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obispado castrense

Mar 7 Mar 2023

Obispos castrenses de América Latina y el Caribe proyectan el fortalecimiento de su misión pastoral en ambiente sinodal

Del del 27 de febrero al 3 de marzo, en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Bogotá, se llevó a cabo un nuevo Encuentro de Obispos Castrenses y Ordinarios Militares de América Latina y el Caribe, el primero que se realiza de manera presencial tras la pandemia del Covid-19. En el espacio, los representantes de la Pastoral Castrense de 15 países de la región abordaron las perspectivas y líneas de acción prioritarias para su trabajo eclesial de cara a los desafíos que se plantean a nivel social, político y económico. A través de un video, monseñor Miguel Cabrejos, presidente del CELAM, envió su saludo a los asistentes y les recordó que hay un llamado a caminar juntos, sinodalmente y puntualizó: “Todos los miembros del pueblo de Dios: los obispos, los sacerdotes, los militares, los policías, sus familias y el personal civil que labora en las instituciones castrenses, para que seamos signos de unidad, ante tanta división y constructores del Reino de Dios en medio del mundo de hoy”. De acuerdo con monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense de Colombia, el encuentro permitió establecer criterios concretos para revitalizar esta pastoral “que quiere poner a Jesucristo en la vida, el corazón y la experiencia diaria de cada uno de los miembros de las fuerzas militares y de policía del continente “fortaleciendo una profunda espiritualidad, fortaleciendo un camino de fe” y haciendo un especial énfasis en el cuidado de las familias. “Un tema importante que hemos tratado en este encuentro con los hermanos obispos y los ordinarios es el tema de la formación en derechos humanos, la formación en grandes y altos valores éticos para nuestras fuerzas”, agregó monseñor Ochoa al finalizar la reunión. El encuentro, que se llevó a cabo de manera simultánea con la Asamblea Regional de Países Bolivarianos en Quito (Ecuador) realizada en el marco de Fase continental del Sínodo de la Sinodalidad, contó con la participación activa de representantes de Paraguay, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, Salvador, República Dominicana, Uruguay, México, Perú, Panamá, Ecuador, Chile, Argentina, Honduras y Colombia como país anfitrión. Conozca el video informativo del espacio elaborado por la Oficina de Comunicaciones del Obispado Castrense de Colombia:

Sáb 3 Sep 2022

Obispo Castrense expresa su saludo de condolencia por policías asesinados

Luego de que se conociera la noticias del asesinato de siete policías, vía al corregimiento San Luis, en Neiva, el obispo Castrense de Colombia, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, se pronunció rechazando los hechos y expresó su saludo de condolencia a la Policía Nacional y a los familiares de los fallecidos. "Un saludo para nuestros Policías de Colombia en medio de esta noticia triste y dolorosa (…) Que toda Colombia se una en oración por el alma de nuestros héroes y por la fortaleza para sus familias". Contexto Siete uniformados adscritos a la Comisión de Policía del corregimiento de San Luís fueron asesinados en un ataque con explosivos en una zona rural de Neiva, Huila. Este hecho se registró este viernes a las 3:30 p.m., según confirmaron las autoridades, en la vereda Corozal, donde un artefacto explosivo fue activado, al paso de una camioneta institucional donde se transportaban los policías.

Mié 27 Jul 2022

Episcopado expresa saludo de solidaridad a la Policía Nacional

En una carta dirigida al General Jorge Luis Vargas Valencia, Director General de la Policía Nacional de Colombia, la directivas de la Conferencia Episcopal, expresaron su saludo de condolencia a la Institución por la pérdida de los uniformados asesinados y extendieron su saludo a los familiares de los policías caídos. "Queremos renovar nuestro agradecimiento por la abnegada dedicación de todos los efectivos que integran el cuerpo policial que en las diversas regiones y territorios de nuestra amada nación colombiana hacen presencia institucional". Así mismo, manifestaron su compromiso para unirse a la jornada de oración convocada por el Obispado Castrense, los días 28 y 30 de julio, donde se pedirá al Señor de la Vida por la Policía Nacional y por un país en paz y reconciliado. La misiva fue firmada por Mons. Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC; Mons. Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC; Mons. Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. Descargar CARTA

Vie 10 Sep 2021

Obispado Castrense presenta Plan de Valores: "Es un honor ser policía"

Este jueves 09 de septiembre, en las instalaciones de la Dirección General de la Policía Nacional, el Obispado Castrense de Colombia, a través del Área de Ética y Humanización, hizo la presentación del Plan de Valores: "Es un honor ser Policía". Durante su intervención, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense, agradeció el trabajo y el esfuerzo decisivo de tantos policías que en los distintos rincones del país sirven con generosidad, aún en medio de tantas dificultades. “Ellos viven con fuerza extraordinaria y definitiva dejándolo todo y demostrando que su tarea, fundada en la lealtad, fidelidad y lealtad, rompen el mal y fortalece la seguridad de nuestra patria”, aseguró el prelado. Fue un espacio además, donde se hizo el lanzamiento del Diplomado de ética para la seguridad ciudadana, que busca “brindar herramientas conceptuales y prácticas que faciliten el ejercicio profesional integral y transparente de la fuerza y el sector público, en el marco de la ética y de la vida castrense”; así como también, “brindar elementos para el fortalecimiento de las competencias ciudadanas como componente transformador y transversal de sociedades”. La ceremonia contó con la presencia del Inspector General, Mayor General Jorge Luis Ramírez Aragón; el Director de Talento Humano de la Policía Nacional, señor Mayor General Ramiro Castrillón Lara; la Señora Brigadier General Yackeline Navarro Ordoñez, Directora Nacional de Escuelas; la Directora del Área de Ética y Humanización, Dra. Nini Johana Roncancio; y algunos párrocos castrenses de la Policía Nacional.

Mié 11 Ago 2021

Obispado Castrense de Colombia, dona 500 Biblias a la Policía Nacional

Con el fin de acompañar espiritualmente la vida pastoral y psicológica de hombres y mujeres que están al servicio de la Fuerza Pública, este 10 de agosto, el Obispo Castrense de Colombia, Víctor Ochoa Cadavid, hizo entrega de más de 500 Biblias para funcionarios de esta institución. El prelado observó que el objetivo de este acto de entrega es acompañar a quienes tienen fe, “respetuosos de la libertad religiosa, respetuosos también de la autoridad judicial. La libertad religiosa es acompañar a los creyentes”. Igualmente, aseguró que la Palabra de Dios es para muchos de estos funcionarios fuente de vida, que inspira grandes valores éticos y humanos. “Para la Policía Nacional la Palabra de Dios es aliento y es parte de sus grandes valores institucionales, con ese gran lema que nos inspira: Dios y Patria” La ceremonia de la entrega de donación, se realizó en la sede de la Dirección General de la Policía Nacional, contando con la presencia del general Jorge Luis Vargas Valencia, director de la institución, de algunos generales, oficiales, suboficiales y personal civil.

Lun 1 Feb 2021

“Quiero ponerme como obispo al servicio de esta tarea con humildad y sencillez”

Este fue el mensaje contundente que expresó el nuevo obispo castrense, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, durante su homilía en la celebración eucarística de posesión canónica realizada el pasado 30 de enero, en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, en Bogotá. Al dirigirse a los miembros de las fuerzas militares y de policía, así como a representantes de todas las instituciones del Ministerio de Defensa, les aseguró que desde el obispado castrense pueden sentirse “arropados, cuidados, apoyados y estimulados en los momentos de dificultad o tristeza que puedan estar pasando”. “Quisiera que hoy nos centráramos en Jesucristo. La acción, la tarea, el servicio del obispado castrense, ese es nuestro principio y fin, anunciar a Jesucristo. Es hacer que cada uno de los miembros de las fuerzas militares ponga su mirada en Jesús. ¡Desde hoy los llamo queridos hijos! (…) Las fuerzas militares y de policía de Colombia no deben tener miedo, porque tienen la certeza de la fe y la certeza de los altos ideales y de las altas tareas a las que están llamados, las más altas tareas en medio de una comunidad constituida como lo es la patria”, agregó. El prelado aseguró que es importante que en el ámbito militar y de policía se viva una experiencia de Dios y de pertenencia a la Iglesia, esto da la seguridad de construir sobre grandes valores. “Allí tienen que vivirse los valores espirituales con una profunda vivencia de Dios. Allí donde están nuestros soldados, oficiales, suboficiales y personal militar y también el personal civil qué sirve al Ministerio de Defensa y a los que han prestado su obra a estas grandes instituciones, encontrarán la presencia de la Iglesia en los párrocos y capellanes, que transmiten y contribuyen a que la vida militar sea un proyecto de vida, animado por altos valores espirituales y humanos”. Monseñor Ochoa Cadavid resaltó seis líneas que considera marcarán el caminar pastoral de servicio en el obispado castrense. Primero: Estado de misión permanente. Observó que el anunciar a Jesucristo será una misión que continuará la Iglesia diocesana del obispado castrense. “Esto no cambia, tenemos que anunciar a Jesucristo, tenemos que hacer que los soldados de tierra, mar, aire y agua y los miembros de la Policía Nacional, vivan a Jesucristo celebrando los sacramentos, orando, encontrando la certeza de la presencia de Dios”. Segundo: Al servicio del sufrimiento. Al afirmar que el sacrificio de las fuerzas armadas y de policía, en ocasiones, es incomprendido y atacado en su oficio, también destacó que la absoluta mayoría de sus miembros están ofreciendo su servicio para cuidar y ayudar a los colombianos. Tercero: Solidaridad y caridad cristiana. Al resaltar la labor de tantos héroes de la patria, que en cumplimiento de su deber han quedado inválidos o con secuelas psicológicas, advirtió que es importante ayudar desde el obispado a estos hombres y mujeres que quizás necesitan de una palabra de aliento. Cuarto: Cuidado de las familias. También puso de presente a los familiares de militares y policías. “Es urgente hoy trabajar en las fuerzas armadas y de policía en favor de las familias de oficiales, suboficiales, soldados, policías, para que brille la luz de Cristo en cada hogar, para que brille una gran riqueza espiritual y humana”. Quinto: Trabajar en la construcción de una Colombia digna, justa, respetuosa de la persona humana. Frente a este aspecto, el prelado trajo a la memoria algunas palabras del Papa Francisco durante su última visita a Colombia y dijo que en este camino hacia la paz “es necesario evangelizar, es necesario tener opciones éticas y es necesario reencontrarse en la dignidad humana”. Sexto: “Tenemos que defender a la persona humana”. “La Iglesia, en su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien común; es consciente que los principios evangélicos constituyen una dimensión significativa del tejido social colombiano y, por eso, puede aportar mucho al crecimiento del país”, a este respecto el prelado dijo que se trabajará para fortalecer la santidad y la práctica religiosa dentro de los estamentos militares y de policía. Al acto de posesión canónica le acompañaron el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor; el obispo castrense saliente, monseñor Fabio Suescún Mutis; monseñor Víctor Manuel López, primer obispo castrense de Colombia, y el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio; los obispos auxiliares de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí Herrera y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla; y monseñor Timoteo Archimandrita, máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Griega en Colombia. Igualmente hizo presencia una pequeña delegación de la Diócesis de Cúcuta.

Vie 29 Ene 2021

Obispo castrense tomará posesión de su sede

Este sábado 30 de enero estará tomando posesión de su sede, como obispo castrense de Colombia, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, en ceremonia que tendrá lugar a las 11:00 a.m. en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor de la ciudad de Bogotá. Siguiendo las normas de bioseguridad que impone la pandemia, el ingreso a la eucaristía será restringido, pero la ceremonia podrá ser seguida a través del canal Cristovisión, por la web de la Conferencia Episcopal (cec.org.co) o por las páginas en Facebook /episcopadocol o del Obispado Castrense. Monseñor Ochoa Cadavid fue nombrado por el Papa Francisco como obispo castrense el pasado 11 de diciembre de 2020. Nació en Bello (Antioquia), el 18 de octubre de 1962. Su Santidad Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Medellín, el 24 de enero de 2006. El 24 de enero de 2011, este mismo Pontífice lo nombró obispo de la diócesis de Málaga – Soatá y el 24 de julio de 2015, el Papa Francisco lo nombró obispo de la Diócesis de Cúcuta. La Diócesis Castrense de Colombia, también conocida como Obispado Castrense de Colombia y Ordinariato Militar de Colombia, siendo esta última su denominación oficial,​ es una iglesia particular católica encargada de atender el servicio religioso de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, e, igualmente a sus familias en cualquier parte del país.

Jue 17 Dic 2020

No ceso de dar gracias por ustedes, mencionándolos en mis oraciones”: Efesios 1, 16

Por: Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid - El día 7 de diciembre de 2020, en la fiesta del gran Obispo San Ambrosio, se ha publicado el nombramiento que el Papa FRANCISCO ha tenido a bien hacer, al nombrarme como Obispo Castrense de Colombia, quien atiende pastoralmente en nombre de la Iglesia a las Fuerzas Militares y de Policía, que sirven a la Patria. Con este nombramiento concluye mi servicio pastoral como Obispo de la Diócesis de Cúcuta, para la cual fui designado en el mes de julio del año 2015. Quiero manifestarles mi agradecimiento y mi gratitud por todas las bondades que han tenido los sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos de esta Iglesia particular durante estos años de servicio en las distintas comunidades en la animación de la evangelización. He procurado ponerme al servicio de la Evangelización, buscando anunciar con fuerza el nombre de Jesucristo, su Evangelio, su mensaje y llamada a la vida según la voluntad de Dios para cada uno de ustedes. Desde el primer momento, en la noche del 14 de agosto 2015, vi cómo Dios quería que se anunciara a Cristo como el CAMINO, para ir al Padre, para vivir según la voluntad de Dios. Estos años han sido años de evangelización en los distintos frentes de la acción pastoral: el Sínodo Diocesano, los distintos programas de formación y Asambleas Diocesanas que nos han permitido encontrarnos y caminar juntos para encontrar el camino de Dios en nuestras vidas. Tengo que dar gracias a Dios por la riqueza y todos los dones espirituales que se dan como frutos maduros en la Diócesis de Cúcuta. Son muchos los laicos, hombres y mujeres que están insertos en programas de evangelización promovidos desde nuestro plan diocesano de evangelización. Son muchos los jóvenes y niños, los adultos, familias, ancianos, que de una u otra manera están vinculados a la Iglesia en sus distintos frentes. Tengo que reconocer la gran riqueza de estas comunidades y su proceso maduro y ordenado que ha llevado a fortalecer el anuncio de la Iglesia, presentando a Jesucristo como Redentor y Salvador. He encontrado grandes riquezas en esta Iglesia particular, una de ellas el gran compromiso con la catequesis, con la formación constante de niños, jóvenes, adultos en la fe, para conocer más y amar a Jesús. Procesos liderados por sacerdotes y, especialmente por los párrocos que, con gran celo apostólico y pastoral, se dan a la tarea de formar a los católicos. Es necesario agradecer profundamente a Dios por el don de los sacerdotes, empeñados, trabajadores y comprometidos con los distintos frentes de la pastoral, para dar razón de Cristo en el mundo. Es una gran riqueza ver la abnegación y el celo de un presbiterio que se esfuerza por evangelizar y vivir los sacramentos, especialmente con la celebración digna del Sacramento de la Eucaristía, el Santo Sacrificio de Cristo en el altar que es vivido por todos con profunda veneración y cuidado. Tengo que dar gracias a Dios por el don de la vida religiosa, que entre nosotros florece en muchas comunidades, con carismas y llamados muy concretos, que sirven estos religiosos y religiosas en medio de nosotros, para ser fermento en la masa, para dar testimonio de Cristo en el mundo. También es necesario agradecer a Dios por el compromiso y empeño de tantos laicos, que, en cada parroquia, en las distintas comisiones, en los frentes de trabajo pastoral, se empeñan en los grupos pastorales, en los movimientos, en la acción misionera de la Diócesis. No puedo dejar de lado la vida y el empeño de tantos jóvenes y niños que con generosidad anuncian al Señor en los grupos parroquiales, en los grupos de animación misionera; y que con fuerza viven su fe y su entrega al Señor. Tengo un particular sentimiento de gratitud hacia el Seminario Mayor Diocesano San José de Cúcuta, a sus formadores sacerdotes de la Compañía de San Sulpicio y de los sacerdotes diocesanos que allí trabajan, a los seminaristas que, con empeño, en el silencio, con generosidad se aplican en la “Escuela de Jesús” para configurarse con Él para ser un día como el Buen Pastor. Años de intensa compañía, mutuo conocimiento, trabajo para vivir en profundidad a experiencia de encuentro con Jesucristo vivo en su Palabra y en la Eucaristía. Gran esfuerzo formativo para cuidar las vides que deben dar mucho fruto, y así lo harán con la ayuda de Dios. Me alegra mucho, al final de mis servicios, ver una Iglesia consolidada y serena, que camina siguiendo a Jesús, fortalecida y decidida a dar lo mejor de sí, en el camino, cada uno según el carisma y la llamada que el señor le ha regalado. Profunda gratitud a los colaboradores, empezando por el Vicario General Monseñor Israel Bravo Cortés, y todos los colaboradores de la Curia Diocesana, a los Vicarios Territoriales y a los Decanos, a los párrocos, a todos que Dios les ayude. Gracias a los que han sido responsables de los medios de comunicación de la Diócesis, de la Emisora VOX DEI, el Periódico LA VERDAD, a todos sus colaboradores gracias por ayudarme al anuncio de Jesucristo en estos medios de comunicación social. Durante estos años el Señor nos ha hecho el regalo de la caridad y del servicio de los pobres en Colombia y con los emigrantes. Hemos todos, especialmente sacerdotes y laicos, vivido el don de ser la mano que cuida, acoge, ayuda y protege a los que sufren. Nuestra Iglesia se ha consolidado en la vivencia de la caridad. Que no se pierda esta dimensión de la caridad y del servicio a los hermanos. Un gran sentimiento de gratitud a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a su esposo San José. Ellos con su manto y su protección nos han mantenido firmes en el trabajo y en la acción evangelizadora. A todos, mis sentimientos de gratitud y reconocimiento por su generosa ayuda y paciencia, les aseguro mi oración y pido que oren por mí. Me pongo al servicio de todos ustedes en mis nuevas responsabilidades que la Iglesia me entrega. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta