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Año de la Misericordia

Vie 11 Mar 2016

Tiempo favorable

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Vamos avanzando en la Cuaresma de 2016. Desde el comienzo hemos escuchado una invitación apremiante dirigida a cada uno de nosotros para que “volvamos al Señor” (Jl 2,12-14). La Cuaresma no son prácticas aisladas sino un camino en el que podemos vivir la experiencia más admirable: Dios nos ha amado tanto que nos sigue dando a su Hijo para que en él encontremos el perdón que nos hace nuevos cada día, el amor que nos une a todos en la fiesta de la vida, la esperanza que nos asegura que el bien vencerá definitivamente el mal y la alegría de ir comenzando ya la vida eterna. La primera clave para vivir la Cuaresma es seguir el itinerario litúrgico que nos va proponiendo oportuna y ordenadamente la Palabra de Dios, alimento que necesitamos para llegar hasta la Pascua, y que, a partir de la imposición de la ceniza, nos ofrece con una pedagogía admirable la economía sacramental, portadora de todos los dones y gracias de Dios. Si no participamos o no cuidamos las celebraciones litúrgicas nos perdemos lo mejor de este tiempo, su esencia y su corazón. Por esto, es preciso acompañar este camino con una adecuada catequesis y buscar que él despierte una renovada vida espiritual en nosotros. Propondría una segunda clave para vivir con intensidad esta Cuaresma y es sentirnos unidos y solidarios con los cristianos del Oriente Medio. Si allí la situación ha sido siempre difícil ahora todo se ha agravado dramáticamente. La guerra en Gaza y la acción bélica del Estado Islámico en Siria y en Irak han dejado miles y miles de cristianos muertos, torturados, heridos o desplazados. Por defender su fe, en ellos continúa hoy de un modo real la pasión de Jesús. No podemos dejar solos a estos hermanos nuestros, no podemos quedarnos indiferentes mientras Cristo sufre de nuevo en estos miembros de su cuerpo. Por último, el Papa Francisco nos invita a vivir la Cuaresma desde la experiencia de la misericordia. El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza de Dios con Israel. Es un verdadero “drama de amor”, que alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre, porque Dios hace de él la “Misericordia encarnada”. “Es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado; el primer anuncio que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra”. En Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador en su mayor alejamiento de él. De esta manera la misericordia de Dios transforma el corazón del hombre, haciéndolo a su vez capaz de misericordia. Es un milagro, dice el Papa, que la misericordia divina se irradie en nosotros y nos impulse a vivir las obras de misericordia. Ellas nos permiten traducir nuestra fe en hechos concretos y cotidianos para ayudar a nuestros hermanos: alimentarlos, vestirlos, acogerlos, educarlos, consolarlos, acompañarlos. Son una respuesta de nuestra conciencia ante el drama de la pobreza y una ocasión de entrar en el corazón del Evangelio. No dejemos pasar rutinariamente la Cuaresma. No dejemos que el Año de la Misericordia se acabe sin que deje una profunda huella en nosotros. Aprovechemos este tiempo para intensificar la oración, para celebrar con verdadero espíritu de conversión el sacramento de la Penitencia, para fomentar la catequesis, para practicar la caridad de modo concreto. “La Cuaresma de este Año Jubilar, como dice el Papa, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia”. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Lun 7 Dic 2015

Para volver a amarnos

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Estamos en la hora del retorno, del regreso del exilio, de la corrección colectiva y universal, de la reconciliación como gracia de Dios y disposición nuestra. Es hora de regresar del calentamiento global al clima sostenible. De la depredación voraz, al cuidado de la casa común. Del cruce de los umbrales de la violencia entre Occidente y “Estado Islámico”, a una casi imposible salida política. Del bienestar individualista de Europa y USA, a compartirlo con oleadas de refugiados y emigrantes. De destruir la familia para imponer la anti-natalidad a toda costa, a rehacer la vía afectiva y la estabilidad unitiva y procreadora entre hombres y mujeres. Del “todo vale” y “des-limítate”, generadores de corrupción, degradación y graves injusticias, al “todos contamos”, a la inclusión y la trasparencia. En fin, de sostener, como piedras imperturbables, guerras tan eternas y desastrosas como la que aflige a Colombia, a abrir los espacios a la palabra, el acuerdo y los cambios. Es la hora de la humanidad que ajusta cuentas en todas las áreas de la vida humana, social, planetaria, integrando sus grandes avances a una lógica del sentido, del bien común, de garantizar futuro, de responsabilidad globalizada. Y en esta hora, marcada con esa sensación de celeridad vertiginosa, tan propia de estos tiempos y calendarios, llega la voz universal del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, convocándonos al AÑO DE LA MISERICORDIA, desde el 8 de diciembre de 2015, hasta el 20 de noviembre 2016. Es el llamado a “experimentar el perdón” como amor de Dios al alcance de nuestras manos, de las manos de todos. De levantarnos de nuestro lugar, unirnos a los demás y peregrinar juntos para “cruzar la puerta”, pasar por la Puerta de la Misericordia” como gesto regenerador de conciencias, sanador de sicologías heridas, esperanzador de horizontes nuevos. Y recibir y dar la INDULGENCIA, y abrirle de nuevo la propia vida al prójimo, al que es víctima, quizás mía, al que clama misericordia, solidaridad, alivio, consuelo, luz, descanso. Es un año para que todos renazcamos a la esperanza y volvamos a amar, porque nos sabemos amados y perdonados, porque nos sentimos acogidos e indultados, porque podemos decir nuestra verdad y escuchar la del otro, porque todo puede ser nuevo, empezando por el amor… Todos invitados: hombres y mujeres, esposos, parejas, amigos, amantes, libres y prisioneros, sanos y enfermos, víctimas y victimarios, cercanos y lejanos, sin edades, sexos, razas, con una sola identidad, la de ser humanos y humanados en una dignidad común, la de ser adoptados y hermanados en La Misericordia de Dios, esa que para nosotros tiene el rostro de Jesucristo, sin excluir cómo la vivan otros. Convoco a todos a unirnos al Santo Padre el Papa Francisco este 8 de diciembre en la apertura del La Puerta Santa desde Roma, y a congregarnos todos en las Iglesias Parroquiales y Santuarios de la Arquidiócesis el 13 de diciembre, Tercer Domingo del Adviento, para la inauguración local del AÑO DE LA MISERICORDIA. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali.

Vie 4 Dic 2015

Cardenal invita a vivir el Año de la Misericordia

Durante una rueda de prensa en el palacio arzobispal de Bogotá, el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, invitó a los católicos a vivir con gozo el Año Jubilar de la Misericordia, propuesto por el Papa Francisco. El prelado inició su intervención refiriéndose a la situación actual que se vive en el mundo y que está creando muchas preocupaciones y angustias, “el papa Francisco ha definido lo que sucede en el mundo como una tercera guerra mundial vivida a pedazos y a retazos, con conflictos en todas partes del mundo”, fuera de esto, “en el mundo también se ahonda la brecha de iniquidad y por lo tanto abunda la riqueza, la pobreza y la miseria, incluso se está creando lo que el Papa ha llamado la cultura del descarte, lo que no sirve se desecha, se usa y se bota, de esa manera crece en el mundo entero el número de personas marginadas, excluidas”. El Cardenal dijo que en este contexto y con la celebración de los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, el Papa ha querido regalarnos un Jubileo extraordinario de la Misericordia, el Santo Padre en Roma el 8 de diciembre abrirá la Puerta Santa, que él ha querido llamar la Puerta de la Misericordia en la Basílica de San Pedro. Y el domingo siguiente el 13 de diciembre abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma que es la Basílica de San Juan de Letrán. “El papa ha querido que se replique ese gesto de apertura de la Puerta Santa en todas las catedrales del mundo y en aquellos templos que los obispos consideren importantes para vivir el Jubileo como manifestación clara de la Misericordia de Dios”. Así mismo explicó lo que significa la Misericordia y los elementos del Jubileo. La Apertura a la Puerta de la Misericordia en Bogotá se realizará el domingo 13 de diciembre a las 10:00 a.m. en la Catedral Primada de Colombia. Además los Santuarios y templos jubilares designados por esta Iglesia particular ganar Indulgencia serán: santuarios Monserrate, Guadalupe y Nuestra Señora de la Peña. Clic para conocer los templos y Santuarios de Bogotá en el Año de la Misericordia

Sáb 28 Nov 2015

Iglesia en Bucaramanga cierra año con un balance positivo

La arquidiócesis de Bucaramanga, presidida por su arzobispo Ismael Rueda Sierra celebró su segunda Asamblea Pastoral 2015, donde hicieron un balance de su gestión pastoral y adelantaron el plan de trabajo para el próximo año. La asamblea arquidiocesana de pastoral es un encuentro convocado y dirigido por el arzobispo, en el que participan los miembros del presbiterio, representantes parroquiales, grupos apostólicos, institutos de vida consagrada y otras instancias que hacen parte de la vida en esta jurisdicción. Dentro de la agenda desarrollada se presentó la propuesta pastoral para dar a conocer el modo en que se va a ejecutar y realizar «El Año Santo de La Misericordia». Explicando las acciones significativas y lo que representa para esta Iglesia el Jubileo de la Misericordia, propuesto por el Papa Francisco. El próximo año en el mes de mayo la ciudad de Bucaramanga será sede del XII Congreso Nacional Misionero, por lo que se dio un espacio dentro de la Asamblea para presentar y animar a la comunidad a ser parte activa de este evento católico.

Jue 29 Oct 2015

2016: Ser misericordiosos como el Padre

Escrita por: Mons. Juan Carlos Cárdenas El próximo 8 de diciembre el Papa Francisco abrirá solemnemente la puerta santa del Año Jubilar de la Misericordia, que convocara hace unos meses, como ocasión para revitalizar en el corazón del pueblo católico el espíritu del Concilio Vaticano II, concluido hace 50 años. Nuestra Arquidiócesis se prepara para asumir este llamado del Santo Padre, y vivir, desde el 13 de diciembre, nuestro camino jubilar para "ser misericordiosos como el Padre" (Lc 6, 36). Ese día el señor Arzobispo, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, abrirá solemnemente la puerta santa en la Iglesia Catedral, primerísimo lugar de peregrinación para ganar la indulgencia jubilar. Otros cinco templos también serán destinados como lugares de peregrinación, donde habrá atención del sacramento de la confesión a quienes allí acudan. Esta Año Jubilar de la Misericordia no excluye ningún ámbito eclesial; por lo cual la parroquia será un espacio privilegiado para ahondar en la misericordia y vivenciarla por medio de diferentes actividades de formación, celebración y acción. En el entendido de que la misericordia no es una idea abstracta, sino una expresión concreta del amor de Dios revelado en Jesucristo, el foco de este año en nuestra arquidiócesis tendrá dos componentes muy importantes: 1. Vivir la misericordia. Con ello se quiere ofrecer la oportunidad para que muchas personas peregrinen hacia la "experiencia el amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza" (Misericordiae Vultus, 3), especialmente por el sacramento de la Confesión. Por ello convocamos a los sacerdotes – diocesanos y religiosos – para que, en primer lugar, se sientan ellos mismos beneficiarios del amor misericordioso de Dios, y dediquen con especial atención y los den a conocer a los fieles, tiempos suficientes para atender en sus parroquias a los penitentes, así como en actividades que se programen por arciprestazgos, zonas episcopales y a nivel arquidiocesano. 2. Practicar la misericordia. Una vez la misericordia de Dios se vive en carne propia, el llamado es a peregrinar hacia el prójimo. En este punto, serán las 14 obras de misericordia (7 corporales y 7 espirituales), las que ofrezcan la oportunidad de compartir en gestos concretos, la misericordia que Dios ha tenido con nosotros. Durante siete meses del año, cada mes se resaltarán dos de estas obras, una espiritual y otra corporal, para que sea conocida, celebrada y practicada en la vida personal y comunitaria de los creyentes. Además de esto, tendremos algunos momentos de encuentro masivo y significativo para celebrar la misericordia a nivel arquidiocesano: el domingo de la Divina misericordia y jornada del "confesatón". También se resaltarán especialmente tres obras de misericordia con gestos que marquen a toda la comunidad arquidiocesana: "dar de beber al sediento", enmarcada en el cuidado de la casa común que nos ha pedido insistentemente el Papa Francisco; "vestir al desnudo", con un movimiento particular hacia la atención a quienes viven en situación de pobreza; finalmente, "socorrer a los presos", que dará la oportunidad para sensibilizar sobre tantos hermanos y hermanas que viven privados de la libertad, sus familias y quienes trabajan en el mundo penitenciario. En las próximas ediciones se informará en detalle toda la programación del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia. No perdamos la ocasión de responder a este llamado y poner en el corazón la misericordia como dato esencial que brota de Jesús y su magisterio evangélico. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali Coordinador General del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia