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iglesia católica

Sáb 21 Oct 2023

22 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

22 Octubre, Domingo.Mt 22,15-21Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de DiosLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:«Hipócritas, ¿por qué me tientan? Enséñame la moneda del impuesto».Le presentaron un denario. Él les preguntó:«De quién son esta imagen y esta inscripción?».Le respondieron:«Del César».Entonces les replicó:«Pues den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».Palabra del Señor.

Jue 19 Oct 2023

Renovados en Cristo por el Evangelio

Por Mons. José Libardo Garcés Monsale- Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, quienes en salida misionera estamos convocados para comunicar el Evangelio a otros, para que renovados en Cristo, participen de la comunidad de creyentes que es la Iglesia y todos podamos caminar como peregrinos en la fe, la esperanza y la caridad hasta llegar a participar de la gloria de Dios.La Iglesia es comunidad de creyentes que acoge a los que son bautizados, para hacerlos miembros activos de la transmisión de la fe a otros. El Concilio Vaticano II nos enseña esta verdad cuando afirma: “El Espíritu Santo, que llama a todos los hombres a Cristo por la semilla de la palabra y proclamación del Evangelio, y suscita el homenaje de la fe en los corazones, cuando engendra para una nueva vida en el seno de la fuente bautismal a los que creen en Cristo, los congrega en el único pueblo de Dios que es ‘linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de adquisición’ (1Pe 2, 9)” (Ad Gentes 15), siendo la Iglesia esa comunidad cristiana que es signo del amor de Dios para todos.La comunidad de creyentes empieza a gestarse en la familia, Iglesia doméstica, donde se siembran las semillas del Evangelio con el ejemplo y la enseñanza de los padres y luego viene a reforzarse con el testimonio y acompañamiento de la comunidad cristiana que sostiene en la fe. El ser humano por la gracia del bautismo se renueva permanentemente por el Evangelio que va impregnando toda su existencia. Así lo expresa el Papa Francisco cuando afirma: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii Gaudium 1) y luego también se experimenta un gran gozo en transmitir el Evangelio a otros para que, de la misma manera, sean renovados en Cristo.Todos los cristianos que formamos parte de la comunidad de creyentes que es la Iglesia, estamos llamados a renovar permanentemente el encuentro con Jesucristo, en un esfuerzo constante por la conversión personal, que tiene que llegar al nivel de la transformación de la vida en Cristo, es decir, que sea el Señor quien obre a través de nosotros y atraiga a muchos a la salvación por el testimonio cristiano y las palabras con las que se comunica el Evangelio. El Papa Francisco se refiere a esta realidad cuando convoca al encuentro con el Señor: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que está excluido de la alegría reportada por el Señor” (EG 3).Con todo esto tomamos conciencia que la fe en Jesucristo no es algo individual, que se vive de manera egoísta, encerrado en su propio mundo, al contrario, una vez se experimenta la alegría de la renovación en Cristo por el Evangelio, el fervor interior que se siente hace que el creyente esté presto a comunicar con la vida y con las palabras el Evangelio que ha renovado su vida en Cristo. El Concilio Vaticano II es claro al convocarnos al testimonio de vida y a la Evangelización: “No basta que el pueblo cristiano esté presente y establecido en un pueblo, ni basta que desarrolle el apostolado del ejemplo; se establece y está presente para anunciar con su palabra y con su trabajo a Cristo a sus conciudadanos no cristianos y ayudarles a la recepción plena de Cristo” (AG 15).Con este mandato del Concilio, todo bautizado ha de tomar conciencia que su renovación en Cristo, ocurrida por el Evangelio, tendrá que ser proclamada en voz alta a otros que no conocen a Jesús, están alejados o simplemente lo rechazan, porque, Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva (Cfr Ez 18, 21-28) y es nuestra responsabilidad ser instrumentos del Señor, para que muchos lleguen al conocimiento de Jesucristo y se salven.Comunicar el Evangelio significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva de la Salvación a todos los ambientes de la humanidad, a los que están cerca y a los que están lejos. El Papa Francisco nos recuerda que la Evangelización se debe realizar en tres ámbitos: “En primer lugar, el ámbito de la pastoral ordinaria, animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad y que se reúnen en el día del Señor para nutrirse de su Palabra y del Pan de vida eterna. En segundo lugar, el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo, no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Finalmente el ámbito de quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado” (EG 14). Estos tres ámbitos deben ser objeto de la entrega pastoral de cada sacerdote y de todos los bautizados en la Iglesia.La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María Estrella de la Evangelización y el Glorioso Patriarca San José fiel custodio de la fe, alcancen del Nuestro Señor Jesucristo el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Vie 13 Oct 2023

A todos los que encontréis, llamadlos a la boda

VIGÉSIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO15 de octubre de 2023Primera lectura: Isaías 25,6-10aSalmo: 23(22),1-3a.3b-4.5.6 (R. cf. 5a)Segunda lectura: Filipenses 4,12-14.19-20Evangelio: Mateo 22,1-14I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción-A los profetas, especialmente Isaías, les gusta comparar la felicidad de los elegidos por Dios con aquellos comensales invitados a participar en un banquete magnífico. Eso es lo que Dios tiene reservado para nosotros: una intimidad con Él que produce una alegría inigualable.-Retomando esta imagen bíblica tradicional, Jesús la amplía dándole las dimensiones de Historia de la Salvación. Es evidente que el rey que invita es Dios. En el hijo, cuyas bodas celebra, reconocemos a Jesús, el Señor que ha “desposado” a la Humanidad, asumiendo nuestra carne mortal, glorificada en su Resurrección y triunfo celestial. Es para este acontecimiento que estamos siendo continuamente llamados.-Invitados al banquete examinemos continuamente nuestra conciencia para que cuando llegue el rey nos encuentre vestidos con un traje nupcial.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Las bodas son la imagen más hermosa de nuestra relación con Dios: en el amor el uno se vuelve vida del otro y viceversa. Por eso, en la Sagrada Escritura encontramos en varias oportunidades esta alegoría para referirse a la alianza de amor de Dios con la humanidad.v. 2-10: El reino de los cielos se compara a las bodas del Hijo y se habla de tres invitaciones sucesivas. Hay una invitación antes de la fiesta, que se renueva cuando el banquete está preparado y sigue el rechazo (v. 3). Se da una invitación ulterior, dirigida a Israel, que es la que hacen los apóstoles después de la muerte de Jesús: en ella se repite el rechazo, indiferente o violento (vv. 4-7). Este rechazo que viene de una parte de Israel se convierte en una ocasión de salvación para los otros: la invitación va dirigida a todos, hasta cuando está llena la sala del banquete (vv. 8-10). Estos últimos comensales constituyen la Iglesia, pero en ella, como en todas partes, hay buenos y malos.“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?”, pregunta el rey a uno que ha respondido a la invitación para la boda, pero no tiene el traje de boda. Los que participan en la boda del Hijo son los cristianos, que han acogido al Mesías. Pero no basta haber dicho si (Mt 21, 28-30): no el que dice “Señor, Señor” entrará en el reino, sino el que haga la voluntad del Padre (Mt 7, 21). En medio de nosotros, así como también en nosotros, además del trigo existe siempre la cizaña. Lo que se narra de los viñadores homicidas, vale también para nosotros.La segunda parte (vv. 11-14) nos recuerda que para formar parte del pueblo que acoge la piedra desechada, es necesario que primero aceptemos que quizá nosotros estamos de la parte de los que la han rechazado o, dicho de otra manera, somos como el que no tenía el traje de bodas. Sólo así podemos estar entre quienes, al escuchar a Pedro que dice: “Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron”, sienten traspasar su corazón y se convierten (Hch 2, 36s). Debemos experimentar que el Señor vino a salvar a los pecadores, “y el primero de ellos soy yo”, como dice Pablo (1Tm 1, 15). Entonces, conocemos el amor del Hijo que murió por nosotros, para que nosotros vivamos de Él: participamos en el banquete con el traje nupcial.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La tercera parábola de esta serie, cuyo tema es la invitación al banquete complementa las dos anteriores que hablaban del rechazo del Hijo y por ende a la misma historia de salvación de parte del pueblo de Israel. Y es esto lo que abre el espiral para la misión de los apóstoles y de la Iglesia. El banquete escatológico está servido, se invita a quienes pertenecen al pueblo de Israel que lo rechazan y, por tanto, hay una apertura universal a todas las gentes y todos los pueblos pueden entrar a este banquete de la gracia y la salvación.El rechazo que sufrieron Juan y Jesús es el mismo que viven sus discípulos que, enviados a anunciar la llegada del Reino, son golpeados y hasta asesinados.El texto de Mateo alegóricamente presenta a un rey que hace un banquete de bodas para su hijo. Detrás de esta imagen emerge claramente la referencia a Dios y a la misión del Hijo Jesús. El banquete de bodas es la presencia del Mesías en medio de nosotros. La invitación a este banquete es el ofrecimiento de la salvación. Los primeros invitados, sin embargo, no eran dignos y se autoexcluyeron y por eso la invitación se extiende a otros. Pero además el texto hace referencia a la violencia contra los discípulos que sin duda recuerda el martirio de los apóstoles en el inicio de su misión. Ellos fueron enviados a llevar una bella y buena noticia invitando a esa alianza de amor con Jesús y se encontraron con persona que no solo rechazaron la invitación, sino que además atentaron contra su vida.Después en el texto se agrega otra pequeña parábola: aquellos que entraron al banquete, pero no tenían el vestido adecuado. Más allá de justificar sentimentalmente al invitado, se debe ver la lógica del relato en donde el vestido significa para Mateo la gracia que ha sido recibida y debe ser usada buscando mantenerla limpia. De manera metafórica podemos remitirnos al vestido del día del bautismo y cómo este debería ser mantenido sin mancha alguna hasta la vida eterna. A esto es que hace referencia el texto de Mateo. De esta manera el texto nos permite reflexionar de cómo dentro de la Iglesia existen personas buenas y malas. Aquellos que viven en coherencia con su bautismo y quienes no lo hacen, lo dice explícitamente el texto: “Los apóstoles salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos”.Entrar en la Iglesia no es una garantía de salvación eterna, podemos ser echados afuera si aquel hábito de gracia que nos ha sido donado en el bautismo, como gracia original de la salvación, no se acepta como debe ser y no se vive de acuerdo con él. Si es así, seremos echados fuera de la sala del banquete de la gracia.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Me dispongo, con un momento de silencio, para entrar en oración. Introduzco este momento pidiendo al Padre la presencia del Espíritu Santo ayudado por una oración que puedo tener lista al momento de empezar la oración.Dejo que algunas palabras del texto hagan eco en mi corazón.Luego pido al Señor lo que quiero: ante todo reconocerme entre quienes han rechazado al Señor, entre aquellos que no han mantenido sin mancha su vestidura bautismal para seguir participando en el banquete de la gracia de Dios.¿Cómo he manchado mi vestidura bautismal?Pido perdón al Señor y hago uno o dos propósitos de vida para que mi vida siga reflejando la presencia de Cristo._______________________Recomendaciones prácticas:•En este domingo podemos invitar a un sacerdote que reciba a las personas en el sacramento de la confesión y motivar, antes de la Eucaristía, este momento de gracia.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos, Dios nos espera para compartir con nosotros su Palabra y su Pan y si realmente nos saciamos de ellos deberíamos salir a las calles y plazas a invitar a otros a este banquete eucarístico lleno de gracia y de salvación. Aquí pueden venir todos, malos y buenos, porque en el corazón de Dios hay puesto para todos. Lo importante es que su Palabra nos ayude a ser mejores cada día.Con alegría y en el Espíritu Santo participemos de nuestra Eucaristía.Monición a la Liturgia de la Palabra En la parábola de los invitados al banquete, Jesús anuncia que, ante el rechazo del pueblo de Israel a su don de salvación, los pecadores y quienes pertenecen a otros pueblos participarán en el Reino de los cielos. El llamado a todos los pueblos a participar en la salvación ofrecida por el Mesías había sido profetizada con la imagen del banquete que nos ofrece la primera lectura. El llamado generoso de Jesús no nos priva de un esfuerzo por endosar un hábito que corresponda a un auténtico discípulo de Cristo, viviendo siempre en la confianza en Dios como afirma San Pablo en la segunda lectura cuando afirma: “Todo lo puedo en aquel que me fortalece”. El Espíritu Santo disponga nuestro corazón para escuchar la Palabra de Dios.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas, oremos al Señor, nuestro Dios, que nos invita a todos al banquete de bodas de su Hijo, y digamos con alegría:R. Dios omnipotente, ven en nuestro auxilio.1.Para que nuestro obispo…, sus presbíteros y diáconos no se cansen de invitar a todas las personas a tomar parte del banquete del Cordero, oremos al Señor.2.Para que quienes ocupan cargos públicos sean servidores de los ciudadanos y se preocupen sobre todo de los más pobres, oremos al Señor.3.Para que Jesús enseñe a sus discípulos a vivir en la abundancia y en la escasez y a dejarse convertir interiormente, oremos al Señor.4.Para que las palabras del Evangelio de este día nos ayuden a ensanchar, sin preconceptos, el corazón hacia todas las personas, oremos al Señor.5.Para que los miembros de nuestra comunidad revelen, en sus gestos y palabras, el rostro de Jesús a quienes encuentran en su diario vivir, oremos al Señor.Oración conclusivaSeñor, Dios nuestro,que nos invitas a subir al monte santo,enjuga las lágrimas de todos los rostrosy desaparece del mundo la violenciay la miseria que nos destruyen.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.R. Amén.  

Mar 10 Oct 2023

Entre oraciones y reflexiones, concluye fase de escucha del Sínodo Pastoral Diocesano en Pasto

Entre el 25 y el 29 de septiembre, la Diócesis de Pasto llevó a cabo la asamblea diocesana con la que esta Iglesia particular concluyó la primera fase de su sínodo pastoral. Proceso que inició el 16 de marzo de 2023 bajo el propósito de "recorrer juntos un camino de escucha, discernimiento, toma de decisiones e implementación, para fortalecer su proceso evangelizador". Además, analizar y actualizar la realidad socio-cultural de la diócesis e identificar los nuevos retos y desafíos en el ámbito local, nacional y mundial.Este Sínodo Pastoral Diocesano que se extenderá hasta 2024, se ha centrado en tres pilares fundamentales: escuchar, discernir y decidir. La fase de escucha finalizó con este importante encuentro de laicos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, en el que se llevaron a cabo diversos espacios espirituales y conferencias enfocadas en las realidades del mundo, así como en la corresponsabilidad de los laicos en la misión de la Iglesia.La asamblea fue presidida por monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de esta jurisdicción, quien lideró las oraciones diarias, infundiendo una espiritualidad de comunión en todo el evento, junto con la Comisión de Liturgia y Espiritualidad. Durante el encuentro se utilizaron símbolos significativos para este proceso, como la barca, que, de acuerdo con la diócesis, representa la experiencia de la Iglesia y la comunidad de creyentes.Según el sacerdote Milton Andrés Delgado Díaz, Rector del Santuario Nuestra Señora de La Merced “la barca es símbolo de la fe en la comunión, es el elemento que permite hacer un viaje espiritual y navegar en los mares de nuestras realidades”.Otros símbolos presentes fueron el mar y las tormentas, que simbolizan los desafíos diarios. El padre Díaz afirmó: “siempre se tiene miedo en la tormenta, pero el Señor dice *no tengan miedo, yo estoy aquí*”.Por su parte, Ana Alexandra Rendón, quien participó en la asamblea en representación de la parroquia San Juan Bautista de Taminango, compartió su experiencia: “Mi participación ha sido enriquecedora. Hemos estado al lado de los sacerdotes, laicos y el obispo, escuchando charlas sobre espiritualidad, comunión y misión, para tratar de mejorar nuestra Iglesia y vivir en comunión”.La asamblea diocesana no solo proporcionó orientación espiritual, sino también fortaleció el sentido de comunión entre los creyentes. Fue un paso significativo hacia un futuro en el que la fe y la acción comunitaria se entrelazan para guiar a la Diócesis de Pasto en su camino sinodal.

Sáb 7 Oct 2023

¡En la Iglesia misionera, Colombia de primera!

Por: Pbro. Samir García Valencia.Director (E) OMP de Colombia y Director del Centro Nacional Misionero de la CEC. Al inicio del siglo XX la Iglesia universal fijó especial atención e interés a la más sublime obra que marca su propia identidad: La misión y las misiones. La comunidad de creyentes en Cristo tuvo su origen en el envío misionero. La Iglesia nace de la misión y para la misión. El mandato misionero es explícito y directo: “vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio” (Cf. Mt 28,16-20; Mc 16, 12-20; Lc 24, 44-48; Hch 1, 8; Jn 20, 19-22). De ahí que, en los inicios del siglo anterior, dos pontífices dieran un paso importante para llamar de nuevo la atención sobre el ser y quehacer eclesial. El primero fue Benedicto XV quien en 1919, a través de la Carta Apostólica “La grande y santísima Misión” (Maximum Illud), alentó a la comunidad eclesial a descubrir en ella la obra máxima, la más grande, e identificó a las Obras Misionales Pontificias como aquel canal prioritario que tanto bien hace a la misión universal de la Iglesia (Cf. Maximum Illud, nn. 96-102). Seguidamente Pio XI, llamado “el Papa de las Misiones”, a través de la Encíclica “En la historia de la Iglesia” (Rerum Ecclesiae), retomando las iniciativas de su predecesor, recomendó promover las Obras Misionales Pontificias en las iniciativas misioneras y en el compromiso de toda la Iglesia para apoyar a las misiones (nn. 43-61). Y, dos meses después de promulgarse esta encíclica, el 14 de abril de 1926, el mismo papa Pio XI, a través de un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, firmado por el Prefecto Cardenal Antonio Vico, instituyó oficialmente el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones).Así, entonces, con el impulso de estos pontífices de inicio del siglo XX y, por supuesto, con todo el ímpetu, además, de los pontífices posteriores y las grandes iniciativas misioneras que comenzaron a surgir en la Iglesia, se ha ido constituyendo y fortaleciendo no solo el Domingo Mundial de las Misiones sino, ahora también, todo el mes de octubre como tiempo privilegiado en la Iglesia para dedicarlo a este compromiso que hace parte de la identidad misma de toda la comunidad de bautizados, en nuestra Iglesia Católica.El Espíritu Santo, protagonista de la misión, inspira y abre caminos en la Iglesia para continuar, sin desfallecer, cumpliendo con la invitación de Jesús Resucitado de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio.La Iglesia que camina en Colombia ha tenido un especial cuidado y atención en el cumplimiento de este deber. En 1924, leyendo e interpretando los signos de los tiempos, preparándose para la Exposición Misional con ocasión del Año Santo 1925 en Roma, la Iglesia en Colombia celebró el Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones. Fue un acontecimiento renovador para la Iglesia peregrina en Colombia y proyectó un camino realmente significativo del que han surgido no solo grandes figuras de santos y mártires misioneros sino también grandes proyectos, comunidades e institutos con un decidido compromiso por la misión, con especial interés por la misión Ad Gentes; como es, por ejemplo, el instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, las Misioneras Teresitas y las Hijas de la Misericordia. Y, por supuesto, el congreso le dio un nuevo impulso a la Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, conocidas como hermanas Lauritas, que ya habían sido fundadas diez años antes, el 14 de mayo de 1914. ¡Qué importancia y enorme significado tuvo entonces la celebración y proyección de este Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones en nuestro país!.Frente a este panorama misionero, retomando los grandes momentos de la historia y proyectando renovados caminos, nos preparamos para celebrar del 5 al 7 de julio de 2024 el CONGRESO MISIONERO – CENTENARIO para conmemorar dicho evento eclesial. Será, con toda seguridad, un Kayros, un acontecimiento del Espíritu Santo que unirá todas las fuerzas misioneras presentes en nuestro país para responder con eficacia y determinación a la tarea que Jesús ha puesto en nuestras manos de “ir y anunciar el evangelio hasta los confines del mundo”. Toda la Iglesia Colombiana, experimentando la urgencia y necesidad de este compromiso misionero, dirá al unísono que ¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!¡Vamos, pues, adelante! El Señor Resucitado nos llama y nos envía. Aprovechemos este mes de octubre para orar, ofrecer nuestros sacrificios y contribuir generosamente con nuestra ofrenda económica por la misión y las misiones. La Iglesia es una sola y todos estamos invitados a participar de la misión que Jesús le confía. La Iglesia no solo hace la misión, sobre todo la Iglesia es misión. Las Obras Misionales Pontificias de Colombia preparan cada año el material de Octubre Misionero, que sin duda alguna marca una ruta especial para vivir nuestra identidad propia como es SER MISIÓN. Todo el material ha sido construido con el fiel y noble propósito de invitar a toda la Iglesia que camina en Colombia a reavivar, fortalecer y renovar el compromiso con la MISIÓN UNIVERSAL. Todas las Iglesias para todo el mundo.

Vie 6 Oct 2023

Conversación Espiritual: El Cardenal explica este método de discernimiento usado en la asamblea sinodal

En el contexto de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrolla en el Vaticano desde este 4 de octubre. En esta fase, uno de los elementos que más se ha destacado ha destacado es el uso de la "Conversación Espiritual" como un método de discernimiento comunitario.Este enfoque, basado en la escucha activa y receptiva, ha facilitado el diálogo fraterno y el discernimiento en diferentes espacios de la Iglesia Católica. De hecho, en la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano desarrollada en el pasado mes de julio, esta metodología fue usada por los obispos para discernir y trabajar sobre el tema de la misericordia.La Conversación Espiritual es una experiencia compartida de escucha desde la voz del Espíritu Santo, que fomenta la disposición en clave de oración para entender lo que Dios está comunicando a través de la palabra, la vida y el testimonio de los demás.El objetivo de esta metodología es crear una atmósfera de confianza y acogida, para que las personas puedan expresarse con mayor libertad. Esto ayuda a tomar en serio lo que ocurre en su interior al escuchar a los demás y al hablar. En última instancia, esta atención interior los hace más conscientes de la presencia y la participación del Espíritu Santo en el proceso de compartir y discernir.En esta primera fase, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio y la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, comparten mesa de trabajo.Al tercer día de esta primera fase de la asamblea, desde su experiencia, el purpurado colombiano explica la forma en que se está empezando a desarrollar esta metodología.Se forman grupos pequeños de 11 o 12 personas de distintos lugares del mundo, agrupados por criterio temático y criterio de idiomas, cada uno con un coordinador y un secretario.Se plantean preguntas clave para guiar la conversación, como las intuiciones que surgen después de leer la síntesis universal del Sínodo. La idea es que cada miembro hable sobre los sentimientos experimentados durante el momento de oración personal. No se trata de ideas sobre el tema, sino de sentimientos.La conversación se divide en tres rondas en las cuales entre cada ronda hay silencio y oración.En la primera, los participantes comparten sus sentimientos experimentados durante la oración personal y de lo que piensa y ha traído de su país. En la segunda ronda, se expresa sobre lo que más les llamó la atención y los conmovió. Por último, en la tercera ronda dialogamos juntos a partir de lo que ha surgido previamente para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: reconocer intuiciones y convergencias; identificar discordancias, obstáculos y nuevas preguntas; dejar que surjan voces proféticas. Es importante que todos puedan sentirse representados por el resultado del trabajo.El señor Cardenal Luis José Rueda afirmó que “la experiencia sinodal parte de un yo, cuando compartimos lo nuestro, de un tú, cuando valoramos lo que hemos escuchado y de un nosotros para construir en comunidad”.Además, “Sí nosotros logramos hacer de esa metodología un estilo de las parroquias, de las pequeñas comunidades, de las diócesis, entonces nos dejaremos guiar por el Espíritu santo. La sinodalidad de esa manera se convierte en un estilo de vida; la “Conversación de la Espiritualidad” más que una metodología es una espiritualidad”, añade el presidente del Episcopado Colombiano.El silencio juega un papel crucial en la “Conversación Espiritual”, permitiendo expresar emociones indecibles y alegrías que trascienden las palabras. El papa Francisco ha subrayado la importancia del silencio en la vida del creyente, en la Iglesia y en el camino hacia la unidad cristiana.Este enfoque permite que diversas voces y necesidades de la Iglesia sean escuchadas y autorizadas, creando un espacio donde nadie prevalece sobre los demás y se busca la voluntad divina en conjunto.La implementación de la “Conversación Espiritual” en el Sínodo de la Sinodalidad fortalece el diálogo fraterno y enriquece el proceso de discernimiento en la Iglesia Católica. Este método refleja el espíritu sinodal de caminar juntos, como Pueblo de Dios.Vea la explicación del Señor Cardenal:

Vie 6 Oct 2023

En Roma y en Bogotá se vivió "Together, Encuentro del Pueblo de Dios"

El pasado 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro, en Roma, el papa Francisco presidió una vigilia ecuménica para encomendar los trabajos del Sínodo sobre la Sinodalidad que tendrá, en esta etapa universal, una primera sesión de Asamblea General entre el miércoles 4 y el domingo 29 de octubre. Al encuentro de oración llegaron personas de diversas partes del mundo y líderes de distintas comunidades cristianas para dar testimonio de unidad en un momento crucial para la Iglesia Católica. La iniciativa surgió, precisamente, del contexto ecuménico, pues fue el hermano Alois Löser, de la comunidad ecuménica de Taizé, quien propuso al pontífice la realización de este encuentro, con réplicas en todo el mundo, con el argumento de que, si la Iglesia se abre al diálogo con los hermanos cristianos, en espíritu de fraternidad, esto contribuye a que sea verdaderamente sinodal, pues la Iglesia debe llegar a todos.También en Bogotá, gracias al liderazgo de la Red Juvenil Ignaciana dirigida por el padre Daniel Vargas sj, se realizó la versión de Together en la que tomaron parte activa los líderes y jóvenes de la Central de Juventudes, el Movimiento de los Focolares y el “Grupo Taizé – Bogotá” que está inspirado en la comunidad del mismo nombre. Por su parte, las delegaciones de algunas iglesias cristianas históricas hicieron presencia en este evento ecuménico local realizado el 23 de septiembre en el Auditorio Félix Restrepo de la Universidad Javeriana; entre ellas se destaca la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Constantinopla, la Iglesia Siro-Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía, la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana, la Iglesia Luterana Alemana – Congregación San Mateo - ¡que además organizó el coro que fue parte fundamental de la vigilia! -, la Iglesia Bautista, la Iglesia Discípulos de Cristo, la Iglesia Metodista y la Iglesia Menonita.Por parte de la Iglesia Católica, además de las instituciones que se han mencionado, participó una delegación de los Misioneros de la Unidad, venida desde Valledupar (Cesar), y el Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia, además de varias personas de distintas parroquias interesadas en el tema ecuménico. De la misma manera como se vivió en Roma, también en Bogotá la oración fue guiada por la metodología de Taizé con base en cantos de reflexión y silencios profundos. Las plegarias y textos bíblicos fueron pronunciados por los diferentes líderes de las iglesias participantes, así como la bendición final. En Bogotá, además, hubo tiempo para un provechoso trabajo en grupos, a modo de conversación espiritual, en el que salieron a relucir los puntos en común que deben ser base para el trabajo por la unidad entre cristianos.El papa Francisco en su magisterio ha hablado incluso de una “conversión ecuménica”; así lo afirmó este año, con motivo de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, Apóstol, el 25 de enero, con estas palabras: “nuestra conversión ecuménica avanza en la medida en que nos reconocemos necesitados de gracia; necesitados de la misma misericordia; sabiendo que todos dependemos en todo de Dios, nos sentiremos y seremos, con su ayuda, verdaderamente uno (cf. Jn 17,21), hermanos de verdad”. Esta convicción de Francisco demuestra que el tema ecuménico es muy cercano a su corazón; precisamente, durante la Asamblea General del Sínodo de la Sinodalidad, motivo de oración de Together, habrá presencia de “Delegados fraternos” del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Iglesia Ortodoxa serbia, la Iglesia Ortodoxa rumana, la Iglesia Ortodoxa Copta, la Iglesia Apostólica Armena, la Iglesia Ortodoxa siro malankar, la Comunión Anglicana, el Consejo Metodista Mundial, la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas, la Alianza Bautista Mundial, la Fraternidad Pentecostal Mundial y los Discípulos de Cristo.

Mié 4 Oct 2023

La Iglesia colombiana en la Asamblea General del Sínodo: primeros momentos, imágenes y voces

En la mañana de este miércoles 4 de octubre, con una Santa Misa a la que asistieron miles de feligreses, presidida en la Plaza de San Pedro por el papa Francisco en compañía de los miembros del Colegio Cardenalicio, entre ellos, el señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, se dio apertura a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Este encuentro marca el inicio de la etapa universal del camino de comunión, participación y misión en el que, desde la convocatoria del papa Francisco en 2021, la Iglesia ha venido trabajando a nivel local y continental.Esta asamblea acoge en la Ciudad del Vaticano a 365 miembros de la Iglesia, provenientes de los cinco continentes, que estarán orando, discerniendo y trabajando hasta el 29 de octubre en esta primera etapa. El segundo momento se desarrollará en octubre de 2024, fecha en la que se tendrá una síntesis final con orientaciones producto de todo el proceso, que serán recogidas por el pontífice.Entre estos participantes, hay cinco colombianos. Además del señor Cardenal, están presentes monseñor Ricardo Tobón (arzobispo de Medellín), monseñor José Miguel Gómez, (arzobispo de Manizales), monseñor Juan Usma (miembro del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) y la hermana Gloria Liliana Franco (presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos).Tanto en la Eucaristía, como en la instalación del encuentro, el Santo Padre recordó de diversas maneras a participantes y, en general, a todos los fieles, que el sínodo no es un parlamento sino un proceso que se da a partir del caminar bajo la presencia del Espíritu Santo, origen de la armonía. En él, reafirmó el Santo Padre, la escucha es fundamental. Además, pidió humildad, caridad y oración.Conozca los demás detalles en el informe especial presentado a continuación desde Roma: