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indulgencia plenaria

Mié 9 Dic 2020

El Papa Francisco convoca a un "Año de San José"

El Papa Francisco convocó un Año de San José desde este martes 8 de diciembre hasta el 8 de diciembre del próximo año 2021, durante el cual la Iglesia católica concederá indulgencias según una serie de condiciones establecidas por la Penitenciaría Apostólica. “Rogar a San José” para obtener de él la gracia de la conversión, y celebrarlo como “patrono de la Iglesia universal” a 150 años de la declaración de este título por Pío IX, es el principal motivo que impulsó al papa Francisco a publicar hoy, fecha precisa del 150 aniversario, una carta apostólica titulada “Patris corde” (corazón de un padre), enteramente dedicada al “padre adoptivo” de Jesús. El pontífice publicó además un decreto que establece una indulgencia plenaria especial para todos los que celebren el aniversario “en las ocasiones y en la forma” indicada por la Penitenciaría Apostólica. El decreto sobre la indulgencia explica que Pío IX confirió a san José el título de “patrono de la Iglesia universal”, “movido por las circunstancias graves y lúgubres en las que una Iglesia se ve acosada por la hostilidad de los hombres. La carta de Francisco recuerda el “papel central” de José “en la historia de la salvación”, tanto es así que “después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio papal como José, su esposo”. Y enumera: “El beato Pío IX lo declaró ‘Patrono de la Iglesia Católica’, el venerable Pío XII lo presentó como ‘patrono de los trabajadores’ y san Juan Pablo II como ‘Custodio del Redentor’. El pueblo lo invoca como ‘patrono de una muerte feliz’". Una de las razones más urgentes que impulsaron al Santo Padre a publicar la Carta es que su figura está “tan cerca de la condición humana de cada uno de nosotros”. Señala que en esta época de pandemia “nuestras vidas están tejidas y sostenidas por gente corriente -generalmente olvidada- que no aparece en los titulares de periódicos y revistas, médicos, enfermeras y enfermeros, trabajadores de supermercados, limpiadores, cuidadores, transportistas, fuerzas policiales, voluntarios, sacerdotes, religiosos y muchos pero muchos otros que han entendido que nadie se salva solo”. “Cuántas personas ejercen la paciencia e infunden esperanza cada día, cuidando de no sembrar el pánico sino la corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros hijos, con pequeños y cotidianos gestos, cómo afrontar y atravesar una crisis reajustando hábitos, mirando hacia arriba y estimulando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos”. El Decreto finaliza especificando que “en el actual contexto de emergencia sanitaria, el don de la indulgencia plenaria se extiende de forma particular a los ancianos, a los enfermos, a los agonizantes, y a todos aquellos que por motivos legítimos se encuentran imposibilitados a salir de casa". Fuente: Agencia católica AICA

Vie 27 Mar 2020

"La tempestad que vivimos nos llama a la solidaridad y a confiar en Dios"

Tras haber escuchado el mensaje del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en Roma, monseñor Elkin Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal, expresó que el pasaje bíblico leído en la lectura del evangelio ha sido signo de la tormenta que vive actualmente la humanidad, por cuenta del coronavirus. “El Papa ha tomado muy bien este texto del evangelio de San Marcos para describir el panorama de desolación, miedos, falta de esperanza y de sensación de hacernos sentir que no podemos hacer nada, fuera de eso nos habla que Dios puede estar lejos, pero después Él mismo nos dice que sí le importamos”, aseveró Recordemos que se leyó el evangelio según San Marcos, el pasaje en el cual, según el texto bíblico, en medio de una tempestad que amenazó con hundir la barca en la que Jesús iba con sus discípulos él respondió "Por qué tienen miedo, ¿acaso todavía no tienen fe?", les preguntó, después de calmar la tempestad. El también obispo auxiliar de Medellín, expresó como este mensaje del evangelio de la tempestad calmada por Jesús, transporta a unos importantes llamados en la vida de toda persona como son la unión, la solidaridad, pero, sobre todo, la necesidad de la presencia de Dios. “Esto nos lleva a darnos cuenta en nuestra propia vida qué es lo verdaderamente importante. Esta situación a la que estamos expuestos en estos momentos nos muestra nuestra fragilidad y nos debe sugerir una reflexión sobre lo que verdaderamente cuenta en la vida”. Al referirse a los distintos momentos de silencio vivos durante la celebración, de manera especial en la exposición del Santísimo, dijo que significan “el poneros delante de Dios, inclusive sin capacidad de expresar muchas cosas, solo queriendo escuchar su voz que nos invita a tener fe y a desterrar el miedo, a confiar más en Él y a sentir su mano poderosa que nos protege”. Cómo hacer para no tener miedo El prelado observó como este espacio solemne de oración y súplica a Dios, llega en un momento en el que el mundo está pasando por esa tormenta de la pandemia, teniendo encerrado a millones de personas en sus casas. Al respecto evocó al Papa quien insistentemente invita a no tener miedo y a confiar más en Dios. “El Pontífice repite constantemente una frase que sale de los labios de Jesús, cuando hay dificultades, cuando parece que todo se cierra el Señor siempre nos dicen no tengan miedo. Y en este momento es la expresión de la cercanía de Dios, el miedo lo dejamos porque lo tenemos a Él, el Papa lo ha dicho claramente en varias ocasiones no tengamos miedo que ahí está el Señor”. Finalmente, destacó como el Papa Francisco a sus 83 años, durante la ceremonia reflejó en su rostro “señales de esta pandemia en su corazón, espiritualmente dejó traslucir su preocupación por toda la humanidad que está viviendo un momento tan doloroso” Por primera vez en la historia de la Iglesia católica, el Papa rezó este viernes ante la inmensa plaza vacía de San Pedro, impartió la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) y dio la indulgencia plenaria al mundo por la pandemia de coronavirus que lo azota. [icon class='fa fa-download fa-2x'] DESCARGAR HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO[/icon]

Vie 27 Mar 2020

"Abrazar al Señor, para abrazar la esperanza": Papa Francisco

Los ojos del mundo, atemorizado por la pandemia del Coronavirus, recibieron con espereza las palabras de cercanía y bendición del Santo Padre, este 27 de marzo, desde la Basílica de San Pedro. Conectados a través de los medios de comunicación, miles de personas de todas las edades y países, se unieron en oración con el Santo Padre, quien retomando el Evangelio de Marcos (4,35-41), en el que Jesús calma la tormenta en el mar de Galilea, luego de ser despertado por los apóstoles que lo acompañaban en la barca, recordó que “el Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual”. Si bien, agregó, “nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”. Por ello, insistió el Sumo Pontífice, “en medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado”. Y es que, recordó el Papa, “tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor”. La fuerza de la fe libera del miedo y da esperanza Durante su reflexión, previa al momento de oración ante el Santísimo Sacramento y a la bendición Urbi et Orbi, a Roma y el mundo, que impartiría de manera extraordinaria, el Santo Padre, también, alentó a abrazar la cruz de Cristo, ya que en ella “hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo”, señaló. La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad Alertando sobre las distracciones del mundo, el Papa advirtió que “todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, nos privan de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad. Por ello, es necesario “tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás”. Bendición al mundo e indulgencia plenaria Tal y como había sido anunciado, pasado el mediodía (hora Colombia) el Papa impartió la bendición Urbi et Orbi y concedió la indulgencia plenaria a quienes se unieron a este momento de oración con fe y piedad, confiando la superación de la emergencia sanitaria por Coronavirus, pidiendo por quienes afrontan “en primera línea” esta realidad desde su servicio desinteresado (personal de salud, voluntarios, gobernantes, consagrados, enfermos) y por la familias del mundo entero. La ceremonia finalizó con aclamaciones al Señor, a la Virgen María y a San José. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargue homilía completa[/icon] Fotos: tomadas de internet

Mar 28 Ene 2020

Año Jubilar en la Diócesis de Garzón

Dos acontecimientos eclesiales en el departamento del Huila han permitido que el Papa Francisco conceda el Año Jubilar con indulgencia plenaria a la diócesis de Garzón. Se trata del centenario de la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes en Saladoblanco y los 75 años de fundación del Monasterio del Ave María, “hechos que marcan un hito en la historia de esta jurisdicción; acontecimientos que nos van revelando que esta Iglesia va llegando a una madurez y estabilidad; una diócesis con luces y sombras, pero también con gran esperanza de que la vida sea verdaderamente la vida de Dios en nuestra Iglesia", explicó monseñor Fabio Duque Jaramillo, obispo de esta Iglesia Particular. De otra parte, el prelado invitó a la comunidad a ser participe con alegría de estos acontecimientos: "que tomemos parte en lo que la Iglesia nos ofrece para que nosotros podamos seguir conociendo más de cerca la misericordia de Dios, que no es solo el perdón, sino es Dios mismo habitando en el corazón nuestro para que nosotros podamos derrotar el mal". Finalmente recordó que los actos celebrativos se realizarán así: Aniversario 75 años del Monasterio del Ave María de las Hermanas Pobres de Santa Clara, el 8 de mayo de 2020. Eucaristía Centenario la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, el 24 de mayo de 2020. El Año Jubilar inició el 1 de enero de 2020 e irá hasta el 31 de diciembre. La comunidad católica del centro, occidente y sur del departamento, que asista a estos dos lugares se podrá beneficiar con la indulgencia plenaria. La parroquia Nuestra Señora de las Mercedes Fue creada según decreto episcopal de monseñor Esteban Rojas Tovar, obispo de Garzón, el 8 de mayo de 1920. El padre William Darío Yagué, párroco, afirmó que "esta es una gran oportunidad que tenemos todos los fieles cristianos, para que iniciemos o continuemos el camino de santidad de vida y, como peregrinos de la gracia de salvación, encontrémonos con ella, la Bienaventurada Virgen María, en su gran advocación de Nuestra Señora de Las Mercedes". Monasterio del Ave María de las hermanas pobres de Santa Clara Creado el 24 de mayo de 1945. La fundación venía del monasterio de la ciudad de Santa Rosa de Osos y fue acogida por Monseñor Gerardo Martínez Madrigal, quien en esa época era el obispo de Garzón y oriundo de la ciudad de Santa Rosa de Osos. ¿Qué es una indulgencia? “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos” (Catecismo de la Iglesia Católica N° 1471). Condiciones para obtener la indulgencia Tener la intención de evitar cualquier pecado mortal o venial, ir peregrinando hasta el templo parroquial Nuestra Señora de las Mercedes en Saladoblanco o al Monasterio del Ave María de las Hermanas Pobres de Santa Clara en Garzón y cumplir las siguientes condiciones: Confesión sacramental Comunión Eucarística Rezar por las intenciones de la Iglesia Universal, por las intenciones del Sumo Pontífice: Papa Francisco y por las intenciones del obispo de esta Jurisdicción Practicar una obra de Misericordia Fuente: Con información de la Of. de comunicaciones diócesis de Garzón

Lun 5 Jun 2017

Año Jubilar de Fátima – Las indulgencias

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que “la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia (…) Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias” (n. 1471). Este es el nuevo regalo que el Papa Francisco ha hecho a la Iglesia con ocasión del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima. El Papa autorizó que no solo se beneficiaran de este don los peregrinos que asistieran al Santuario de Fátima, sino también “los fieles piadosos que visiten con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o lugar adecuado, en los días del aniversario de las apariciones (día 13 de cada mes desde mayo a octubre de 2017), y ahí participen devotamente en alguna celebración u oración en honor a la Virgen María, recen la oración del Padre nuestro, reciten el símbolo de la fe (Credo) e invoquen a Nuestra Señora de Fátima”. Pero ¿para qué sirven las indulgencias? Un ejemplo ayuda a entender: cuando una persona sufre una cortada, los médicos curan la herida pero queda la cicatriz. Luego existen medicamentos o intervenciones estéticas, que buscan limpiar la cicatriz. Así, cuando una persona comete un pecado, Dios, a través del sacerdote, le perdona el pecado, pero queda la cicatriz por las consecuencias lógicas del pecado cometido. La indulgencia pretende limpiar la cicatriz, por la autoridad que el Señor le confirió, siempre que el fiel cumpa los requisitos que la Iglesia considera necesarios: “Para obtener la indulgencia plenaria, los fieles, verdaderamente penitentes y animados de caridad, deben cumplir ritualmente las siguientes condiciones: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre”. Durante el año santo de la misericordia, fueron muchas las ocasiones en que se pudieron ganar las indulgencias, ahora, con motivo de la aparición de la Virgen en Fátima, se tendrá la posibilidad de beneficiarse de ese don. Que los corazones y las voluntades de muchos, estén dispuestos a vivir plenamente la alegría de sentirse amados por Dios, salvados por Cristo, y reconocidos como hijos por la Virgen Madre. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar