Pasar al contenido principal

iglesia colombiana

Mar 7 Mayo 2024

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

SÉPTIMO DOMINGO DE PASCUAASCENSIÓN DEL SEÑORMayo 12 de 2024•Primera Lectura: Hch 1,1-11•Salmo: 47(46),2-3.6-7.8-9 (R. cf. 6)•Segunda Lectura: Ef 1,17-23 o Ef 4,1-13• Evangelio: Mc 16,15-20I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLos cuatro evangelios atestiguan que Jesús, muerto en la cruz y sepultado, se mostró vivo a los Apóstoles y a algunos de sus discípulos, varias veces y en diferentes circunstancias. Sus testimonios son tanto más creíbles cuanto que esas apariciones no convencieron inmediatamente a sus destinatarios. Por el contrario, dudan durante mucho tiempo de la realidad de estas apariciones intermitentes que cesan a partir de cierto momento. San Lucas es quien habla con más detalle de lo que conocemos como la Ascensión del Señor, es decir, de "su ascensión a los cielos", donde desapareció de la vista de los hombres y de donde regresará un día. La menciona muy brevemente al final de su Evangelio (Lc 24, 50-52) y más ampliamente al principio de su segunda obra, el Libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 1-11). Es mucho más que el relato detallado de un acontecimiento: es la síntesis de la predicación apostólica y una explicación de la fe profesada por los cristianos desde el principio.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El Evangelio que se proclama en este domingo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, es lo que se ha llamado el "final canónico" del evangelio de Marcos. De hecho, los códices más antiguos hacen terminar el texto de Marcos en el versículo 8 del capítulo 16 con el "asombro" de las mujeres ante el sepulcro vacío y el anuncio de que Jesús ha resucitado. De todos modos, estos versículos también se consideran inspirados y, por tanto, canónicos; relatan el último encuentro del Resucitado con los Apóstoles y el mandato misionero que reciben. El penúltimoversículo, de manera sucinta, informa del momento de la ascensión. La ascensión a los cielos no es el abandono de Jesús, pues aquí se afirma que el Señor siguió actuando con ellos, confirmando la "Palabra con los signos que la acompañaban".v. 15 Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda criatura"."Ir": es el verbo propio de la misión apostólica (cf. Mt 10, 7; 28,19) que ya no se limita a las fronteras de Palestina y ni siquiera sólo a los hijos de Israel (cf. 6, 7-13; 7,27), sino por todo el mundo y a "toda criatura". Se revela así que la salvación está destinada universalmente a todos, los llama a todos y no excluye a nadie."Proclamen el evangelio": evangelio, como sabemos, es una buena noticia porque era el anuncio de una victoria. Como hizo Jesús al iniciar su ministerio público (1,14); los discípulos deben repetir su mensaje de salvación, aunque cambiado desde el principio, precisamente por la historia de Jesús. En efecto, Jesús, en su misión, no se proclamó en primer lugar a sí mismo, sino la acción de Dios, ahora en cambio el contenido del evangelio es Jesús mismo.v. 16 “El que crea y se bautice se salvará, pero el que no crea se condenará”.El Resucitado prevé una doble reacción ante la predicación cristiana: aceptación o rechazo. La finalidad de la predicación apostólica no es la formación de las mentes, sino la salvación de las almas. A la predicación debe corresponder la adhesión personal de los oyentes; así como en el anuncio que Cristo hacía, seguía la exhortación a los fieles a "creer en el Evangelio" (1, 15). La fe, aunque importante, no basta por sí sola: la adhesión pasa por un acto en el que uno se deja sumergir en el agua. También se requiere el rito externo del bautismo.v. 19 “El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios”."El Señor Jesús": es la única vez que el título "Señor" se combina con Jesús en los evangelios (Lucas no lo utiliza en los Hechos de los Apóstoles), y pretende especificar que el que deja a sus discípulos, ascendiendo a Dios, no es sólo el Jesús que los discípulos conocían, sino que es el Kyrios - Señor, el Resucitado que ha entrado ahora en una realidad completamente nueva.“Se sentó a la derecha de Dios”: indica el alcance salvífico de su situación gloriosa. Es una forma que se repite tal y cual como está en el Salmo 110,1 (Oráculo del Señor a mi señor: "Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos a los pies de tus pies").v. 20 “Entonces salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor actuaba con ellos y confirmaba la Palabra con los signos que la acompañaban”."Partieron y predicaron en todas partes": No se indica de dónde partieron ni a dónde se dirigían, con el fin de abarcar todo el tiempo y el espacio, incluido el tiempo y el espacio de nosotros que leemos."El Señor actuaba junto con ellos": Jesús está más presente entre nosotros después de la Ascensión que antes; parece una paradoja, pero es verdad.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La Ascensión del Señor alegra el corazón de los discípulos porque celebra la exaltación de Cristo resucitado a la derecha del Padre. Pero es también, como el mismo Jesús dijo a los Apóstoles la noche de la Última Cena (Jn 16,7), un beneficio para los creyentes. Inaugura una nueva era en la historia de la salvación, realizada por la muerte y resurrección del Hijo de Dios hecho hombre.La celebración de la Ascensión nos invita a mirar de nuevo el mundo en que vivimos. En él construimos, con paciencia y humildad, en el amor, el cuerpo cuya cabeza es Cristo. Porque el Señor no ha abandonado a los suyos. Al contrario, está tanto más presente en medio de los suyos cuanto que ya no está sujeto a las limitaciones de la condición humana, que restringían su acción en el tiempo y en el espacio.El Concilio Vaticano II intentó enumerar algunas presencias de Jesús cuando dice (SC 7): “Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Entro en oración, delante del Santísimo sacramento, invoco la luz del Espíritu Santo que me permita entrar en comunión de oración con la Santa Trinidad, pensando que también allí hay un puesto para mí.Por unos momentos reflexiono sobre lo siguiente: La Ascensión de Jesús al Padre no es el fin de una etapa sino la donación de Jesús al mundo a través de la misión universal de la Iglesia, de la cual yo formo parte. ¿Soy consciente y estoy comprometido con esta misión?Luego, pido al Señor lo que quiero: Después de escuchar esta noticia, donde aceptar a Jesús es dejarse sumergir en la Cruz de Cristo que es el bautismo, pido al Señor ser consciente de mi bautismo que es don y tarea de llevar el evangelio al mundo entero._______________________Recomendaciones prácticas:Jornada Mundial de las comunicaciones socialesDía de la Madre: programar en la parroquia una eucaristía por las madres fallecidas y otra por las madres vivas.Día del educador (15 de mayo): puede celebrarse la Misa votiva en honor a san Juan Bautista de la Salle, patrono de los educadores y vincular a los educadores de las instituciones educativas presentes en la parroquia.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEstamos llegando a los cincuenta días después de la Resurrección del Señor y nos adentramos en las profundidades de la Pascua, misterio de resurrección, ascensión, don del Espíritu, promesa de estar con nosotros y ¡regreso del Señor! Un único Misterio con múltiples aspectos. A partir de la ascensión del Señor comienza en la tierra la misión de la Iglesia, que, entre la partida del Señor y su regreso, lo anuncia y lo hace presente a todas las personas, en todo lugar y tiempo. No nos deja solos, sino que envió y seguirá enviando al Espíritu Santo. A partir de este domingo, la Iglesia revive los días de oración en el Cenáculo después de la Ascensión del Señor, con los apóstoles, las mujeres y María, la Madre de Jesús.Hoy también se celebra la 58 Jornada de las Comunicaciones Sociales. El tema del mensaje que nos ha dejado el Papa Francisco es: "…". Que sea una ocasión propicia para revisar los modos de anunciar el Evangelio en el mundo y en el tiempo en que vivimos.Gocemos de la presencia del Señor presente en esta Eucaristía.Monición a la Liturgia de la Palabra En la primera lectura nos daremos cuenta que San Lucas, al colocar al principio del libro de los Hechos de los Apóstoles la noticia de la Ascensión del Señor, igual que al final de su Evangelio, quiere dejar claro que la misión de la Iglesia es la continuación de la de Jesús.En la segunda lectura meditamos una especie de testamento espiritual, que el Apóstol Pablo, "prisionero en el Señor", dirige a los Efesios. Cristo, que "descendió primero a lo más bajo de la tierra, subió a lo más alto de los cielos", donde se encuentra ahora a la diestra de Dios, tomó sobre sí todo el universo para hacer de él una Nueva Creación.Los últimos versículos del Evangelio según San Marcos son un resumen de los datos de la tradición. De la Ascensión sólo se dice lo que contiene el Símbolo de los Apóstoles: "Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios". La partida del Señor marca el comienzo de la misión universal confiada a los Apóstoles por Aquel que ha recibido todo poder en el cielo y en la tierra.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: En el día en que celebramos la gloriosa ascensión del Señor, elevemos nuestras oraciones al Padre, para que nos conceda la gracia de su luz iluminadora y la fuerza de perseverar en la opción de fe que hemos hecho:R. Escúchanos, Señor: ¡ten piedad!1.Por la Iglesia de Cristo: que, animada por el Espíritu del Señor resucitado, lleve al mundo el anuncio del Evangelio y el testimonio vivo del amor; oremos.2.Por los sacerdotes, misioneros y catequistas: que la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales les anime a utilizar todos los medios a su alcance para anunciar el Evangelio a todos los hombres, a fin de que experimenten las maravillas que acompañan a la primera siembra del Evangelio; oremos.3.Por las madres, para que colmadas de la gracia de la maternidad inspire en sus hogares la revolución de la ternura, el amor y la fe, oremos4.Por nuestra humanidad hambrienta de paz, que la presencia viva de los cristianos favorezca el desarrollo de los países pobres, suscite la necesidad del diálogo, intensifique la colaboración desinteresada; oremos.5.Por nuestra comunidad parroquial: que el camino hacia la plenitud de la Pascua, que celebraremos el próximo domingo, solemnidad de Pentecostés, nos vea comprometidos en la invocación del Espíritu para hacer nueva nuestra vida y la historia del mundo; oremos.Oración conclusivaDios Padre nuestro,que no has dejado a tu Hijo en poder de la muerte,sino que lo has elevado a tu diestra en el cielo.Por su mediación, concédenos a nosotros,que te ofrecemos el sacrificio de la Iglesia,participar un día en la gloria del Señor resucitado y ascendido para darte gracias por los siglos de los siglos.R. Amén.

Mar 7 Mayo 2024

Fallece hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se suma a la acción de gracias a Dios por la vida terrena que le concedió a la señora MERCEDES PINZÓN GÜIZA, hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, quien, este 7 de mayo, ha vivido su pascua. Además, se une en oración, pidiendo a Cristo Resucitado que fortalezca la virtud de la esperanza cristiana en su familia y allegados, para que sientan el consuelo de su presencia.Las exequias se realizarán el próximo jueves 9 de mayo, en las horas de la mañana, en la parroquia La Consolata de la ciudad de Bucaramanga (Santander).

Mar 7 Mayo 2024

Iglesia y ONU manifiestan su rechazo frente al anuncio del ELN de dar por terminada la suspensión de los secuestros con fines económicos

A través de un comunicado conjunto, la Delegación para las relaciones Iglesia – Estado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en Colombia, lamentan la decisión anunciada el día de ayer, 06 de mayo, en la que el Ejército de Liberación Nacional – ELN “da por terminada la suspensión unilateral de lo que denominan retenciones económicas”. El pronunciamiento lo hacen en su calidad de acompañantes permanentes de la Mesa de Diálogos para la Paz establecida entre el Gobierno Nacional y esta guerrilla.En el mensaje reiteran que la privación de la libertad de personas no tiene ninguna justificación, que se trata de “un flagelo deplorable que atenta contra la dignidad humana y la conciencia de toda la nación colombiana”. Además, hacen un llamado al ELN y a todos los grupos armados para que pongan fin a esta práctica del secuestro “que va en contravía del horizonte de paz que tanto anhela la sociedad colombiana”.Lea aquí una noticia relacionada.

Lun 6 Mayo 2024

¡Monseñor Alejandro Díaz ya hace parte del colegio episcopal! Fue ordenado obispo auxiliar de Bogotá el pasado 4 de mayo

El pasado sábado, 4 de mayo, en la Catedral Primada de Colombia, se llevó la ordenación episcopal de monseñor Alejandro Díaz García como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá. La ceremonia fue presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).Junto a familiares, amigos y feligreses, en la Eucaristía participaron 20 obispos, cerca de 300 sacerdotes, así como representantes de diversas comunidades religiosas. Además, algunos presbíteros provenientes de Roma, en miembros del Dicasterio para la Evangelización.En la ceremonia, monseñor Octavio Ruíz Arenas, arzobispo emérito de Villavicencio y secretario emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo de Facatativá, fueron los obispos acompañantes y primeros ordenantes.“Una misión de fe, amor y esperanza”, así se refirió el cardenal Rueda al significado profundo del ministerio episcopal durante su homilía. Afirmó que la ordenación episcopal no es solo una ceremonia, sino el reconocimiento de una vocación permanente que ha sido guiada por Dios desde el inicio de la vida del ordenado.El purpurado también remarcó que, aunque como obispo de Colombia en la Iglesia primada asume una posición de liderazgo, seguirá siendo parte del pueblo de Dios y debe vivir en comunión y espíritu de hermandad.Por su parte, monseñor Alejandro se encomendó a Dios Padre y pidió la intercesión de la Virgen María en su nuevo rol pastoral, ahora desde el colegio episcopal, “para ser preservado del mal y permanecer en la verdad de Jesucristo”.El nuevo obispo agradeció, además, a quienes han sido instrumentos de Dios en su vida, desde los obispos hasta sus hermanos sacerdotes y amigos. De manera particular, se refirió a los cardenales Pedro Rubiano, Rubén Salazar y Luis José Rueda, así como a aquellos prelados que han guiado su formación y ministerio. También, a los fieles laicos que lo han apoyado y sostenido con su oración.En cuando a la misión que desarrollará ahora en la Arquidiócesis de Bogotá junto al cardenal Luis José Rueda y a monseñor Germán Medina Acosta, también obispo auxiliar, expresó su compromiso para servir con amor y dedicación, así como para dar a conocer el rostro de Jesús en todas las realidades de la capital colombiana.-------Crédito fotos: El Catolicismo - Arquidiócesis de Bogotá-------Vea a continuación la transmisión de la ordenación:

Vie 3 Mayo 2024

5 de mayo: Iglesia colombiana celebrará la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera 2024

El próximo domingo, 5 de mayo, la Iglesia colombiana vivirá la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera 2024. Una celebración animada por las Obras Misionales Pontificias (OMP), que motiva la oración, protección y solidaridad hacia los niños, niñas y adolescentes más necesitados del mundo.El Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invita a todos los fieles y jurisdicciones eclesiásticas del país para que se unan a esta jornada, viviendo con los niños un encuentro especial a través de la celebración de la Eucaristía, compartiendo experiencias de sensibilización y contribuyendo económicamente a la colecta nacional. Desde OMP Colombia, han preparado una guía litúrgica a la que se podrá acceder haciendo clic aquí. Además, una orientación para la celebración de la Hora Santa.El dinero recaudado en Colombia durante la jornada, será enviado por las Obras Misionales Pontificias Nacionales al Fondo Universal de Solidaridad del Secretariado General de la Santa Infancia, al que llegan todos los aportes de los distintos países. Desde allí, se entregarán en forma de subsidio a las Iglesias más marginadas, para que puedan apoyar las necesidades de los niños y adolescentes en tres dimensiones: su protección física y moral, su enseñanza escolar y la educación en la fe.El lema elegido este año para esta jornada es “¡Con testimonio, sacrifico y oración, cooperamos en la misión!”. Una frase que “motiva a los niños y adolescentes a unirse a la tarea misionera de la Iglesia con la cooperación espiritual a través de la oración por las misiones y los misioneros, el ofrecimiento de los propios sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de los niños y adolescentes del mundo, y con el testimonio de vida, en su entorno familiar, en el colegio, con sus amigos, en su parroquia, en su grupo misionero”, así lo explica el padre Samir de Jesús García Valencia, director nacional de OMP y del Centro Nacional Misionero de la CEC.Sobre la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia MisioneraEn 1979 los Obispos de Colombia, reunidos en Asamblea Plenaria, señalaron el primer domingo de mayo para celebrar la ‘Jornada y Colecta Nacional de la Infancia Misionera en todas las parroquias, colegios y demás instituciones del país.’ Esta es, tal vez, la principal fiesta de los niños misioneros, porque reúne a un gran número de niños en cada Diócesis.El dinero recolectado durante este día, por ejemplo, lo utiliza el Papa para ayudar a construir escuelas y centros de salud, así como programas de bienestar en lugares con múltiples necesidades económicas; es decir, para atender a los mismos niños.Monseñor Medardo de Jesús Henao, Vicario Apostólico de Mitú, motiva esta jornada: Vea a continuación la invitación del padre Samir de Jesús García Valencia:

Vie 3 Mayo 2024

"Los invito para que no solo adoremos la cruz, sino que nos injertemos a ella": Arzobispo de Cali

En la mañana de este viernes, 3 de mayo, los arzobispos de Colombia, reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal, celebraron juntos la Santa Misa, en el contexto de la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz y del Día Nacional de Oración por la Reconciliación y la Paz del país que han propuesto. A la Eucaristía asistieron también el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, así como directivos y colaboradores del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano.Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, presidió la celebración. Durante su homilía, recordó las palabras del papa Francisco durante su visita a Colombia en 2017 animándonos en esta tarea y afirmó que hoy la urgencia de la reconciliación y de la paz, está atravesada por el dolor que padecen hoy muchas comunidades del país, agobiadas y casi secuestradas, "por una ola de violencia, chantaje, vacunas y extorciones, en aumento, que les quitan la libertad, incluso hasta de su libre movilidad".El arzobispo de Cali dijo que en tiempos de tanta turbulencia, no solo en Colombia sino en el mundo entero, donde la paz parece "esquiva y lejana", es Cristo el que nos reconforta y conduce hacia ese camino, pero que también necesitamos superar con amor, perdón y respeto las diferencias para poder transitarlo. Esto, de acuerdo con monseñor Luis Fernando, permite vivir la fraternidad y reconocernos "Todos hermanos", lema que ha motivado esta jornada. "Cuánto necesitamos de hombres y mujeres, de todas las condiciones sociales, culturales, edades y hasta de credos religiosos, que, pensando en el bien común, superando la fuerza de las ideologías, sean capaces de darlo todo y darse plenamente a la causa de la paz. Cuánto valor se requiere para dar el paso de la paz, en donde la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de actos violentos permitan a todos, víctimas y victimarios, abrazarse, no para asfixiar al otro, sino para expresar su reconocimiento de los hechos de dolor, la reconciliación, el perdón y la cercanía", expresó.El prelado afirmó, además, que el mensaje de la Cruz para los colombianos es contundente: nos debe conducir no solo a su adoración sino también a la conversión, a ser sembradores y artesanos de paz. Recordó que con esa Cruz se puso fin a la enemistad, se hizo posible la redención y se venció a la muerte, y así también debemos asumirlo nosotros para que florezca la esperanza."Miremos la cruz y al Crucificado. En una unión mística ese nuevo árbol florece y da frutos de paz y reconciliación. Los invito para que no solo adoremos la cruz, sino que nos injertemos a ella, para que retoñemos con la esperanza de ser los constructores de una nueva sociedad. Abrazados e injertos en la cruz del Redentor, elevemos a Dios nuestras plegarias por la conversión de los pecadores y de quienes perpetran toda clase de crímenes y desastres, y nos conceda también nosotros, víctimas y ciudadanos del común, comprender y perdonar al estilo de Jesús", afirmó.Vea a la transmisión de la Eucaristía a continuación:

Jue 2 Mayo 2024

Sinodalidad, misión y Doctrina Social: temas protagonistas en el Encuentro de Rectores de Seminarios de Colombia 2024

Convocados por los departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), setenta y cinco rectores de los seminarios mayores diocesanos y las casas de formación religiosa del país se dieron cita del 22 al 26 de abril en Bogotá. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar planes y mecanismos que permitan darle continuidad a la implementación de la Ratio Nationalis, a partir de los estatutos y planes de formación de cada seminario. Monseñor Luis Augusto Campos Flórez, obispo de la Diócesis de Socorro y San Gil y presidente de esta comisión episcopal acompañó el encuentro.Lo planteado en el documento síntesis de la XVI asamblea general del sínodo sirvió también como guía para el desarrollo del evento, pues se busca que la Ratio (la ruta del proceso formativo de los futuros sacerdotes de la Iglesia en Colombia) tenga impregnado el espíritu de la sinodalidad.“Fue una experiencia muy valiosa, muy positiva, poder ver cómo los seminarios han puesto mucho interés en la implementación de estas líneas formativas que se propusieron a nivel nacional, que fueron aprobadas en el año 2019 y que ahora tenemos nosotros como objetivo o derrotero poder implementar en cada una de las instancias de nuestros seminarios”, explicó el padre Manuel Vega León, Director de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la CEC.Durante el encuentro, los rectores compartieron algunas de las metodologías didácticas y prácticas pedagógicas que están usando en los seminarios para la formación de los futuros pastores de la Iglesia en Colombia. Todo ello, buscando que sean capaces de responder a la situación actual del país, teniendo presente desafíos como el de la reconciliación y la paz e iluminados por la Doctrina Social de la Iglesia. Bajo el deseo de “ayudar a que estos jóvenes que tienen en su corazón inquietud vocacional, tengan una comprensión más amplia de su servicio y de ese contacto con las realidades humanas que más nos deben preocupar en este momento”, agregó el padre Vega.Conocer, amar y seguir a Jesucristo misioneroEn este mismo sentido, el padre Tonino Urso, rector del Seminario Redemptoris Mater de Medellín afirmó que es fundamental formar presbíteros para la Nueva Evangelización, con ardor, que amen y sufran por las personas y que estén dispuestos a dar la vida por ellas, a imagen de Jesucristo. Esto, de acuerdo con el formador, requiere conducir a los seminaristas por un camino en el que logren conocerse a sí mismos y conocer el amor que Dios les ha tenido. “La Ratio nos pide de formar presbíteros, pastores, misioneros, que les duela el sufrimiento de la gente”, señaló el sacerdote.Otra de las grandes insistencias durante el encuentro, especialmente en este año que la Iglesia colombiana celebrará en el mes de julio el Centenario Nacional Misionero, fue formar futuros pastores con espíritu cada vez más misionero. De allí que durante el encuentro haya intervenido también el padre Samir García, Director del Centro Nacional Misionero de la Episcopal de Colombia, así como de Obras Misionales Pontificias.“Yo creo que tenemos que tener una conciencia clara de que todos somos misioneros desde el bautismo, y aquí es donde incorporamos esta gran alegría de salir, como lo dice el Papa Francisco; de encontrarnos en esa dimensión abierta para ser evangelizadores en donde estemos, quitarnos nuestras comodidades y aprender a tener lo más visible y lo más pronto, lo más cercano a nosotros”, precisó el padre Manuel Penagos Plazas, Rector del Seminario Mayor de Girardot.En esa misma línea, el padre Manuel Calderón Contreras, formador de la Orden de San Agustín, remarcó la necesidad de crear en los seminaristas un deseo profundo de ser misioneros, dando testimonio de Cristo en la Iglesia local pero también en la universal:“Yo creo bastante importante suscitar en los jóvenes ese deseo de seguir a Cristo misionero, a ese Cristo diácono, a ese Cristo servidor, a ese Cristo que da la vida por los demás. Creo que sería un tema bastante interesante de tratar, un compromiso importante para toda la Iglesia en Colombia y, de manera especial, en el camino de formación de lo jóvenes”.Finalmente, el padre Calderón destacó la importancia de estos encuentros convocados por la Conferencia Episcopal para enriquecer el trabajo que se realiza durante la formación en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas y desde la realidad de los Institutos de Vida Consagrada. “Nos aportan muchísimo para que nosotros como religiosos pues nos unamos a ese sentir de Iglesia, que vivamos en él y estemos unidos a la Iglesia universal”, concluyó.A continuación, vea el informe audiovisual del encuentro:

Jue 2 Mayo 2024

Tiempo de reconciliación, la opción por los hermanos

Por Carlos Ignacio Agudelo Betancur - Los Obispos de Colombia nos invitan a celebrar el 3 de mayo el día nacional por la Reconciliación y la Paz de Colombia que se celebra, desde la visita del Papa Francisco en el 2017, el día de la Exaltación de la Santa Cruz. En su mensaje, el cardenal Luis José Rueda Aparicio nos recuerda que “la reconciliación requiere la capacidad de ver al otro como hermano”, que “la barca colombiana requiere que usted abra su corazón a la reconciliación y al perdón, al mirar al otro no como enemigo”, que “Colombia reconciliada es una esperanza” y que “Colombia merece ser un país reconciliado y en paz”.El Papa Francisco en Villavicencio ante un Cristo mutilado, que representa los sufrimientos y dolores de todas y todos los habitantes de nuestro país, oró:“Oh Cristo negro de Bojayá,haz que nos comprometamosa restaurar tu cuerpo.Que seamos tus pies para salir al encuentrodel hermano necesitado;tus brazos para abrazaral que ha perdido su dignidad;tus manos para bendecir y consolaral que llora en soledad.Haz que seamos testigosde tu amor y de tu infinita misericordia”.(Fragmento de la Oración al Cristo negro de Bojayá, Papa Francisco, 2017)Para reconciliarnos necesitamos restaurar nuestro cuerpo, nuestro corazón y también nuestra psiquis. Son muchos los dolores que necesitan ser curados y esto debe ser lo primero que debemos reconocer, que necesitamos ser sanados. “Jesús estaba dispuesto a escuchar y sanar a sus contemporáneos…A nivel físico, psicológico y espiritual”, como nos compartió Cristian David Ortiz en anterior publicación del Blog de la CEC. Para nuestra reconciliación de cuerpo, corazón y alma, necesitamos también aliviar y sanear nuestra psiquis, si es necesario debemos acudir a la ayuda de nuestros pastores, de los profesionales en la salud, de las buenas amistades que nos ayuden a superar heridas y ataduras sicológicas, debemos purificar nuestra mente, nuestra memoria, nuestro lenguaje.Para conseguir un verdadero estado de reconciliación debemos purificarnos de todos los odios y rencores de cualquier tipo. Lo repetimos a diario en el Padrenuestro. Todas y todos sufrimos de las fragilidades propias y ajenas. “El que esté sin pecado que tire la primera piedra” quiere decir que todos nos hemos equivocado por acción, omisión o indiferencia:Hemos pagado salarios injustos; hemos diseñado o apoyado leyes inequitativas; hemos confabulado ilícitamente para mantener y acrecentar el poder y la riqueza; hemos aprovechado influencias para nuestro beneficio egocéntrico; le hemos quitado el puesto a otros valiéndonos de engaños y artimañas; hemos conquistado el poder con engaños electoreros y publicidad engañosa; hemos robado sigilosamente o a mano armada; hemos atentado contra la dignidad de las y los compatriotas en su cuerpo, en su corazón, en su psiquis; hemos dado muerte a una o a un hermano; hemos infringido daños contra poblaciones y agrupaciones; a plena conciencia o por nuestra indiferencia o por nuestra falta de interés hemos permitido que se instauren estructuras de injusticia en nuestro país; no hemos sabido implementar programas de plena cobertura para resocializar a los que cometieron errores y pagan castigos en cárceles insalubres; hemos favorecido en los juicios a los que pagan por ser librados de sus condenas y hemos dejado en cárcel a muchos inocentes; no hemos sido capaces de brindar una adecuada alimentación y escuelas dignas a nuestra niñez y juventud; no hemos sabido proteger a nuestros menores de edad, a las mujeres y a los indefensos de la explotación y el abuso en todas sus formas; hemos quemado bosques, hemos desviado corrientes de agua, hemos afectado o