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conferencia episcopal de colombia

Mié 10 Abr 2024

Una Iglesia Samaritana...Es la que se parece a Jesús

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - Al dirigirme a ustedes, apreciados directores y directoras, en la apertura de nuestro encuentro nacional, quiero hacerlo a partir de la pregunta del letrado a Jesús: «Y ¿Quién es mi prójimo?». Pregunta que la Iglesia colombiana acoge y a la cual responde desde su tercera opción pastoral reafirmando que quiere ser una Iglesia Misericordiosa y solidaria como Dios Padre amoroso que sabe “contemplar, conmoverse, detenerse” y ayudar al otro, cuantas veces sea necesario.El relato del “buen samaritano” que inspira nuestro encuentro, no es una parábola más, sino la parábola que expresa, según Jesús, lo que es un verdadero ser humano. El samaritano es una persona que ve en su camino a quién está herido, se acerca, reacciona con misericordia y le ayuda en todo lo que puede. Ésta es la única manera de ser humano: reaccionar con misericordia. Por el contrario, “dar un rodeo” ante quien sufre – postura del sacerdote y el levita – es quedar deshumanizado.Las Pastoral Social Nacional, Cáritas colombiana, quiere construir juntamente con las pastorales sociales de cada jurisdicción eclesiástica el rostro de una Iglesia misericordiosa, samaritana y cordial. Por ello estamos convencidos que, este encuentro es una gran oportunidad para hacerlo. Queremos ser reflejo en nuestras acciones de una Iglesia acogedora que sale al encuentro de quien sufre acompañando integralmente a las víctimas de la injusticia, la violencia y las pandemias y de todo tipo de abusos en todas las etapas e instancias de la vida; queremos ser una Iglesia valiente, de parresía y mordedura profética cuando haga falta y sea necesario; una Iglesia que, como nos enseña la oración por la vida de San Juan Pablo II, promueva y cuide la vida querida, la vida plena y abundante; una Iglesia que defienda la dignidad humana y el cuidado de la Casa Común, así como la cultura del cuidado integral. Y ello sencillamente porque como Iglesia y dada nuestra misión, no podemos aspirar a menos. Queremos ser una Iglesia que a pesar de todo lo que sucede no ha hipotecado la esperanza de sus hijos ni la esperanza de la nación colombiana. Queremos consolidar y mantener todos nuestros esfuerzos pastorales, y hacerlo con el evangelio en nuestras manos, manteniendo la terca utopía y corriendo los riesgos que sean necesarios desde una pastoral audaz y temeraria, por seguir construyendo esa sociedad reconciliada y en paz de una humanidad fraterna. ¿Qué esperamos de este encuentro nacional de directores y directoras de la Pastoral social en Colombia?Que tengamos como referente a Jesús en su ministerio en Galilea quien siempre pensó y vivió aliviando los sufrimientos de la gente que encontraba por el camino, rompiendo si hacía falta la ley del sábado o las normas de pureza y todo legalismo que ignoraba el amor al necesitado. No son pocos quienes hoy son abatidos por la violencia, la enfermedad, la desgracia o la desesperanza. La pastoral de la consolación es para nosotros un imperativo irrenunciable.Reconocer que cuando nuestra experiencia pastoral no está centrada en un Dios, Amigo de la vida y Padre de los que sufren, nuestras demás acciones tomarán distancia de la vida profana, no tendrán ningún contacto directo con el sufrimiento de las personas y seremos insensibles y perdiendo toda capacidad de reacción frente a los que han quedado en las cunetas de la vida. Necesitamos hacerlo todo con espiritualidad, que es como decir que en la acción caritativa de la Iglesia hacemos la Experiencia de Dios para que sea Historia de Salvación. Conmovernos, como nos lo pide la Iglesia en Colombia, haciendo todo lo que podamos y esté a nuestro alcance por aquellos que se encuentran en una peor situación. ¿A quién imitaremos al encontrarnos en nuestro camino con las víctimas más golpeadas de la violencia, con los migrantes que “huyen hacia adelante” buscando una esperanza; con quienes sobreviven en la informalidad y con todas las afectaciones que sufre nuestros ecosistemas naturales y ambientales? Necesitamos, siguiendo el ejemplo de Jesús, pasar de las actitudes compasivas a las realizaciones constructivas que nos pide la construcción de la paz y la reconciliación; el cuidado de la Casa común y la protección a nuestros hermanos víctimas de todo tipo de abusos que desprecian la vida y la dignidad de la persona humana.La Iglesia en Colombia, desde sus pastorales sociales, ha decidido asumir una nueva postura que delimite hasta dónde llegan sus obligaciones a partir de las actitudes y comportamientos de sus hijos, preguntándose no sólo ¿Quién es mi prójimo? Sino también: ¿Quién está necesitado de que yo me acerque y me convierta en su prójimo?P. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana

Vie 5 Abr 2024

“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - ¡FELICES PASCUAS! Es el saludo esperanzado de los creyentes durante este tiempo inaugurado con la Resurrección de Cristo que es el acontecimiento más importante de la fe, pues nos permite comprender en profundidad el sentido de la vida verdadera, respondiendo incluso a los interrogantes ¿Cómo aprovechar y cómo construir la vida en nosotros?En los días de las Octava de Pascua y en el domingo “de la Divina Misericordia” escuchamos en el Evangelio cómo Jesús, cuando se aparece a los discípulos, los saluda diciendo: ¡Les traigo la paz!Hoy, como su arzobispo católico de Cali, en nombre del Señor que vive, les hago llegar el mismo saludo de paz a todos los que habitan en el territorio de la Arquidiócesis, especialmente a los jamundeños y a todos los que viven o visitan Terranova y sectores aledaños, El Rodeo y las zonas rurales en Robles, Timba, Quinamayó, Guachinte, Villa Paz, Potrerito, San Antonio, Villa Colombia y las veredas que las conforman.Con el Resucitado, les expreso mi paternal cercanía con este mensaje pascual reiterando el llamado a que se custodien y respeten las vidas humanas y la libertad de pensamiento, de culto y de movimiento.En nombre de Dios, hago eco del clamor de millones de colombianos para que cesen las acciones bélicas de todas las partes, así como las acciones orientadas por los grupos insurgentes al reclutamiento de menores de edad y el uso de las poblaciones civiles como escudos humanos. Nos inquieta y preocupa el incremento y reestructuración de los grupos armados ilegales.Reitero este llamado con las palabras del Papa Francisco en su último mensaje pascual: “No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en los ojos de los niños: ¡olvidaron de sonreír esos niños en aquellas tierras de guerra! Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo, la guerra es siempre una derrota… Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme. La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.Como Iglesia católica seguimos acompañando a todos los ciudadanos en el territorio de la Arquidiócesis. Especialmente, nuestro pensamiento se dirige ahora a quienes viven en Jamundí y sus corregimientos, sedientos de paz y de tranquilidad.A todos pido orar por quienes han perdido la vida, están siendo extorsionados, han sido reclutados o han tenido que salir desplazados de sus tierras, implorando también el arrepentimiento y la conversión de los autores de tales crímenes.Los bendigo y animo a que no pierdan la esperanza, pues Jesús, con su resurrección, venció la muerte y nos hizo libres, ¡Aleluya!+LUIS FERNANDO RODRÍGUEZ VELÁSQUEZArzobispo de CaliSantiago de Cali, abril 4 de 2024

Vie 5 Abr 2024

‘Aguapanelazo’: 10 años llevando consolación a quienes habitan las calles de Colombia y Argentina

