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abu dabi

Lun 19 Feb 2024

Líderes religiosos de Colombia renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral

En el contexto de la V Jornada Internacional de la Fraternidad Humana y convocados por la Iglesia Católica a través de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia y la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), varios líderes religiosos del país renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral.Una jornada en la que se conmemoró, de manera especial, la firma del documento sobre la “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” por parte del papa Francisco y del Gran Imán Al-Tayyeb. Hecho producido el 4 de febrero de 2019, en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.El acto conmemorativo de los cinco años de la firma de este texto, conocido como la Declaración de Abu Dabi, se desarrolló el pasado 7 de febrero en la Universidad Javeriana en Bogotá. Evento que contó con una nutrida asistencia, tanto a nivel presencial, como virtual.En el espacio intervinieron el Nuncio Apostólico del papa Francisco en Colombia y decano del Cuerpo Diplomático, monseñor Paolo Rudelli; el Gran Rabino Alfredo Goldschmidt, representante de la comunidad judía; el Sheikh Ahmad Tayel, en nombre de la comunidad musulmana; y la doctora Loida Sardinas, reverenda de la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana. Las cuatro ponencias centrales estuvieron precedidas por los saludos protocolarios del presidente de la Comisión Episcopal PUD, monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, y el rector de la Universidad Javeriana, padre Luis Fernando Múnera, S.J.Monseñor Fadi Abou Chebel, O.M.M., el exarca apostólico del rito oriental maronita en Colombia, también estuvo presente en el espacio. Además, el padre Raúl Ortiz Toro, director director de los departamentos de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), encargado de la organización.El llamado a la acción de la Declaración de Abu DabiAl iniciar el evento, el padre Luis Fernando Múnera Congote, S.J., se refirió a la importancia de recordar que el documento de la declaración de Abu Dabi fue concebido como una guía para conducir a las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa Gracia Divina que hace hermanos a todos los seres humanos.“Sin embargo, en estos últimos cinco años hemos visto con tristeza como sigue la guerra y la violencia en muchos lugares del mundo, algunos de los que nos llegan noticias, porque de muchos ni siquiera tenemos noticia, son Ucrania y más reciente, la guerra que enfrenta a los pueblos de Israel y Palestina, y también la violencia en nuestra América Latina”, expresó el padre Múnera.Por razones como estas, de acuerdo con el rector de la PUJ, la búsqueda de la fraternidad, la paz y la convivencia continúa siendo una urgencia de nuestro tiempo, en la que hombres y mujeres religiosos deben estar aún más comprometidos, desde la vida compartida y la espiritualidad.Al mismo tiempo, se refirió al contenido específico de la declaración. Allí subrayó dos súplicas centrales que hicieron el papa Francisco y el Gran Imán a través de ella: intervenir y redescubrir. La primera, dirigida a ellos mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial.“Intervenir para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente”.La segunda petición dirigida a los intelectuales, a los filósofos, a los hombres de religión, a los artistas, a los trabajadores de los medios de comunicación, a los hombres y mujeres de cultura de cada parte del mundo. Grupo en el que subrayó que se encuentran cada uno de los presentes en este espacio.“Redescubrir los valores de la paz, de la justicia, del bien, de la belleza, de la fraternidad humana y de la convivencia común. Con vistas a confirmar la importancia de tales valores como ancla de salvación para todos y buscar difundirlos en todas partes”.El padre Luis Fernando afirmó también que el contenido de este documento, nacido de un encuentro lleno de esperanza en un futuro luminoso para todos los seres humanos, debe trascender la simple mirada del texto e inspirar a la acción para lograr frutos transformadores con el mensaje. De acuerdo con el padre rector, es fundamental que tenga consecuencias y que no se quede "refundido entre el entusiasmo de las palabras que son recibidas, pero que al final pueden terminar siendo desconocidas".“Que en los lugares a los que iremos para continuar nuestra vida ordinaria, sean un testimonio de la grandeza de la fe en Dios, que une los corazones divididos y eleva el espíritu humano. Sean un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el norte y el sur y entre todos los que creemos que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman”, puntualizó el jesuita.Orientaciones clave para la promoción de la reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral en ColombiaPor su parte, monseñor Edgar Aristizábal, recordó que muchos de los conflictos que se viven actualmente en el mundo tienen una raíz religiosa debido a la incapacidad de reconocer la diversidad con la que hemos sido creados, actitud que, de acuerdo con el Obispo de Yopal, es la base del “lamentable fundamentalismo”.“En la declaración de Abu Dabi, de la cual estamos conmemorando el primer lustro, se llegaron a acuerdos que otros líderes religiosos han suscrito con el pasar de los años, como son: trabajar por vencer el individualismo, fortalecer los valores espíritu, luchar contra cualquier tipo de extremismo religioso, buscar la distribución equitativa de los recursos naturales, redescubrir a la familia como el núcleo de la sociedad, trabajar con las nuevas generaciones, sobre todo en lo que concierne el cuidado de la casa común, entre otros”, refirió monseñor Aristizábal.Además, el presidente de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso de la CEC, refirió que la actual Política Pública de Libertad Religiosa que tiene Colombia reconoce que las entidades religiosas son promotoras de reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral. Por ello, de acuerdo con el obispo, el Estado, favorece las iniciativas que buscan estas metas.“Por nuestra parte, desde una y otra orilla de la diversidad religiosa, continuamos incentivando en la cotidianidad de la vida las enseñanzas que sostienen nuestras convicciones. Y en medio de toda esta diversidad, convergemos en las esperanzas de un país en paz y en justicia. Ese es el motivo que nos impulsa a conmemorar y recordar los compromisos de trabajar con insistencia en estas metas”, agregó monseñor Aristizábal.La Declaración de Abu Dabi: punto de llegada y punto de partida en la búsqueda de la fraternidadEl Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, basó su intervención en la importancia del diálogo interreligioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad, a la luz del magisterio de la Iglesia. Allí, inició recordando que, aunque la Declaración de Abu Dabi representa un hito único en la historia del diálogo interreligioso, tiene una larga prehistoria que merece ser recordada para no cometer el error de considerarlo como el fruto de una intuición improvisada, sino como una especie de catalizador que se pone como punto de llegada de un largo camino y, al mismo tiempo, como nuevo punto de partida.En este sentido, realizó un recorrido que incluyó varios pronunciamientos y documentos previos durante los pontificados de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, en medio de diversos contextos históricos. Posteriormente, se refirió a cómo Abu Dabi ha inspirado algunas nuevas pistas y cómo el principio fraternidad se ha vuelto un pilar central en el magisterio del papa Francisco.“El Papa expresa la necesidad de acompañar a los jóvenes para que, como árboles plantados, transformen cada día el aire contaminado de odio en oxígeno, de fraternidad”, anotó el representante del Papa Francisco en Colombia. Reconoció también el señor Nuncio que esta declaración ha servido como base fundamental para algunas de las ideas expuestas posteriormente por el Santo Padre en diversas intervenciones y en documentos como su Encíclica Fratelli tutti - “Hermanos todos” .“El papa Francisco, al proponer la fraternidad como fundamento de la amistad social y de la búsqueda del bien común, podríamos decir, propone la fraternidad como fundamento de una ética universal”, puntualizó monseñor Rudelli. Una oportunidad especial para reafirmar el compromiso interreligioso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integralAl cierre del evento, diez líderes religiosos provenientes del cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo y el hinduismo realizaron un acto simbólico en el que cada uno leyó un pasaje extraído de la Declaración de Abu Dabi. Al final, se unieron los más de 200 participantes presenciales con la lectura al unísono de un compromiso por la reconciliación y la paz.Los ponentes coincidieron en hacer eco de las palabras del papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social, escrita en el año 2020 cuando expresaba que:“Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor»”. (FT, 271).Vea a continuación la transmisión del evento:

Vie 4 Feb 2022

II Jornada Internacional de la Fraternidad Humana

Hace tres años, el 4 de febrero de 2019, se llevaba a cabo el histórico encuentro entre el papa Francisco y el Gran Imán Ahmed Al-Tayyeb en Abu Dabi. En aquella ocasión fue firmado el “Documento sobre la hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común” que fue una declaración conjunta que recordó al mundo el hecho de haber sido creados “todos los seres humanos iguales en derechos, deberes y dignidad” pero también fue un llamado de atención para que todos los hombres y mujeres trabajen por la defensa de la familia, la libertad religiosa, la superación de la inequidad, el hambre y la violencia. El 20 de diciembre de 2020 la Asamblea General de la ONU instituyó la Jornada Internacional de la Fraternidad Humana y se fijó la fecha el 4 de febrero de cada año para recordar el histórico encuentro ya mencionado. En su mensaje de este día, el papa Francisco ha expresado en su mensaje: "Debemos ser promotores de una cultura de paz que promueva el desarrollo, la tolerancia, la solidaridad, porque todos vivimos bajo el mismo cielo, independientemente de dónde o cómo vivamos: el color de la piel, la religión, el estatus social, el sexo, la edad, las condiciones de salud y económicas. Todos somos diversos pero iguales. Este periodo de pandemia nos lo ha demostrado: Nadie se salva solo". El Departamento para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Diálogo Interreligioso del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano - SPEC anima y coordina las actividades interreligiosas e interconfesionales que promueven la fraternidad humana a través de actividades conjuntas. Aunque en este nivel las relaciones suelen ser cordiales y afables, las palabras del papa Francisco deben llegar al corazón de todos, sobre todo en las regiones y comunidades locales donde no pocas veces suele haber diferencias y estigmatización entre miembros de diversos credos. En efecto, el informe de Libertad Religiosa 2021, entregado por este Departamento a la Embajada de Estados Unidos en Colombia, señala que la Iglesia Católica, ahora más que nunca en el país, viene siendo objeto de vandalismo, estigmatización y discriminación por motivos de libertad de conciencia, libertad de culto y expresiones públicas de fe.