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mes de las misiones

Mar 22 Oct 2024

Dos Grandes Misioneros

Por Mons. Orlando Antonio Corrales García , Arzobispo Emérito de Santa Fe de Antioquia - El Domingo 20 de Octubre celebramos en toda la Iglesia la Jornada Mundial de las Misiones y por este motivo, todo el mes de Octubre se llama el Mes Misionero. Por esto les presento en esta reflexión a dos grandes misioneros, cuya Memoria litúrgica tenemos en estos próximos días: San Juan Pablo II y San Antonio María Claret.El martes 22 tenemos la Memoria litúrgica del Papa San Juan Pablo II. En el inicio solemne de su pontificado, el 22 de Octubre de 1978 en la Plaza de San Pedro, resonó la voz potente del nuevo Papa, venido de Polonia, que exhortó a toda la Iglesia, más aún, a toda la humanidad, a abrir las puertas a Cristo el Salvador de todos los hombres. Este es el anuncio Misionero que debe llevarse a todos los rincones de la tierra: proclamar que Cristo es el Salvador y que todos los hombres y mujeres, son invitados a abrir las puertas del corazón a Cristo, para que sea El quien dé sentido a la vida de cada persona.No cabe duda que este Papa fue un gran misionero y por ello viajó a tantos países del mundo, con el único objetivo de llevar el mensaje de la Salvación, la buena noticia del amor de Dios a todos: sus numerosos viajes, al igual que sus incontables documentos, tuvieron y tienen todavía hoy el propósito de acercar a hombres y mujeres de todas las culturas y lenguas, a Dios, para descubrir y experimentar su amor de PadreDestaco entre sus documentos, la Encíclica Redemptoris Missio: La Misión del Redentor, publicada el 7 de Diciembre de 1990, cuyo subtítulo es: Sobre la permanente validez del mandato misionero. Trata de la urgencia de la actividad misionera en estos tiempos. Tiene 8 capítulos, que me permito enunciar:1. Jesucristo, único Salvador.2. El Reino de Dios.3. El Espíritu Santo, protagonista de la misión.4. Los inmensos horizontes de la misión Ad gentes.5. Los caminos de la misión.6. Responsables y agentes de la pastoral misionera.7. La cooperación en la actividad misionera.8. Espiritualidad misionera: «El verdadero misionero es el santo».El jueves 24 celebramos la Memoria litúrgica de San Antonio María Claret. Nació en España y como sacerdote, predicó durante varios años en la región de Cataluña. Durante toda su vida desplegó un gran ardor misionero. Fue nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba, entregándose con gran generosidad a su tarea misionera en esa Isla del Caribe. Su gran espíritu misionero lo impulsó – por inspiración divina – a fundar la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como los Misioneros Claretianos, que hacen presencia en 68 países, entre ellos Colombia. Están presentes en varias Diócesis de nuestro país, muy especialmente en Quibdó, Chocó. También están presentes en Medellín.San Antonio María Claret dio está definición del misionero: «Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todos el mundo en el fuego del divino amor. Nada me arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas».Que el ejemplo y el dinamismo de estos dos grandes misioneros, nos impulse para vivir la Misión de manera permanente, como debe ser, no sólo en algunos momentos.

Vie 4 Oct 2024

La importancia de la familia, a propósito del mes de las misiones

Por Mons. Félix Ramírez Barajas - “La familia está llamada a ser una comunidad misionera, que anuncia el Evangelio y testimonia el amor de Dios” (Familiaris Consortio n. 53)La Iglesia, que es misionera por naturaleza, acoge a cada familia y en ella a sus miembros que, como bautizados también reciben la fe y se unen estrechamente a la misión evangelizadora de la Iglesia. Acogiendo la Palabra de Dios y haciéndola vida en el seno de la familia, está llamada a formar en los valores del Reino como fundamental tarea de su acción misionera.1. En este mes caracterizado por el esfuerzo misionero, la familia aparece como protagonista, en virtud de su vocación cristiana, se esfuerza por ser defensora de la vida en contra de tantas amenazas desde el vientre materno, la familia creyente es y debe ser defensora de este don inestimable. “La familia está llamada a ser un lugar de acogida y defensa de la vida” (Amoris Laetitia, n. 44) y a rodear el ambiente familiar siendo consciente de la dignidad de la persona. En la familia la acción misionera en favor de la vida ha de ser una bandera que se lleva en la mente y en el corazón para gritar al mundo que la vida es don de Dios.2. También en este mes misionero, la familia ha de recordar el compromiso por el valor de la verdad, en contra de tanta falsedad y engaño del mundo moderno, con una preocupación desde la fe para conocer más a Cristo Camino, Verdad y Vida, solo desde este principio la familia puede también ser misionera, pues la verdad desde Cristo la lleva a poder dialogar entre las generaciones (adultos, jóvenes y niños) y lograr así verdaderos consensos que lleven a la unidad familiar. “La familia es un lugar privilegiado para la formación en la verdad y la virtud” (Veritatis Splendor, n. 101).3. La familia es escuela de amor y caridad, pues es, en el seno del hogar, donde los niños y jóvenes adquieren conocimiento y entrenamiento en este valor fundamental que proyecta a la familia a la caridad con los más necesitados y en general al amor al prójimo. “La familia es un sujeto misionero, llamado a evangelizar y a testimoniar el amor y la caridad” (Amoris Laetitia n. 88). Esta fuerza del amor en familia es, en definitiva, lo que dispone al perdón y a la reconciliación, muchas veces sanando heridas aun generacionales y de toda índole para buscar la armonía entre sus miembros y ad extra con las demás personas con las cuales se interactúa. El amor y la caridad, en todo caso, dispone a la familia a la apertura a la acción del Espíritu Santo quien es el protagonista de la misión, y se convierte así en testigo de la fe y la esperanza, en medio de un mundo donde se necesita testigos creíbles, para que el Evangelio llegue, como nos recuerda el Papa Francisco, a todas las periferias y sobre todo, a las existenciales, donde falta el amor, la paz, la verdad, la justicia y la vida y pueda sanar y redimir al ser humano desde su condición de pecado y lograr integrarlo a la dignidad bautismal de hijo de Dios.4. Su compromiso social también se extiende a la vivencia del valor de la justicia, en contra de tantas situaciones injustas y estructuras de corrupción en la sociedad. La familia mediante la práctica de la justicia está llamada a educar a las nuevas generaciones en esta acción misionera, que le ayuda a responder a la invitación del Evangelio a ser buenos administradores de los bienes que el mismo Señor pone en las manos de los padres y madres de familia, en primer lugar, confiándoles la vida y también la misión de educar en los valores fundamentales a sus hijos. San Juan Pablo II recordaba que la “Familia es el lugar privilegiado para la formación en la justicia y la solidaridad” (Jornada mundial de las familias 2018).5. A la familia cristiana se le pide también el aporte efectivo en la construcción de la paz, esta acción misionera es y debe ser permanente, “Cristo es nuestra Paz”, la familia en el desarrollo de esta tarea busca desarmar el corazón de toda clase de violencia, odios y rencores, incoherencias e infidelidades y se dispone para que cada uno de sus miembros, pueda ser instrumento de paz, revisando las maneras de ser y actuar y mediante la corrección fraterna, como acción evangélica, pueda generar espacios donde se propicien relaciones muy justas que lleven a la vivencia de la paz: “la familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor” (Mensaje 47 Jornada Mundial de la Paz 2014).6. La vida sacramental en la familia que comienza por la preocupación en la iniciación cristiana y en los demás sacramentos que garantizan en la familia la búsqueda de la santidad. “La familia es una comunidad sacramental, llamada a vivir la vida de gracia y de amor” (Familiaris Consortio n. 11) En este mes de las misiones estamos todos convocados a renovar nuestra tarea evangelizadora dentro de cada familia. Que especialmente la reconciliación y la Eucaristía defiendan a la familia de todo mal y les conceda vivir la alegría de ser discípulos misioneros. María madre y reina de las misiones guie, acompañe y proteja a cada una de las familias.Mons. Félix Ramírez BarajasObispo de Málaga-SoatáComisión Episcopal de Matrimonio y Familia

