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vicariato puerto carreño

Mié 2 Jun 2021

Migrantes venezolanos en Puerto Carreño necesitan de manos solidarias

Puerto Carreño-Vichada, el lugar donde nace el sol que alumbra a Colombia, como lo dicen sus habitantes. Es uno de los lugares del país que cuenta con el mayor número de migrantes venezolanos en tránsito, es decir, que entran y salen constantemente del territorio nacional debido a la extensa frontera entre los dos países. Según lo registran autoridades de Puerto Carreño, aproximadamente entre 300 y 500 ciudadanos venezolanos están circulando diariamente por el municipio en búsqueda del sustento diario y/o permanencia. Según Migración Colombia, a 31 de enero de 2021, el departamento contaba con 4.555 ciudadanos venezolanos distribuidos de la siguiente manera: el municipio de Santa Rosalía con 10 migrantes, seguido de La Primavera con 116 y Cumaribo con 352, por último, la capital del departamento, Puerto Carreño, cuenta con la población venezolana más alta, 4,077 ciudadanos. El padre Gabriel Flórez, director de la Pastoral Social del Vicariato Apostólico de Puerto Carreño, manifiesta que la situación de la población migrante en la jurisdicción es crítica. El municipio no sólo cuenta con la presencia de ciudadanos venezolanos raizales, sino con comunidades indígenas del vecino país que se han asentado en las periferias del territorio en condiciones lamentables, pues se encuentran viviendo en casas improvisadas construidas por ellos mismos en materiales como plástico, tabla o lata de zinc, expuestos a las inclemencias del clima y a una serie de factores que afectan su salud. Ninguno de estos hogares cuenta con acceso a los servicios básicos de agua potable, servicio de recolección de basuras o alcantarillado, que les permitan tener una condición de vida digna. A causa de esto, la gran mayoría de los migrantes, especialmente los niños y niñas presentan todo tipo de enfermedades, entre ellas diarreicas e infecciosas. “Muchas familias migrantes llegan a este municipio fronterizo en condiciones de vulnerabilidad altísimas. Con muy poco dinero, sin un documento de regularidad que les permita trabajar para poder sostener a sus familias, que incluyen niños y bebés de brazos. Adicionalmente su estado de habitabilidad es el principal generador de enfermedades físicas y psicológicas, lo que agudiza aún más su situación crítica”, manifiesta Reynaldo Díaz Alarcón, coordinador y promotor WASH del proyecto Asistencia en Salud y WASH a familias afectadas por la crisis migratoria en Colombia. Un proyecto solidario La Iglesia Católica en Colombia, a través de la Pastoral Social en Puerto Carreño, desde el año 2017, ha trabajado arduamente en pro del bienestar de la comunidad migrante venezolana con el fin de disminuir las barreras que les impiden tener una mejor calidad de vida. Al igual que en Arauca y Pasto, el proyecto Asistencia en Salud y WASH a familias afectadas por la crisis migratoria en Colombia, ha identificado hogares en condición de vulnerabilidad para beneficiarlas en dos sectores de atención: el primero es salud, que busca facilitar el acceso a información, remisión de casos a entidades sanitarias y la entrega de subsidios de transporte para el desplazamiento a citas médicas por enfermedad, controles prenatales, controles de crecimiento, odontología, entre otros servicios. El segundo sector comprende agua, saneamiento e higiene (WASH) que ha venido realizando diferentes talleres enfocados en promoción de la higiene, desinfección y almacenamiento de agua, control de vectores y manejo de residuos sólidos. De los cuales se estarían realizando alrededor de 30 talleres que tienen el objetivo de mejorar las condiciones de higiene de las familias a través de proveerles conocimientos en las temáticas mencionadas. A la fecha, aproximadamente 1.800 migrantes venezolanos entre niños, hombres, mujeres y adultos mayores, se han visto beneficiados a través de estos dos sectores de atención del proyecto. En temas relacionados con atención a salud han sido atendidas 600 personas y en línea WASH 400 individuos han logrado participar activamente de los talleres en promoción de la higiene. La Pastoral Social de Puerto Carreño continuará con la ejecución del proyecto hasta el mes de agosto. Durante estos meses seguirá con la realización de talleres, atención en salud y, se espera para el mes de mayo, la entrega de kits de higiene a la población priorizada. Se debe seguir trabajando, sirviendo y acogiendo El padre Flórez hace especial énfasis sobre la grave situación por la que están atravesando la gran mayoría de ciudadanos venezolanos, especialmente aquellos que se encuentran en las zonas rurales del municipio, y aunque el proyecto ha contribuido en gran medida a mitigar su condición de vulnerabilidad, la situación continúa siendo crítica y lamentable. Asimismo, señala que es urgente pensar en la implementación de soluciones de fondo para que la población migrante, particularmente la que se encuentra en el Departamento de Vichada pueda acceder a mejores condiciones de vida. Como es una vivienda digna que cuente con los servicios básicos que permitan mejorar su calidad de vida y de esta manera reducir su vulnerabilidad. Por su parte, la Iglesia Católica en Colombia, a través de la Pastoral Social de Puerto Carreño y en trabajo conjunto con diferentes instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, continuará sirviendo y acogiendo a la población venezolana con el fin de brindar una mano solidaria que contribuya a proveer asistencia humanitaria. Fuente: Of. de comunicaciones del Secretariado Nacional de Pastoral Social SNPS

Lun 27 Jul 2020

Vicariato de Puerto Carreño al servicio de la vida y la dignidad

El Vicariato Apostólico de Puerto Carreño ejecuta varias acciones con el propósito de evangelizar a través de la Pastoral Social. Su compromiso es con los más necesitados, razón por la que han conformado distintos equipos que se encuentran al frente de las pastorales de la salud, la educación, los indígenas y los jóvenes. Las comunidades indígenas de la región son una de las prioridades del Vicarito, actualmente se encuentran trabajando con dos asentamientos: Roncador y Trompillo, con ellos se viene realizando un acompañamiento con el objetivo de crear planes de vida y considerar acciones de incidencia con el gobierno para mejorar su calidad de vida y el acceso a iniciativas de manera más organizada. Con el fin de atender a la población migrante, actualmente se ejecuta un proyecto con el Consejo para Refugiados, a través del cual se entregan raciones de alimentos, donde el 80% de los beneficiarios son migrantes y un 20% población colombiana de acogida. En ese mismo sentido, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, se desarrolla otro proyecto enfocado en migrantes radicados en Colombia, a quienes se les realizan entregas de dinero en efectivo para cubrir sus necesidades básicas. Así mismo, cuentan con la línea IPA, enfocada en la protección de los derechos humanos. Con ella se busca visibilizar casos específicos de colombianos o venezolanos, donde se viola algún derecho y poder aportar a que deje de ser vulnerado, por ejemplo, personas discapacitadas con necesidad de elementos como sillas de ruedas, caminadores o muletas para mejorar su calidad de vida y no cuentan con los recursos para acceder a ellos. En Puerto Carreño hay tres comedores comunitarios en los que se brindan diariamente 540 almuerzos, de lunes a viernes, a través de dos parroquias. La Pastoral Social se ha articulado con varias organizaciones con el fin de tener un mayor alcance de ayuda, una de ellas es Orden de Malta, con quienes han realizado campañas para recolectar medicamentos, elementos para personas con alguna discapacidad y arroz fortificado. Otra de las vinculaciones es a través de familias francesas, que apoyan los talentos de niños y niñas de la región, apadrinando a familias de bajos recursos con aptitudes especiales, no tienen la posibilidad de desarrollarlas, reciben alimento, vestuario y elementos educativos. A raíz de la actual crisis sanitaria, el departamento de Vichada, señala la directora de Pastoral Social del Vicariato, ha sido golpeado fuertemente, ya que la mayoría de su población obtenía el sustento de trabajos informales por un pago diario o en el caso de los indígenas, algunos de ellos no contaban con un trabajo, sino que sobrevivían, desafortunadamente, por medio de la mendicidad. Existe un equipo humanitario local en el departamento, así que desde que iniciaron las restricciones obligatorias de movilidad, desde la Pastoral Social se reunieron y establecieron un plan de acción en el que lograron brindar elementos e información de bioseguridad, mercados, kits de aseo, kits de protección: chinchorro y toldillo, asesorías jurídicas y psicológicas. Estas asesorías han sido uno de los pilares de las acciones ejecutadas en medio de la pandemia, darle a conocer a la gente qué está pasando, muchos de ellos no tienen acceso a medios de comunicación, lo que generó un choque frente a las medidas impuestas, al final, las comunidades indígenas comenzaron a apropiarse de la necesidad de proteger su gente y crearon sus propias medidas dentro de sus comunidades. Como parte del acompañamiento espiritual, los sacerdotes siguen llevando la comunión a cada una de las personas a sus casas, algunos transmiten la misa por internet y cada día a las 9:00 de la mañana, un sacerdote a través de la emisora del Ejército, transmite un mensaje de esperanza para la comunidad. “Ellos van buscando maneras también de que no se pierda esa parte espiritual que es súper importante, porque esa es la que nos da la esperanza para seguir en este proceso que es bastante difícil” asegura Natalia Ceballos, directora de la Pastoral Social de Puerto Carreño. “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?, en estos momentos donde algunas personas no ven salida, lo que tienen que hacer es literalmente abandonarse en Dios, confiados, teniendo fe y esperanza de que Él todo lo tiene planeado, y nosotros estamos en los planes de Él. Vamos a salir de esto, a pesar de la situación, siempre va a haber una mano amiga que esté dispuesta a colaborar. Y también es una invitación a eso: nadie es tan rico que no tenga qué recibir, ni tan pobre que no tenga que dar, entonces apoyar con lo mínimo al vecino, en unión podemos salir adelante de esta pandemia. Empezar a ver la posibilidad de hacer cultivos propios en nuestros hogares para sostenernos, ir sembrando productos básicos como el tomate, cebolla, cilantro y demás, que podrían aportar a sobrevivir a una crisis como esta”, es el mensaje que Natalia Ceballos envía a los colombianos. Fuente: Oficina de comunicaciones Secretariado Nacional de Pastoral Social