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la amazonía

Mar 27 Oct 2020

Llamado a la responsabilidad personal y comunitaria: Obispos de la Amazonía

Los obispos del Caquetá y Putumayo, preocupados por el incremento de contagio del Covid-19 en estas zonas del país, a través de un comunicado hicieron un llamado a la comunidad para que ejerzan la responsabilidad personal y comunitaria. “Frente a la situación que vivimos, hacemos un llamado a la comunidad para mantener el autocuidado y la responsabilidad de cuidar al prójimo, al uso responsable y permanente del tapabocas, evitando las aglomeraciones y siendo protectores de nuestra propia vida y la de nuestros hermanos”, expusieron. Igualmente, hicieron evidente factores que pueden estar generando este aumento de los contagiados, tales como la poca toma de muestras, la demora en la entrega de resultados y los casos que no son reportados por las personas. Frente a este panorama los prelados animaron a las autoridades a ejercer un mayor control en las medidas de bioseguridad. “Invitamos a los gobiernos departamentales y locales a intensificar los controles y medidas de contención de aglomeraciones y el cumplimiento de las normas de bioseguridad, a trabajar sin bajar la guardia en el tamizaje y cerco epidemiológico que permita contener el contagio”, expresaron. En el mensaje suscrito por Mons. Omar de Jesús Mejía Giraldo, Arzobispo de Florencia; Mons. Francisco Javier Múnera, Obispo Diócesis de San Vicente del Caguán; Mons. Luis Albeiro Maldonado Monsalve, Obispo Diócesis de Mocoa-Sibundoy; y Mons. Joaquín Humberto Pinzón, Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, los prelados reiteraron su compromiso con las comunidades y expresaron a las autoridades su compromiso para seguir apoyando cualquier iniciativa que esté encaminada en la protección de las comunidades. Finalmente, impartieron su bendición, pidiendo por el fin de la pandemia, por la salud de los enfermos y la protección de todos los pueblos. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mar 20 Oct 2020

SNPS cerró ciclo formativo: ‘Problemáticas, desafíos y respuestas en la Amazonía’

Con el foro ‘Opinión pública en defensa del territorio’ se dio cierre a este ciclo formativo virtual, un espacio para reflexionar, desde una mirada espiritual y eclesial, sobre las principales problemáticas sociales y ambientales que afectan a la región amazónica. Durante el foro participó el Pastor Édgar Castaño, presidente de la Confederación Evangélica de Colombia y miembro de la Iniciativa Interreligiosa de Colombia- IRI, quien brindó una reflexión como parte de la apertura de este espacio, allí expuso uno de los deseos que el Papa Francisco dejó plasmado en la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Querida Amazonía’, en donde dice que sueña con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, donde la voz sea escuchada y la dignidad promovida. “Creo que independientemente de la fe que profesemos, hay que valorar mucho este escrito, porque ofrece una mezcla entre lo humano y lo natural”, observó. Respecto al sueño eclesial del Santo Padre Francisco, la hermana Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas – CLAR, dijo que “como pueblo de Dios estamos llamados a transitar caminos, eso nos sitúa en el lugar de la escucha, desde el cual es posible comprender y asumir los desafíos sociales y ecológicos que se plantea la Iglesia”. Para la religiosa, la diferencia entre cada ser humano es una posibilidad para el encuentro y poder convivir en unidad desde la diversidad. Asimismo, advirtió que el estilo sinodal se posiciona como un nuevo modo de ser y hacer de la Iglesia, ya que caminar juntos es la condición para responder, desde una mirada eclesial, a los desafíos de la realidad. Adentrándose en el tema del evento, monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana, fue el encargado de dar respuesta al interrogante: ¿Qué es necesario que las comunidades de la Iglesia católica, otras confesiones de fe y los pueblos indígenas tomen en cuenta para generar incidencia e impactos en la opinión pública en los procesos de defensa del territorio? Ante esta pregunta, que hace referencia principalmente a los proyectos extractivistas o de minería que afectan la vida, el ecosistema y que, en muchas ocasiones, no son transparentes en sus procesos, monseñor Henao Gaviria aseguró que, “cuando se hace un análisis de una situación tan compleja como lo es la Amazonía, una realidad tan grande, con gran impacto en el mundo, es importante tener un enfoque de derechos humanos ya que este permite identificar dónde están las mayores afectaciones de esta región”. Asimismo, añadió que se debe analizar el tema de derechos de las comunidades desde la equidad en el acceso a servicios públicos, la salud y a los recursos naturales. Para Monseñor Henao Gaviria, cuando se habla de incidencia se debe ser transparente en lo que se está proponiendo, ser humildes y capaces de evaluar y rendir cuenta de lo que va logrando colectivamente, además, saber escuchar aun cuando hay diferencias, ya que esto brinda distintas perspectivas y capacidades de entendernos los unos con los otros. “Definitivamente la labor de incidencia hecha en clave de derechos, nos lleva al reconocimiento de voces específicas como el de las mujeres, una voz muy poderosa, de un gran compromiso y una actividad permanente en la construcción de un mundo donde los derechos sean reconocidos”, ratificó el director del SNPS/CC. Para hacer incidencia en la Amazonía se requiere identificar las capacidades que tienen las comunidades para adaptarse, por ejemplo, al cambio climático; es decir, no resignarse a los fuertes impactos que vive el medio ambiente, sino que, por el contrario, tengan la capacidad de transformación y adopción de medidas y normas que ayuden a encontrar nuevas alternativas ante esta realidad. Según comenta el directivo, el descubrimiento de impactos y daños en el medio ambiente nos lleva a darnos cuenta que hay un imperativo moral de trabajar para solucionar ese problema y encontrar otra manera de leer las situaciones, otra manera de abordar las transformaciones que se tienen. “Todo esto se trata de planes a largo plazo, de comunidades que son capaces de mirar al futuro y articularse con otros, escuchar voces de otras orillas, ser capaces de transmitir esa voz y de mantener una actitud permanente y constante hasta lograr la gran meta que es el cuidado de la Casa Común y el respeto por la creación que Dios nos ha encomendado”, fueron las palabras con las que finalizó monseñor Henao. Por su parte, Margarita Flórez, abogada, activista ambiental, investigadora en políticas socio ambientales y directora de la Asociación Ambiente y Sociedad, enfocó su intervención en tres puntos claves: múltiples y contradictorias políticas, información y participación ambiental, incidencia e impactos. De acuerdo a esto, explicó que en esta región del país hay una titulación de tierras pendientes que causa inseguridad jurídica porque nadie se hace responsable del territorio, lo que no solo contribuye al desorden sino también a la deforestación y el acaparamiento de tierras. “La combinación de políticas extractivas, es decir, que el Estado central se abogue en absoluto derecho de decir en dónde van las minas y pozos petroleros, nos parece que fue solucionado por una sentencia que dijo que había que hacerse una ley de coordinación y concurrencia, pero esa ley no se ha expedido. Esto ratifica que hay inseguridad jurídica, hay fronteras borrosas que no permiten un escenario claro de exigencia de derechos”, advirtió. Asimismo, indicó que, aunque existen unos compromisos climáticos ejecutados a nivel regional, no tienen una inserción real en las poblaciones amazónicas. “En plena pandemia lo único que no paró fue la adjudicación de pozos petroleros en el Amazonas”, indicó la abogada. En términos de incidencia, la investigadora recalca que para que haya una verdadera participación de la ciudadanía, se hace necesaria la existencia de normas claras y comprensibles, mayor información en tiempo real por parte de entidades y ONG, exigencia de unificación de procesos informativos y de consulta, asistir a reuniones que permitan tener mayor conocimiento sobre los procesos, entre otros. Ante estas dos intervenciones, Mateo Estrada, indígena del pueblo Siriano del Vaupés, integrante de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana – OPIAC, experto en temas de territorio y medio ambiente, aseguró que cada uno de los pueblos indígenas del Amazonas tiene una relación cerca y distinta con la naturaleza, viviendo la espiritualidad desde aquello que los rodea. En el marco de esa conexión hombre – medio ambiente, el experto indígena aseguró que, “hemos ido construyendo nuestra figura organizativa a partir de unos líderes espirituales y también sociales que existen en cada pueblo. Nos hemos ido transformando en el trascurso del tiempo. En los últimos 30 años nos hemos fortalecido mucho más a través de organizaciones regionales con el objetivo de sentarnos a dialogar con los tres actores: el Estado, las empresas privadas y las ONG. Queremos dialogar de igual a igual, entre gobierno indígena y gobierno del Estado colombiano”. “Nosotros los pueblos indígenas tenemos nuestras normas que son igual de válidas, existen y se practican, poco a poco el Gobierno ha ido reconociendo esas figuras nuestras, porque Colombia tiene un sinnúmero de normas a favor de los pueblos indígenas pero que no las aplican. En este sentido, nuestra incidencia con el Gobierno es directa, nosotros no queremos normas escritas, sino aplicadas, que vivan entre nosotros, que caminen las montañas y ríos, que atienda la salud, educación, medio ambiente y vivienda”, puntualizó. Fuente: Oficina de comunicaciones del SNPS/CC

Jue 5 Mar 2020

Querida Amazonía

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Para un lector o actor desprevenido, este título podría sugerirle una declaración sentimental, o el título de un nuevo libro sobre esta importante franja de la tierra o una poesía para exaltar su belleza y singularidad. Pero la mirada atenta a una preocupación fundamental que el Papa Francisco, con insistencia y convicción ha querido posicionar en el mundo de hoy, como es el grave asunto de tomar en serio y responsablemente una “ecología integral”, permite a la Iglesia universal y a la sociedad global, conocer la Exhortación Apostólica así titulada. Ella recoge un serio discernimiento, juiciosamente desarrollado en varias etapas, en actitud profunda de escucha y sinodalidad, sin veto alguno a temas por clarificar y profundizar, para que al final de esta parte del camino emprendido, pudiéramos compartir el conocimiento más cercano de una realidad como es la de la Amazonía, no como realidad aislada sino de interés universal, vista en sus implicaciones éticas, sociales, económicas, políticas, culturales así como también religiosas y eclesiales. Como tantas visiones proféticas que llaman la atención en un momento dado de la historia, ésta, sin duda, a medida que se vaya entendiendo su carga de profundidad, por tratarse de tema de máximo interés y mucha actualidad, seguramente irá encontrando las respuestas adecuadas y responsables, especialmente de los Estados y gobiernos, en la toma de medidas para favorecer el bien común y la supervivencia de toda la humanidad. Quisiera llamar la atención sobre el hecho de que ya en la V Conferencia General del episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida (2007), como antecedente, con la presencia e influencia notable del entonces Cardenal Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco, hubo una alerta sobre la necesidad de tomar muy en serio este tema: en efecto en la mirada a la realidad del continente, al referirse a la biodiversidad, ecología, Amazonía y Antártida, constata que “América Latina es el continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta y una rica socio diversidad, representada por sus pueblos y culturas”, destacando que “Un ejemplo muy importante en esta situación es la Amazonía”. Y en nota de pie de página hace un inventario de lo que esto significa: “…ocupa un área de 7.01 millones de kilómetros cuadrados que corresponden al 5% de la superficie de la tierra; al 40% de la superficie de América del Sur; contiene el 20% de la disponibilidad de agua dulce no congelada. Abriga el 34% de las reservas mundiales de bosques y una gigantesca reserva de minerales. Su diversidad biológica de ecosistemas es la más rica del planeta. En esa región se encuentra cerca del 30% de todas las especies de la fauna y flora del mundo” (Cfr D.A. 83-84). Y al final, en las propuestas pastorales se habla de “Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de la Amazonía para toda la humanidad… Y apoyar con los recursos humanos y financieros necesarios, a la Iglesia que vive en la Amazonía para que siga proclamando el evangelio de la vida y desarrolle su trabajo pastoral en la formación de laicos y sacerdotes a través de seminarios, cursos, intercambios, visitas a las comunidades y material educativo”. (Cfr D.A. 475). “Querida Amazonía”, responde con creces y con abundancia de reflexión y argumentos, ahora como llamado global y muy serio, en cabeza del Papa Francisco, a lo que en Aparecida fuera un deseo, que, en los planes de Dios, empieza a tomar fuerza en la Iglesia universal y como profético llamado a toda la humanidad, que tiene sin duda, como un referente cumbre y marco esencial de discernimiento, la carta encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común. Estamos invitados a profundizar en su contenido y tomado muy en serio, aplicarlo en todos los escenarios y situaciones. Con mi fraterno saludo y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga