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epifanía del señor

Mar 3 Ene 2023

Venimos a adorar al Rey

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR Enero 8 de 2023 Primera Lectura: Isaías 60, 1-6 Salmo: 72(71),1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11) Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a.5-6 Evangelio: Mateo 2, 1-12. I. Orientaciones para la Predicación Introducción La fiesta que hoy celebra la Iglesia, es la manifestación de Cristo a toda la humanidad. Manifestación a aquellos que los buscan como los Magos de Oriente y que nos invita a reflexionar sí estamos en la búsqueda de Dios. Manifestación que se expresa en el signo de la luz que es la gloria de Yahveh, como lo expresa el profeta Isaías, y que en el Nuevo Testamento es el mismo Cristo a quien en estos días contemplamos en el pesebre iluminando nuestras oscuridades. Manifestación que como afirma la carta a Efesios desvela el misterio escondido desde siglos para los para los paganos, es decir, para todos aquellos que no pertenecen al pueblo judío, por tanto, también para nosotros. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La Palabra de Dios en este día dirige nuestra mirada a Cristo como luz del mundo que ha venido a iluminar la existencia no solo de aquellos que creen en Él, sino de todos los hombres de buena voluntad, pues Cristo no es propiedad de un grupo privilegiado de personas, sino que es un regalo del Padre para el mundo entero. En efecto, en la primera lectura del profeta Isaías se anima al pueblo sumido en la tristeza y el dolor: “¡Arriba, ha llegado tu luz; la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido!”, trayendo de este modo una esperanza que se funda en la novedad que Dios siempre ofrece. Por otra parte, el evangelio según san Mateo, describe a los Magos de Oriente, quienes representan a los que no hacen parte del pueblo de Dios, a unos extranjeros que buscan la verdad y que guiados por la luz de una estrella son llevados precisamente a Jesús. Esta luz, que es Cristo, ha venido no sólo para los judíos, sino para todos los hombres, por ello, Isaías afirma: “caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu alborada” y el autor de la carta a los Efesios advierte que: “también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo”. A su vez, el salmo hace eco de esta realidad al señalar: “que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan”. Como la se observa, la Palabra de Dios hoy es una invitación constante a acoger a Cristo como luz del mundo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El evangelio no quiere que busquemos con curiosidad en el firmamento una estrella que guíe nuestros caminar, sino que se vale de esa figura para que, fijando nuestra mirada en Cristo “luz del mundo”, comprendamos cómo Él ha venido a iluminar las tinieblas de todos aquellos que viviendo en oscuridad andan a tientas sin saber orientar sus vidas. (cf. Jn 8,12). En efecto, la palabra Epifanía es un término griego que significa manifestación de Dios para los hombres extraviados, algunos por el pecado que ha oscurecido su mente e inteligencia y otros por ignorancia, pues nunca han escuchado hablar de Cristo. Así, la fiesta de la Epifanía es un es un eco de la misma fiesta de Navidad que extiende su luz durante este tiempo sagrado que estamos celebrando y que, como escuchamos en la carta a los Efesios, nos invita a apreciar “la distribución de la gracia de Dios” que se nos ha dado en favor de toda la humanidad. Jesucristo, nuestro Señor, es luz para el mundo, su evangelio ilumina el caminar de todo hombre, sus palabras y acciones muestran el sentido de la vida, su existencia irradia el modo de ser que hace feliz al ser humano; por ello, vale la pena seguir su luz presente en los evangelios, orientar la vida según sus enseñanzas, buscar la fuerza de su amor como lo hicieron aquellos sabios Magos de Oriente, que con humildad y sin desfallecer, a pesar de los obstáculos que encontraron en su caminar, siguieron adelante hasta encontrar al Mesías. Es evidente por los evangelios y por la experiencia de vida de los siglos que Cristo es la luz del mundo, pero no basta con saberlo, es necesario buscarle, acogerle y seguirle obedeciendo su evangelio. En efecto, el texto nos dice que los sumos sacerdotes y los escribas del país sabían dónde tenía que nacer el Mesías, pero no movieron un pie para ir en su búsqueda, para dejarse iluminar por Él; prefirieron seguir anclados en sus tradiciones y no se dejaron seducir por la novedad que el Mesías ofrecía. Esto también nos puede suceder a nosotros, sí hoy después de veinte siglos, nos conformamos con una religión quieta que no transforma nuestra existencia y que no nos hace caminar hacia a Cristo con decisión y pasión. Con razón el evangelio según san Juan advierte: “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron... vino a su casa los suyos no la recibieron” (Jn 1,5.12). También el rey Herodes se enteró de esta Luz, pero “se sobresaltó y toda Jerusalén con él”, y como sabemos por el mismo evangelio, no permitió que esta luz iluminara su corazón y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en la región. Es un gran riesgo que sigue latente en el mundo, que Dios ofreciéndonos su amistad en su Hijo Jesucristo, quiera ser ocultado e incluso enterrado por quienes prefieren las tinieblas a la luz. Aceptar esta Luz, dejar que el corazón reciba la claridad que trae este niño que en este tiempo adoramos con fervor en el pesebre, es la invitación que nos hace la Palabra, pues como dice el mismo evangelista Juan: “a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Jn 1,12), por ello, muchos paganos pudieron hacer parte de la familia de Dios, porque dejaron ingresar la Luz del mundo a sus vidas hasta el punto de llegar a ser “coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio”. Esta es la alegría que la Epifanía nos ofrece, que Cristo sigue siendo nuestra Luz y que Él nos une a todos los hombres y mujeres que quieren unirse a esta familia que lo adora, porque como los Magos de Oriente estamos en constante búsqueda del único Señor de la historia y de los pueblos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Con alegría respondamos al Señor que nos ofrece su Palabra, que nuestra respuesta sea adoración al niño de Belén que viene a iluminarnos. Mira Jesús del pesebre nuestra vida, muchas veces en tiniebla por la ignorancia o por el pecado que no nos deja ver con claridad. Ayúdanos a ser humildes para no enorgullecernos de nosotros mismos e ir en tu búsqueda como aquellos magos de Oriente, enséñanos a caminar iluminados por tu evangelio que siempre nos lleva a la verdad, haz que encontrándote permanezcamos contigo en adoración y demos testimonio de tu amor en medio del mundo que vive en tinieblas. ¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz! El tiempo de navidad avanza y es bueno que nos preguntemos si realmente me he dejado iluminar por la luz que Cristo ha traído con su nacimiento. Para saberlo, simplemente debemos observar si nos hemos levantado del pecado a la vida de gracia. Que todos los pueblos le sirvan. Este tiempo de navidad es una bella ocasión para mirar cómo es nuestra acogida a todos los hermanos, pues como se ha dicho, Cristo no es propiedad de un grupo privilegiado. ¿Tengo capacidad de acogida para con los demás? ¿oro por mis hermanos? Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios. La gracia de Dios ha llegado a nosotros, Dios se ha hecho hombre en Jesucristo, ha tomado nuestra misma condición humana, es Dios con nosotros, ¿soy consciente de esta gracia que el nacimiento de Jesús produce en mi vida? ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo. ¿Mi búsqueda del Señor es constante?, ¿permito que la Luz de Cristo llegue a mi corazón?, ¿oriento mi vida según la Luz del evangelio de Cristo? _______________________ Recomendaciones prácticas: • En esta solemnidad de Epifanía conviene resaltar que el personaje central es Cristo y su misterio de salvación, más que las figuras de los reyes magos. • Se puede preparar la procesión con los dones para la Eucaristía, presentado también mercados para los pobres y necesitados. • Encender una luz al frente del pesebre podría ser un elemento pedagógico importante. • Tener presente que hay un formulario distinto para la Misa de la Vigilia y del día. El Prefacio es propio de Epifanía, MR, p. 367. • Puede emplearse hoy la fórmula de bendición solemne: En la Epifanía del Señor, MR, p. 472. • Se recomienda emplear la Plegaria Eucarística I o Canon Romano, se dice el “Reunidos en comunión…”, propio de la Epifanía. • Tener presente que mañana lunes, se celebra la fiesta del Bautismo del Señor. Con esta festividad concluye el tiempo de Navidad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos hoy venimos como aquellos sabios de Oriente en búsqueda de Dios e iluminados por su luz que es Jesucristo ante quien nos postramos en el pesebre de Belén. Celebremos en esta fiesta de la Epifanía del Señor, la eucaristía, misterio de luz que nos hace presente de nuevo a Cristo en el hoy de nuestra historia y adorémosle con filian devoción participando conscientemente de la celebración de la misa. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios que se nos proclama ahora es la luz que guía nuestros pasos en medio de las tinieblas que ensombrecen el mundo; esta Palabra nos invita a ir en búsqueda de Jesús y a hacernos verdaderos adoradores suyos con otros hermanos que son llamados también a la luz de la fe. Acojamos con un corazón orante al buen Dios que nos habla en su Palabra. Oración Universal o de los Fieles Presidente: hermanos, presentemos nuestras plegarias al Padre, que en este día manifiesta su salvación a todos los hombres y digámosle: R. Que tu luz, Señor, ilumine nuestras vidas. 1. Por la Iglesia, extendida por todo el mundo; para que, llevando la luz del evangelio a todos los pueblos, sea portadora de la paz y de la esperanza de Dios. Oremos. 2. Por todas las naciones y en especial por nuestra patria; para que brille sobre todos la luz de Cristo salvación y esperanza de la humanidad. Oremos. 3. Por los cristianos perseguidos, para que el Señor premie el testimonio de su fe y haga fecunda la proclamación del evangelio en medio de la persecución. Oremos. 4. Por nuestra comunidad parroquial; para que todos podamos vivir la alegría profunda por el gran regalo de la salvación que nos ha traído Jesucristo. Oremos. Oración conclusiva Escucha nuestras oraciones, Padre bueno, y has que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Luz del mundo, vivamos siempre como hijos de la luz. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Dom 2 Ene 2022

Los Reyes Magos encuentran al Hijo de Dios y le ofrecen lo mejor

La “Epifanía del Señor” es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, también conocida como de los “Reyes Magos”. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los sabios de Oriente. Los Reyes Magos encuentran a Dios y le ofrecen lo mejor. La actitud de postración frente a la presencia de Jesús nos indica el gozo que brota de un corazón que sabe reconocer la presencia del Señor y se postra para reconocerlo y ofrecerle lo mejor que se tiene. En este contexto, sor Arelis Gaviria Montoya, directora del Departamento de Estado Laical de la Conferencia Episcopal de Colombia, nos habla del significado de cada regalo que recibe el Niño Dios y a lo que este nos invita. ORO: El oro es el regalo que se da a los reyes, el metal más preciado, sirve para reconocer la realeza y grandeza de esa persona. La reina de Saba otorgó este regalo al rey Salomón. Ofrezcamos a Dios el oro de nuestras buenas acciones, el cuidado de nuestros niños, niñas, jóvenes y adolescentes. INCIENSO: El incienso en la Biblia, así como en la cultura hebrea y judía se usaba para ofrecérselo a Dios, Por tanto, es una prueba de la divinidad de Cristo, ofrecerle incienso, como a un auténtico Dios. Ofrezcamos el incienso de nuestra oración por las familias, para que, a ejemplo de del hogar de Nazaret, nuestras casas sean un ejemplo de amor, perdón acogida, sencillez y humildad. MIRRA: La mirra la usaban los judíos para embalsamar los cadáveres, pero también se usó como perfume para las personas, es símbolo entonces de lo humano, de lo material, de lo carnal. Nos viene a enseñar que Cristo se hizo carne, humano, verdadero hombre, y murió por nosotros, por eso, necesitó ser embalsamado con mirra. Ofrezcamos a él nuestras debilidades humanas para que sean transformadas en la grandeza de su gloria.

Vie 31 Dic 2021

Epifanía del Señor

EPIFANÍA DEL SEÑOR Enero 02 de 2022 Primera lectura: Isaías 60,1-6 Salmo: 72(71), 1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11) Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6 Evangelio: Mateo 2,1-12 II. Orientaciones para la Predicación Introducción * Celebramos en la Epifanía la manifestación o revelación de la “buena noticia” de la salvación en Cristo, no sólo para el pueblo del Antiguo testamento sino para todos los pueblos de la tierra. * Como los Magos, estamos llamados a reconocer en el humilde Niño nacido en el pesebre al Mesías y Salvador, al Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos. * Esta fiesta nos pide a todos los bautizados renovar nuestra acción de gracias por la fe recibida y el compromiso evangelizador. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura del profeta Isaías se refiere a una celebración gozosa centrada en la ciudad santa de Jerusalén por tres motivos: porque sobre ella brilla la gloria del Señor que la ilumina, aunque sobre los demás pueblos haya oscuridad, porque sus hijos retornan y los pueblos caminan hacia ella, y porque vienen a ella los tesoros de los pueblos. Se trata de una figura mesiánica y escatológica que anuncia la llegada de Cristo y el gozo que trae a las naciones. En este mismo sentido, aunque citando otros pasajes de Isaías, el evangelio de San Mateo celebra el inicio del ministerio público de Jesús: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande” (4, 15-16). El salmo 71 hace parte de los llamados “reales”, pues celebra la figura y misión del rey. Destacan dos aspectos: la dimensión universal y la perdurabilidad de este reinado, así como la justicia que imparte para los más pobres y débiles. El pasaje de la carta a los Efesios nos propone el centro teológico de la fiesta de la Epifanía: “que los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa cumplida en Cristo Jesús” (3,6). Esta convicción representa el propósito esencial de la predicación de Pablo: dar a conocer a todas las naciones la buena nueva de la salvación. El texto evangélico nos relata la adoración de los Magos o Sabios de Oriente, subrayando estas manifestaciones: * La llegada desde tierras lejanas, en las que no se conocía la fe de Israel y no se esperaba al Mesías, para destacar que la salvación en Cristo se ofrece a todos los pueblos de la tierra. * El cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, que se realizan en el Niño nacido en el pesebre y al cual reconocen los Magos como Dios y como Hombre. * El rechazo de Herodes hacia el Niño y el engaño al que quiere someter a los Magos, pues considera el reinado del Mesías como atentado a su poder. Esta oposición es también cumplimiento de lo anunciado por los profetas y prefigura la pasión y muerte del Señor. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En la fiesta de la Epifanía, guiados por la Palabra, el Señor nos invita a: * La acción de gracias por el don de la fe, que ha llegado hasta nosotros como una realización de esta “manifestación” de la salvación no sólo para Israel sino para todos los pueblos. Por la fe, reconocemos a Cristo como la luz del mundo y sabemos que, con él, no caminamos en tinieblas; por él hemos sido hechos hijos e hijas de Dios; él nos convoca y nos reúne en la Iglesia, sacramento de salvación para todas las gentes. * La consagración a Cristo de nuestra vida personal y comunitaria. En efecto, la ofrenda de los Magos, profetizada en Isaías con la figura de los “tesoros que se vuelcan sobre Jerusalén” o “las riquezas de las naciones que le traen”, representa el reconocimiento del Salvador y, al mismo tiempo, la llegada de los pueblos gentiles a la fe en el Mesías, con toda su vida, su historia y su cultura. Estamos llamados a empeñarnos de tal manera en la tarea evangelizadora que de verdad se instaure el reinado de Dios entre nosotros. * La renovación de nuestra conciencia misionera y del correspondiente compromiso en el anuncio del Evangelio, pensando especialmente en los hermanos y hermanas que todavía no conocen a Cristo. Es ésta una misión que nos involucra a todos los bautizados y que podemos realizar con la oración, el apostolado y el testimonio de comunión y participación en la vida eclesial. Somos discípulos y misioneros, y todos estamos llamados a Evangelizar. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La celebración de este día nos mueve a pedir al Señor que nos dé la claridad y la fortaleza para ser auténticos discípulos y misioneros, que vivamos coherentemente la gracia bautismal. Para ello, es necesario renovar nuestro compromiso de unidad y participación en la vida de la Iglesia. Es justamente este propósito el que el Papa Francisco nos invita con la celebración de la próxima Asamblea Sinodal, para la cual ya venimos preparándonos en cada Iglesia particular. _________________ Recomendaciones prácticas: • Conviene incluir en las oraciones de los fieles algunas peticiones de los formularios para la misa por la Evangelización de los Pueblos II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos, ¡sean todos bienvenidos a esta celebración! Como pueblo de Dios celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la cual Cristo se manifiesta como luz de las naciones. Descubramos como los Reyes Magos adoran al Hijo de Dios que abre las puertas del Reino a todos los hombres y también digamos: “… venimos a adorarlo”. Comencemos nuestra celebración de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, con la disposición para acoger el amor de Dios en nuestro corazón. Monición a la Liturgia de la Palabra La gloria de Dios se manifiesta a todos los pueblos a través de su Palabra, que es viva y eficaz, e ilumina nuestro caminar, vence la oscuridad del pecado y nos acerca al Señor para ofrecerle nuestra vida y nuestros actos como ofrenda agradable ante su presencia. Que esta Palabra de esperanza prolongue en nuestros hogares la luz de la Navidad y llegue a todos los hombres de buena voluntad que quieren recibir al Mesías, luz que nace de lo alto. Oración Universal o de los Fieles Presidente: En actitud de adoración, presentemos al Padre, nuestras súplicas y digámosle suplicantes: R. Señor, ilumina nuestra vida. 1. Por la Iglesia de Dios, para que, con su predicación y testimonio, siga siendo sacramento de salvación para todos los pueblos y los siga atrayendo hacia Cristo, luz de las gentes. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que iluminados por el Salvador, promuevan el verdadero orden social y una paz estable y duradera. 3. Por los pobres, marginados, enfermos y desamparados que no tienen pan y techo, para que compartamos con ellos lo que tenemos, no lo que nos sobra. 4. Por todos los que no reconocen a Cristo como Mesías para, a través de la tarea misionera de la Iglesia, dispongan caminos de encuentro con el Señor y puedan acercarse a la fe cristiana para adorar al Señor y ofrecerle sus vidas. 5. Por nosotros reunidos en esta asamblea Eucarística para que, en actitud de adoración y movidos por la luz de Dios, caminemos hacia Cristo, plenitud de la verdad, y renovemos nuestro compromiso misionero. Oración conclusiva Señor y Padre bueno, acoge bondadoso las plegarias que tus hijos te han presentado con fe y esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Sáb 2 Ene 2021

Solemnidad de la Epifanía del Señor

La “Epifanía del Señor” es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, también conocida como de los “Reyes Magos”. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los sabios de Oriente. Para el obispo de Duitama, monseñor Misael Vacca Ramírez, esta solemnidad permite recordar que “el Señor se ha manifestado, se manifiesta y se manifestará; basta estar atentos, no dormidos, para poder descubrir la presencia Su presencia”. El prelado devela tres manifestaciones de Jesús, el Hijo de Dios, en esta solemnidad: Jesús que se hace presente en medio de la humanidad. Naciendo pobre, humilde y sencillo, en Belén, en medio de esa pobreza es reconocido y adorado por los reyes visitantes. Ellos, que no pertenecían al pueblo de Israel, lo reconocen como Dios y Señor; por eso, se postran y lo adoran. La revelación en el Jordán. Cuando Jesús fue bautizado por Juan Bautista y allí es ungido con el Espíritu de Dios, el Padre lo proclama Hijo, Hijo amado, Hijo a quien debemos escuchar. Jesús se hace presente en Caná de Galilea Cuando Jesús manifiesta su gloria y convierte el agua en vino. Él se hace presente siempre para salvar, para ayudar, para acompañar la vida de la humanidad, la vida de los pueblos y la vida de cada persona. Frente a estas revelaciones y en atención al momento que vive hoy la humanidad por la pandemia, monseñor Vacca expresa que, a pesar de la tristeza o soledad que pueda haber en el corazón de las personas, la palabra de Dios siempre será motivo de alegría y consuelo para enfrentar estos momentos difíciles. “También podemos recordar las palabras del profeta Isaías: "Levántate, sonríe que llega tu luz", en medio de esta situación podemos reconocer que el Señor está presente y precisamente nos interroga en dónde apoyamos nuestra vida, cuál es la fuente de seguridad que tenemos. Herodes estaba apoyado en el poder, por eso siente temor y miedo cuando sabe que ha nacido otro rey”, afirmó. Finalmente, recordó que debemos apoyarnos en el Señor y reconocerlo siempre como el único Salvador. “Que esta fiesta nos lleve a reconocer que el Señor no está lejos, que el Señor se hace presente en nuestra vida y, por su cercanía, nuestra vida tiene sentido”.