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Rostros

Lun 4 Mayo 2020

“Estoy a la puerta”

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía – Casa: En estos tiempos la “casa” es nuestro mundo. Quizás nuestra tortura, en condiciones poco habitables. Pero es allí donde estoy, donde estamos, cercanos y distantes, quizás hacinados, quizás solos. Reserva Y es ahí donde, en estos días de confinamiento y miedo, se vuelven importantes las “reservas”. Las que tengo en mi alma, en mi mente y cuerpo. Las que tengo en la despensa, en la nevera o el cuarto frío. Las que tenemos en los bolsillos o en el banco. Las que tienen la sociedad, el gobierno, el mundo. Nos da pánico una hambruna. Comida Vuelven a ser valiosos los campesinos, los pescadores, los productores y procesadores de comida humana y animal. Los que las importan y exportan. ¡Que no se nos agoten las reservas de pan! Sagrario Hoy te invito a pensar en una RESERVA MUY ESPECIAL, allá en la “casa grande” del Templo parroquial, de la capilla. A ella le dedicamos El Tabernáculo o El Sagrario. En ella se guardan las sagradas formas, la “reserva” del Santísimo Sacramento, para quienes no pueden venir al templo, ni participar en la misa, ni recibir la comunión que anhelan. Rostros Arrodillarse ante el Sagrario es hacer memoria del que tiene hambre de pan eucarístico, sed de Dios; del despojado y descartado; del desplazado y forastero; del que está enfermo o en la cárcel, confinado o perseguido. Presencia Jesús tiene dos presencias inseparables: en la eucaristía y en el prójimo. Ellas unen dos amores: el amor a Dios y el amor al prójimo. Él se identifica con el necesitado. Reclama un mundo sin hambre, con agua potable, con dignidad humana, con casa, salud, libertad, con comunidad y pastor “que reúna a ovejas y cabras” (Mateo 25, 31-46). Ministros Este es EL TIEMPO DEL SAGRARIO, de La Reserva Eucarística en camino hacia las casas. Hay que ponerle manos y pies de laicos, de hombres y mujeres; de religiosas y religiosos; de esposos y servidores. No solo de ordenados: Obispo, Presbítero, Diacono. Puerta Y hay que tocar la puerta, ojalá señalada con bandera o tela blanca, azul o vaticana. De la Paz, Mariana o Pontificia. “Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre, entrare y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3,20). Comunión Comulgar es la gracia de la UNIÓN íntima del alma con Jesús, con Quien “me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2,20). Es la gracia de la COMUNIÓN o común participación de Jesús, formando todos “El Cuerpo de Cristo”. Es la gracia del Resucitado que anticipa mi Cielo y nuestro Banquete de Bodas del Cordero: “Dichosos los invitados a la Cena de Bodas del Cordero”, a la Cena del Señor (Apocalipsis 19,9). Buena y dichosa comunión eucarística, que nos une en el Sacerdocio bautismal, de todos, y el ministerial, de algunos que, “en persona de Jesús y de la Iglesia”, son quienes CONSAGRAN EL PAN; porque, como Jesús, lo toman en sus manos, lo agradecen y bendicen, lo parten y lo dan o distribuyen para todos. “El Señor es mi Pastor, prepara ante mí una mesa” (Salmo 23). Los bendigo en Jesús Buen Pastor. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Vie 14 Dic 2018

“La vida me llevó por el camino del periodismo”: Karen Bohórquez Contreras

Para la periodista Karen Bohórquez Contreras, el apoyo de su familia ha sido fundamental en la trayectoria de su vida y de su carrera como profesional. “Ellos siempre han estado celebrando los logros y viviendo conmigo también los momentos difíciles”, comenta la invitada a la sección ‘Rostros’. Karen viene de una familia bastante numerosa, tiene siete hermanos y ella es la mayor. Su madre, Myriam Contreras, y su padre, Diteher Bohórquez, siempre tuvieron claro que deseaban tener muchos hijos. Escogió el periodismo por destino de la vida, así lo recuerda Karen, quien actualmente labora en RCN Radio. Finalizada su secundaria no tenía aún claro si irse por la psicología o el periodismo; pero, finalmente, se decidió por este último pues sentía que se le facilitaba el tema del lenguaje, la escritura y la lectura. Egresada de la Universidad Santo Tomás, resalta que sus 5 años de experiencia en el periodismo le han dejado redescubrir aprendizajes sobre la realidad del país, tener mayor cercanía con las personas, ser más humana, pero, sobre todo, le ha enseñado que se debe visibilizar más los temas que aún siguen ocultos y que hay que contar a la opinión por dolorosos u oscuros que sean. Considera que el periodista debe ser una persona responsable de la información que transmite y ha de contar con unos valores establecidos desde el hogar. “Creo que el medio se ha permeado mucho de personas que se dejan influenciar por intereses económicos o políticos (…) pero también hay que rescatar a los periodistas que realizan su trabajo con mucha responsabilidad y amor, en mi caso lo hago de esta manera”. En el año 2016, trabajando en el diario El Tiempo, fue galardonada con el Premio Fasecolda, en la categoría de prensa. Su reconocimiento se dio por un trabajo de investigación que evidenciaba los fraudes que se dan con el seguro obligatorio SOAT. Nuestra invitada nos comparte que su experiencia cubriendo la fuente de Iglesia ha sido de gran aprendizaje: “No lo esperaba porque de alguna manera mi relación con la Iglesia católica ha sido muy poca, mis creencias son distintas”, confiesa. Así también, comenta que a pesar de las noticias negativas que han surgido sobre la Iglesia en los últimos tiempos, su experiencia cubriendo la fuente le ha demostrado que son mayores los aspectos favorables, pues “hay cosas muy positivas por rescatar, el trabajo que hacen al interior de la Iglesia es muy valioso. Son muy comprometidos con todo el tema social”. Para Karen la Navidad es la fecha más linda del año y la disfruta porque es de esos momentos en los que puede compartir con su familia. “Me gusta porque se respira un ambiente de felicidad, paz y reconciliación, la gran mayoría disfruta esta época. Yo celebro estas fechas desde que me levanto con todo el entusiasmo. Para mí el fin de año es una fecha súper importante porque representa el fin de un año en el que hago un conteo de los logros que tuve, de las cosas que aprendí y el comienzo de otro periodo para arrancar en blanco la página y poder escribir cosas buenas, exitosas y positivas”. Finalmente, nos comparte algunas de sus metas para el próximo año, entre otras iniciar una maestría en historia y poder ser columnista de algún diario. Desde su carrera como periodista desea seguir viajando y evidenciar tantas realidades que aún siguen ocultas en los diferentes rincones del país.

Vie 7 Dic 2018

Cindy Ariza: “Se necesita un periodismo serio, comprometido, ético…”

Cindy Catalina Ariza Amaya, orgullosamente nacida en el municipio de Simacota, departamento de Santander, tomó la decisión en el 2006 de venirse a Bogotá en busca de mejores oportunidades para el ejercicio de la carrera que había decidido estudiar. Considera que la radio la influenció a seguir la carrera de periodismo, pues sus tíos todo el tiempo escuchaban Radio Sucesos RCN. “Me llamó mucho la atención desde siempre ese mundo imaginario que se transmitía a través de la radio. Ese acercamiento con el mundo real que permitía esa vieja radio”. Desde hace 8 años ejerce el periodismo, actualmente es la jefe de prensa de la Universidad Cooperativa de Colombia, Campus Bogotá. Ha estado presente en medios como Radio Santa fe, Caracol Radio, RCN Radio y en instituciones como la Defensoría del Pueblo. Está convencida que el periodismo es una profesión indispensable para la sociedad y la democracia de cualquier país. “Sin un buen periodismo y sin el ejercicio del mismo no habría unos elementos para que la sociedad forme su criterio sobre la realidad que le permea”. Reconoce que el compromiso de todo comunicador o periodista es revelar la verdad sin importar que se toquen temas álgidos o poderes que puedan incomodar a algunos. “La ética en el periodismo se está desdibujando, los colegas sienten presión para con la fuente, sienten que deben estar publicando lo que la fuente quiere que ellos publiquen (…) Esa no es la razón de ser del periodista. Hay que publicar la información que es relevante sin deber favores a nadie (…) Se necesita un periodismo serio, comprometido, ético y con unos valores importantes”. Durante cuatro años cubrió Derechos Humanos y Paz, una fuente según cuenta Cindy, nueva y sin explorar. Esta experiencia le dejó un crecimiento no solo en lo profesional, sino también a nivel personal. “Me permitió vivir momentos importantes para la vida del país, así como ser ejemplo para que otros medios de comunicación y colegas se enamoraran de estos temas”. Nos comparte que durante varios años cubrió la fuente de Iglesia, siendo esta una experiencia bonita dentro de su carrera. Fue constante, respetuosa y persistente, tanto así, que nunca faltó a una rueda de prensa que fuera convocada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Con una sonrisa en sus labios confiesa que, debido a su constancia, en varias ocasiones “chiveó” a sus colegas. “El trabajo que hace la Iglesia católica a veces uno como periodista lo desconoce, cree que es solo la sede de la CEC, pero ver el trabajo que adelantan con toda la población vulnerable, la Pastoral Social, las Jurisdicciones en todas las regiones del país, ahí, sabe uno que el compromiso va más allá de una sotana. Cubrí procesos de varios tipos y siempre tuve la valentía de consultar a la Iglesia sobre temas álgidos; creo que ese era el secreto, poderlo hacer con respeto y conciencia. La Iglesia católica va más allá de lo institucional, siempre hace presencia en todo el territorio nacional”, afirmó. Cindy tenía algo embolatada su vida espiritual. Ahora, luego de una experiencia fuerte por la que tuvo que pasar, reconoce que siempre hay que aferrarse a Dios. “Creo que la vida me está dando todos los días enseñanzas y esta vez me aferro a esta espiritualidad, porque no quiero otra vez sentirme abandonada”. Sus sueños a nivel personal: conformar una familia estable y, en lo profesional, poder seguir aportando desde su carrera a la construcción de una mejor sociedad. Por eso, en sus planes está el seguir el camino de la formación en la rama periodística.

Vie 30 Nov 2018

Vicente Silva, conectado con Dios y la Iglesia

Su familia soñaba con verlo graduado como abogado. Pero, finalmente, el periodismo lo cautivó y ya lleva 42 años ejerciendo esta profesión. Así nos lo compartió el huilense Vicente Silva Vargas, nuestro ‘rostro’ invitado de esta edición. “Desde los 14 años ejercí el periodismo. En mi hogar no querían que siguiera esta carrera por considerar que podía perderme, pues la veían como algo bohemia y con poco futuro. Estudié cinco años de Derecho, pero el periodismo haló y me quedé con esta carrera”, afirmó. Viene de una familia católica de Garzón; casado por la Iglesia hace 25 años con Lucía Chamat, de cuya unión nacieron sus dos hijas María Alejandra y Daniela, de quienes se siente orgulloso. “¡Vivo feliz con mi señora y mis hijas!” Se considera afortunado de tener una familia que entiende sus tiempos de trabajo, pues son horarios de 24 horas en los que siempre está conectado con la noticia. “Yo he tenido la fortuna, y eso es una bendición, que mi pareja también es periodista; entonces ella entiende todos estos tiempos, pero el arte para que no haya un ruido en la relación es ser franco”, indicó. Considera que un periodista antes que ser protagonista debe ser un puente entre la comunidad y los hechos. “Nosotros los comunicadores no somos personajes de farándula, sino servidores de la comunidad. Por ello, la gente necesita estar bien informada y esa ha sido mi vocación: servir a través del periodismo”. Señaló que para ejercer un periodismo transparente debe haber humildad y “desligarse de las tentaciones del dinero, no vender la conciencia, ni casarse con el mejor postor”, más bien, agregó: “debemos ser honestos con nosotros mismos y con la comunidad”. Actualmente, Vicente es corresponsal en Colombia del portal digital católico Aleteia con sede en España. Desde este espacio aprovecha para difundir la Palabra de Dios y mostrar las buenas obras que la Iglesia realiza. Al hablar de su vida espiritual, confiesa que anteriormente tenía una relación “de carácter social” con Dios y con la religión católica (matrimonios, bautizos, primeras comuniones) y no de fe. Un día la vida le cambió, fruto de una experiencia dura por la que tuvo que pasar. Hoy, Vicente asiste a misa en familia, se confiesa y reza el santo rosario. “Lo que pasa es que uno aprende a conocer a Dios cuando está en la inmunda; uno lo desconoce cuando está en los oropeles del prestigio del periodismo, lo que uno cree equivocadamente que es un prestigio. Solo uno recurre a Dios, y eso me pasó a mí, cuando tuve una dificultad personal; desde ese momento encontré a Dios, empecé a creer y a amar más a la Iglesia e ir a misa”, expresó. Es el autor del libro “El Beato Mártir de Armero”, obra que se animó a escribir porque desde muy pequeño le apasionó la vida del sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, pues sus padres le inculcaron el conocerlo a fondo. Además, fruto de las buenas relaciones que mantiene con el clero de la diócesis de Garzón, pudo construir la historia de vida de este mártir colombiano. Su gran frustración: no haber tenido una emisora propia. Sus sueños: tener el tiempo y la salud para volver a leer los libros mal leídos, los no terminados y los que cree que le hacen falta leer.

Vie 23 Nov 2018

Lida Losada, de Colombia para el mundo

Lida Losada Castro nació en Florencia, Catquetá, hace 27 años, es alegre, espontánea y su pasión es viajar por el mundo para conocer lugares y personas. Sus sueños: continuar siendo feliz, disfrutar de su familia y aportar a través de su trabajo a la construcción de un mejor país. Hace 15 años tomó la decisión de radicarse en Bogotá donde realizó sus estudios en comunicación social y periodismo con énfasis en comunicación organizacional, recibiendo el título profesional en la Universidad Sergio Arboleda. Sus padres, Luz Marina Castro y Edison Losada, viven en la ciudad de Ibagué. Lida nos comparte su alegría de tener ahora en Bogotá a su hermana menor María Camila, quien está iniciando su carrera profesional. También ama entrañablemente a su hermana mayor Diana Lorena, radicada en la bella ciudad de Cali. Su pasión por el periodismo inició en el Colegio María Inmaculada, en Ibagué, donde salió con un título técnico en comunicación social. A sus escasos 12 años ya empezaba a experimentar detrás de un micrófono, contando y creando historias para la emisora de esa institución educativa. “La formación recibida en el colegio me fue encaminando y formando en el área del periodismo; poco a poco me enamoré de esta pasión por los medios (…) Me gusta informar, contar historias, conocer, escuchar a las personas y compartir con otros medios, esto, no solo a nivel de medios de comunicación, sino también en el campo de la comunicación institucional, que fue la opción que yo tomé a nivel profesional”, afirmó. Actualmente, Lida está vinculada a la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a través de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), y reconoce que sus inicios en la institución fueron de total novedad, pues venía de trabajar a nivel empresarial y distrital manejando otros campos ajenos a la Iglesia. “Para mí ha sido una fortuna. No había pensado nunca tener esta oportunidad y hoy la siento como una bendición (…) He tenido la posibilidad de registrar muchas historias, de crear contenidos sobre lo que hace esta oficina (CCN) con el proyecto ‘Pedagogía para la Paz’. Mostrar ese rostro bonito que tiene la Iglesia, rescatar todo el trabajo que se realiza con las comunidades a través de las Jurisdicciones, allí desde donde se construye la verdadera reconciliación desde los territorios. Esta experiencia me ha permitido crecer como persona y como profesional. Tener la opción de ponerme en el lugar del otro, entender la dificultad del otro y que te enseñen que se puede salir adelante. Que podemos escucharnos y entendernos entre nosotros”, comentó. Resaltó que en los más de 15 talleres realizados con su equipo de trabajo en varias regiones de Colombia sobre pedagogía para la paz, ha podido identificar el importante rol que juegan los medios de comunicación en la construcción de país. “Nos hemos acostumbrado a vivir dentro de una cultura bélica y esto ha permeado a los medios de comunicación y a los periodistas (…) Definitivamente informar lo que pasa es fundamental, pero lleva consigo una gran responsabilidad de nosotros como seres humanos y comunicadores o periodistas (…) Debemos comunicar desde la humanidad, desde la posibilidad de reconocer al otro y darle el lugar que necesita, de reconocer que tanto víctimas como victimarios hablan de conflicto, reconciliación y paz y tienen un lugar donde pueden ser protagonistas”. Otra faceta que ha experimentado es la de corresponsal por Colombia para el canal católico de televisión EWTN, que es visto en muchos países del mundo. “Hacer parte de EWTN ha sido muy especial porque he contado no solo con el respaldo de ellos como equipo, sino también con el apoyo de ésta, mi casa: la Conferencia Episcopal de Colombia. Ha sido una oportunidad para contarle al mundo lo que sucede en la Iglesia colombiana desde los diferentes ámbitos, pues no es solo mostrar a la Iglesia desde su sentido más puro y pastoral y lo que tradicionalmente la gente conoce de ella, sino también presentar ese rostro social, humanitario y comunitario que está en el terrero representado en todas las jurisdicciones eclesiásticas”.

Vie 16 Nov 2018

Mamá y periodismo, los dos grandes amores de Yerson Caucha

Yerson David Caucha Arteaga a sus 26 años tiene dos grandes referentes en su vida: su mamá, Martha Cecilia Arteaga, de quien aprendió a acercarse a Dios y saber tomar decisiones importantes; y su profesión, el periodismo, que le ha mostrado desde sus diferentes facetas porqué es el oficio que le apasiona. Recuerda que desde muy pequeño su vida ha estado marcada por la fe católica. Es un hombre de oración diaria y desea que esta devoción se mantenga en él y la hereden sus hijos (cuando los tenga) y Ana María, su única ahijada. “Voy a la Iglesia los domingos a darle gracias a Dios por todas las bendiciones que nos ha entregado en la vida, porque creo que donde estoy es gracias a Él. En cada decisión que tomo siempre pongo por delante a Dios”, afirmó. Asimismo, tiene en alta estima el valor de la solidaridad. “Me gusta ayudar a los demás; desde niño mi madre me ha inculcado que siempre hay que tenderle la mano a quien lo necesita. Con ese pensar he desarrollado mi vida personal y profesional, y esto me ha permitido crecer en todos los ámbitos”, afirmó. Profesión polifacética Estudió periodismo porque desde muy pequeño le gustó escribir e inventar historias. Aunque confiesa que su deseo era ser un gran deportista, pero al no darse esta oportunidad consideró que el periodismo era la forma de estar cerca del deporte. Recuerda que sus primeros pinitos en el periodismo fueron frustrantes por las tareas que le encomendaban, pero entendió que todo lleva su tiempo y tiene su momento: “Seguí trabajando con la misma disposición y entrega; luego se presentó la oportunidad de cambiar de aires y ese cambio me sentó muy bien porque me permitió empezar a hacer lo que me apasiona en esta bella carrera”. Yerson descubrió que estos tres años de profesión atendiendo las fuentes de orden público, judicial, política, Iglesia y ahora deportes, le han permitido “contar historias a las personas, transmitirles lo que ellos no tienen la oportunidad de conocer de cerca y nosotros (los periodistas) somos ese medio para estos detalles”. Para ejercer un buen periodismo recomienda siempre “contrastar la información con las fuentes, verificar que lo que se comunica es cierto y no engañar a las audiencias (...) Es muy importante manejar siempre las palabras correctas y saber con precisión lo que se va a informar para no herir a las personas”. La Iglesia como escuela Cubrir la fuente de Iglesia fue un aprendizaje para él. No la vio como una tarea obligatoria que debía cumplir, “sino que daba alegría venir a la Conferencia Episcopal, poder hablar con los sacerdotes y las personas que hacen parte del equipo de prensa”. “Saber que la Iglesia tiene una opinión importante de todo lo que pasa a nivel nacional, tiene la posibilidad de mover las personas y hacer entender muchas situaciones que a veces son complejas”, aseguró. Yerson David es egresado de la Universidad Minuto de Dios, trabajó en Usme Tv, Cable Noticias y actualmente es periodista, redactor y presentador de deportes en el canal El Tiempo Televisión. Una de sus metas a nivel profesional es trabajar en un canal especializado de deportes. Su anhelo: devolverle a su familia lo que ellos han hecho por él, pero “no en un sentido económico, sino ayudarles a cumplir sus sueños, porque ellos lo hicieron conmigo y eso sería lo mínimo que podría hacer por ellos”.

Vie 9 Nov 2018

“Comunicadora de evangelización”

Así se describe Adriana María Vargas Rueda, Comunicadora Social – Periodista, invitada esta semana a la sección ‘Rostros’ de nuestro portal institucional. Esta paisa, egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana, es firme defensora de la vida, apasionada por la comunicación, la pastoral y el anuncio de “la Buena Noticia que siempre será veraz y oportuna, que es Cristo entre Nosotros”, ha dedicado su vida a responder al llamado que el Señor le hace desde su rol profesional y personal”. “El periodismo fue un llamado, yo quería ser comunicadora pastoral, comunicarlo a Él, a Cristo, y después de 18 años de evangelizar a través de los medios de comunicación he descubierto que ser comunicadora pastoral es un estilo de vida, es comunicar más allá del quehacer, comunicar en el ser mismo; entonces para mí una premisa fundamental es vivir en comunión para comunicarlo y construir donde el Señor me siembre”, afirma. Su núcleo familiar es motor y ejemplo de vida. Hija de Ligia Rueda Palacio y Héctor Vargas Niño, desde pequeña, bajo los valores enseñados en su hogar y durante su formación con las Hermanas Dominicas de la Presentación, ha querido estar al servicio y cuidado de la familia, por lo que se especializó en Educación y Orientación Familiar, en la Unimonserrate. A nivel personal, siempre sintió el llamado a ser misionera por lo que decidió viajar a la Jornada Mundial de la Juventud en Alemania a dar su sí como laica consagrada. Tras esta experiencia, conoció a su esposo con quien creó una agencia de comunicaciones e intentó tener un matrimonio misionero; ahora su esperanza sigue puesta en Dios que no la abandona. “Es en la prueba donde más pruebas de la Misericordia de Dios”, es la frase con la que Adriana apoya su visión de vida, convencida que todo lo que ha acontecido es para su bien. Su trayectoria profesional incluye experiencia en radio, televisión, ambientes corporativos y pastorales. Sus inicios fueron como voluntaria en la emisora Minuto de Dios y sus prácticas en RCN radio. Trabajó durante 10 años como presentadora y realizadora en el canal Televid, donde fundó el Apostolado de la Virgen de la Vida, la Familia y la Reconciliación, como parte de su compromiso con la defensa de la vida y testimonio de sus dos hijos en el cielo. Actualmente se desempeña como comunicadora del Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Bogotá. “En el Banco de Alimentos he sido muy feliz y felicidad que empieza por “FE” en mayúscula, porque me he identificado con la misión que tenemos y con el legado inspirado en San juan Pablo II, cuando él dice: Necesitamos una imaginación creativa de la caridad y desde el área de Comunicaciones he tratado de hacerlo”. Finalmente, enfatiza en la importancia de trabajar en red, construir alianzas y dar a conocer “el bien que hace la Iglesia Católica, en este caso desde el Banco de Alimentos Arquidiocesano”.

Vie 2 Nov 2018

Viviana López, su misión es la comunicación y la fe

Viviana López Sánchez, oriunda de Garzón – Huila, es ambientalista, misionera, pero sobre todo comunicadora social que pone su profesión al servicio de los demás. Es una mujer sencilla carismática y con un corazón grande para ayudar. Al sentir que su carisma era el servir a las personas, pensó en seguir la carrera de medicina o derecho; sin embargo, luego de un discernimiento descubrió que a través del periodismo podía “comunicar, transmitir mensajes, vivir en un ámbito real y social”. Vive con su madre, Mercedes Sánchez y su abuela, Olga Sánchez, quienes la apoyan, incondicionalmente, en todas las decisiones que toma. Proveniente de una familia de tradición católica, siempre estuvo inmersa en el ambiente de Iglesia. Estudió en un colegio de religiosas, perteneció y apoyó grupos pastorales, la infancia misionera, entre otros. Ejerció su profesión en varias empresas privadas, pero sentía que lo suyo estaba en brindar sus servicios profesionales a la Iglesia. “Al venirme para Bogotá a estudiar mi carrera de periodismo, siempre estuve al margen de lo católico, pero sentía el deseo de servir con mi profesión dentro de un ambiente eclesial. Trabajé en varias empresas ajenas a la Iglesia y un día logré ingresar a una comunidad de religiosas para trabajar en el área de comunicaciones (…) allí llegó mi conversión y me acerqué más a Dios. Actualmente ejerzo mi profesión desde Obras Misionales Pontificias”, afirmó. Considera que desde las Obras Misionales Pontificias (OMP), institución de la Iglesia católica que se encarga de “apoyar la actividad misionera en las regiones más apartadas y ámbitos no cristianos”, ha podido transmitir mensajes de esperanza, haciendo uso de los diferentes canales de comunicación. “Desde mi ámbito profesional siento que puedo transmitir el Evangelio por las redes sociales y los canales de comunicación que ahora tenemos, poder permear a todos para que conozcan la realidad de aquellos misioneros que se encuentran en territorios alejados (…) Abriendo ese espacio, haciendo misión, no solo para contar lo que otros hacen sino también participar de estos momentos. Trato de replicar la tarea de un misionero viviendo también esta experiencia, lo hago en mis tiempos libres”, explicó. Recordó que toda persona puede ser misionera desde el ámbito en que se desenvuelve, por lo que invitó para que se “dejen contagiar por Dios y apreciar ese sentir que Jesús nos dio desde el otro”. Sus proyectos: finalizar la maestría que adelanta en comunicación creativa, seguir profundizando a nivel profesional en el tema del medio ambiente y, en un futuro, conformar una familia a la que pueda transmitir lo que ha aprendido.