Pasar al contenido principal

evangelio san juan

Lun 21 Abr 2025

22 de Abril | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20, 11-18

22 Abril, Martes. de la Octava de PascuaJn 20, 11-18He visto al Señor y ha dicho estoLectura del santo Evangelio según san Juan.EN aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: ´´Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes``». María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto». Palabra del Señor.

Vie 18 Abr 2025

17 de Abril | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 13, 1-15

17 Abril, Jueves. Santo MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR,Jn 13, 1-15Los amó hasta el extremoLectura del santo Evangelio según san Juan.ANTES de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y este le dice: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dice: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Simón Pedro le dice: «Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dice: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También ustedes están limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos están limpios». Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman ´´el Maestro´´ y ´´el Señor´´, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros: les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan». Palabra del Señor.

Jue 17 Abr 2025

18 de Abril | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 18, 1-19, 42

18 Abril, Sabado. Santo EN LA PASIÓN DEL SEÑORJn 18, 1-19, 42Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan ¿A quién buscan? A Jesús, el Nazareno Cronista:EN aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el que lo iba a entregar, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando una cohorte y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo: + «¿A quién buscan?», C. Le contestaron: S. «A Jesús, el Nazareno». C. Les dijo Jesús: +«Yo soy» C. Estaba también con ellos Judas, el que lo iba a entregar. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez: +«¿A quién buscan?» C. Ellos dijeron: S. «A Jesús, el Nazareno». C. Jesús contestó: +«Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen marchar a estos». C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro: +«Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado Padre, ¿no lo voy a beber?». Llevaron a Jesús primero ante Anás C. La cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo». Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada portera dijo entonces a Pedro: S. «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?». C. Él dijo: S. «No lo soy» C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero. porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó: +«Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído de qué les he hablado. Ellos saben lo que yo he dicho». C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo S. «¿Así contestas al sumo sacerdote?». C. Jesús respondió: +«Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?». C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. ¿No eres tú también de sus discípulos? No lo soy C. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron: S. «¿No eres tú también de sus discípulos?». C. Él lo negó, diciendo: S. «No lo soy» C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquella quien Pedro le cortó la oreja, le dijo: S.«¿No te he visto yo en el huerto con él?». C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. Mi reino no es de este mundo. C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo: S. «¿Qué acusación presentan contra este hombre?». C. Le contestaron: S. «Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos». C. Pilato les dijo: S. «Llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley». C. Los judíos le dijeron: S. «No estamos autorizados para dar muerte a nadie» C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: S. «¿Eres tú el rey de los judíos?». C. Jesús le contestó: + «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». C. Pilato replicó: S. «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». C. Jesús le contestó: + «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». C. Pilato le dijo: S. «Entonces, ¿tú eres rey?». C. Jesús le contestó: + «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». C. Pilato le dijo: S. «Y, ¿qué es la verdad?». C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo: S. «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre ustedes que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?». C. Volvieron a gritar: S. «A ese no, a Barrabás». C. El tal Barrabás era un bandido. ¡Salve, rey de los judíos! C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: S. ¡Salve, rey de los judíos! C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra ve y les dijo: S. «Miren, se lo saco para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa». C. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: S. «He aquí al hombre». C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y y los guardias. gritaron: S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!» C. Pilato les dijo: S. «Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él» C. Los judíos le contestaron: S. «Nosotros tenemos una ley, y según esa morir, porque se ha hecho Hijo de Dios» C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más. Entró otra vez en el pretorio y dijo a Jesús: S. «¿De dónde eres tú?». C. Pero Jesús no le dio respuesta Y Pilato le dijo: S. «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?» C. Jesús le contestó: +«No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor». ¡Fuera, fuera; crucifícalo! C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: S. «Si sueltas a ese, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey está contra el César». C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo ´´Gábbata´´). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: S. «He aquí a su rey», C. Ellos gritaron: S. «¡Fuera, fuera; crucifícalo!» C. Pilato les dijo: S. «¿A su rey voy a crucificar?». C. Contestaron los sumos sacerdotes: S. No tenemos más rey que al César. C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Lo crucificaron; y con él a otros dos C. Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado "de la Calavera» (que en hebreo se dice ´´Gólgota´´), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos». ¿Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: S. «No escribas ´´El rey de los judíos´´, sino: ´´Este ha dicho: soy el rey de los judíos´´». C. Pilato les contestó: S. «Lo escrito, escrito está» Se repartieron mis ropas C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, en cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de un pieza de arriba abajo. Y se dijeron: S. «No la rasguemos, sino echémosla a suerte, a ver a quién le toca». C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados. Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre C. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: +«Mujer, ahí tienes a tu hijo». C. Luego, dijo al discípulo: +«Ahí tienes a tu madre». C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Está cumplido C. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: + «Tengo sed». C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: +«Está cumplido». C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Todos se arrodillan, y se hace una pausa. Al punto salió sangre y agua C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron». Envolvieron el cuerpo de Jesús en los lienzos con los aromas C. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. El fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Palabra del Señor.

Mié 2 Abr 2025

03 de Abril | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 5, 31-47

03 Abril, Jueves. 4ª Sem. de CuaresmaJn 5, 31-47Hay uno que los acusa: Moisés, en quien tienen su esperanzaLectura del santo Evangelio según san Juan.EN aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca han escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque al que él envió no le creen. Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no quieren venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, los conozco y sé que el amor de Dios no está en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibieron; si otro viene en nombre propio a este si lo recibirán. ¿Cómo podrán creer ustedes, que aceptan gloria uno de otros y no buscan la gloria que viene del único Dios? No piensen que los voy a acusar ante el Padre, hay uno que los acusa: Moisés, en quien tienen su esperanza. Si creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creen en sus escritos, ¿cómo van a creer en mis palabras?». Palabra de Señor.

Dom 30 Mar 2025

31 de Marzo | Lectura del Santo Evangelio según San Juan 4, 43-54

31 Marzo, Lunes. 4ª Sem. de CuaresmaJn 4, 43-54Anda, tu hijo viveLectura del santo Evangelio según san JuanEN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en si propia patria». Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Si no ven signos y prodigios, no creen». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.Palabra del Señor.

Sáb 18 Ene 2025

19 de enero | Lectura del santo Evangelio según San Juan 2, 1-11

Lectura del santo Evangelio según San Juan.​SE celebraban unas bodas en Caná de Galilea, y​ la madre de Jesúsestaba allí. También invitaron a Jesús y a sus discípulos al banquetede bodas. Y como se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: «Notienen vino.»Jesús le respondió: «Déjame, mujer. Todavía no ha llegado mihora.»Su madre dijo a los sirvientes:​ «Hagan lo que él les diga.​»Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos depurificación de los judíos. En cada una cabían unos cincuenta litros​.Jesús dijo a los sirvientes:​ «Llenen de agua esas tinajas.»Y las llenaron de agua hasta el borde.«​Ahora saquen-añadió Jesús-y llévenle al jefe del servicio​.»Y así lo hicieron. El jefe del servicio no sabía de dónde habíasalido más vino, pero los sirvientes, que habían sacado el agua, s​í losabían.De modo que cuando probó el agua convertida en vino, llamóal​ novio y le dijo: «​Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando​ todos han bebido bastante, el menos bueno. Tú, en cambio,guardaste el mejor vino hasta ahora.​»Esta fue la primera obra reveladora de Jesús. Con ella manifestósu gloria en Caná de Galilea, y sus discípulos creyeron en él​.Palabra del Señor.

Vie 10 Ene 2025

11 de enero | Lectura del santo Evangelio según San Juan 3, 22-30

Lectura del santo Evangelio según San Juan.​E​N aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea,se quedó allí con ellos y bautizaba.También Juan estaba bautizando en Enón, cerca deSalín, porque había allí agua abundante; la gente acudíay se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en lacárcel.Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a​ ​Juan y le dijeron:«Rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán,de quien tú has dado testimonio, ese está bautizando, ytodo el mundo acude a él».Contestó Juan:«Nadie puede tomarse algo para sí si no se lo dan desdeel cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo dije: ​“Yono soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él​”.El que tiene la esposa es el esposo; en cambio, el amigodel esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz delesposo; pues esta alegría mía está colmada. ​É​l tiene quecrecer, y yo tengo que disminuir»​.​​Palabra del Señor.​

Jue 2 Ene 2025

3 de enero | Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 29-34

Lectura del santo Evangelio según San Juan.​A​L día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía haciaél, exclamó:Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado delmundo. Este es aquel de quien yo dije: "Tras de mí vieneun hombre que está por delante de mí, porque existía antesque yo​"​. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar conagua, para que sea manifestado a Israel».Y Juan dio testimonio diciendo:«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo comouna paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, peroel que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese esel que bautiza con Espíritu Santo". Y yo lo he visto y hedado testimonio de que este es el Hijo de Dios»​.​Palabra del Señor.