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víctimas

Jue 21 Sep 2017

El itinerario espiritual del Papa

Por: Mons. Fabián Marulanda López - En su visita a Colombia, el Papa nos entregó un mensaje de fe, de amor y de paz, que tocó la mente y el corazón de los millones de personas que lo vieron y lo escucharon. Su sola presencia física fue para la gente un sacramento de alegría y esperanza. En la historia del país no se registra el caso de otro personaje que haya movilizado los ríos y mares de personas que llenaron las calles y los escenarios de las celebraciones con sentidas demostraciones de alegría y de afecto. Juan Rubio en La viña devastada afirma que Francisco no es un teólogo sino un Pastor. Y así lo vimos: transmitiendo su mensaje con un lenguaje cercano; acogiendo como Jesús a los niños, a los jóvenes, a las personas de la calle, a las víctimas del conflicto y a los pobres. Con su sencillez tocó el corazón de miles de personas. El Papa convence no sólo con sus enseñanzas sino también con su ejemplo de humildad y comprensión. Para él no son ajenos los sufrimientos y las angustias que padecen los pueblos, como tampoco la situación de los países suramericanos. “Quise venir, dijo, para decirles que no están solos. Este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz. El trabajo por la paz siempre está abierto, no concede tregua y exige poner al centro de toda nuestra acción a la persona humana”. Después de todo, nos queda muy claro que el papa Francisco vino para confirmarnos en la fe y para dejarnos una carta de navegación que nos indique el camino a seguir en los próximos años. En esa carta de navegación puso de presente los principales males que afligen al país y señaló desde el Evangelio los criterios para superarlos. De hecho, su mensaje se centró en temas como la paz, la reconciliación, la verdad y la justicia, el perdón, el cuidado de la Casa Común, la vida cristiana, la familia, las vocaciones sacerdotales y religiosas. En la homilía del Parque Simón Bolívar hizo alusión a las densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida, como la injusticia y la inequidad social; el irrespeto por la vida humana que siega la vida de tantos inocentes; las tinieblas de la sed de venganza y del odio; la insensibilidad ante el dolor de las víctimas. En Villavicencio habló de la reconciliación y de la atención a las víctimas. “Reconciliarse, dijo el Papa, es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz. Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso en tal dirección, sin esperar a que lo hagan los otros. ¡Basta una persona buena para que haya esperanza”. En Medellín, como también en el encuentro con los obispos en Bogotá, el papa Francisco habló al oído de los sacerdotes y autoridades religiosas. Recordó cómo, contrariamente a los fariseos de su época, Jesús llevó la ley a su plenitud, lo que exige para nosotros tres actitudes que tenemos que plasmar en nuestra vida de discípulos: ir a lo esencial, renovarnos con sacrificio y valentía, e involucrarnos con arrojo, sabiendo que son muchos los que tienen hambre de Dios. ¿Conclusión?: “manténgase firmes y libres en Cristo, de modo que lo reflejen en todo lo que hagan; asuman con todas sus fuerzas el seguimiento de Jesús, anúncienlo con la mayor alegría”. En Cartagena, el papa Francisco clamó por el fin de todas las esclavitudes: el narcotráfico y la drogadicción, la prostitución, la tragedia de los emigrantes, la trata de personas. Refiriéndose al proceso de paz afirmó que “el autor principal, el sujeto histórico es la gente y su cultura. No es una clase, una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos, o de una minoría ilustrada que se apropie de un sentimiento colectivo”. “Si Colombia quiere una paz estable y duradera tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto a la naturaleza humana y de sus exigencias”. Ahora nos queda el reto y la tarea de retomar el mensaje y magisterio del papa Francisco en forma integral y decidirnos a dar, no ya el primer paso, sino todos los que sean necesarios para lograr el país nuevo que todos anhelamos. DESTACADO: “Francisco vino para dejarnos una carta de navegación que nos indique el camino a seguir” + Fabián Marulanda López Obispo emérito de Florencia Fuente: Tomado de revista Vida Nueva

Vie 8 Sep 2017

Villavicencio acoge Cristo de Bojayá junto con víctimas del conflicto armado

“Hermanos, reunidos acogemos la peregrinación con el Cristo de Bojayá que simboliza la vida, el significado de emprender un nuevo camino y sobre todo el reto que plantea la visita del Papa: Dar un paso hacia la reconciliación,” así lo dijo Monseñor Héctor Fabio Henao en encuentro simbólico de reconciliación en la Catedral Nuestra Señora del Carmen en Villavicencio. El Cristo de Bojayá y sus acompañantes a pesar de las dificultades consiguen llegar a Villavicencio, ciudad que los acoge a las 4:30 am. El trayecto a la catedral fue un emotivo acto simbólico en el que se tomaron las calles de la ciudad, donde un vehículo trasportaba en su techo al Cristo de Bojayá y detrás un grupo de mujeres víctimas de esta masacre, entonaban alabaos que decían: “la guerra no es nada buena, lo que trae es destrucción, desarmemos los corazones y no más repetición” invitando a reconciliación del pueblo colombiano. En la movilización participaron también, las mujeres del Costurero de la Memoria, las madres de Soacha, que sufrieron la barbarie de los falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales junto con delegaciones de víctimas de desplazamiento interno, despojo de tierras, desaparición forzada, provenientes de diversas partes del territorio nacional. Compartieron mensajes sobre la importancia de rescatar la memoria y pasar la página de esta guerra que nos ha hecho tanto daño. La comitiva a su llegada al santo recinto fue recibida por Carlos Eduardo Quintero, Vicario General de la Arquidiócesis de Villavicencio, Carlos Alberto Ricardo, director de la Pastoral Social de Villavicencio y Monseñor Héctor Fabio Henao, Director del Secretariado Nacional Pastoral Social, quien presidió la ceremonia del Rito de acogida al Cristo de Bojayá. En el acto Moseñor Héctor Fabio, expresó: “Aunque esta mutilado, el Cristo camina, en medio de su dolor, hacia la reconciliación. Así como el Cristo herido, el encuentro con el Papa nos renueva la fe de que podemos vernos como seres humanos y de que esa polarización que existe en el país se diluya y nos concentremos en lo que debe ser, que es construir la paz con justicia social”. Luego reconoció la relevancia de la congregación de las víctimas y de la visita del Santo padre a Villavicencio frente al momento histórico que atraviesa el país. Este evento alimentó las expectativas de la comitiva de las víctimas y de en general del pueblo colombiano, ante el encuentro de mañana en el parque las Malocas con el Santo Padre, para seguir construyendo un camino de perdón, paz y reconciliación en nuestro país. Descargar comunicado de prensa

Mar 15 Ago 2017

Convocados por la Iglesia, víctimas del conflicto se tomaron la palabra en Tunja

Gracias a una iniciativa de la Comisión de Conciliación Regional (CCR) de Boyacá, presidida por monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, Arzobispo de Tunja, el pasado sábado 12 de agosto se llevó a cabo el Foro – taller “Las víctimas tienen la palabra”. Este importante evento, que contó con el apoyo de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), se convirtió en un espacio de encuentro y diálogo en el que más de 150 víctimas del conflicto armado, provenientes de diferentes regiones de Colombia, contaron sus historias, identificaron compromisos y definieron expectativas frente al trabajo que esperan de las autoridades competentes para ser resarcidas adecuadamente, y con el propósito de avanzar para poder convertirse en sobrevivientes. Durante su intervención, monseñor Castro Quiroga invitó a los participantes a no perder la esperanza de alcanzar la justicia y a decir “basta” al sufrimiento que les causó la guerra para poder proyectarse en un futuro nuevo; “esos mares de lágrimas eran provisionales y ahora hay que salir adelante”, agregó el representante de la Iglesia, reconocido por su comprometido y permanente trabajo en favor de la reconciliación y la paz de Colombia. A partir de unas mesas de trabajo, los asistentes abrieron el debate y construyeron preguntas orientadoras relacionadas con dudas o vacíos de parte de la institucionalidad y líneas de acción viables, desde el aporte individual y colectivo, que les permitirá luego mejorar su situación. Con el evento, la Comisión de Conciliación Regional y la Comisión de Conciliación Nacional buscaban además contar con información de primera mano para realizar un importante trabajo de sistematización sobre las conclusiones e ideas manifestadas por los asistentes durante la jornada. Esto, como base fundamental para realizar publicaciones que les permitan evidenciar las diferentes situaciones que tienen las víctimas radicadas en la región y tomar medidas que, posteriormente, les permitan hacer un trabajo de seguimiento y aporte a tantas personas que han tenido que padecer el dolor de un conflicto del que jamás fueron culpables. Fuente: Of. comunicaciones Comisión de Conciliación Nacional

Vie 30 Dic 2016

El 2017 debe ser un año para perdonar

Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC)expresó su deseo para que el 2017 sea un año de felicidad para todos los colombianos y en particular para las víctimas del conflicto armado. “Qué bonito desearles a ellos felicidad, porque no existen las víctimas felices. Existe al año feliz, existe la hora feliz, existe el grado feliz, pero no existe la víctima feliz”. Monseñor Castro Quiroga explicó que a través del perdón las personas recién pueden disfrutar de la felicidad. “Será un año feliz cuando las víctimas tengan la posibilidad y la valentía de poder perdonar”, aseguró el prelado. El también arzobispo de Tunja explicó que cuando llegue el perdón las víctimas se transformarán en sobrevivientes. “Cuando llegue el perdón va llegar la felicidad y entonces el sobreviviente podrá organizar su vida, y su tiempo de una manera positiva y sentirá que está en las manos de Dios”, puntualizó.

Lun 29 Ago 2016

Ni uno más!

Por Mons. Pedro Mercado - Este 30 de agosto celebramos el Día Internacional que recuerda a las Víctimas de Desaparición Forzada, crimen inhumano y terrible que en nuestro país ha dejado miles de víctimas. La desaparición forzada es la privación de la libertad de una o varias personas mediante cualquier forma -aprehensión, detención o secuestro- seguida de su ocultamiento o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de dar cualquier información sobre la suerte o el paradero de esa persona, privándola a la persona y a su familia de recursos y garantías legales. Durante muchas décadas el problema gravísimo de las desapariciones forzadas pasó inadvertido para el Estado colombiano y para la comunidad internacional. Gracias a las denuncias valerosas de diversas asociaciones y grupos de la sociedad civil, realizadas en medio de terribles amenazas y persecuciones, se ha ido tomando conciencia de la magnitud del problema, provocando así la reacción de las autoridades política a nivel nacional e internacional. Pero a pesar de que existe hoy mayor conciencia sobre la gravedad de este delito, nuestro país sigue ocupando un indignante lugar entre los países del mundo con un mayor número de desaparecidos cada año. Crítica es también la situación de seguridad de numerosos defensores de derechos humanos y líderes comunitarios que han tenido la valentía de denunciar públicamente la persistencia de este fenómeno en varias regiones del país y por manos de distintos actores de violencia, incluido el Estado. A esta lamentable realidad se unen las altísimas cifras de impunidad de este delito. La celebración de este día conmemorativo, que nos recuerda a las numerosas víctimas, en Colombia y en el mundo, de este crimen terrible, es una oportunidad magnífica para renovar -como Iglesia y como sociedad civil- nuestro firme compromiso de luchar contra este flagelo, que tanta desolación y dolor ha sembrado en nuestra Patria. Hoy hay un grito, una voluntad, que a todos nos une: !Ni uno más! Mons. Pedro F. Mercado Cepeda Secretario Adjunto del Episcopado para las Relaciones con el Estado.

Mié 16 Dic 2015

"Acuerdo es la antesala a un ambiente definitivo de paz": Mons. Castro

El pasado 15 de diciembre Gobierno y FARC firmaron los principios que regirán el quinto punto de la agenda de negociación enmarcado en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición. Frente al tema Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, Arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, manifestó que este acto es la antesala a un acuerdo definitivo de paz y que por esta razón, es importante que todo el país trate de entender los elementos fundamentales que componen dicho acuerdo. Monseñor Castro insistió en que es necesario identificar las diferencias existentes entre la justicia transicional y la justicia penal, debido a que muchos colombianos están esperando decisiones que tienen sabor a justicia penal, cuando en definitiva son decisiones de justicia transicional. “No se pueden confundir las dos. Es importante que sobre la base de esta distinción se lea también todo lo demás y se vea que no hay impunidad, cosas indebidas, sino simplemente que hay dos caminos. Uno el de la justicia penal y otro el de la justicia transicional”, aseguró el arzobispo Respecto a la elaboración del acuerdo, que consta de 63 páginas, el arzobispo dijo que tiene que haber una colaboración mutua para que todo lo que se firmó, que a veces se firma en un lenguaje demasiado técnico y jurídico, sea traducido a un lenguaje sencillo para que todos los colombianos tengan claridad de lo que allí está plasmado. “Si se puede traducir a un lenguaje sencillo la gente se va a animar a apoyar más el proceso de paz y se va animar después, a dar una decisión positiva en torno al mismo”, aseveró el prelado. Respecto al plebiscito por la paz, monseñor Castro manifestó que acciones como la de la firma de este quinto punto, crean un buen ambiente para que los colombianos vean con buenos ojos este mecanismo de participación. Pues él aseguró que “estas acciones van a servir para que aquellos colombianos que están inciertos y ven que todo lo que se está armando es una gran impunidad, entiendan que no hay tal cosa, que efectivamente se está tratando de seguir las indicaciones del Papa Francisco para que lo que se firme no vaya en contra de la Constitución, el Derecho Internacional y el Derecho Nacional. Sencillamente que todo lo que se haga sea tan transparente para que luego no se dé cabida a demandas o cosas que hagan caer el proceso de paz”. Por último, el presidente de la Conferencia Episcopal consideró que esta firma debe animar a todo el país con el fin de apoyar los esfuerzos que se hacen en Colombia para superar la guerra y lograr la paz.

Jue 29 Oct 2015

Iglesia da último adiós a uniformados asesinados

El obispo Castrense, monseñor Fabio Suescún Mutis, fue el encargado de presidir la eucaristía del sepelio de los 12 uniformados asesinados por la guerrilla del Eln. Durante su homilía el prelado castrense expresó en nombre de todos los colombianos el dolor de patria por el asesinato de estos héroes, quienes fueron sacrificados por garantizar "la seguridad ciudadana y la libertad de la democracia" [Descargar homilía]. Suescún Mutis, tras dar consuelo a las familias de las víctimas, señaló: " Queridos soldados y queridas familias cuenten con nuestro eterno agradecimiento. Sus hijos se han acercado al martirio pues como Jesús han dado su vida, han aceptado morir por nosotros". El prelado invitó a todos los colombianos a hacer una reflexión seria sobre lo que está pasando en el país, "donde se está truncando la vida de los jóvenes" e invitó a trabajar por una Colombia reconciliada, justa y en paz. "Seguimos metidos en una cultura funesta, de muerte, que piensa que la solución de los problemas está en la imposición de la violencia, la destrucción, la extorsión, la corrupción, el desprecio de los valores y principios morales", dijo el obispo. La ceremonia litúrgica se realizó en las instalaciones de la Escuela Militar José María Cordoba, en Bogotá, y contó con la presencia del presidente, Juan Manuel Santos; el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, y toda la cúpula militar y policial.