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Asamblea Obispos

Mié 7 Jul 2021

Criterios de la CEC 2021–2024: “Comunión permanente, verdad y respeto a la vida”

Este martes 06 de julio, en rueda de prensa, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) presentó a la nueva directiva elegida para guiar el caminar pastoral de la Iglesia que comprende el trienio 2021 – 2024. Durante su intervención, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, quien fue elegido para asumir como presidente de esta Institución, agradeció a la junta saliente su servicio de colegialidad episcopal y el aporte que hicieron al país, dejando “un legado de servicio y comunión”. Monseñor Rueda Aparicio mencionó tres criterios que considera marcan las necesidades que tiene hoy no solo la Iglesia, sino también el país; estas, señaló, marcarán la ruta de trabajo para ir avanzando hacia la reconciliación: Camino de comunión permanente, verdad y respeto a la vida. Observó que, entre todos, como miembros de la Iglesia, se tiene la tarea de buscar la verdad y esta, agregó, solo se logra a través del diálogo, de las diversidades, de los distintos puntos de vista que se tienen, del respeto y la escucha, señaló además, que es importante el papel que juega la familia en la construcción de estos escenarios donde los colombianos trabajan y viven. “Le pido al Señor que nosotros, los que hemos sido nombrados para acompañar el caminar de la Iglesia, de la mano de los diferentes actores y en los distintos ambientes, podamos ser servidores de Cristo Jesús que se nos muestra como camino, verdad y vida”, aseveró. La Iglesia no ha dejado nunca de trabajar por la paz Por su parte monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y nombrado a ocupar el cargo de vicepresidente de la CEC, al ser interrogado sobre el papel que seguirá realizando la Iglesia durante esta gestión en materia de paz, observó que la Iglesia nunca ha estado ausente de este trabajo y es visible a través de las diferentes acciones que adelantan obispos, párrocos, religiosos, religiosas y laicos a lo largo del territorio nacional, pues “en toda parroquia de esta Colombia hay obreros por la paz”. “Una de las tareas que esta responsabilidad que el Señor nos entrega hoy, a través de la CEC, es pensar el país y ayudarlo a salir de este conflicto que lo aflige en materia de paz. De no resolver el tema de la paz, estaremos estancados en muchos dolores, con muchas fracturas y, finalmente, no veremos el país que nos merecemos”. Un mensaje de cercanía para los jóvenes Monseñor Rueda también se dirigió a los jóvenes, recordándoles que son los protagonistas de este momento histórico que vive el país: “Ustedes son los constructores de la paz, constructores de un país que merece vivir bien, ustedes tienen todos los elementos para poder vivir en unidad, justicia y respeto”. En este sentido también dijo: “Nosotros como Iglesia queremos acompañarlos, los que ya tuvimos una época de juventud, de trabajo y de anhelos los entendemos, queremos estar sirviéndoles a ustedes, en todos los caminos que sean caminos de bien común. Todos los caminos que sean búsquedas honestas para tener regiones en paz, para tener familias en paz, tener un país mejor y donde todos quepamos”. A este respecto, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y quien ocupará el cargo de secretario general de la CEC, invitó a los jóvenes a caminar de manera sinodal con la Iglesia, siendo parte activa, dinámica y crítica de ella. Los animó a realizar sus aportes en lo que será la próxima Asamblea Eclesial Latinoamericana que se realizará del 21 al 28 de noviembre en México. “A partir del mes de octubre vamos a iniciar el camino sinodal que nos propone el Papa Francisco; por eso, en estas iniciativas de Iglesia, queremos que los jóvenes nos acompañen, que caminen junto a nosotros y también sean Iglesia con nosotros”. Seguiremos un camino de sinodalidad Monseñor Omar Sánchez explicó que, si quizás el termino sinodalidad no es muy claro para todos, este indica es “un caminar juntos, una capacidad de lectura del otro, de integrar al otro, leer su diferencia y no escandalizarse, estos son elementos que son efectivamente la esencia de la Iglesia”. Igualmente agregó: “Nosotros estaremos al frente para animar la acción pastoral de toda la Iglesia, esta será nuestra responsabilidad, animar a todo el episcopado recogiendo todos los intereses, todas las visiones, todas las preocupaciones y todas las apuestas posibles”. “Así que la sinodalidad por todos los medios será propuesta y promovida por estos años que vienen, pero no como consenso de dos o tres personas, sino que hay un espíritu en la asamblea que quiere realmente renovar la Iglesia colombiana y a partir de esa inspiración, alcanzar esa meta de una sinodalidad encarnada y efectiva que le dé un nuevo matiz de acogida, de encuentro y de participación a todos dentro de la Iglesia”, puntualizó. Cercanía en tiempo de pandemia A este respecto, monseñor Alí Herrera dijo que a la Iglesia le duelen los casi 110.000 fallecidos que ha dejado la pandemia en el país, entre los que se han visto también afectados varios miembros de la Iglesia. “Como todos los colombianos también nosotros hemos tenido pérdidas. Somos conscientes de esta realidad de sufrimiento que se vive. Por ello, queremos ser esa Iglesia que acompaña, que es samaritana, que está muy atenta a las situaciones de dolor de tantas familias”. El prelado agregó que, ante esta situación de dolor, la Iglesia seguirá acompañando, “pero sabiendo que acompañamos a los demás porque somos también ese signo de fragilidad y de vulnerabilidad, como cualquier ser humano”. Seguiremos acompañando un diálogo social Frente a las manifestaciones que se vienen presentando en el país, donde los jóvenes han venido siendo los protagonistas, monseñor Rueda Aparicio, señaló que la Iglesia ha venido y seguirá acompañando, junto con el PNUD, el escenario de diálogo. “Quiero animar a los jóvenes y quiero animar a nuestros gobernantes, animar a los medios de comunicación que juegan un papel muy importante, a las universidades, al PNUD y nosotros como Iglesia nos animamos para seguir acompañando estos diálogos. Creo que cuando somos capaces de mirarnos de frente, de reconocernos, de valorarnos, de no estigmatizar al otro, sino de escucharlo con respeto, siempre vamos encontrando cosas nuevas que nos enriquecen y que nos proponen salidas”, asintió. La sabiduría y la amistad social le hacen falta al país Al referirse a este tema, el arzobispo de Bogotá aseguró que es importante, desde la vida familiar, empezar a cultivar la sabiduría social; considera que es desde el hogar donde se debe compartir y dialogar en las diferencias. “Cuando las distintas generaciones se encuentran y se escuchan, ahí va creciendo esa sabiduría social”. Finalmente, dijo que “la sabiduría social unida a la amistad social son caminos, son herramientas, para ponerlas al servicio del momento histórico de la Iglesia y de la sociedad”.

