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arzobispo tunja

Jue 21 Jun 2018

Iglesia de Colombia envía misionero para África

El pasado 16 de junio, en el municipio de Soracá (Boyacá), el arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, hizo la ceremonia de envío misionero al sacerdote Robinson Nope, quien viajará el próximo mes para Tanzania, África. Muy emocionado, el padre Robinson comparte que siempre sintió el llamado a ser misionero ad gentes: “Desde el bachillerato sentí el llamado de Dios y decidí ingresar a la comunidad de los misioneros de la Esperanza con el deseo de llevar el Evangelio más allá de las fronteras. Así inicié el camino de formación para la misión y fui ordenado el pasado 25 de noviembre de 2017. Ahora tengo la expectativa de ir a Tanzania para aprender mucho de las personas y de su cultura, bien como de hacer una buena labor misionera guiada por Dios y sirviendo al pueblo de allí”. Concluyendo el curso de “Misión Ad Gentes”, organizado por el departamento de misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia, el sacerdote partirá a mediados de julio como sacerdote asociado a los Misioneros de la Consolata, congregación fundada por el beato José Allamano el 1901 y con presencia misionera en Tanzania desde 1919. Mons. Luis Augusto Castro dice que el envío del padre Robinson debe motivarnos a trabajar por la misión ad gentes: “Este envío es un signo de que tenemos que volver aquí en Colombia y en toda América Latina a dirigir nuestra mirada más allá de las fronteras del continente. Por eso ese despliegue a un envío es una invitación para que todos entendamos que no basta que nos encerremos en nuestro país y en nuestros problemas, sino que miremos con generosidad a aportar también en otros pueblos y culturas, en otras iglesias, con este sentido de hermandad que nos debe caracterizar como católicos”. El padre Robinson Nope nació y creció en Tunja, y pertenece a la comunidad de los misioneros de la Esperanza, joven asociación clerical de derecho diocesano fundada en 2005 por el P. Álvaro Puerta, sacerdote de la arquidiócesis de Tunja, que en 1993 ya había fundado las misioneras de la Esperanza. “Los misioneros de la Esperanza nacieron el 27 de enero de 2005, bajo inspiración del P. Álvaro de Jesús Puerta Herrera con el consentimiento de Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, para brindarle a la Iglesia misionera jóvenes con deseo de llevar el Evangelio hacia los lugares apartados. Nuestro carisma principal es la misión ad gentes con la opción fundamental sobre los indígenas, campesinos y afroamericanos. Estamos conformados, hasta el momento, por seis sacerdotes y varios jóvenes en formación, dispuestos y alegres en llevar el Evangelio a los lugares más apartados”, comparte el P. Camilo Andrés Gómez, misionero de la Esperanza que trabaja en La Chorrera, Amazonas. Acerca del envío del primer misionero a otro continente afirma que “es una alegría para nuestra comunidad, que lleva tan poco tiempo de fundada, poder traspasar nuestras fronteras colombianas para ir hacia el continente africano. Tenemos la expectativa de que le vaya muy bien a nuestro hermano padre Robinson; lo estaremos acompañando con nuestras oraciones y contamos que otros misioneros puedan ir a colaborar con esta labor misionera”. La celebración eucarística, estuvo presidida por Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, y concelebrada por sacerdotes diocesanos de esta ciudad, de otras jurisdicciones y congregaciones; así también, asistieron religiosos y religiosas, seminaristas, laicos misioneros y fieles de la parroquia de Soracá y de esta región. Artículo: Revista Dimensión Misionera

Mié 20 Jun 2018

“Las víctimas tienen la palabra”: Foro-taller en Puerto Boyacá

Puerto Boyacá, 15 de junio 2018. - A través de una serie de foro-talleres, la Comisión de Conciliación Regional (CCR) de Boyacá le da la vuelta a la forma que muchas veces tiene el trabajo con víctimas del conflicto armado. “Las víctimas tienen la palabra” no únicamente es el título dado a estos espacios, es un imperativo para los organizadores que más que hablar vienen a escuchar y a incentivar el intercambio directo entre personas que en su vida sufrieron un hecho victimizante. Puerto Boyacá, ubicado a orillas del río Magdalena, fue el escenario de la segunda edición de esta actividad, que en esta ocasión congregó a más de 60 personas. Acompañados por profesionales de la Universidad Juan de Castellanos y de la Mesa de Víctimas de Puerto Boyacá, los participantes intercambiaron experiencias y conocimientos sobre temáticas tan complejas como la búsqueda de la verdad, el accesso a la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Allí los grupos que tuvieron dificultades relacionadas al desconocimiento de normas legales, fueron orientados por dos abogados especialistas quienes aportaron con la información necesaria. Inició el encuentro con la lectura de un saludo de Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, Arzobispo de Tunja y Presidente de la Comisión de Conciliación Regional de Boyacá, quien resaltó la importancia de participar en este tipo de actividades, ya que, según el religioso, aportan a la “construcción de paz y la articulación del trabajo”. Siguió la profesora Nelly González, responsable del proyecto "las víctimas tienen la palabra", integrante y representante de las víctimas en la CCR Boyacá, quien hizo un recuento de su historia personal como víctima del conflicto y animó desde su experiencia a los presentes a hablar abiertamente de sus historias. La educadora e integrante de la mesa departamental de víctimas que propuso llevar a mano con el consultorio jurídico de la Universidad Juan de Castellanos este tipo de actividades a todo el departamento de Boyacá, subrayó que de esta manera se puede “calmar el dolor”. Por su parte, el comunicador alemán Damian Raiser, quien participó en representación de la Secretaría Técnica de la Comisión de Conciliación Nacional, saludó a los presentes y destacó el compromiso de organizadores y participantes en poner su granito de arena en la construcción de una Colombia reconciliada y en paz. “Veo con esperanza, que en Colombia, por más lentos que pueda parecer su implementación, los procesos de paz andan a un ritmo bastante rápido: en dos años lograron realizar cosas que en Alemania nos tomaron casi 50 años” Posteriormente, se desarrollaron dos momentos de trabajo grupales. En cinco espacios, los participantes conversaron sobre expectativas desde la perspectiva de víctimas en torno a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Además, se recogió una serie decompromisos libres y propios de algunas de las víctimas presentes que se encuentran en su camino a convertirse en sobrevivientes. Posteriormente, este debate se enfocó en formular expectativas a autoridades organizaciones competentes de tipo estatal, eclesial y no gubernamental. Concluyó el evento con la presentación de los resultados de las mesas de trabajo y la socialización de conclusiones a cargo de la Universidad Juan de Castellanos. Durante sus exposiciones, los grupos pidieron al Estado un mayor nivel de respuesta a peticiones y mayores esfuerzos de atención a víctimas. Esto, según algunos líderes locales, incluye una capacitación adecuada a los integrantes de las mesas municipales de víctimas y la dotación de recursos para la realización de sus planes de acción. También se pidió mayor protección de líderes sociales, ya que siguen existiendo amenazas en contra de los mismos. En torno a la situación en lo local, criticaron el trabajo de la personería local. Con relación a organizaciones no gubernamentales (ONG) que laboran en la región, pidieron tener en cuenta la opinión de las mismas víctimas, para que sus trabajos realmente respondan a las necesidades existentes. Para mejorar su situación, los participantes se comprometieron a trabajar unidos, a no rendirse ante los obstáculos que pone la vida, a intentar perdonar “a las personas que nos hicieron daño”. Reconocieron también falencias y dificultades que surgen de su propio actuar, por lo que prometieron fortalecer la autoorganización de las víctimas a nivel local y regional, asistir a actividades de capacitación y no generar hechos de violencia. En otro momento, se realizó un análisis de la situación con enfoque en justicia, verdad, reparación y no repetición. Con miras a la implementación al sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que resultó de un acuerdo entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP se constató que, hasta el momento, no se ha cumplido con la instalación de las instancias encargadas de administrar la justicia, la reparación integral y la búsqueda de la verdad, y donde si ya existe institucionalidad, los procesos son muy lentos. Además, en la comunidad se identificó una falta de conocimientos sobre la metodología para la restitución de tierras. Esta serie de talleres convocados por la Comisión de Conciliación Regional de Boyacá y apoyados por la Comisión de Conciliación Nacional y la Universidad Juan de Castellanos, tienen como objetivo identificar compromisos propios de las víctimas y definir expectativas en perspectiva de avanzar a que sean sobrevivientes. El próximo se llevará a cabo el día 30 de junio en la provincia de Ricaurte. Fuente: Área de Comunicaciones, Comisión de Conciliación Nacional

Lun 31 Jul 2017

Un signo eficaz

Por: Mons. Luis Augusto Castro Quiroga - Primero nos subimos a un avión. Luego pasamos a un helicóptero. Posteriormente, tomamos camperos y finalmente hicimos unos quinientos metros a pie, en medio de un abundante barro, para llegar al campamento donde tenía lugar la ceremonia. Fue sólo un signo, pero un signo eficaz. Para el mismo, tuvimos que ir al lugar escogido, un poco lejos del lugar de la ceremonia. Estaban conmigo el padre Francisco De Roux, miembros de las Naciones Unidas y periodistas. En lo que a mí respecta, se trataba de colocarme al frente de un contenedor lleno de armas, las últimas armas, así algunos se resistan a creerlo, y cerrar la puerta del mismo de manera definitiva. Es como cuando se termina de escribir un libro y se coloca la última palabra, la palabra del final. Quedan muchas otras cosas por hacer, que el libro sea editado, que el libro sea promovido, que el libro sea aceptado o rechazado, que el libro sea leído. El signo era eficaz porque indicaba, ni más ni menos, el fin de la guerra. Así fue la ceremonia en Planadas, departamento del Meta. Para hacer una guerra se necesitan armas. Cuando se dejan de lado las armas, se le pone punto final a la guerra, a una racha de violencia de más de cincuenta años. Qué importante fue la presencia de las Naciones Unidas en este proceso de la devolución de las armas. Cada arma tenía su número especial, su catalogación especial, su sitio definido.Cuando terminó la ceremonia, alguien me dijo al oído: “Cuando la Iglesia está presente, tenemos más confianza en estos eventos”. Luego, contesté preguntas de los periodistas. A todos les dije la misma cosa: “Ha tenido lugar un desarme exterior, ahora hay que lograr el desarme interior, ese de los corazones”. Es increíble cómo nuestro país está sembrado de tanto odio, de tanta sed de venganza, de tantos deseos de desquite, de tantos esfuerzos por aterrorizarnos, de tantas informaciones tendientes a desvirtuar lo hecho en términos de paz. Esperamos que la visita del papa Francisco, que es una visita pastoral y no política, que se está preparando con tantas reuniones y tantas comisiones, no sólo desde el punto de vista logístico sino también del espiritual, nos encuentre convertidos, transformados, cambiados, de lobos que se matan en hermanos que, a pesar de las fuertes diferencias, se aman, se respetan y se escuchan como nos pide el Evangelio de Jesús. DESTACADO: “Hay que lograr el desarme de los corazones” + Luis Augusto Castro Quiroga Arzobispo de Tunja Fuente: Revista Vida Nueva

Sáb 24 Dic 2016

“En Navidad pasemos de la guerra a la paz”: Mons. Castro

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga en su mensaje de Navidad invita a los colombianos a pedir y desear la paz a todos. El prelado reconoce la disponibilidad manifestada por muchos colombianos, quienes han tomado la valiente decisión de pasar de la guerra a la paz. “Gracias a Dios encontramos muchos hombres de buena voluntad que están dispuestos a pasar de ser hombres de guerra a ser hombres de paz”, dijo el también arzobispo de Tunja. Por último monseñor Castro Quiroga, invita para que en esta Navidad todo colombiano se una en oración y pida de manera particular por el proceso de paz que se adelanta en el país. Audio: Mons. Luis Augusto Castro Quiroga [icon class='fa fa-download fa-2x'] Visitar especial de Navidad[/icon]

Jue 21 Jul 2016

Monseñor Luis Augusto Castro: artesano de la paz…

Monseñor Luis Augusto Castro, trabajador constante en la solución de conflictos, de posiciones vehementes y espíritu conciliador. Considerado como un auténtico misionero de la paz... Presentamos a continuación algunos apartes de la entrevista realizada por la oficina de comunicaciones de la arquidiócesis de Bogotá, al actual arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga es Bogotano, nació el 08 de abril de 1942, tiene 74 años. Estudió en el Instituto San Bernardo De la Salle de Bogotá de la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y en el Seminario Menor de los Padres Misioneros de la Consolata. Cursó los estudios de filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Estudió teología en la Universidad Urbaniana en Italia. Recibió la ordenación sacerdotal en Roma, el 24 de diciembre de 1967. Siendo sacerdote, realizó una especialización en orientación psicológica en la Universidad de Plttsburg y obtuvo el doctorado en teología en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Entre 1973 y 1975 ejerció como vicario cooperador de la Parroquia de la Catedral y rector de la Universidad de la Amazonía en Florencia, departamento de Caquetá. Posteriormente, entre 1975 y 1978, monseñor Castro asumió como director del Seminario Mayor para los estudios de Filosofía del Instituto Misiones Consolata en Bogotá y simultáneamente Consejero Provincial. Entre 1978 y 1981 trabaja como superior provincial de su Instituto en Colombia. Luego, entre 1981 y 1986 es consejero general del mismo Instituto en Roma. De Roma al Caguán Monseñor Castro Quiroga el 17 de octubre de 1986 es consagrado como obispo titular y vicario apostólico en San Vicente del Caguán y Puerto Leguízamo, en los departamentos de Caquetá y Putumayo, labor que desempeñó por 13 años. Luego, el 4 agosto de 1995, ingresa a la Comisión de Conciliación Nacional y comienza una gira por diferentes municipios del país en pro de la paz y los diálogos. El 14 de marzo de 1998 fue nombrado Arzobispo de Tunja. Entre 2002 y 2005 fue Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. El 5 de julio de 2005 al 5 de julio de 2008 fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Fue reelegido en el cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal el 9 de julio de 2014 por un periodo de 3 años, a la fecha. Experiencias de trabajo duras, pero gratificantes por la labor cumplida Dialogar con monseñor Castro es llenarse de paz y de alegría, ante un cúmulo de experiencias de trabajo a favor de los más desprotegidos como indígenas y colonos de diferentes partes del país, con los que realizó un trabajo alrededor de la guerrilla, del narcotráfico y de muchas circunstancias que se vivieron en la región en aquella época. Entre los departamentos del Caquetá y el Putumayo, aprendió el difícil idioma de las negociaciones en medio del conflicto armado. Sin embargo la misión fue cumplida; se lograron construir comunidades cristinas”, aseveró. Es reconocido como un pastor auténtico que trabaja por el desarrollo de las comunidades, la protección a los más pobres y su inquebrantable vocación por la paz y la sana convivencia. Todos somos constructores de un nuevo país En noviembre de 2010, monseñor Castro recibió el premio nacional de paz honorífico, un importante reconocimiento a su labor en defensa de la vida y por la reconciliación. El premio fue otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Pero de estos reconocimientos habla poco, es más casi ni los menciona, su sencillez es desbordante, por esta razón es un convencido que la paz se construye entre todos, volviendo a la sensibilidad del ser humano y por supuesto a la práctica de la misericordia, que para él es una acción, es verdaderamente, un arte. Conozca más detalles de la entrevista hecha a monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, invitado especial de la arquidiócesis de Bogotá. Fuente: Of. comunicaciones Arquidiócesis de Bogotá

Vie 17 Jun 2016

“La constitución no se puede cambiar al ritmo de los vientos (…) no se puede manosear”: Mons. Castro

En el lanzamiento del primer ciclo de diálogos territoriales con la sociedad y la institucionalidad colombiana realizado en Tunja, el arzobispo de esta ciudad y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga manifestó que para lograr la paz en nuestro país se debe iniciar desde la perspectiva de las regiones. “la Iglesia tiene que estar muy presente en lo que es el post-acuerdo porque se trata de construir una casa nueva, por ejemplo, en Colombia para que se dé realmente la paz hay que mirarla desde la perspectiva regional y el Ejército conoce mucho las regiones y puede ayudar a construir esta paz del futuro”, puntualizó el arzobispo. Se refirió, además, a los acuerdos de paz y señaló que estos deben ser políticos no jurídicos. “Yo no entiendo porque meten a la constitución en estas cosas, la constitución no puede cambiar al ritmo de los vientos pasajeros, es que la guía más grande que tiene un país, no se puede manosear de ninguna manera”. El prelado, también aseguró que “se puede lograr la paz con acuerdos grandes, de política alta, noble, no con politiquería. Así se consolida la paz, una paz sólida y dentro de ella también tendrá que comenzar todo lo que tiene que ver con la justicia transicional relacionada con el ejército, eso no tiene absolutamente nada que ver con La Habana, es algo totalmente diferente, pero como el ejército también participó en el conflicto, sufrió, se sacrificó y cometió errores, como todo el mundo comete errores, pues tienen que pensar en tener las mismas oportunidades de defenderse y de ser incluido en el marco de la justicia transicional”, reiteró el arzobispo de Tunja. El “Ciclo de Diálogos Territoriales con la Sociedad y la Institucionalidad”, fue promovido por el Ejército Nacional, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia y la Universidad Nacional y su primer encuentro tuvo lugar el pasado 14 de junio en la ciudad de Tunja. Foto:Rodolfo González-OPGB

Mié 3 Feb 2016

“No se puede tirar la toalla”

Con estas palabras el arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Luis Augusto Castro Quiroga, hizo un nuevo llamado al Gobierno y al ELN para que continúen buscando una salida negociada al conflicto. En una entrevista concedida a RCN La Radio, el prelado pidió a este grupo guerrillero no enfrascarse en “discusiones teóricas” y avanzar en los acercamientos para iniciar un diálogo formal. “El ELN toda la vida ha dialogado, le encanta dialogar, pero hay que pasar a puntos más concretos, más relacionados con un proceso específico que vaya llevando hacia la paz, si no se avanza hacia ese punto sí se está perdiendo el tiempo. No se puede tirar la toalla”, aseveró. Monseñor Castro Quiroga dijo además, que el resultado de las elecciones parlamentarias en Venezuela, habría sido una de las causas del retraso para el inicio de los diálogos en ese país. “Estarán pensando también qué otro lugar será el conveniente y eso demora las cosas, creo que eso es un aspecto muy importante y habrá que esperar a que se decidan”, añadió.