reunieron los discípulos? No es difícil intuir la razón de su reunión. Ellos están llenos de miedo, quieren huir antes que ser condenados también a la muerte. Quizás estaban pensando volver a los oficios de antes. Lo cierto es que tenían miedo y no era para menos. El miedo es aterrador, el miedo encierra, el miedo perturba el ánimo, el miedo genera pánico, el miedo hace que los problemas se vean más grandes de lo normal. El miedo no es buen consejero. El miedo enferma el alma, el espíritu y hasta el cuerpo. El miedo no deja pensar, no deja espacio para la oración (escasamente se reza). El miedo genera relaciones tormentosas y crea desconfianza. En fin, sentir miedo no es conveniente… Lo peor que nos puede pasar es que nuestras relaciones estén basadas en el miedo. ¡Cuidado con el miedo¡. El miedo frustra, deprime, genera resentimiento, odio, deseos de venganza y hasta nos puede llevar a la muerte. El miedo es una amenaza. Popularmente decimos: “al miedo nadie le ha puesto calzones”. El miedo nos impulsa a la ambición, cuando le tenemos miedo al futuro, desconfiamos de todo, de todos y hasta de Dios. Jesús continuamente dice: ¡No tengan miedo¡, y en el evangelio de hoy Jesús, resucitado repite tres veces: “La paz esté con ustedes”. En otras palabras le está diciendo a sus discípulos y a nosotros hoy: ¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo¡ Hermanos, si somos imagen y semejanza de Dios ¿por qué nos tenemos miedo? Si Dios habita en mí, porque vivo con miedo? Jesucristo ha resucitado, resucitemos con Él, dejemos atrás el miedo. El único que nos puede dar la paz verdadera es Jesucristo resucitado, abramos nuestros corazones a Él. Sin apertura al resucitado no habrá paz en nuestras familias, comunidades e instituciones. Escuchemos el mensaje de la Palabra: “Jesús les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor”. Necesitamos ver al Señor. Él se hace presente en la Palabra, en los sacramentos, en los hermanos, en las circunstancias de cada día. Hermanos, Jesús resucitado está presente en el sacramento de la reconciliación, en este sacramento, a través del sacerdote el Señor nos dice: “Reciban el Espíritu Santo”. Cuando el sacerdote nos dice: “Te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre…”, nos está liberando de la esclavitud del pecado, nos está regalando el don de la gracia, nos está dando el don de la Vida Eterna…, nos está resucitando con Cristo, nos restablece la amistad con el resucitado. Todos los días y de una manera especial, la iglesia nos invita a que nos reunamos como discípulos, no por miedo, no; la iglesia nos convoca para que nos reunamos en la Eucaristía, para celebrar el triunfo de la vida sobre la muerte. En la Eucaristía conmemoramos la muerte y resurrección del Señor. Por eso decimos: “Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús”. Pongámosle atención al mensaje de la primera lectura (Hech 2,42-47): “Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones”. Hermanos, por favor, no nos cansemos de encontrarnos con fe para celebrar la fe, para profundizar la fe, seamos fieles a la reunión semanal (ningún domingo sin misa). Nos reunimos para crecer en la fe, para dar gloria y alabanza al Señor, nos reunimos para acrecentar nuestra unidad. Si de verdad creemos y queremos tener vida en Jesús, tengamos en cuenta: Nuestras reuniones no son como las de un club de amigos. Nuestros encuentros deben estar inspirados por el resucitado, son para recibir la fuerza del resucitado, para recibir su paz (la paz esté con ustedes). Los cristianos nos reunimos con la fuerza del Espíritu Santo para alegrarnos, para meter nuestra mano en el costado de Jesús resucitado, para meter nuestros dedos en los agujeros de sus manos y para gritar desde lo profundo del alma: “Tú eres mi Señor y mi Dios”. De cada reunión nuestra y sobre todo de cada Eucaristía, debemos salir con más fuerza, debemos salir con el impulso del Espíritu Santo a gritarle al mundo: “Jesucristo ha resucitado , yo lo he experimentado”. De cada Eucaristía debemos salir plenos de alegría y con el deseo inmenso de gritarle a los demás: “!Jesús es mi Señor¡ Nuestras asambleas se deben distinguir porque son reuniones de creyentes que se encuentran por la fe en Cristo, porque son asambleas abiertas y dinámicas, nuestra fe no puede ser un gueto. En la fe nos reunimos, mis hermanos, para crecer en fraternidad y en el espíritu de servicio; nos reunimos en el nombre del Señor, para continuar su obra: pasar por el mundo haciendo el bien… Como creyentes nos encontramos para celebrar la fe y para ayudarnos mutuamente a asumir los sufrimientos de cada día. Nos reunimos, en especial cada domingo, para celebrar nuestra fe y el encuentro con el resucitado. No se nos olvide: “Somos una comunidad sacramental, no un club de amigos”. Finalmente entendamos una cosa fundamental: Toda reunión de los cristianos es para celebrar la salvación que Cristo nos ha traído. Nuestra salvación y la salvación de nuestros hermanos debe ser por último nuestra única y real preocupación. Para iluminar esta realidad meditemos el siguiente poema antiguo: “La ciencia más acabada es que el hombre bien acabe, pues al fin de la jornada aquél que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”. (Anónimo) + Omar de Jesús Mejía Giraldo Obispo de Florencia

Vie 4 Nov 2016

Pedagogía por la paz: Resurrección

El Tema de la Resurrección nos ubica en otro plano existencial. Las preocupaciones sobre lo que pueda pasar después de la “muerte”, parecen muy distintas a las que vivimos aquí en la vida cotidiana. En el relato del evangelio se pone en evidencia la intención de los saduceos, representantes del sacerdocio del templo, de burlarse de Jesús a través de la pregunta que le dirigen, ya que ellos eran conocidos por no creer en la resurrección. Por ello, el destino de la viuda en “una vida” más allá de la presente, les era indiferente. No obstante, su pregunta resulta ser el pretexto para que Jesús les comunique su experiencia del Padre como un Dios de vivos, que da vida y mantiene en la vida. Así, el contraste entre la situación de la viuda y la prolongación generacional ya no es relevante en la otra vida. ¿Pero cuál es el mensaje central? [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.

Vie 4 Nov 2016

"Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos"

Este es el eje central del mensaje que comparte el cardenal Rubén Salazar Gómez, a través de habitual reflexión de los domingos, haciendo clara referencia al sentido de la resurrección. “Con la resurrección no volvemos a las mismas condiciones de vida que tenemos aquí en la tierra, sino que experimentamos una nueva vida transfigurada en Dios”, explica el cardenal Salazar Gómez. Otra clave valiosa para comprender nuestro camino hacia la resurrección es que durante nuestra vida terrenal debemos llenarnos de Dios y evitar que el mundo nos absorba con sus relatividades. “Toda nuestra vida debe llevarnos a Dios y nuestra meta va más allá de este mundo, porque lo que nos espera es una plenitud de vida”, subraya el purpurado. [icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] Tweets by cardenalruben