Sáb 11 Ene 2020

Los obispos de Venezuela a los gobiernos de América

Intensos días vivieron en Caracas los obispos venezolanos tras la celebración de su 113ª Asamblea plenaria para analizar los escenarios políticos y sociales. Sin duda “los madrugó” la abrupta y polémica elección del parlamento el pasado 5 de enero y en una inusual forma la directiva del episcopado delegó en tres obispos: Luis Enrique Rojas, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Mérida, Cástor Oswaldo Azuaje, obispo de la diócesis de Trujillo, y Jesús Alfredo Guerrero, obispo de la diócesis de Barinas, la lectura de lo que en esta ocasión han llamado ‘Carta fraterna’. En el texto, que recoge el sentimiento de millones de venezolanos tanto dentro como fuera del territorio, han expresado su inconformidad ante los gobiernos de América y el mundo por el falso clima de normalidad que “autoridades y medios de comunicación del gobierno proclaman y difunden”, por tanto “denunciamos su falsedad y cinismo”. “Es inaceptable que un país con inmensas riquezas haya sido empobrecido por la imposición de un sistema ideológico que, lejos de promover el auténtico bienestar, ha vuelto la espalda a sus ciudadanos, por lo que hoy sufrimos el aumento de la desnutrición infantil, la destrucción del aparato productivo y el crecimiento de una especulación agobiante y la corrupción intolerable”, han dicho. Un régimen totalitario e inhumano Si bien han reconocido “los esfuerzos realizados desde diversas instancias internacionales para atender la situación de Venezuela”, los obispos “siguen apostando al diálogo sincero y las negociaciones que reúnan las condiciones de respeto a los derechos fundamentales del pueblo venezolano”. También han advertido que “quienes hoy están al frente del gobierno, lo que cuenta no es el bien común sino el interés desmedido de riqueza y poder hegemónico, capaz de resquebrajar todo intento de vivir en auténtica democracia”. “Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que se persigue la disidencia política con tortura, represión violenta y asesinatos, a esto se añade la presencia de grupos irregulares bajo la mirada complaciente de las autoridades civiles y militares, la explotación irracional de recursos mineros que destruye amplias extensiones del territorio venezolano, el narcotráfico y la trata de personas”, señalaron. Renuncia de Maduro Una vez más los obispos han repudiado los acontecimientos ocurridos en el parlamento para reafirmar su mensaje del pasado 12 de julio de 2019, ocasión en la cual exigieron “la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima” en clara referencia a Nicolás Maduro y el cese de la Asamblea Nacional Constituyente, lo cual implique la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales bajo la tutela de un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, auditoría al registro electoral, participación de venezolanos en el exterior y supervisión de organismos internacionales. Han a la comunidad internacional apoyen iniciativas en esa dirección. Por otra parte han reiterado a los militares “guiarse por la sana conciencia de su deber, sin servir a parcialidades políticas, respetando la dignidad y los derechos de toda la población, como juraron ante Dios y la Patria” como bien lo expresaron el pasado 8 de enero tras reunirse con la junta directiva del parlamento, encabezada por Juan Guaidó. A los venezolanos en el mundo A los más de 4.000.000 de venezolanos en la diáspora han expresado su solidaridad en virtud de que “sabemos de las vicisitudes que han tenido que sufrir y los riesgos que ha supuesto su partida”, por ello “recuerden que Venezuela siempre se ha distinguido por ser un país de acogida a migrantes venidos de diversas partes del mundo”. Asimismo han expresado su agradecimiento de corazón a los países e Iglesias del continente y del mundo que “han brindado a quienes han emigrado para poder sentir la solidaridad y la real posibilidad de un trabajo y una condición que les permita vivir y contribuir con su familia que quedó en Venezuela”. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar comunicado[/icon] Tomado: Portal Vida Nueva Foto: Conferencia Episcopal de Venezuela

Mar 2 Jul 2019

La economía al servicio de la dignidad humana y del bien común

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En dos ocasiones, cada año, todos los Obispos de Colombia, de las distintas arquidiócesis y diócesis, así como de los Vicariatos Apostólicos, provenientes de todas las zonas de Colombia nos encontramos fraternalmente en la Sede de nuestra Conferencia Episcopal en Bogotá para revisar la situación de la realidad nacional y entrar en temas que son de fundamental importancia para la evangelización y la actividad de la Iglesia de Cristo en nuestra Patria, para animar y fortalecer el camino de nuestras comunidades. Este año, en la semana del 1 al 6 de julio 2019, celebraremos la (CVIII) Centésima octava Asamblea Plenaria, para estudiar el tema:La Economía al servicio de la dignidad humana y el bien común.Estamos dedicando tres años al estudio de la incidencia de la evangelización en los distintos ambientes sociales.La Iglesia quiere entrar en lo profundo de la realidad social y, desde el Evangelio de Cristo, tratar de comprender e iluminar el camino de nuestra acción social y de anuncio de las verdades de la fe. Esta temática nos hace entrar en lo profundo de la Doctrina social de la Iglesia, en la lectura que se hace desde el evangelio de los distintos temas que se han ido creando en el último siglo, para comprender la lectura que los cristianos han hecho de los distintos temas que tocan la vida humana y las realidades del hombre, que vive en común con otros hombres y tiene particulares modos de reflexión y vida. La Doctrina social de la Iglesia se ha desarrollado a partir del Magisterio de los Pontífices desde el papa León XIII, con la publicación de la Encíclica Rerum Novarum (1891) y que ha continuado a lo largo de los decenios con enseñanzas muy precisas y claras para los cristianos, orientando suforma de comprender las realidades sociales.En los últimos años hemos tenido dos Encíclicas sociales de mucha importancia, Caritas in Veritate (Caridad en la verdad) de Benedicto XVI y Laudato si (Alabado seas) del Papa Francisco. Ellas nos han hecho entrar en el tema de la caridad y el servicio a los hermanos y la vivencia de la caridad en primer lugar y, en el cuidado de la casa común y del entorno en el cual vive el hombre. El objeto de nuestro encuentro nos hará entrar en una dimensión muy importante de la Doctrina social de la Iglesia, laDignidad de la persona humana. La Iglesia en su enseñanza a lo largo de los siglos, no ha dejado de indicar al hombre, su realidad, sus derechos, su ser, como objeto de la reflexión y de las respuestas que deben darse desde la fe. El hombre, su ser, ha alcanzado una respuesta clara y precisa en el evangelio de Cristo, en la misión y tarea que se le ha confiado y en el horizonte para el desarrollo de su ser, según la voluntad de Dios. La dignidad humana surge de la acción de Dios, pues el hombre es creatura de las manos del Altísimo, habiendo recibido del creador su alma y su cuerpo, además de una tarea y una misión concreta en la realidad y en el mundo.El hombre fue creado de las manos de Dios y de su acción, recibiendo ser “imagen” de El (Génesis 1, 26). En virtud de su dignidad el hombre ha recibido una tarea una misión, que realizar en el mundo, tanto en sus relaciones interpersonales, como en el cuidado y el desarrollo, además del aprovechamiento de lo creado. Este es uno de nuestros grandes retos en la humanidad que vivimos y experimentamos hoy. El Concilio Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes (Gozo y esperanza) nos enseña:«Todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y vértice de todos ellos (…) La Biblia enseña que el hombre ha sido creado «a imagen y semejanza de Dios» (…) y que por Dios ha sido constituido señor de la entera creación visible para gobernarla y usarla glorificando a Dios (…) Pero Dios no creó al hombre en solitario (…) El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social y no pue­de vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás»(Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 12). Precisamente en este orden es que queremos revisar y estudiar el tema de la economía, de las distintas relaciones sociales que se establecen en torno al trabajo, a la compensación justa y necesaria para el trabajo humano, en la propiedad a la cual tiene derecho el hombre y, también al acceso que todos tienen como derecho fundamental al uso de los bienes materiales. En este contexto social en el cual vivimos, la economía a veces parece algo lejano, destinada a ser estudiada y dirigida por unos pocos técnicos, que establecen normas y leyes que nos alejan de la justicia y de los derechos de las personas. La Doctrina social de la Iglesia ha enseñado siempre que hay unas cuestiones fundamentales en la lectura del orden social (base de la economía). Ya el Papa León XIII en la EncíclicaRerum Novarum, había puesto tres valores fundamentales que debían ser tenidos en cuenta: el uso de los bienes materiales para todos; el valor del trabajo -su respeto, fortalecimiento, justa compensación-; y los derechos de la familia en la justicia y la garantía de salarios y derechos justos(Este tema es ratificado por San Juan XIII en la Encíclica Mater et Magistra (Madre y Maestra) n. 42. En nuestros días se va fortaleciendo la propuesta de una nueva economía, que tenga al hombre y sus derechos como fundamento, con la propuesta de un nuevo modelo alternativo de economía y de sociedad.La Iglesia en Colombia ha valorado y apoyado en muchos momentos estos temas, con el fortalecimiento del cooperativismo; con la creación y fortalecimiento del SENA, como oportunidad de formación de los jóvenes; con la creación de un comercio equitativo, solidario y respetuoso de la naturaleza y de los bienes comunes. El tema de la economía, de los parámetros sociales de lectura de los bienes económicos,de los medios de producción y de sus ganancias, tiene que pasar necesariamente por el bien común y destino social que estos bienes tienen, la Iglesia lo ha llamado una hipoteca social(San Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (Solicitud por las cosas sociales, n. 42). Los bienes, la propiedad privada tienen también su valor y deben ser respetadas, pero es necesario que se fortalezca un camino de justicia y de participación de los bienes para todos, sin distinción, evitando la inequidad y la injusticia para muchos.Es necesario proponer una respuesta a la realidad social, en el ejercicio y cumplimiento de cuanto la Iglesia ha enseñado que es la justicia social, el derecho a todos a acceder a los bienes de la naturaleza, de la producción económica, al satisfacer sus necesidades primarias y fundamentales. El Evangelio de Cristo, está claramente en la base de estas opciones y de estas respuestas que son tan necesarias. Les pido queridos lectores de LA VERDAD que pongan esta intención en sus oraciones, pidiendo las luces del Espíritu Santo sobre el trabajo que realizaremos. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Lun 1 Jul 2019

Análisis de la Realidad Nacional: tema de reflexión en asamblea de obispos

Reconciliación, justicia transicional, panorama electoral, plan de desarrollo, seguridad, defensa de la vida, familia, educación, ecología y libertad religiosa, temas con los que se abrió la agenda de reflexión y trabajo en la 108 Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano. Durante la primera sesión de trabajo, los obispos reunidos en Bogotá, analizaron estos aspectos con miras a fortalecer la mirada regional que oriente la definición de líneas de acción pastoral para la promoción del desarrollo integral y solidario. La pobreza, el asesinato de líderes sociales, los cultivos ilícitos, la migración venezolana, la trata de personas, el acompañamiento a las víctimas, la dificultad en la implementación de los acuerdos con las FARC, entre otras problemáticas, fueron evidenciadas como aspectos que requieren urgente respuesta a nivel gubernamental y se constituyen en grandes retos para la acción pastoral y evangelizadora de la Iglesia. “El año pasado el DANE reportó un incremento que muestra una nueva tendencia en cuanto al tema de pobreza multidimensional (…) Frente a este hecho requiere mantener políticas sociales a largo plazo (…) El tema de la pobreza es una situación de región, pero Colombia precisa redistribución de la riqueza”, explicó monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, durante su intervención. Sobre el tema del asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, el sacerdote aseguró que “es una de las preocupaciones grandes que hay en el país, porque vulnera de una manera muy fuerte el ejercicio de la democracia local y de la participación ciudadana”. Ante este panorama, precisó, se requiere una mirada muy clara de protección de estos líderes, de reconocimiento y legitimación de su actividad, “para que sean las comunidades mismas las que garanticen su permanencia y la sociedad colombiana sienta que es su deber el salir en defensa de la vida humana, particularmente en este caso, de la vida de todos los colombianos y colombianas que están comprometidos con la superación de temas sociales, de necesidades urgentes de las poblaciones”. Frente al tema migratorio, monseñor Henao ratificó el compromiso de la Iglesia Católica con las poblaciones migrantes y advirtió que “se tiene la necesidad de recuperar todos los esfuerzos para ser mucho más claro el enfoque hacía una solución de las necesidades de educación, salud, vivienda y trabajo de estas poblaciones”. Finalmente, llamó la atención sobre la urgencia del cuidado de la 'Casa Común': “El año pasado hubo una deforestación de 260 mil hectáreas”, afectando gravemente los departamentos de Meta, Guaviare y Caquetá; además del desequilibrio que esto produce a nivel general en el medio ambiente. A su turno, el padre Darío Echeverri González, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional, al referirse al acuerdo de paz con las FARC, precisó que los desafíos de la Iglesia son múltiples,entre ellos está la implementación de los acuerdos, la tarea de animar y estimular escenarios de diálogo, "donde la gente misma pueda participar, ayudar y ambientar una negociación con el ELN que es necesaria”. Al concluir afirmó que “la Iglesia tiene que asumir el tema de la reconciliación como algo que surge del Evangelio mismo, de la misión de la Iglesia y de todos los bautizados. Los que nos sintamos miembros de la Iglesia tenemos que dar nuestro aporte a la reconciliación de esta Colombia”. CVIII ASAMBLEA PLENARIA DEL EPISCOPADO

Vie 23 Feb 2018

La parroquia

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - La CV Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, celebrada al principio de este mes, tuvo como tema central el tema de la parroquia como corazón de la nueva evangelización. Fue un discernimiento muy ponderado, actual y necesario por cuanto la realidad de la comunidad parroquial, su renovación y adecuación en el servicio del anuncio misionero del evangelio, ocupa un lugar, sin duda, relevante a la hora de definir cualquier itinerario pastoral. Hay un legado fundamental que proviene del Concilio Vaticano II, que plantea el desafío de la renovación de la Iglesia y en ella de todas sus estructuras y comunidades concretas. Considerada la Iglesia como Pueblo de Dios, busca que la comunión y la participación como acción corresponsable de todos sus miembros, pastores y laicos, cada uno de ellos según su vocación y carismas, construya la iglesia misionera. De esta manera, inspirada en la eclesiología y espiritualidad de comunión, la Iglesia crece y se fortalece como comunidad de comunidades. Tanto el resultado de una evaluación previa que se hizo sobre la realidad de las parroquias en nuestro país, consultadas diversas jurisdicciones eclesiásticas, así como la presentación y discernimiento sobre la identidad y misión de la parroquia con base en los anteriores criterios, habida cuenta el contexto social y cultural en que estamos inmersos, fue motivo para el examen que hiciéramos los obispos, en la espera de contribuir a que esta estructura e institución fundamental, además tan antigua del Pueblo de Dios, despegue definitivamente hacia su plena renovación, asumiendo los retos de la ahora presente. Importante resaltar los énfasis que fueron apareciendo a la hora de precisar lo que en últimas define la identidad y misión de nuestras parroquias, a la luz de la misma identidad y misión de la Iglesia, empeñada en una nueva evangelización. En efecto, y con el ánimo de resumir estas características, podemos ver en primer lugar el anuncio del kerigma, es decir el gozoso anuncio del Señor que invita a la conversión y al encuentro con Él, sin el cual, resultaría difícil construir todas las demás notas que definen la parroquia. En segundo lugar, la parroquia promueve la iniciación cristiana que va trazando un camino de madurez en la fe y que partiendo del bautismo, conduce a los creyentes a la responsable opción de su vocación específica y a su convencida participación en la vida y misión de la Iglesia. Como tercer aspecto se puede señalar la dimensión comunitaria. No se puede construir Iglesia que no sea comunidad al mismo tiempo. Llamados a participar en la común- unión a la que el Señor nos invita, la parroquia se va construyendo como comunidad de pequeñas comunidades, grupos y movimientos, invitados todos a vivir la espiritualidad de comunión, además camino seguro de santificación. Por último aparece como esencial la dimensión misionera. Parroquias en salida misionera, con vocación de llevar el testimonio y la Palabra de la experiencia vivida en el Señor a otros ambientes y realidades donde el Evangelio no ha llegado o se ha enfriado el corazón de las personas. Todas y cada una de estas características, hechas vida y aplicadas a través de los planes pastorales convenidos para cada Iglesia particular, con un conocimiento permanente de la realidad y de los signos de los tiempos, serán también motivo de transformación social y contribución esencial para construir una cultura del encuentro, de la convivencia y de la paz. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Jue 8 Feb 2018

La parroquia, espacio vital para la vida cristiana de nuestro pueblo

Tras cuatro días de reflexión sobre la realidad de la parroquia, desafíos y oportunidades en el contexto actual, los obispos de Colombia han destacado la centralidad de esta institución en la acción evangelizadora de la Iglesia Católica. Al respecto, Monseñor Juan Carlos Cárdenas, Obispo Auxiliar de Cali y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones y Tecnologías de la Conferencia Episcopal de Colombia, precisó que las reflexiones desarrolladas durante la Asamblea han permitido “entender que la parroquia sigue siendo ese espacio vital, fundamental, en el que se juega la vida cristiana de nuestro pueblo y que necesita ser siempre repensada para ponerla a la altura de los retos, dificultades, necesidades y oportunidades que nos presenta la época a la que asistimos”. En este sentido, el obispo de la Diócesis de Ocaña, Gabriel Ángel Villa Vahos, destacó la importancia del compromiso tanto de los ministros como de los fieles laicos en la renovación de la parroquia, que afirmó Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, obispo de la Diócesis de Florencia, debe partir de una conversión propia. “Orar más para amar más; actuar con fe; vivir la experiencia de transmitir la fe; discernir continuamente y para ello necesitamos vincular mucho más a los laicos, tenemos que tomar enserio la creación de los consejos diocesanos y parroquiales de laicos y finalmente una voz de esperanza: animarnos, darnos fortaleza y esperanza cristiana”. Finalmente, Monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez, Obispo San José del Guaviare, invitó a los párrocos y ministros en general a “recuperar la pasión por Cristo y por el Evangelio, porque si eso se da nuestras parroquias serán verdaderas comunidades donde se anuncia la Palabra, se vive el amor y la misión resulta como algo espontáneo, como fruto de todo lo que vive nuestra alma y nuestro ser”. Encuentre aquí testimonios de obispos sobre el tema de la Asamblea: Las Parroquias.

Dom 4 Feb 2018

Asamblea de Obispos analizará el tema: 'La parroquia en la nueva Evangelización'

Desde el 5 y hasta el 9 de febrero, los 89 obispos de Colombia estarán reunidos para celebrar la Centésima Quinta Asamblea Plenaria del Episcopado. En esta ocasión el tema que ocupará la agenda es la realidad de la Parroquia en la Iglesia. Será un espacio donde los obispos realizarán un diagnóstico del estado actual de las parroquias y propondrán procesos pastorales renovados de evangelización, que vayan acordes con la realidad actual que el mundo exige. Igualmente, iluminados por el mensaje del Papa Francisco, los prelados avanzarán en su análisis de la realidad del país para lograr mayor incidencia, desde la fe y la esperanza, en los desafíos y problemáticas de la vida nacional.

Mié 1 Nov 2017

Se dio inicio en Bogotá a la CIV Asamblea Extraordinaria del Episcopado

Hoy 1 de noviembre de 2017 en las instalaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá, se dio inicio a la CIV Asamblea de obispos, la apertura del evento fue presidido con la alocución del Excelentísimo Monseñor Oscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la Conferencia Episcopal. En su discurso Monseñor Urbina Ortega, comenzó agradeciendo al Santo Padre por motivar a la Iglesia católica al desarrollo de la Asamblea Extraordinaria de Obispos en Colombia. El prelado presentó los motivos por los cuales se dio esta convocatoria extraordinaria, en la que invita en primer lugar a discernir lo que el Señor nos ha dicho por medio del “peregrino de esperanza y de paz”, en segundo lugar, expuso que debemos recoger el llamamiento del Papa Francisco, a partir de “crear una cultura del encuentro”… “enriqueciendo nuestros procesos evangelizadores e involucrando a todos los que la acepten en una nueva etapa de nuestra historia”. Monseñor Oscar Urbina Ortega rescató 3 puntos clave de la visita del Papa Francisco. 1. Cuidar la Siembra: Es el llamado a que “cuidemos con santo temor y conmoción el primer paso de Dios hacia ustedes y, con su ministerio, hacia la gente que le ha sido confiada, en la conciencia de ser ustedes sacramento viviente de esa libertad divina que no tiene miedo de salir de sí misma por amor, que no teme empobrecerse mientras se entrega, que no tiene necesidad de otra fuerza que el amor”…. “nos anima a no tener miedo de migrar de las aparentes certezas en busca de la verdadera gloria de Dios, que es el hombre colombiano, nos anima a ser un vientre de luz capaz de generar, aun sufriendo pobreza, las nuevas creaturas que esta tierra necesita. Nos hace tomar conciencia de nuestra misión de pastores que vemos con nuestros propios ojos y conocemos como pocos la deformación del rostro del país, que somos custodios de las piezas fundamentales que hacen una a la nación”. 2. Discernir: En el cual se anuncia “¡Dios está escondido, no ausente!, a pesar de las avalanchas del retiro de lo religioso de la esfera pública, la disminución de la creencia la práctica religiosa y la creciente alternativa humanista encerrada en la inmanencia del presente” haciendo el llamado ante la adversidad de recordar (1 Cor 2, 14) “y abrimos el corazón a la luz del Espíritu Santo para no auto-condenarnos a la ceguera. Monseñor evoca las palabras del Santo Padre en su visita “Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza” 3. Proponer: Donde el Santo Padre hizo una invitación a los obispos diciendo: “A los obispos de todo el continente nos pidió trabajar sin cansarnos para construir puentes, abatir muros, integrar la diversidad y promover la cultura del encuentro y del dialogo, educar al perdón y la reconciliación, al sentido de justicia, al rechazo de la violencia, y el coraje de la paz” El Prelado cerró su discurso planteando que: “La visita del Santo Padre deja un ambiente de esperanza, de compromiso y de vitalidad para este pueblo que acogió masivamente su mensaje y que ahora se siente comprometido a seguir dando pasos hacia la reconciliación y la paz”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon]