Siendo Arzobispo de Bogotá, el Señor Cardenal Aníbal Muñoz Duque (1972-1984) y frente al crecimiento demográfico de dicha Jurisdicción Eclesiástica, surge la idea de crear las Diócesis urbanas para procurar una mejor atención pastoral y administrativa en los sectores donde el aumento de la población y el desarrollo urbano lo requería.

La idea se convierte en prioridad pastoral y es así como los sucesores del Cardenal Muñoz Duque, el Cardenal Mario Revollo Bravo (1984-+1994) y el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz (1995…) asumen dicha tarea. Y se constituye en el sector sur de la Arquidiócesis de Bogotá, la Zona Pastoral del Espíritu Santo, hasta el año 2000 cuando se establece la Zona Pastoral Episcopal Territorial de San Pablo, con sede en el municipio de Soacha (Cundinamarca), nombrándose como Vicario Episcopal y Obispo Auxiliar de Bogotá a Monseñor Daniel Caro Borda.