Jue 19 Oct 2023

Renovados en Cristo por el Evangelio

Por Mons. José Libardo Garcés Monsale- Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, quienes en salida misionera estamos convocados para comunicar el Evangelio a otros, para que renovados en Cristo, participen de la comunidad de creyentes que es la Iglesia y todos podamos caminar como peregrinos en la fe, la esperanza y la caridad hasta llegar a participar de la gloria de Dios.La Iglesia es comunidad de creyentes que acoge a los que son bautizados, para hacerlos miembros activos de la transmisión de la fe a otros. El Concilio Vaticano II nos enseña esta verdad cuando afirma: “El Espíritu Santo, que llama a todos los hombres a Cristo por la semilla de la palabra y proclamación del Evangelio, y suscita el homenaje de la fe en los corazones, cuando engendra para una nueva vida en el seno de la fuente bautismal a los que creen en Cristo, los congrega en el único pueblo de Dios que es ‘linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de adquisición’ (1Pe 2, 9)” (Ad Gentes 15), siendo la Iglesia esa comunidad cristiana que es signo del amor de Dios para todos.La comunidad de creyentes empieza a gestarse en la familia, Iglesia doméstica, donde se siembran las semillas del Evangelio con el ejemplo y la enseñanza de los padres y luego viene a reforzarse con el testimonio y acompañamiento de la comunidad cristiana que sostiene en la fe. El ser humano por la gracia del bautismo se renueva permanentemente por el Evangelio que va impregnando toda su existencia. Así lo expresa el Papa Francisco cuando afirma: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii Gaudium 1) y luego también se experimenta un gran gozo en transmitir el Evangelio a otros para que, de la misma manera, sean renovados en Cristo.Todos los cristianos que formamos parte de la comunidad de creyentes que es la Iglesia, estamos llamados a renovar permanentemente el encuentro con Jesucristo, en un esfuerzo constante por la conversión personal, que tiene que llegar al nivel de la transformación de la vida en Cristo, es decir, que sea el Señor quien obre a través de nosotros y atraiga a muchos a la salvación por el testimonio cristiano y las palabras con las que se comunica el Evangelio. El Papa Francisco se refiere a esta realidad cuando convoca al encuentro con el Señor: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que está excluido de la alegría reportada por el Señor” (EG 3).Con todo esto tomamos conciencia que la fe en Jesucristo no es algo individual, que se vive de manera egoísta, encerrado en su propio mundo, al contrario, una vez se experimenta la alegría de la renovación en Cristo por el Evangelio, el fervor interior que se siente hace que el creyente esté presto a comunicar con la vida y con las palabras el Evangelio que ha renovado su vida en Cristo. El Concilio Vaticano II es claro al convocarnos al testimonio de vida y a la Evangelización: “No basta que el pueblo cristiano esté presente y establecido en un pueblo, ni basta que desarrolle el apostolado del ejemplo; se establece y está presente para anunciar con su palabra y con su trabajo a Cristo a sus conciudadanos no cristianos y ayudarles a la recepción plena de Cristo” (AG 15).Con este mandato del Concilio, todo bautizado ha de tomar conciencia que su renovación en Cristo, ocurrida por el Evangelio, tendrá que ser proclamada en voz alta a otros que no conocen a Jesús, están alejados o simplemente lo rechazan, porque, Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva (Cfr Ez 18, 21-28) y es nuestra responsabilidad ser instrumentos del Señor, para que muchos lleguen al conocimiento de Jesucristo y se salven.Comunicar el Evangelio significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva de la Salvación a todos los ambientes de la humanidad, a los que están cerca y a los que están lejos. El Papa Francisco nos recuerda que la Evangelización se debe realizar en tres ámbitos: “En primer lugar, el ámbito de la pastoral ordinaria, animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad y que se reúnen en el día del Señor para nutrirse de su Palabra y del Pan de vida eterna. En segundo lugar, el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo, no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Finalmente el ámbito de quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado” (EG 14). Estos tres ámbitos deben ser objeto de la entrega pastoral de cada sacerdote y de todos los bautizados en la Iglesia.La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María Estrella de la Evangelización y el Glorioso Patriarca San José fiel custodio de la fe, alcancen del Nuestro Señor Jesucristo el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 10 Oct 2023

Discípulos misioneros

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Es tradicional que el mes de octubre sea dedicado a reflexionar en torno del compromiso misionero que nos compete como bautizados.Es muy importante tener presente que la dimensión misionera tiene varias aristas que deben ser consideradas. La misión que Jesús encomienda a sus discípulos tiene como fin inicial la salvación de los seguidores del Señor, es decir, una misión ad intra, que parte de la conversión personal; luego acompañar y educar en las verdades de la fe y el conocimiento de Jesucristo, es decir, misión ad extra, que se manifiesta en el testimonio del cristiano a través de la coherencia de vida; y la que está orientada a proponer el mensaje de salvación a aquellos que no lo conocen, es decir, misión ad gentes.El Catecismo de la Iglesia católica dice que “La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autorizado por el testimonio de vida de los cristianos” (Catecismo, 2044).Esto que afirma el Catecismo es clave para que tomemos conciencia de la imperante necesidad que tenemos todos de vivir conscientemente los compromisos del bautismo. El anuncio misionero del Evangelio de Jesucristo nunca puede estar alejado de la vida, de la forma de vivir de los creyentes. Los primeros cristianos hacían misión viviendo unidos, siendo solidarios, amándose los unos a los otros, siendo felices en medio de las persecuciones. Por eso los paganos cuando los veían afirmaban, como es el caso de Tertuliano en el siglo II: “¡pero miren cómo se aman!” Los Hechos de los apóstoles dirá de los primeros cristianos que “los que aceptaban su palabra se hicieron bautizar, y ese día se unieron a ellos unas tres mil personas” (Hch. 2, 41) y que “alaban a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. Cada día el Señor incorporaba a la comunidad a los que se salvaban” (Hch. 2, 47).Esto quiere decir que no podemos ser “cristianos del montón”, esto es, cristianos de partidas de bautismo, pero alejados de los compromisos de la vida cristiana. Es muy posible que muchos católicos se pasen a engrosar los templos de iglesias hermanas no católicas por el anti-testimonio que, consciente o inconscientemente, podemos estar dando los católicos.Vivamos con alegría, con esperanza y solidariamente nuestra fe. Es la mejor forma de hacer misión. Por eso acojamos con gozo la reiterada invitación del Papa a hacer de nuestra Iglesia una Iglesia en salida.Leamos este aparte de la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el Gozo del Evangelio, del Papa Francisco, que nos dice que “la intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión «esencialmente se configura como comunión misionera». Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie” (n. 23).Pero hay otro aspecto que no quiero dejar pasar de largo y es el compromiso misionero de nuestra Arquidiócesis, que tiene en cuenta lo que el Catecismo de la Iglesia católica, entre otros documentos dice a los ministros ordenados: “En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros participan de la universalidad de la misión confiada por Cristo a los apóstoles. El don espiritual que recibieron en la ordenación los prepara, no para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación hasta los extremos del mundo, dispuestos a predicar el Evangelio por todas partes” (Catecismo, 1565). Y esto se aprende desde el seminario.Los invito a orar por los presbíteros de nuestra Arquidiócesis que están presentes en Iglesias necesitadas como Cádiz, Valencia, Albacete y Lérida, en España; en San Jacinto, Ecuador; en Idaho, USA; en Roma, en Buenaventura y en Popayán. También un sacerdote ad gentes en Bogotá en la Universidad Uniminuto. 17 sacerdotes y un diácono transitorio que están sirviendo en Iglesias donde escasean los ministros ordenados. Nosotros, que también tenemos limitaciones en el número de sacerdotes, damos de nuestra pobreza, seguros de que el Señor nos recompensará.Octubre es el mes del Santo Rosario, homenaje a Nuestra Señora del Rosario, cuya fiesta se celebra el 7 de octubre. A ella nos encomendamos con fe.Y en octubre es la colecta por las misiones, el DOMUND, el 22 de octubre. Seamos generosos con la oración, el sacrificio personal y el aporte económico para la misión de la Iglesia universal, colecta que se envía a las Obras Pontificias Misionales.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Lun 24 Oct 2022

Evangelizar a los que están lejos

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo, a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, en muchos ambientes y sectores que están físicamente cerca de nosotros, pero viven muy lejos de Dios y de su Palabra de Salvación. Ya el tiempo donde todos en la familia eran creyentes con fe firme, está pasando, y estamos en una época donde muchos recibieron el bautismo, pero en lo que se refiere a la fe, son indiferentes e incluso, rechazan abiertamente a Jesús. El Papa Pablo VI, en su momento, así lo percibía cuando afirmó: “aunque el primer anuncio va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús o a los niños, se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de la vida cristiana” (‘Evangelii Nuntian¬di’ #52). Esta realidad descrita por el Papa Pablo VI, es un fenómeno común en las nuevas generaciones de muchas de las familias creyentes y por esta razón, el Papa Francisco vuelve a retomar el tema cuando llama a evangelizar en todos los ámbitos, sin descuidar la pastoral ordinaria que se orienta al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios. Es necesario reconocer el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo y también hace el llamado a proclamar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado (cf. ‘Evangelii Gaudium’ #14), recordando que “los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14). La preocupación de toda la Iglesia, pastores y fieles, a lo largo de los siglos ha sido anunciar el Evangelio a los que están alejados de Cristo y por eso, en una época se identificaban los alejados con quienes habitaban fuera de las fronteras de nuestro entorno y existía una vocación misionera para atender directamente a esos hermanos nuestros. Pero hoy la realidad de los alejados está presente en nuestro territorio, en nuestra Diócesis, en las periferias y en el centro de nuestra ciudad, en la parte urbana y en el campo. Por ello, retomamos como propio el llamado del Papa Francisco cuando nos dice que “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15), de tal manera que, lo tenemos que hacer presente con la salida misionera a la que estamos convocados todos los creyentes. La salida misionera es el camino adecuado en este momento de nuestra historia para volver a traer al redil de la Iglesia a la oveja perdida. Jesús en el Evangelio nos da el testimonio del Pastor bueno que sale a buscar una oveja perdida, dejando las noventa y nueve en el redil (cf. Lc 15, 4-6), hoy tenemos que retomar la salida misionera para ir en busca de las noventa y nueve, dejando una en nuestro redil. Si no lo hacemos entre todos, corremos el riesgo de dejar a todo el pueblo de Dios a la deriva, con la conciencia que “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20), periferias que vemos avanzar en nuestra ciudad, no solamente por la limitación física de los recursos de muchas personas, sino por el vacío en la fe que padecen muchas personas que son nuestros vecinos y cercanos. Recordemos que los discípulos que se reunieron en torno a Jesús y que salieron a predicar con Él, no tenían un lugar para permanecer, porque “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20); siempre fueron itinerantes, siempre estaban en misión de un lugar para otro y así nació la Iglesia, en camino, en salida misionera. El Papa Francisco nos recuerda esta verdad cuando afirma: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera. Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo” (EG 23). La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María, Estrella de la evangelización y el glorioso Patriarca san José, fiel custodio de la fe, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo, el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 20 Oct 2022

MES DE LAS MISIONES: Experiencia de sacerdotes colombianos en el continente asiático

En el contexto del mes de las misiones, que se anima en octubre, el Centro Nacional Misionero, de la Conferencia Episcopal de Colombia, avanzó este martes 18 con la tercera charla virtual, que en esta ocasión ofreció la experiencia de dos sacerdotes colombianos presentes como misioneros ad gentes en el continente asiático. El padre Omer Giraldo,mxy, rector del Instituto Misionero de Antropoligía -IMA- y encargado del Área de Etnias en la Conferencia Episcopal, fue el encargado de guiar este diálogo, que permitió revelar detalles de la misión de estos religiosos en tierras extranjeras. Así como dialogar sobre sus gentes, la cultura asiática, el diálogo interreligioso, estilo de vida religiosa en estos dos países, entre otros temas. El padre Luis Carlos Cano,mxy, misionero Javeriano de Yarumal, radicado desde el 2017 en Camboya - Sureste Asiático, comparte orgulloso su experiencia como misionero colombiano, en un país mayoritariamente budista el 96 % y con una población de 16 millones de habitantes. “Para mí es una alegría y un motivo muy especial el venir en nombre de la Iglesia colombiana y compartir con las comunidades la experiencia de fe. Para mí la misión ad gentes significa desarraigo, porque no es fácil dejar la casa, es también la oportunidad de nacer de nuevo para una nueva cultura, de abrir el corazón a esa experiencia a la que Dios me trae acá”, observa el sacerdote. Camboya ha sido un país que ha sufrido un conflicto armado y que denota en los rostros de sus habitantes cicatrices que aún no han sanado, por esta razón resalta el religioso que no es fácil entrar de primeras en el corazón de ellos. “Entrar a un país que ha sufrido la guerra y entrar en el corazón de los camboyanos no es fácil porque hay algo en ellos, como las heridas, que permanecen abiertas, por ello esto es un proceso lento, de mucho tacto y delicadeza, pero aun así, a pesar del sufrimiento es un pueblo que sonríe y es un pueblo cálido”. Por su parte, el padre Esteban Cañola,mxy, misionero en Tailandia - Asia y quien llegó apenas hace 5 meses a este país, comparte en principio el proceso de formación que tuvo que recibir desde el seminario de los Misioneros Yarumal, para llegar a prestar un mejor servicio donde Dios lo enviara. Explicó que el énfasis fue desde el aspecto antropológico y lingüístico, una formación que, resalta el sacerdote, debe llevar al respeto de las culturas y el estudio de los idiomas. Destacó que de los países latinoamericanos que mayor número de misioneros hace presencia en este continente es el colombiano. “Colombia es el que mayor misioneros aporta en estas tierras lejanas”. El religioso valora el esfuerzo que la Iglesia colombiana hace para que con los aportes que se reciben “de monedita en monedita” sea posible enviar un mayor número de misioneros a otros países para testimoniar el amor de Dios. Señaló que vivir como misionero en este continente asiático, significa sembrar, pero también recoger los frutos. Explicó que este país es conocido como “la tierra de la sonrisa” y dijo que, si bien no se conocen los abrazos latinoamericanos, las personas expresan su afecto de otras formas. “es bonito experimentar como estas culturas demuestran el cariño y la cercanía de otro modo, no hay abrazos”. Próxima charla Para concluir el mes misionero, el próximo 25 de octubre se ofrecerá la última charla donde estará como invitada especial la Dra. Andrea Puentes, Misionóloga y profesora de teología, quien abordará el tema: La inculturación en la misión. Reviva aquí la charla sobre la experiencia de los sacerdotes misioneros ad gentes en el continente asiático

Jue 20 Oct 2022

Episcopado colombiano presenta actividades para vivir el Mes de las Misiones

A pocos días de iniciar octubre, Mes de las Misiones, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Centro Nacional Misionero (CNM), ha elaborado algunos insumos que permitirán la vivencia de este tiempo de gracia misionero. Talleres misioneros Siguiendo el itinerario propuesto en el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones, el CNM, presenta cuatro talleres de acuerdo con las cuatro Obras Misionales Pontificias, estos podrán ser desarrollados individual o grupalmente de modo que se pueda profundizar en la propuesta que hace el sucesor de Pedro. Están dirigidos a laicos y consagrados(as) que quieran profundizar en el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones para el desarrollo de cuatro talleres que podrán vivirse en momentos de: escucha, discernimiento, actividad y celebración. Este año 2022 el Papa Francisco ha invitado a detenerse en tres expresiones que son la clave para distinguir la vida, obra y misión de los discípulos: «Para que sean mis testigos», «hasta los confines de la tierra» y «el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza». En este contexto señala el CNM “Esas expresiones nos concientizan de la responsabilidad que se nos ha confiado, ya que la misión es tarea de todos los bautizados que al igual que en su tiempo, los discípulos, somos enviados a anunciar a Cristo por todas partes”. Estos talleres están dirigidos a laicos y consagrados(as) que quieran profundizar en el mensaje del Papa para la Jornada. Cada taller tiene cuatro momentos: escucha, discernimiento, actividad y celebración. 1. “Vivir al estilo de Cristo”, con una invitación a conocer la Obra de la Santa Infancia, la cual se encarga de promover la misión en los niños y adolescentes. 2. “Nutrirse de Cristo para alimentar a otros”, aquí se puede conocer mejor la Congregación de Propaganda Fide que en la actualidad es el dicasterio para la Evangelización de los Pueblos. 3. “Salir a anunciar a Cristo Vivo, con una invitación para apoyar la Pontificia Obra de san Pedro Apóstol, la cual se encarga de promover y apoyar las vocaciones del clero nativo para la evangelización en territorios de misión. 4. “Trascendiendo las fronteras con Cristo”, para conocer y apoyar la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe que se encarga de fomentar la ayuda y colaboración de todos los bautizados con las jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran en territorios de misión. Como parte de la dinámica del taller se sugiere una actividad a realizar, como: crucigrama, sopa de letras, origami, entre otras, para aquellas que requieren solución, se adjunta el desarrollo de la misma, con el fin de que se puedan confrontar con las respuestas correctas. DESCARGAR TALLERES PARA EL MES MISIONERO Rosario Misionero y Hora Santa El CNM, propone que en este mes misionero los católicos se unan en la oración por las misiones que es lo primero y más necesario en orden a desarrollar el sentido misionero y para suscitar vocaciones misioneras. Para ello, propone realizar durante este período el rezo del Santo Rosario Misionero y una Hora Santa por las misiones. El Rosario Misionero es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional, en el cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el mundo. Para esta acción, el CNM ha elaborado una guía para que la intención misional de las cinco decenas del Rosario, sean meditadas en representación de las regiones del país: Pacífico, Caribe e Insular, Amazonía, Orinoquía y Andina; así también en representación de los cinco continentes desde el punto de vista misional: África, Oceanía, América, Asia y Europa. DESCARGAR ROSARIO MISIONERO DESCARGAR HORA SANTA MISIONERA Charlas virtuales: “En octubre, hablemos de misiones” Siguiendo con las actividades programadas por el Centro Nacional Misionero, se ha dispuesto para que durante los cuatro martes del mes de octubre, se ofrezcan unas charlas virtuales de formación tituladas: “En octubre, hablemos de las misiones”, se trata de una serie de conferencias con temas de misionología, donde intervendrán algunos testigos de la misión. Los temas son los siguientes: * Octubre 06: Mons. Victorino Girardi, Obispo emérito de Tiralán - Liberia: La misión ad intergentes en el magisterio * Octubre 11: Mons. Mario Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y presidente de la Comisión Episcopal de Animación Misionera. Conferencia: El mensaje del papa para el Domund * Octubre 18: P. Omer Giraldo, director del área de Etnias. Conferencia: La experiencia de un misionero ad gentes * Octubre 25: Dra. Andrea Puentes, Misionologa y profesora de teología. Conferencia: La inculturación en la misión. DESCARGAR INFORMACIÓN CONVERSATORIOS VIRTUALES

Mar 11 Oct 2022

Diócesis de Palmira, sede del VIII Congreso Nacional CONIAM 2022

Del 13 al 16 de octubre, la Diócesis de Palmira recibirá en su sede a niños, adolescentes y asesores de la Infancia Misionera de todo el país para vivir el octavo CONIAM 2022, que tendrá como tema de reflexión: “Sinodalidad: Caminar juntos con Jesús para ser misioneros”. Según lo explican sus organizadores, el evento se realizará en el marco del mes de las misiones que la Iglesia universal anima este mes de octubre. Además, acogiendo el llamado que el Papa Francisco hace a ser una Iglesia en sinodalidad, se ha escogido para esta ocasión el lema: Caminando juntos ¡Somos testigos alegres de Jesús! “Es una hermosa oportunidad para que los niños, niñas y adolescentes se expresen acerca de lo que saben de la Iglesia, cómo la ven y la sienten, y así crezcan aún más en la conciencia de que por el bautismo, forman parte de una gran familia, donde todos somos importantes”. Este espacio de reflexión, adoración, canto y recreación busca “promover en los niños y adolescentes la sinodalidad misionera enseñada por Cristo, para que con la fuerza del Espíritu Santo se encienda aún más el fuego del amor misericordioso de Dios Padre en el mundo”. Por su parte el obispo de la Diócesis de Palmira, Edgar de Jesús García Gil, hizo la invitación a participar de este congreso que se realizará en la Villa de las Palmas, observando que esta jornada será un signo de comunión y un camino de sinodalidad. Quiénes podrán participar La invitación es para niños entre 9 a 12 años y adolescentes de 13 a 17 años, que tengan un recorrido dentro de la Obra de la Infancia de Animación Misionera (IAM), conocer bien sus objetivos, compromisos, y en lo posible que hayan tenido experiencia de ELMI (Escuela de Liderazgo Misionero) y que haya en ellos la capacidad de liderazgo, dinámicos, participativos. Por su parte, los asesores que participen deben ser personas mayores de edad, con una amplia experiencia en la obra (más de dos años) y que conozcan todos los fundamentos de la (IAM). La participación al CONIAM se realizará a través de los respectivos Comité Regional de Misiones- COREMI, de cada Jurisdicción Eclesiástica y tiene un costo de $290.000 Para mayor información pueden escribir al E-mail :[email protected]