Desde hace diez años, jóvenes católicos y no católicos, viven en Colombia y en Buenos Aires (Argentina), una auténtica misión de amor y misericordia que lucha contra la cultura del descarte y refleja la esencia de la Iglesia en salida, a la que tanto ha invitado poner en marcha el papa Francisco. A esta obra, motivada por los Misioneros de la Consolata se le conoce como 'AguaPaneLazo América' y busca, esencialmente, reconocer, vivir el encuentro y consolar a personas que están situación de calle.La semilla de esta misión se sembró en la ciudad de Ibagué (Tolima) y hoy ya ha logrado dar frutos también en Bogotá, Medellín, Cúcuta, Bucaramanga, Cali, Florencia, Tunja, Chaparral y Santa Marta, así como traspasar fronteras hasta la capital argentina.El nombre de la iniciativa es el sello del alimento sencillo, pero esperanzador, con el que logran acercarse durante las frías y solitarias noches de las diferentes ciudades a cientos de niños, mujeres y hombres que viven esta compleja realidad: aguapanela y pan. La tercera palabra que compone la expresión es "lazo", que se traduce en unión, en fraternidad, en cercanía con quienes, en muchas ocasiones, resultan olvidados o despreciados."Son tantos rostros, historias, nombres y realidades que acompañan la memoria de cada uno de los misioneros que salen a las calles para decir: "ellos no son de la calle, son nuestros". Un apretón de mano, un saludo, una sonrisa, un Dios le pague, son algunos de los gestos que reciben aquellos que extienden su mesa hasta las calles y parten el pan con sus hermanos.Una iniciativa de la pastoral de la consolación que busca hacer sentir persona a los habitantes en situación de calle, se sale pensando que se hace un bien, pero son ellos los que transforman la vida de los misioneros y voluntarios. Sus historias de dolor y sufrimiento, de abandono y vulneración transforman la vida de aquellos que en sus manos llevan un pan y una aguapanela, alimentos que no quitan seguramente el hambre, pero que se convierten en excusa para hacerlos sentir hermanos, para encontrarlos y recordarles su dignidad", así lo explica el padre Jonathan Acuña, uno de los fundadores de la iniciativa quien para ese entonces era estudiante de piscología y refirmó su vocación en medio de esta misión.Aunque los Misioneros de la Consolata son los principales animadores de la experiencia, se trata de una misión con espíritu de Iglesia sinodal. En ella convergen Hermanas de la Presentación, Jesuitas, Franciscanos, Misioneras del Divino Maestro, Hermanas del Divino Pastor, Hermanas de la Providencia, diferentes jurisdicciones eclesiásticas, e instituciones como: YMCA Tolima y Santander, Lazos de Amistad, SIGNIS Colombia, entre otras.En Bogotá, el cardenal Luis José Rueda, arzobispo de esta jurisdicción y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, reconocido por impulsar la pastoral de personas en situación de calle, los ha acompañado en varias oportunidades, manifestando así la necesidad de vivir, como Pueblo de Dios, la cercanía, la compasión y por supuesto, la consolación con estos hermanos.El 'AguaPaneLazo' apoya, además, a niños, jóvenes y adultos que viven otras condiciones de vulnerabilidad, entre ellos, a migrantes. Son varias las líneas de voluntariado que pueden apoyar los jóvenes participantes:Proyecto pa’ EscuchArte: un espacio dirigido a adultos mayores y en personas en situación de vulnerabilidad, abierto a universitarios y profesionales laicos, religiosas, seminaristas y sacerdotes que ofrecen su tiempo para escuchar y ofrecer ayuda psicológica, espiritual, jurídica y tecnológica.Universidad altermundialista: una propuesta de educación alternativa e interdisciplinar que busca humanizar y evangelizar con talleres, cursos y seminarios que apuestan por otro mundo posible y necesario.Misión murales por la paz: una iniciativa teológico-artística que convoca a la vivencia de la fraternidad en contextos de conflicto, por medio de la pintura comunitaria de un mural participativo.Hogares de Cristo, a través de los cuales se convocan círculos solidarios para hacer realidad el sueño de un techo digno para familias pobres, mediante sinergias interinstitucionales e individuales.Yo com-parto: una campaña a través de la cual se desarrollan actividades de gestión de recursos que permiten alargar la mesa y partir el pan con familias en situación de vulnerabilidad, familias indígenas desplazadas por la violencia y habitantes de calles.Comunicaciones: una dimensión de voluntariado transversal que convoca a comunicadores, periodistas, diseñadores gráficos y artistas al servicio de la comunicación de la misión que realiza el ‘Aguapanelazo’.A continuación, vea el informe audiovisual:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Mié 3 Abr 2024

Iglesia colombiana profundiza sobre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial

En los últimos días la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) convocó un simposio que tenía como propósito central profundizar en la teología fundamental del sacerdocio y enriquecer así la mirada de la Iglesia en el país sobre este importante tema. En el espacio, desarrollado en la Universidad San Buenaventura en Bogotá, participaron, de manera presencial y virtual, obispos, delegados de pastoral sacerdotal, formadores de seminarios y profesores de teología de diversas universidades. También lo acompañó el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli.El simposio contó con la participación especial del cardenal Mark Ouellet, prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos del Vaticano, quien, tras abordar en su ponencia los fundamentos teológicos del sacerdocio común de los fieles y del sacerdocio ministerial, destacó que este tipo de reflexiones se enmarcan en el impulso que está dando el papa Francisco para que la Iglesia viva desde un enfoque más sinodal, es decir, más participativo y fraterno. También, en el que, cada vez, se asuma un mayor compromiso con la misión central de la Iglesia de dar el Evangelio al mundo.De acuerdo con el padre Manuel Vega León, director de los departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la CEC a través del cual se organizó el evento, este fue propicio para vivir y experimentar la “importancia del sacramento del bautismo que nos configura con el sacerdocio de Cristo”.La primera sesión de trabajo se centró en el discurso del papa Francisco en el simposio del 2022, titulado también "Por una teología fundamental del sacerdocio" en el que habló de las cuatro cercanías a Dios: la cercanía al obispo, la cercanía al presbiterio y la cercanía al pueblo de Dios.Posteriormente, a partir de la Sagrada Escritura, de una mirada especial a la Carta a los Hebreos, se identificaron algunos de los elementos que denotan que no se habla del sacerdocio de Cristo exclusivamente como sacerdocio ministerial, que ubica su ejercicio en la acción evangelizadora del sacerdocio común de los fieles, sino también en el sacerdocio de Cristo que desemboca en el sacramento del bautismo.Monseñor José Miguel Gómez, arzobispo de Manizales, presente en el evento, explica la diferencia y, al tiempo, la conexión entre ambas dimensiones del sacerdocio: “Cuando se dice teología fundamental del sacerdocio, no se habla de los sacerdotes. Se habla más bien de un misterio por el cual todos nosotros, todos los bautizados, por el hecho mismo de ser bautizados, participamos a nuestro modo del sacerdocio de Cristo. De hecho, nuestro Señor Jesucristo, por el bautismo, nos comunica su condición sacerdotal, que consiste en la capacidad para entablar una relación con Dios que permita elevar todo el culto que la humanidad tiene para tributar al Padre, pero también que nos permita recibir de Dios todas sus bendiciones, ese es el sacerdocio fundamental, el más importante y lo tenemos todos los bautizados. El otro sacerdocio, el que se llama ministerial, existe en función del primero. Existe para el servicio de los demás, para que todos, laicos, hombres y mujeres, casados y solteros, en cualquier profesión, en cualquier estado de vida, tengan los auxilios necesarios para vivir su propio sacerdocio”.Haciendo énfasis en la necesidad que todos los miembros de la Iglesia que peregrina en Colombia conozcan más de este aspecto, el prelado también indicó que, para el católico, vivir el sacerdocio bautismal es fundamental, porque de esta manera santifica lo que piensa, lo que hace y los entornos en los que se desarrolla en la cotidianidad.“La primera manera de aplicar todo esto es la formación básica del cristiano por la catequesis y por la formación inicial de los cristianos, todos tenemos que aprender a ofrecer nuestras vidas. El principal sacrificio es que cada uno de nosotros tiene su propia vida, no un sacrificio maluco. Es el sacrificio de lo que hacemos en obediencia a Dios nuestro Señor, a sus mandamientos, y por ese camino, por ese sacrificio de nuestra voluntad, haciéndola parecida a la voluntad de Dios, comenzamos nuestra propia ofrenda. En segundo lugar, hay que entender todo esto a un nivel teológico profundo, de tal manera que la segunda aplicación importante es los seminarios, las casas religiosas y de una manera muy, muy particular, también nos va a servir todo esto para evitar confusiones entre quienes pueden y quienes quieren ser sacerdotes. Finalmente, el de los otros sacerdotes ministros del altar, ese es otro tema”.Por su parte, el padre Rodrigo Gallego Trujillo, delegado Pastoral Sacerdotal de la Diócesis de Buga, indicó que este simposio ayuda a entender que vamos hacia una nueva teología fundamental del sacerdocio, “un tema esencial, sobre todo a esta hora de la nueva evangelización, cuando el papa Francisco quiere que nosotros en la Iglesia pensemos de una manera distinta a partir del Concilio, la vida pastoral de la Iglesia”, agregó el sacerdote.Conozca a continuación más detalles en el informe audiovisual:

Mar 2 Abr 2024

“Ha resucitado; no está aquí” (Mc 16, 6)

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Con esta expresión el evangelista Marcos resume el acontecimiento decisivo que contiene toda nuestra profesión de fe, que se hace realidad en nuestra vida cristiana en este día en que celebramos con gozo la resurrección del Señor. Ya en el momento del calvario pocos segundos después de Jesús lanzar un fuerte grito y expirar, el centurión romano hizo profesión de fe cuando dijo: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15, 39), encontrando la certeza plena en el anuncio que el joven vestido de blanco les dijo a las mujeres que fueron a ver el sepulcro: “No se asusten. Buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Vayan, pues, a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va camino de Galilea; allí lo verán, tal como les dijo” (Mc 16, 6-7).Frente a un mundo con mucho odio, venganza y violencia, la Resurrección de Jesucristo es la revelación suprema para decirle a la humanidad que finalmente no reina el mal, sino que reina Jesucristo Resucitado que ha venido a traernos perdón, reconciliación y paz, para que todos tengamos en Él la vida eterna. La proclamación de la resurrección de Jesús es fundamental para dar cimiento a la fe, tal como lo señaló el Apóstol san Pablo “Si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes no tiene sentido y siguen aún sumidos en sus pecados” (1Cor 15, 17), pero como Cristo resucitó, Él es la fuente de la verdadera vida, la luz que ilumina las tinieblas, el camino que nos lleva a la salvación: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede llegar al Padre, sino por mí” (Jn 14, 6).El desarrollo de la vida diaria tiene que conducirnos a un encuentro con Jesucristo vivo y resucitado, “que me amó y se entregó por mí” (Gal 3, 20), y ahora resucitado vive y tiene en su poder las llaves de la muerte y del abismo, para rescatarnos del mal que nos conduce a la muerte y darnos la verdadera vida, la gracia de Dios que nos renueva desde dentro con una vida nueva, para convertirnos en misioneros del Señor resucitado, según su mandato a los discípulos: “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19-20).Así lo entendieron los primeros discípulos que vieron a Jesucristo y lo palparon resucitado. Pedro, los apóstoles y los discípulos comprendieron perfectamente que su misión consistía en ser testigos de la resurrección de Cristo, porque de este acontecimiento único y sorprendente dependería la fe en Él y la difusión de su mensaje de salvación por todos los confines de la tierra.Pedro, ante la pregunta de Jesús de quien era Él para ellos, le contesta: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), pero como todavía no había llegado la hora, Jesús les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Ahora con la certeza de la resurrección, después de pasar por la cruz, todos salen a comunicar esa gran noticia por todas partes. También nosotros haciendo profesión de fe como Pedro, en el momento presente somos testigos de Jesucristo resucitado y cumplimos con el mandato de ir por todas partes a anunciar el mensaje de la salvación, con la certeza que no estamos solos en esta tarea, Él está con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos (Cf Mt 28, 19-20).Dejemos a un lado nuestras amarguras, resentimientos y tristezas. Oremos por nuestros enemigos, perdonemos de corazón a quien nos ha ofendido y pidamos perdón por las ofensas que hemos hecho a nuestros hermanos. Deseemos la santidad, porque he aquí que Dios hace nuevas todas las cosas. No temamos, no tengamos preocupación alguna, estamos en las manos de Dios. La Eucaristía que vivimos con fervor es nuestro alimento y fortaleza que nos conforta en la tribulación y una vez fortalecidos, queremos transmitir esa vida nueva a nuestros hermanos, a nuestra familia, porque “Ha resucitado; no está aquí” (Mc 16, 6).La esperanza en la resurrección debe ser fuente de consuelo, de paz y fortaleza ante las dificultades, ante el sufrimiento físico o moral, cuando surgen las contra-riedades, los problemas familiares, cuando vivimos momentos de cruz. Un cristiano no puede vivir como aquel que ni cree, ni espera. Porque Jesucristo ha resucitado, nosotros creemos y esperamos en la vida eterna, en la que viviremos dichosos con Cristo y con todos los Santos. Tenemos esta posibilidad gracias a su resurrección.Haciendo profesión de fe en el Señor, miremos y contemplemos el Crucificado y digamos: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29) y en ambiente de alegría pascual por la Resurrección del Señor, afrontemos nuestra vida diaria renovados en la fe, la esperanza y la caridad y vayamos en salida misionera a comunicar lo que hemos experimentado al celebrar esta semana santa. Puestos en las manos de Nuestro Señor Jesucristo y bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, pidamos la firmeza de la fe para ser testigos de la Resurrección del Señor.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 2 Abr 2024

“Si no respetamos a las mujeres, nuestra sociedad no avanzará”: papa Francisco

El papa Francisco pide a la Iglesia Universal dedicar especialmente este mes de abril la oración y la reflexión sobre los pasos que debemos dar como sociedad y como cristianos “para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo”. Además, exhorta a los gobiernos al compromiso para “eliminar leyes discriminatorias en todas partes” y “trabajar para que los derechos humanos de las mujeres estén garantizados”.Esta petición fue dada a conocer por el Santo Padre en su acostumbrado videomensaje, difundido mensualmente a través de la Red Mundial de Oración del Papa.“Respetemos a las mujeres. Respetémoslas en su dignidad, en sus derechos fundamentales. Y si no lo hacemos, nuestra sociedad no avanzará”, expresa el pontífice.Es el propio Papa quien da ejemplos concretos de que esta es aún una obligación pendiente y urgente, citando "leyes discriminatorias" actualmente en vigor. Entre ellas, la obligación de vestir de una determinada manera, los obstáculos con los que a veces se encuentran para continuar los estudios, o la negación de subvenciones para abrir un puesto de trabajo. Es más, recuerda que "en muchos países, todavía hoy se practican mutilaciones genitales".El video acompaña la intención de oración del Papa, inicia con imágenes fuertes, que dan cuenta de su sentida denuncia. Su mensaje remarca la distancia que existe entre las declaraciones de principio y la realidad de los hechos: "En las palabras todos estamos de acuerdo en que hombres y mujeres tienen la misma dignidad como personas, pero en la práctica eso no ocurre", precisa el Santo Padre.Vea a continuación el mensaje:

Mar 26 Mar 2024

El papa Francisco nombra nuevo obispo auxiliar de Bogotá: monseñor Alejandro Díaz García

La Nunciatura Apostólica en Colombia ha dado a conocer un nuevo nombramiento episcopal para la Iglesia colombiana, en este caso, un nuevo obispo auxiliar para la Arquidiócesis de Bogotá. Se trata de monseñor Alejandro Díaz García, miembro del clero de la misma jurisdicción eclesiástica, quien se venía desempeñando como Vicario Episcopal en la Vicaría Territorial de San Pablo, territorio que abarca 34 parroquias de la capital.Monseñor Alejandro Díaz es Capellán de Su Santidad desde 2016, es decir, recibió el título honorífico de “Reverendo Monseñor”, que representa un reconocimiento a la entrega fiel y generosa de los sacerdotes al servicio de Dios y de su Iglesia.El nuevo obispo auxiliar de Bogotá designado fue Oficial del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en Roma entre los años 2012 y 2019. En la actualidad, es también animador del equipo para la formación permanente del clero de la Arquidiócesis de Bogotá. Ahora, junto a monseñor a monseñor Germán Medina Acosta, será apoyo fundamental para la misión encomendada al señor arzobispo de Bogotá en la sede primada del país, el cardenal Luis José Rueda Aparicio quien es, además, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.BiografíaMons. Alejandro Díaz García nació en Bogotá el 1 de junio de 1974.Realizó su formación sacerdotal en el Seminario Mayor de Bogotá. Fue ordenado sacerdote por S.E. Mons. Pedro Rubiano Sáenz el 4 de diciembre de 1999 para el servicio de la Arquidiócesis de Bogotá.Vicario parroquial en la parroquia San Juan Bautista de la Estrada (1999-2000).Párroco en Cristo Misionero (2001-2002).Miembro del equipo de formadores del Seminario Mayor de Bogotá(2004-2009; 2019-2022).Oficial del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en Roma (2012-2019).Capellán de Su Santidad desde 2016, es Licenciado en Teología Moral por la Pontificia Universidad Gregoriana y Doctor en la misma disciplina por la Academia Alfonsiana.Hasta la fecha se desempeñaba como animador del Equipo Arquidiocesano para la Formación Permanente del Clero.Vicario Episcopal en la Vicaría Territorial de San Pablo de la Arquidiócesis de Bogotá.

Dom 24 Mar 2024

Semana Santa 2024: obispos piden reflexionar sobre la necesidad de la escucha y el diálogo en Colombia

En el marco de la Semana Santa 2024, los obispos envían un mensaje especial al pueblo colombiano. En él, los prelados invitan a que, en medio de los múltiples desafíos sociales que enfrenta el país, se aproveche este tiempo para profundizar sobre el aporte que debe dar cada quien en el camino hacia la construcción de una nación, en la que se aseguren todos los valores humanos de la vida, la dignidad y la fraternidad. Para ello, piden poner al centro la necesidad de escucha y el diálogo."Los desafíos que surgen, una y otra vez, como resultado de la fuerza de la violencia que tiende a escalar, merecen todo el rechazo de la sociedad en su conjunto y la toma de medidas necesarias, para garantizar la convivencia y los derechos humanos personales y comunitarios. Al mismo tiempo, esos hechos no nos pueden vencer imponiendo un camino diferente al del diálogo y a centrar la palabra, como la mejor y más poderosa herramienta para superar los conflictos sociales, políticos, comunitarios y familiares", expresan en el comunicado.Además, a "quienes han emprendido el camino del diálogo político o social para superar conflictos históricos", los animan a continuar delante, "asumiendo el gran mensaje histórico de la Pascua: Cristo vence a la muerte; y en Él, el amor aniquila al odio y la paz deja sin armas a la violencia".