dañado permanentemente los ecosistemas; no hemos valorado lo que han hecho los anteriores gobernantes, no hemos sabido construir sobre lo construido y preferimos el borrón y la contratación nueva; hemos diseñado y pactado contrataciones amañadas buscando el beneficio propio y de cercanos; no hemos avanzado efectivamente en la lucha contra la corrupción; no hemos sabido generar nuevos empleos dignos, nuevas industrias, nuevas oportunidades para todas y todos; no hemos sabido desapegarnos del poder o del puesto de trabajo para darle oportunidad a las nuevas generaciones que buscan empleo.Y todo lo anterior se multiplica si nos vamos a la historia, desde la conquista o mucho antes. Todas las sociedades y culturas tienen mucho qué purificar. La purificación comienza por el reconocimiento de nuestras históricas condiciones y fragilidades, y las de los otros, pero no se trata de quedarnos allí, recriminándonos unos a otros ad infinitum en discusiones bizantinas. Necesitamos dar un primer paso, como nos lo propuso el Papa Francisco, un paso en dirección de la reconciliación que implica vernos como hermanas y hermanos, hijos de un mismo Padre, habitantes de un mismo y amado territorio; necesitamos una verdadera amnistía del corazón y de la psiquis, necesitamos purificarnos de nuestros prejuicios, de nuestros odios, de nuestros deseos de venganza, inclusive de nuestros deseos de hacer justicia a toda costa.Jesucristo en la Cruz asumió todos nuestros errores, nuestros odios; Él vivió personalmente los implacables castigos de la flagelación y la crucifixión romanas, y al hacerlo nos Redimió y nos mostró el camino de la Resurrección, nos propuso una vida nueva, una vida de fraternidad, donde sepamos vivir juntos como hermanos, practicando las obras de misericordia unos con otros.La reconciliación implica que demos un salto de caridad y de calidad como personas y purifiquemos nuestra mente, nuestra memoria, nuestro corazón y nuestro lenguaje. La purificación del lenguaje implica que salgamos del pantano de seguir repitiendo frases, estereotipos, juicios, condenas, etiquetas y muletillas insultantes, y toda palabra que nos aleje del respeto por la dignidad de cada ser humano.La reconciliación no se consigue de la noche a la mañana; necesitamos un proceso; no es sólo poner en evidencia la verdad histórica, sino también abrazar los dolores históricos y superarlos con ayuda profesional de ser necesario. Quizás necesitemos una generación o más, quizás un gobierno que dedique años a sólo este proceso, o menos si todas y todos los colombianos nos proponemos esta meta como la primera; para que luego de habernos reconciliado avancemos en los consensos de mejoramiento de nuestras instituciones y de nuestras leyes, que nos permitan seguir construyendo el amado país que todas y todos los colombianos merecemos.En la homilía del Papa Francisco en Villavicencio titulada «Reconciliarse en Dios, con los colombianos y con la creación» afirmó que reconciliarse “como ha enseñado san Juan Pablo II: «Es un encuentro entre hermanos dispuestos a superar la tentación del egoísmo y a renunciar a los intentos de pseudo justicia; es fruto de sentimientos fuertes, nobles y generosos, que conducen a instaurar una convivencia fundada sobre el respeto de cada individuo y los valores propios de cada sociedad civil». Y concluyó Francisco: “La reconciliación, por tanto, se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer esa esperanza”.Nos unimos en oración especialmente este 3 de mayo y todo el mes, juntos como familia colombiana, con el propósito de comprometernos con la reconciliación fraterna que nos permita avanzar en la concordia. Así sea.Carlos Ignacio Agudelo BetancurLaico, padre de familia e ingeniero.