SISTEMA INFORMATIVO
El hombre debe mantenerse expectante y vigilante para no permitir que el mal corrompa su vida
Tags: predicación orante lecturas del evangelio vigilante Iglesia
DECIMOSEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera lectura: Sb 12,13.16-19
Salmo: 86(85),5-6.9-10.15-16a (R. 5a)
Segunda lectura: Rm 8,26-27
Evangelio: Mt 13,24-43
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
• Dios nos enseña la necesidad de ser pacientes para saber esperar el momento oportuno de su intervención.
• El juicio y la sentencia únicamente le corresponden a Dios como creador y dueño de todo.
• El hombre debe mantenerse expectante y vigilante para no permitir que el mal corrompa su vida.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
En el evangelio, la parábola del trigo y la cizaña nos hace entrar en dinámica de la paciencia de Dios que espera hasta el momento final, muy distinta de la impaciencia del hombre que quiere intervenir por su cuenta en el proceso de crecimiento del trigo y la cizaña que germinan a la par. El relato nos muestra la preocupación del hombre por el problema del mal en el mundo reflejado en la presencia de la cizaña en medio del trigo, por eso, el hombre quiere que Dios intervenga en ese mismo momento antes de la siega; sin embargo, Cristo les enseña a sus discípulos que deben ser pacientes y esperar hasta el momento de la cosecha cuando se terminará el tiempo del mal, pues la cizaña terminará perdiéndose en el fuego. El ser humano tiene la tendencia a actuar precipitada y aceleradamente buscando soluciones inmediatas y en la parábola Dios nos enseña la necesidad de la prudencia para saber esperar el momento oportuno para actuar. Dios es paciente y sabe esperar al hombre concediéndole un tiempo propicio para que cambie de conducta. El mal no triunfa definitivamente pues la victoria es de Dios.
El libro de la sabiduría, por su parte, nos enseña que la justicia solo le corresponde a Dios, por eso, delante a los cananeos, se ha adoptado una actitud severa frente a sus crímenes, pero también está la misericordia que sabe esperar hasta el momento final. Igualmente, en la parábola del trigo y la cizaña, se advierte que el momento de la siega, será el momento del juicio cuando se separará el trigo de la cizaña, es decir, allí se apartará el bien del mal. Muchas veces caemos en la tentación de separar por nuestra cuenta lo bueno de lo malo y olvidamos que esto solo le corresponde a Dios en el momento final, cuando su Voluntad así lo determine. La cizaña tiene un aspecto de cierta semejanza al del trigo pero es algo engañoso y con ello se nos plantea la necesidad del discernimiento para saber distinguir el bien del mal, ya que ambos deben coexistir unidos hasta el día del juicio cuando saldrá a la luz tanto lo que sirve y se almacena -el trigo-, como lo que se descarta para ser quemado -la cizaña-; antes de ese momento final es muy difícil pretender separarlos, ya que como aclara la parábola, se podría estropear el trigo y echarlo a perder. Por esta razón no nos corresponde a nosotros aplicar justicia por nuestros medios, ya que esto es tarea única y exclusiva del dueño de la siembra -El Padre Creador-.
La necesidad de la vigilancia es un detalle relevante de la parábola, pues es durante la noche, mientras se duerme, cuando hay oscuridad y el mal puede actuar con mayor libertad sin ser descubierto, el enemigo siembra la cizaña en el mismo campo donde se ha plantado el trigo. Esto indica que el discípulo del Señor no puede descuidarse ni un momento porque el enemigo está al acecho en espera de la oportunidad de que el hombre duerma para sembrar el mal en el campo del bien -La cizaña en el campo del trigo-. La vigilancia es la actitud propia de aquel que se mantiene atento y expectante en actitud de defensa frente a los ataques del mal para prevenir que el maligno entre a hacer estragos en el campo de la siembra.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
¿Qué tan paciente eres? Buscas soluciones inmediatas, te tomas un tiempo para analizar los diversos acontecimientos de la vida. ¿Quieres solucionar las dificultades precipitadamente? La parábola nos enseña que hay un tiempo oportuno para todas las cosas. Los resultados no son al instante, la crisis generada por los problemas nos debe enseñar a saber tomar distancia para pensar y buscar el momento oportuno para actuar. La presencia del mal en el mundo no debe acelerar nuestro modo de actuar, todo lo contrario, nos debe llevar a la prudencia para saber actuar sin dejarnos contaminar por él sabiendo que el bien, finalmente, triunfará en el momento final.
A nosotros no nos corresponde emitir juicios ni pretender hacer justicia por nuestros propios medios, pues, aunque el mal esté presente en el mundo en medio del bien, nosotros debemos saber esperar el tiempo de Dios que es el único que puede hacer justicia de modo equitativo. Nuestra justicia se queda corta porque nuestros juicios son razonamientos humanos muy distintos de los que emite Dios. Aunque a veces veamos que aparentemente el mal triunfa no es así, pues Dios al final separará el bien del mal y, a quien ha permanecido fiel hasta el final, dará el premio prometido a los fieles servidores.
El discípulo del Señor debe caracterizarse por la vigilancia a ejemplo del centinela que no duerme para no dejar que el mal haga estragos en medio del trigo. La vigilancia exige constancia pues si analizamos la parábola el enemigo no duerme y está esperando el momento para poder atacar. Solamente quien permanezca en vigilia sabiendo esperar con paciencia y prudencia no dará ocasión para que el mal se introduzca en el campo de su corazón. A propósito de esta vigilancia, es bueno recordar las palabras de San Juan Crisóstomo en una de sus homilías: “El método del diablo es el de mezclar siempre la verdad con el error, revestido éste con las apariencias y colores de la verdad, de manera que pueda seducir fácilmente a los que se dejan engañar. Por eso el Señor sólo habla de la cizaña porque esta planta se parece al trigo. Seguidamente indica cómo lo hace para engañar: «mientras la gente dormía». Por ahí se ve el grave peligro que corren los jefes, sobre todo aquellos a quienes les ha sido confiada la guarda del campo; por otra parte, ese peligro no amenaza sólo a los jefes, sino también a los subordinados. Esto mismo nos enseña que el error viene después de la verdad… Cristo nos dice todo esto para enseñarnos a no dormirnos…, de ahí la necesidad de la vigilancia de un guardia. Y también nos dice: «El que persevere hasta el final, se salvará» (Mt 10,22)” Por eso, hemos de pedir al Señor la perseverancia y la vigilancia en todo momento para no dar ocasión al mal.
Recordemos aquí para el caso, las palabras del Papa Francisco en el Ángelus del domingo 20 de julio de 2014: “La enseñanza de la parábola es doble. Ante todo, dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, el maligno va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión; él va donde no hay luz para sembrar la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, de tal modo que es imposible a nosotros hombres separarlos claramente; pero Dios, al final, podrá hacerlo. Y aquí pasamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los servidores y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros, a veces, tenemos una gran prisa por juzgar, clasificar, poner de este lado a los buenos y del otro a los malos...”
Nos corresponde asumir las actitudes de la paciencia, la prudencia en los juicios y la vigilancia hasta el final.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Hoy Señor acudimos a ti para pedirte que no nos saques del mundo, sino que nos libres del mal. Necesitamos aprender a vivir en el mundo en medio del mal sin dejar contaminar nuestro corazón para llevar el bien a todos los lugares donde vayamos. Queremos ser esos discípulos que aprenden la paciencia para saber esperar, la prudencia para saber actuar, sin precipitarnos a decisiones equivocadas y la vigilancia para mantenernos firmes hasta el final.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Nos reunimos como pueblo de Dios para escuchar su Palabra y alimentarnos del Cuerpo y Sangre de Cristo que nos dan la fuerza necesaria para peregrinar en medio del mundo, descubriendo todo lo bueno que nuestro Padre nos concede. Participemos con alegría de esta celebración dominical.
Monición a la Liturgia de la Palabra
Al igual que la cizaña crece en medio del trigo, del mismo modo el mal entremezclado con el bien. Así se nos explica la presencia misteriosa del mal en el mundo, pero al final Dios, como el sembrador, llegará para el día de la cosecha y el mal será aniquilado para siempre. Escuchemos con atención.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: A Dios que es paciente y misericordioso, elevemos nuestra súplica confiadamente diciendo:
R. Dueño de la cosecha, escúchanos
1. Padre omnipotente, acompaña con la fuerza del Espíritu Santo al Papa y los ministros consagrados para que, anunciando el Evangelio y extendiendo el Reino de Dios, sean fieles al ministerio que se les ha confiado.
2. Padre eterno, asiste con sabiduría a los gobernantes para que legislen con justicia y equidad a los pueblos que les han sido encomendados.
3. Padre misericordioso, socorre con tu protección a los más débiles y desfavorecidos en este tiempo de pandemia, para que nuestra caridad con ellos sea viva y operante.
4. Padre bondadoso, auxilia con tu gracia a todos los alejados de la fe y que andan por la senda del mal, para que se conviertan de su conducta y se abran al mensaje del Evangelio.
5. Padre amable, protege con tu providencia a todas las familias para que vivan en la unidad, el respeto y el amor.
Oración conclusiva
Padre Santo
que eres compasivo y misericordioso,
acoge la súplica ferviente que te dirigen tus hijos en oración.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén
Cuaresma: un camino de fe en comunidad
Jue 7 Mar 2024
Conversión pastoral para ir en salida misionera
Mié 21 Feb 2024
Vie 1 Mar 2024
No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre
TERCER DOMINGO DE CUARESMAMarzo 3 de 2024Primera Lectura: Éx 20,1-17Salmo: 19(18),8. 9.10.11 (R. Jn 6,68c)Segunda Lectura:1Co 1,22-25Evangelio: Jn 2,13-25I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónDespués del domingo de las tentaciones (primero de cuaresma) y del domingo de la transfiguración (segundo de cuaresma), ahora se nos presenta a Jesús como el nuevo Templo, al cual somos invitados a penetrar cooperando con una vida de obediencia y fidelidad a sus indicaciones; de este modo, seremos purificados y convertidos en templos en donde su santo Espíritu pueda morar, hermoseando nuestro ser de todos sus dones. También podría exponerse, a partir de la cita en donde Pablo invita a no contristar al Espíritu Santo (cf. Ef 4,30-32): cuando permitimos que en nosotros reine el pecado destruimos el templo de nuestro corazón, pero Jesús, mediante su misterio pascual, nos ha reconstruido y quiere realizarlo en cada uno de nosotros mediante su santo Espíritu, para convertirnos en nuevos templos de su gloria. Otra posibilidad de orientación de la homilía podría centrarse en el costado abierto de Jesús al ser traspasado por la lanza: animar, siguiendo el razonamiento que expone san Juan Crisóstomo en la segunda lectura del oficio del viernes santo, para que todo cristiano se introduzca por esa abertura del nuevo Templo, tenga experiencia del amor de Jesús y se convierta en un templo edificado por la obra salvadora de Cristo, llamado a dar frutos de santidad.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La Palabra de Dios de este domingo nos descubre a Jesús como el nuevo Templo que es una Persona adorable, en quien se encuentran todas los tesoros y riquezas más valiosos e imperecederos. El nuevo Templo es una Persona que los constructores de este mundo han desechado, más aún, lo han crucificado, pero que Dios omnipotente lo ha levantado y convertido en Señor de cielos y tierra. Templo que siempre está abierto para acogernos y donarnos todos sus tesoros.Somos invitados a entrar en el nuevo Templo; el camino es la fe que se traduce en obediencia a sus mandatos que nunca son despóticos y arbitrarios; todo lo contrario, son la expresión de un Padre rico en amor y misericordia, que siempre busca lo mejor para nosotros, sus hijos amados. Por esta razón, los versos del salmo que hemos escuchado en este día cantan la bondad y sabiduría de Dios al darnos unos preceptos que son palabras de vida, descanso del alma, luz para los ojos, más preciosos que el oro, más dulces que la miel de un panal que destila.Los mandamientos de la nueva Ley son, ante todo, una Persona: Cristo crucificado, “escándalo para los judíos, necedad para los griegos, pero para los llamados por Cristo -judíos o griegos-: fuerza de Dios y sabiduría de Dios”, tal como nos lo ha dicho el día de hoy el apóstol San Pablo, en la segunda lectura que hemos escuchado. Mirar a Cristo, contemplarlo, no bajar los ojos de su rostro y de su vida: así se iluminará el sendero, así tendremos la nueva Ley que es su persona y su amor misericordioso, para guiarnos en medio de este mundo no pocas veces en tinieblas y sumamente atormentado de múltiples enfermedades. Su sabiduría y su poder resultan especialmente desafiantes para el mundo actual que se rige por códigos y criterios muy distintos, basados en la apariencia y el bienestar, pero que conducen a una vida vacía y deprimida.Esto textos, ubicados en la mitad del recorrido cuaresmal, son una invitación a caminar con decisión y radicalidad por el sendero que nos traza la nueva Ley que es el mismo Jesús, con la confianza de saber que ya ha sido recorrido por muchos a lo largo de la historia de la Iglesia y ninguno ha sido extraviado o defraudado; todos coinciden en la misma experiencia de plenitud y felicidad.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Estamos invitados a entrar en el nuevo Templo que es una persona con un corazón palpitante de amor por cada uno de nosotros. Estamos invitados a entrar a un Templo lleno de todos los tesoros y perlas, de las más preciosas y costosas que puedan existir en este mundo, mejor, la que vale mucho más que todo cuanto existe, pues junto con el Padre y el Espíritu es el Creador y el Redentor de todo. Este Tempo nos espera, más aún, viene en nuestra búsqueda. Allí estaremos a salvo de todo peligro, podremos reposar en paz y alegría y, al mismo, tiempo seremos alimentados con el manjar sustancioso y suculento de su amor que se entrega por todos nosotros.La ley del Nuevo Templo es el Amor, un amor grande y sublime que por nuestra salvación se dejó destruir para reedificarnos, para reconstruirnos y purificarnos de todos los males. Este Amor grande y sublime tiene sus leyes: se olvida de sí, busca el bien de los demás y no el propio interés, no se engríe, no se jacta, no se enorgullece… (cf. 1Cor 13). Estas nuevas leyes suponen y asumen las antiguas (los diez mandamientos), pero van más allá; podríamos afirmar que la ley dada por Dios al pueblo a través de Moisés expone el límite que nadie puede traspasar sin, al mismo tiempo, ir en contra del orden sabio y amoroso establecido por Dios; en cambio, la nueva Ley que es el mismo Cristo (las bienaventuranzas) apuntan hacia el ilimitado horizonte del que ama, cuya medida, siguiendo a san Agustín, es no tener medida.La cuaresma es un tiempo privilegiado para ahondar con nuestra inteligencia en la nueva Ley del amor que nos ha traído Jesús en su forma divina y más radical de ser vivida y, al mismo tiempo, en la oportunidad para realizar, con la ayuda de la gracia y sostenidos por ella, un esfuerzo más concienzudo y decidido de muerte a todo lo que en nuestra vida sea egoísmo a fin de permitirle al Amor en mayúscula tomar posesión de nosotros y darse a los demás para atraerlos al nuevo Templo y hacerlos gustar de sus alimentos sustanciosos.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, nuevo Templo, Tabernáculo nuevo de la presencia divina entre nosotros, introdúcenos en tu corazón, el Sancta Sanctorum de la antigua alianza. No permitas que nunca nos alejemos de ti, que nunca salgamos de tu corazón precioso; de este modo, siempre podremos tener la alegría y la paz en nuestro corazón, la fuerza y la decisión en nuestra voluntad, la luz y la claridad en nuestra inteligencia para avanzar con paso firme en medio de este mundo lleno de peligros y asechanzas.Danos, Señor Jesús, la firme convicción de comprender que solamente en ti está el sendero que nos lleva a una vida plena y realizada. Solamente tu ley que es el amor predicado y vivido hasta el extremo en la cruz nos puede salvar y comunicarnos lo que nuestro corazón tanto anhela. Y solamente así nuestra vida se podrá convertir en un templo grandioso y hermoso que se convierta en un monumento a tu gloria.Que el tiempo de cuaresma que aún nos queda por delante lo sepamos aprovechar para que, continuando con una vida de penitencia, oración y ayuno domeñemos los instintos caprichosos y nuestras tendencias y afectos se inclinen dócilmente a tus mandatos que son camino de vida y que valen más que el oro y son más dulces que un panal que destila._______________________Recomendaciones prácticas:•En este domingo se celebra el primer escrutinio de preparación para el Bautismo de los catecúmenos que serán admitidos, en la Vigilia Pascual, a los sacramentos de la Iniciación Cristiana, usando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentran en las pp. 801-803 del Misal Romano.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Eucaristía es el ingreso al nuevo Templo que es Jesús; al recibirlo es Él mismo quien nos introduce en su corazón para llenarnos de su amor. Que la participación en esta santa Misa nos llene de su gozo, ilumine nuestra inteligencia y fortalezca nuestra voluntad para hacer de cada acción una oportunidad para ser más y más sumergidos en el nuevo Templo de su corazón.Monición a la Liturgia de la Palabra Jesús se definió a sí mismo como el camino. Su Palabra es luz para nuestros pasos. Escuchemos sus preciosas indicaciones para que, dóciles a ellas, encontremos el camino que lleva a la vida que está escondida en el nuevo Tempo que es su corazón lleno de amor y bondad.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiemos nuestras súplicas a nuestro buen Padre paciente y rico en misericordia, por mediación de Jesús, el nuevo Tempo, con la confianza que nos da el sabernos hijos en el HijoR. Padre bueno, escúchanos.1.Por la santa Iglesia esparcida por todo el orbe de la tierra, para que todos sus miembros comprendan que nuestro Redentor nos ha introducido y nos quiere introducir cada vez más en el templo de su corazón para gozar de todo su amor y su bondad.2.Por todos los que sufren, para que comprendan el admirable designio del Dios bueno y bondadoso que los invita a entrar más profundamente en los misterios de su hijo muerto en la cruz para la salvación de la humanidad.3.Por todos los que se llaman cristianos, para que comprendan los admirables designios del buen Dios que invita a toda la humanidad a entrar en su nuevo Templo que es su Hijo muy amado.4.Por todos nosotros, para que en este tiempo de cuaresma nos dejemos guiar por tu sabiduría encarnada, Jesucristo nuestro Señor, clavado en cruz y muerto por nuestra salvación.Oración conclusivaRecibe, Padre santo,estas súplicas que te hemos dirigidopor mediación de tu Hijo, el nuevo Tempo,que vive y reina por los siglos de los siglos.R. Amén.
Vie 23 Feb 2024
Se transfiguró delante de ellos
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMAFebrero 25 de 2024Primera Lectura: Gn 22,1-2.9a.10-13.15-18Salmo: 116(115),10 y 15.16-17.18-19 (R. cf. 9)Segunda Lectura: Rm 8,31b-35aEvangelio: Mc 9, 2-10I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn este segundo domingo de cuaresma la Palabra de Dios tiene como tema central la vocación. Tanto en la primera lectura, la vocación de Abrahán, como en el evangelio el llamado de Jesús a Pedro, Santiago y Juan, constituyen los componentes propios de la disponibilidad a la voluntad de Dios. De esta forma, se puede profundizar que aquellos que responden al llamado de parte del Señor dirán con el apóstol de los gentiles: «Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará contra nosotros?».1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La primera lectura del libro del Génesis es el mayor ejemplo de la confianza y fe en Dios. La respuesta afirmativa al llamado de Abrahán es una muestra de la firmeza que tiene la fe de quien entrega todo su ser a Dios; de allí que la misericordia de Dios llene la escena con un mensaje del ángel que le ordena a Abrahán con contundencia: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.» En este apartado queda en evidencia que la obediencia al Señor tiene una recompensa que se extiende de generación en generación como es la promesa a este sirvo de Dios.Pablo en su carta a los Romanos, un pueblo no judío, que recibió el mensaje de salvación, se convierte en un ejemplo para nosotros vivir a profundidad la fe. De allí que las preguntas, que aparecen en el texto: «¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?» Estos son interrogantes que afirman la fe que será una guía de la confianza que se debe tener de la presencia de Dios en nuestra vida.Marcos en el centro de su evangelio presenta el relato de la transfiguración como una muestra de la importancia de reconocer a Jesús como el verdadero Hijo de Dios, tema fundamental de su relato. Los signos que aparecen en la escena son una síntesis completa para entender la finalidad del evangelio de Marcos del anuncio de «la Buena Nueva de Jesucristo». De allí que la presencia de Elías como representación de las profecías veterotestamentarias y Moisés como el gran legislador, son la evidencia de cómo en Jesucristo Dios tiene su máxima revelación. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El mensaje de la Palabra de Dios en la liturgia de este segundo domingo de cuaresma contiene dos grandes mensajes: el primero está relacionado con la vocación o llamado que Dios le hace a Abrahán. La segunda parte está centrada en el relato de la transfiguración del Señor en el que hay una manifestación que reafirmará en los apóstoles la solides de su vocación al seguir a Jesús revelado como el verdadero Hijo de Dios. Escuchar estos relatos, en el contexto de cuaresma, es un camino para comprender que disponernos a vivir la pascua es una oportunidad para tener una experiencia profunda de encuentro con Jesús.En el relato del Génesis Dios llama a Abrahán a subir al monte, de la misma forma como Jesús llama a Pedro, Santiago y Juan a un monte alto. Esta es una clara evocación del monte como un lugar en el que Dios se manifiesta, la montaña es el lugar donde habita Dios y en el que él se revela. De modo que la Palabra nos lleva a descubrir, ¿cuál es la montaña en la que me encuentro con el Señor? O ¿cómo me dispongo a encontrarme con Dios o a dejarme encontrar por él?La liturgia de la Palabra en este domingo nos presenta a cuatro patriarcas de la fe: Abrahán, Isaac, Elías y Moisés. En estos personajes hay una síntesis de la fe judeocristiana, entre ellos la vocación es una clara disposición a vivir la fe de una manera sincera y radical, y aunque puede haber en ellos dudas e incertidumbres, el mismo camino que recorren los llevará a pensar que han escogido el mejor sendero. De allí que, disponernos al llamado del Señor tiene como recompensa el título de ser verdaderos hijos de Dios al estilo de Jesús en quien reside la plenitud de la salvación.La representación de Jesús transfigurado, y en ella, los signos de la pureza representados en el resplandor y el blanco de las vestiduras son una evidencia de la divinidad. Por ello, la reacción de Pedro, ante la transfiguración de Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.», puede ser tenida como una manifestación del asombro y al tiempo el signo que Pedro y los apóstoles esperaban para reafirmar su vocación. En medio del camino del seguimiento de Cristo, son muchos los signos de la revelación de Cristo en nuestras vidas, entre ellos el descubrirlo en el rostro de nuestro prójimo, en las necesidades de los más vulnerables y en las acciones misericordiosas nos conectan con las formas en que Jesús manifestó la presencia el Reino de Dios en nuestro camino.Los sentimientos propios de la escena de la transfiguración, miedo, asombro e incertidumbre se juntan en la presencia de unos apóstoles que buscan entender aquello que Jesús quiere revelar de sí. En ese mismo espacio de confusión de los testigos de la transfiguración hay un signo de la presencia de Dios por medio una nueve que se formó y de la cual surge una voz, en ella la vocación para todos los seguidores del Señor: «Este es mi Hijo amado; escúchenlo.». Nuestra vocación se concreta en la manera en que afinamos los oídos a la escucha del Hijo amado, es decir, aprender a discernir; somos llamados y vacacionados a escuchar a Dios en la vida cotidiana, en la sencillez de la vida, en la grandeza del amor al prójimo, en la capacidad que tengamos de perdonar, y buscar la reconciliación como experiencia en la que se construye la comunidad.Por ello Jesús al bajar de la montaña prepara, a Pedro, Santiago y Juan, para subir a Jerusalén y hacer el camino de la Cruz. Y esta preparación para nosotros es la cuaresma, luego de reconocer a Jesús como el verdadero Hijo de Dios, el camino de la Cruz es una cuaresma que vivimos en el paso a paso de nuestra vida cristiana. La vida en Cristo está mediada por la cruz para reconocer en esta una manera de acercarnos a la experiencia que Jesús vivió hasta superarla con la resurrección, como una nueva vida resplandeciente como la luz emanada por Jesús en su transfiguración.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El papa Francisco define la transfiguración como «un signo concreto del amor de Dios». Por ello, el Papa nos insta a que: “Subamos a la montaña en oración; oración silenciosa, oración del corazón, oración... Siempre buscando al Señor. Permanezcamos unos instantes en el recogimiento, cada día un rato, fijemos nuestra mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos impregne e irradie en nuestra vida”. Actitud esta de oración que nos une a la vivencia profunda de la cuaresma.Vivir iluminados por la transfiguración es dejarnos cautivar por Jesús quien en la montaña del encuentro se muestra con el Dios y Mesías verdadero que se estaba esperando. Esa luz divina recibida por los apóstoles irradia hoy a nuestra Iglesia, el transfigurado aún sigue siendo luz del mundo y la voz que presenta al Hijo amado de Dios aun resuena en nuestro interior. El camino de la cuaresmal se ilumina con la luz del transfigurado y con la voz del cielo que ratifica que aquel al que seguimos es el verdadero Hijo de Dios._______________________Recomendaciones prácticas:•Recomendar a los fieles los ejercicios de piedad propios del tiempo de Cuaresma: el Viacrucis, meditación de los evangelios de la Pasión del Señor, las peregrinaciones, etc.•Promover el Sacramento de la Reconciliación y la Penitencia, preferiblemente, en celebraciones penitenciales comunitarias.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaBienvenidos a la celebración de esta eucaristía en el domingo, día en que en comunidad de nuevo nos reunimos para alimentarnos de la Palabra y la Eucaristía. Dejemos que el resplandor de las vestiduras del Señor, en el monte Tabor, nos sigua iluminando hoy para que en este camino cuaresmal nos preparemos a vivir la experiencia de la cruz como una forma de responder al llamado que el Señor nos hace de renovar la fe. Vivamos esta eucaristía orando unos por otros para que salgamos fortalecidos en el Señor en esta celebración dominical.Monición a la Liturgia de la Palabra Cuando escuchamos la historia, de Abrahán y su hijo Isaac, nos asombramos de ver una escena en la que Dios, descubre el valor de una fe que es capaz de dar sin reservas. La fe de Abrahán el padre de todos los creyentes es un ejemplo para nosotros hoy sobre cómo vivir nuestra fe. Guardemos atención a como la evocación del episodio del monte, en que se da el sacrificio, en el Antiguo Testamento nos lleva a revivir la experiencia de un Jesús que en la montaña de la transfiguración se muestra tal cual es: «el verdadero Hijo de Dios». Dejemos que esta Palabra nos lleve a recordar que, si estamos con el Señor, nada irá en nuestra contra, como lo dice Pablo en su carta a los Romanos. Escuchemos con atención el mensaje de salvación que nos renueva en el amor a Dios en esta liturgia de la Palabra.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos al Señor nuestras plegarias como comunidad que se deja iluminar por el resplandor del resucitado y digamos al unísono: R. Qué tu luz Señor nos ilumine siempre.1.Oremos al Señor, por el Papa, para que su ministerio apostólico sea un ejemplo para que, como Iglesia, sigamos el resplandor del resucitado siempre amparados por la fe de Abrahán.2.Oremos al Señor, por nuestros gobernantes, para que la luz del transfigurado les ilumine en las decisiones que deben asumir en la construcción del bien común.3.Oremos al Señor, por nuestra comunidad, para que estemos dispuestos a caminar en esta cuaresma, siguiendo la luz del Señor que se sigue manifestando en nuestras vidas.4.Oremos al Señor, por los que se encuentran buscando empleo, por los jóvenes que inician su vida profesional y por todos los que se encuentran comenzando nuevos proyectos para que el resplandor del señor dirija sus vidas.5.Oremos al Señor, por los enfermos de nuestra comunidad, para que nuestra plegaria y participación en esta celebración les conforte y anime en estos momentos de dificultad.Oración conclusivaEstas suplicas las ofrecemos al Señorpara que sean atendidas con misericordia y bondad,por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.
Vie 16 Feb 2024
Convertíos y creed en el Evangelio
PRIMER DOMINGO DE CUARESMAFebrero 18 de 2024Primera Lectura: Gn 9,8-15Salmo: 25(24),4-5ab.6y7bc. 8-9 (R. cf. 10a)Segunda Lectura: 1P 3,18-22Evangelio: Mc 1,12-15I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónExiste una realidad que trasciende la finitud de la vida material, esta se entiende como la promesa del Reino de Dios. Al inicio de la cuaresma el llamado por parte de la Palabra de Dios está centrado en la importancia que tiene la conversión como una manera de disponer la vida a un cambio que prepara al creyente a vivir el Reino de Dios. Por esta razón, la liturgia de la Palabra de este domingo tiene una triada de palabras que son importantes para vivir la fe en la cuaresma: pacto, redención y conversión. Estas palabras de convierten en claves para vivir la experiencia profunda del Reino de Dios.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La primera lectura está centrada en la importancia que tiene para la fe establecer un pacto con Dios. Un pacto que ha perdurado por la historia y que se recuerda una y muchas veces a través de la imagen del arcoíris, figura que representa cómo Dios de nuevo renueva su alianza con la humanidad. La figura de Noé es la representación de aquel que es elegido por Dios para salvar, proteger y cuidar a la humanidad y toda aquella representación de la vida.La respuesta al salmo 25 (24) «Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza», es una expresión del deseo del salmista por mostrar la hondura de la misericordia divina. Los versículos del salmo resaltan las características de un Dios que es salvador, al que se le pide mostrar el camino. Por ello, hoy se aclama de Dios la bondad, por parte, de quien clama con fe al Señor misericordioso y lleno de ternura por sus creaturas.El apóstol Pedro en su primera carta le propone a la comunidad jerosolimitana leer la redención de Cristo con la paciencia de Noé construyendo el arca. El mismo apóstol lo reseña, el símbolo del bautismo actualiza la conciencia del compromiso cristiano, en palabras de Pedro: «impetrar de Dios la conciencia». De allí que, esta carta petrina de nuevo refuerce la idea de la importancia que tiene el bautismo en la vida de fe.El relato del evangelista Marcos de la experiencia de Jesús, en el desierto, es un abrebocas para la presentación de Jesucristo como el Hijo de Dios. Con una presentación de las condiciones en la que Jesús asumió la experiencia del desierto, Marcos delinea en este relato lo que será el ministerio de Jesús en Galilea anunciando el Reino de Dios. Para que el creyente comprenda la importancia del anuncio lo concentra en la vivencia de la conversión y en ella la creencia profunda en el Evangelio.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La predicación del Reino de Dios por parte de Jesús, reseñada por todos los evangelistas, es una manera de presentar la realización de aquello que Jesús ha querido para la humanidad, entender que Dios reina en nuestras vidas desde el amor que lo transforma todo. Así es que, la no definición en los evangelios de aquello que es el Reino de Dios abre en la comprensión de la Palabra, tres horizontes de entendimiento que pueden servir como forma de proyecto de vida para vivir a plenitud la experiencia de la cuaresma. En la primera comprensión aparece Jesucristo mismo como la encarnación del Reino, de allí que él mismo presente que ese reino ha llegado y que se evidencie en sus actos la manera en cómo Dios reina.La segunda comprensión del Reino de Dios, en los evangelios, está centrada en una espera que mantiene la tensión de aquello que Dios quiere para la construcción de las relaciones sociales. Al ser definido el reino de Dios como aquello que está por venir, las prefiguraciones como: el sembrador (Mt 13, 18-23), de la cizaña (Mt 13, 24-30), la semilla de mostaza (Mt 13, 31-32), la levadura (Mt 13, 33), la red (Mt 13, 47-50), entre otras expresiones evidencian la capacidad transformadora que contiene la fuerza interior que contiene el vivir abierto a que Dios reine en la vida. Esta espera de la llegada del Reino es un signo que corresponde a la vivencia de la cuaresma como ese tiempo de transformación interior, tal cual, como son los signos que representan la llegada del Reino en los evangelios. En la tercera comprensión de la realización del Reino de Dios, está esa promesa futura o escatológica. Esta visión está directamente relacionada con aquello que puede llegar a ser, según la esperanza cristiana, nuestra vida en la resurrección. De allí que, la predicación del anuncio del Reino de Dios afincada a esta esperanza hace parte de una promesa que los creyentes aguardamos con fe.La cuaresma, por tanto, nos prepara a la vivencia en tiempo presente de aquello que en esta comprensión del Reino nos puede edificar para vivir a plenitud en la resurrección. Toda la comunidad cristiana está invitada a vivir el tiempo de cuaresma en clave de la espera de la llegada del Reino de Dios. Por esta razón, la predicación de Jesús del Reino de Dios se convierte en una forma de iniciar la cuaresma con un espíritu de renovación de la esperanza.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El anuncio del Reino de Dios es el centro del ministerio de Jesucristo el Hijo de Dios. Este anuncio en el evangelio de Marcos está mediado por la fuerza del tiempo en el que Jesús se prepara en el desierto, evocando en esta experiencia la vivencia de los cuarenta años del Pueblo de Israel en búsqueda de la tierra prometida. El tiempo de preparación en cuaresma es la vivencia del reino en plenitud.Ayuno, limosna y oración, se juntan en la cuaresma en una forma de vivir los preludios del Reino de Dios. Disponernos a vivir este tiempo de preparación en palabras del papa Francisco: “Todos nosotros estamos llamados en este camino del Reino de Dios: es una vocación, es una gracia, es un don, es gratuito, no se compra, es una gracia que Dios nos da. Y todos nosotros los bautizados tenemos dentro el Espíritu Santo. ¿Cómo es mi relación con el Espíritu Santo, el que hace crecer en mí el Reino de Dios? Una buena pregunta para hacernos hoy todos nosotros: ¿Yo creo, verdaderamente creo que el Reino de Dios está en medio de nosotros, está escondido?”. Los interrogantes del Papa formulados para vivir el reinado de Dios son claves para vivir a profundidad la cuaresma.Al inicio de la cuaresma la realidad del Reino de Dios entre nosotros es una experiencia real, que nos pone a vivir en profundidad el mensaje del amor de Dios en la vida. El ayuno se convierte en una manera de negarnos a los bienes materiales para satisfacer con ellos las necesidades de los más vulnerables de la comunidad. La limosna es la realización del Reino de Dios en la caridad y sus diversas dimensiones y, la oración es el vínculo estrecho de relación entre Dios y los seres humanos que en la intimidad del diálogo plenifica la vivencia del Reino de Dios.Que esta cuaresma sea un camino que nos lleve a vivir la profundidad de un Reino de Dios que se hace vida entre nosotros. Y de esta forma, el espíritu de sinodalidad que abraza nuestra vida de Iglesia se convierta en una ruta para labrar juntos los sueños de un Dios que, paso a paso, está entre nosotros y nos lleva a descubrir en el rostro de los otros su presencia de amor. Vivamos juntos este tiempo como la experiencia del Reino de Dios que crece siempre a escondidas, porque “el Espíritu Santo está dentro nuestro” – como lo recuerda el papa Francisco._______________________Recomendaciones prácticas:• Este domingo se celebra el rito «de la elección» o «inscripción del nombre» para los catecúmenos que serán admitidos a los sacramentos de iniciación cristiana en la Vigilia Pascual, empleando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentran en las páginas 799-800 del Misal Romano.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Como Iglesia peregrina, vivimos en el espíritu de la sinodalidad el camino de realización del Reino de Dios. Dispongamos nuestro ser a vivir al inicio de la cuaresma con un espíritu de renovación, propio de la vivencia de este tiempo, que nos dispone a vivir la pascua. Que el compartir fraterno propio de la celebración de la eucaristía nos lleve a sentir la presencia de Dios en nuestros hermanos. Bienvenidos a esta eucaristía que nos dispone a vivir desde la fe y la esperanza, aquello que nutre nuestro corazón para vivir en el amor que nos renueva en el ayuno, la oración y la limosna. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra que escucharemos en esta liturgia es una forma de acercarnos a vivir de manera profunda la cuaresma que estamos iniciando. Por esto reconocer a Dios en nuestra vida es disponernos a vivir la experiencia profunda de la alianza que él hace con nosotros. Abramos la mente y el corazón para que el anuncio que escucharemos del Reino de Dios, en esta Palabra, nos anime a vivir con profundidad de espíritu los valores que fortalecen nuestra vida de fe. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos al Señor nuestras oraciones, con humildad y sencillez de corazón, para que unidos al inicio de la cuaresma, como Iglesia, nos dispongamos a renovar nuestra fe en Cristo. Digamos juntos.R. Dios de amor escucha nuestra oración. 1. Oremos al Señor, por el Papa y nuestros ministros, para que orienten el camino de la cuaresma con su testimonio de austeridad, abnegación y fidelidad al anuncio del Reino de Dios.2. Oremos al Señor, por nuestros gobernantes, para que promuevan la justicia y la paz de nuestros pueblos disponiendo condiciones de vida digna y bien común.3. Oremos al Señor, por nuestra comunidad parroquial para que, por medio de la oración, el ayuno y la limosna se disponga a preparar su vida a vivir las fiestas de la pascua en este camino de cuaresma.4. Oremos al Señor, por la paz de nuestro país, para que se cumpla la bienaventuranza a favor de quienes construyen la paz, deponiendo el odio y el rencor con misericordia y reconciliación.5. Oremos al Señor, por los enfermos de nuestra comunidad, para que nuestra oración los conforte en medio de su dolor y sufrimiento.Oración conclusivaEstas y otras oraciones que tenemos en el corazónte las ofrecemos a ti Dios de amorseguros de que escucharás nuestro clamor,por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Vie 26 Ene 2024
Sé quién eres: el Santo de Dios
CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOEnero 28 de 2024Primera Lectura: Dt 18,15-20Salmo: 95(94),1-2.6-7ab. 7c-9Segunda Lectura: 1Co 7, 32-35Evangelio: Mc 1, 21-28I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducción• Cristo resucitado se hace presente cuando la asamblea litúrgica, convocada por el mismo Dios, se reúne a escuchar su palabra de amor: él es el profeta que había de venir y a quien debemos escuchar.•Jesús hace cercano el Reino de Dios a cada persona y esto lo hace con palabras y obras: con su palabra aleja de nosotros el mal y con sus obras nos transforma en hombres nuevos a su imagen.•La autoridad de Jesús sobresale en la palabra de Dios de este domingo. Se trata de una coherencia entre enseñanza y vida que no solo asombra a todos los que lo escuchan, sino que debe animarnos a aprender de su testimonio.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Yahvé le promete a Moisés que suscitará un profeta semejante a él. En efecto, aquel elegido del Señor, salvado de las aguas y destinado para liderar la liberación del pueblo de Israel, aparece presentado aquí como el «proto-profeta», el modelo de cada uno de los que ejerzan la misión de profetizar en nombre de Yahvé. A partir de esta promesa, los judíos han comprendido que el mesías esperado correspondería a un nuevo Moisés.No se puede olvidar que, en el contexto de la antigua alianza, la misión del profeta posee un carácter único. De labios del profeta el pueblo está llamado a escuchar la palabra de Dios para que el pueblo se mantenga fiel al pacto: escuchar al profeta es escuchar al mismo Dios en persona. En ese sentido aparece la invitación del salmo responsorial para ayudarnos a meditar en la primera lectura: «escuchen la voz de Dios, no endurezcan el corazón» (cf. Sal 94, 8). Ahora bien, en los comienzos de la predicación apostólica, Pedro contempla en Jesucristo, resucitado de entre los muertos, el cumplimiento de la promesa hecha a Moisés y también a los demás profetas: la llegada del tiempo de la restauración universal (cf. Hch 3,17-24).Siguiendo con la lectura semicontinua de la 1ª. carta a los Corintios, hoy aparece un fragmento que es continuación del que se proclamó el domingo anterior. Estamos ante una importante catequesis del apóstol Pablo sobre el matrimonio y la virginidad (1Cor 7) en la que sobresale un consejo para el bien de los lectores de la carta, la invitación a vivir en celibato: «… pienso que es cosa buena… quedarse el hombre así» (v. 26). Pablo mismo se ha puesto como ejemplo, dejando claro que es necesario recibir un don (v. 7). En ese orden de ideas, al final de los versículos de esta sección de 1Cor, proclamados hace ocho días, aparece una razón para apartarse del matrimonio: «la representación de este mundo pasa» (v. 31b), por lo que hay que aspirar a las realidades celestiales que son eternas (cf. Col 3,1-2). Todas estas reflexiones van preparando las que se nos proclaman hoy: la persona que opta por vivir célibe podrá dedicarse única y exclusivamente al servicio del Señor y no tendrá que preocuparse por las cosas mundanas ni distraerse en ellas. Se destaca la idea de que el matrimonio, junto con sus alegrías, también trae muchas preocupaciones.Jesús enseñaba con autoridad. Este es el mensaje central del evangelio de este domingo (Mc 1,21-28). Al comienzo de esta perícopa, el evangelista Marcos se refiere al asombro que Jesús suscitaba entre la gente porque su enseñanza era diferente a la de los escribas. Éstos eran considerados como auténticos intérpretes de la Escritura y la ley. Sin embargo, Jesús enseñaba directamente apoyándose en su propia autoridad, mientras que los escribas no respaldaban sus lecciones magisteriales con su propia vida. Por eso, para confirmar la coherencia entre su doctrina y sus obras, Jesús cura un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaún, donde estaba predicando. Se pueden distinguir claramente las etapas en las que se desarrolla este prodigio: a) encuentro entre Jesús y el poseído (vv. 23-24); b) exorcismo (v. 25); c) salida del demonio (v. 26); d) reacción de los presentes (v. 27). El demonio llama la atención, queriendo oponerse al designio de Dios, pero el Mesías tiene el dominio del mal; por eso lo vence con el poder de su palabra y es precisamente este poder el que intensifica y enaltece la autoridad de su enseñanza.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Proclamando y haciendo visible la cercanía del Reino, Cristo Jesús, el Verbo hecho carne, se revela como profeta y maestro, dos rasgos que confluyen en una acción concreta realizada por el mismo Jesús en la sinagoga: enseñar. Con respecto a la condición profética de Jesús, el libro del Deuteronomio, en la primera lectura de hoy, destaca la misión del futuro Mesías, en cuanto verdadero profeta de Yahvé, remarcando un mandato divino dirigido para todo el pueblo: escuchar a su enviado y elegido, quien hablará en su nombre.Hoy en día estamos seguros de que Jesús está presente en medio de su pueblo y sigue hablando en el nombre del Padre del cielo. Precisamente es Dios Padre quien en la transfiguración nos ha hecho la gran invitación que le da sentido a nuestra vida de discípulos: escúchenlo. Por eso hay que recordar que nuestra vida cristiana comienza a tomar forma auténtica cuando alimentamos nuestra fe con la escucha de la palabra del Señor. Y si el maestro se dedica a enseñar es porque espera que nosotros nos dediquemos a escuchar. Dios no se cansa de insistirnos en su llamado pues él quiere que hagamos la misma opción que hizo María, la hermana de Martha en Betania: que nos sentemos a sus pies y nos pongamos a escucharlo, seguros de que sólo él tiene palabras de vida eterna, luz que ilumina nuestro sendero.Por otra parte, al contemplar a Jesús pasando del predicar al sanar, se cumplan las palabras del salmista: «el Señor todo lo que quiere lo hace» (Sal 134,6). En Jesús todo están armónico y tan coherente que con el poder de la misma palabra con la que estaba enseñando en la sinagoga, con esa misma autoridad, expulsa al demonio. El prodigio consiste en expulsar el mal para que pueda habitar en el ser humano la presencia amorosa de Dios. Es necesario que salga de la vida de cada persona todo lo que tenga que ver con el pecado y con el maligno para que efectivamente el reino de Dios se haga realidad en nuestra vida y lleguemos verdaderamente a amar a Dios sobre todas las cosas. De hecho, hay que recordar que en nosotros hay algo más original que el pecado: lo más original es la gracia porque lo que Dios ha deseado desde siempre es habitar en nosotros y divinizarnos. Como le paso a la muchedumbre del evangelio, no dejemos de asombrarnos porque siguiendo a Cristo estamos empapándonos de su doctrina nueva e igualmente el mismo Señor con su palabra nos transformará en hombres nuevos donde habite presencia.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Siempre necesitaremos que el Espíritu Santo nos ayude a conocer más y más a Jesús y comprender que sólo él tiene palabras de vida, que él es la Palabra definitiva de Dios, el verdadero profeta que debía venir, el camino que conduce a la casa del Padre. Pidamos al mismo Espíritu consolador que se ponga de nuestra parte y nos anime en todas nuestras capacidades para que todo nuestro ser se disponga en actitud de escuchar y escuchar la voz del Maestro, sabiendo que su palabra no solamente nos da un mensaje para meditar, sino que es palabra eficaz que nos transforma para poder reflejar en nuestra vida que la bondad del Señor está por encima del engañoso poder del mal. _______________________Recomendaciones prácticas:• Ya que acabamos de celebrar el domingo de la palabra de Dios y que hoy el evangelio subraya la dimensión profética del ministerio público de Jesús, es recomendable seguir destacando el signo del evangeliario tanto en la procesión de entrada como el rito mismo de la proclamación del texto evangélico.• El próximo viernes 2 de febrero se celebra la fiesta de la Presentación del Señor y se conmemora la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos: esta celebración de la eucaristía dominical es verdadero encuentro con Cristo resucitado. Él nos enseña su Evangelio con autoridad y quiere que en nosotros habiten su bondad y su amor. Celebremos alegres este banquete de salvación y oremos por todos los que sufren.Monición a la Liturgia de la PalabraCristo es el verdadero profeta, prometido desde antiguo y enviado por el Padre en la plenitud de los tiempos. Aquí y ahora podremos escuchar su enseñanza y veremos la autoridad de su palabra poderosa que aleja de nosotros el mal para transformarnos en personas nuevas. Escuchemos atentamente esta proclamación. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos: la enseñanza del Señor Jesús que acabamos de escuchar anima la oración de la Iglesia. Por eso, confiados en la inspiración del Espíritu Santo, elevemos al Padre nuestra oración y digamos: R. Oh, Señor, escucha y ten piedad1. Oremos por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por el mundo, para que todos los bautizados tengan la valentía de predicar el Evangelio en todo tiempo y lugar.2. Oremos por los jefes de las naciones para que su autoridad pueda ir más allá de intereses personales, de manera que sus obras consigan el bienestar de los pueblos.3. Oremos por los padres de familia para que, a través de su autoridad en el hogar, se dediquen a amar y ser amados a ejemplo de Cristo.4. Oremos por los que sufren para que el Señor les dé a todos fuerza e ilusión para superar las dificultades que se les presentan en sus vidas.5.Oremos por nosotros, reunidos en esta celebración para que verdaderamente reconozcamos a Cristo como nuestro maestro y profeta y así creamos en su enseñanza que es transformadora y vivificante.Oración conclusivaConcédenos, Padre, el don de sabiduría,y haz que tu Iglesia sea signo concreto de la humanidad nueva,fundada en la libertad y la comunión fraterna.Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.