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cadena humana por la paz

Mié 10 Feb 2021

Iglesia en Buenaventura invita a la “gran cadena humana por la paz”

La crítica realidad en violación de derechos humanos que se evidencia en estos momentos en la ciudad de Buenaventura han hecho que la Iglesia católica, una vez más, siente su voz para hacer un llamado de SOS. Razón de ello ha convocado para hoy 10 de febrero, a las 10:00 a.m., a la “Gran cadena humana por la paz de Buenaventura”. El obispo Rubén Darío Jaramillo Montoya ha informado que estará haciendo un recorrido por la ciudad en un carro de bomberos, desde donde bendecirá a todos los habitantes de esta ciudad portuaria. "Queremos unirnos con toda la comunidad, con todos los fieles y con todo Buenaventura, para juntarnos de la mano en una gran cadena y decirle no a los violentos, para decir sí a la paz (…) Queremos desde el carro de bomberos bendecir este puerto, pedir la bendición de Dios sobre todos nosotros. ¡Que Dios bendiga a Buenaventura!", asintió. Contexto de esta realidad El obispo, en una entrevista concedida a la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal, explica como Buenaventura, por su ubicación estratégica, viene siendo muy atractiva para los comerciantes, industriales y exportadores; pero, también resalta, para los delincuentes. Denuncia que el origen de la mayoría de hurtos, homicidios, extorsiones, robos y desplazamientos que se registran en elmunicipio se deben a la disputa entre los grupos delincuenciales por el control del tráfico de estupefacientes. “Por aquí se sacan las economías ilegales como el oro, la madera, entre otros, pero también entran las armas, el comercio de dólares falsos y todos estos elementos que destruyen a la comunidad, estamos al margen del país, es una zona supremamente pobre, donde las bandas delincuenciales se han tomado la ciudad, ellos ponen la autoridad en los barrios, reclaman extorsión todos los días, todo el mundo nos encontramos secuestrados en estos barrios a lo que ellos decidan”, expone el prelado. Ha evidenciado una realidad en la que observa la falta de servicios públicos, ausencia de educación competitiva, oportunidades laborales, espacios deportivos, acceso a la tecnología, cámaras de seguridad, inteligencia militar, entre otros, frente a este panorama llama la atención del Gobierno nacional y local para que realicen una intervención integral y vean esta problemática en un contexto más amplio. Finalmente, el obispo invitó para que todos los colombianos volquen su mirada hacia estos territorios abandonados y se “pongan la camiseta de Buenaventura”.