Pasar al contenido principal

construcción de paz

Mar 25 Ene 2022

Cebitepal ofrece Diplomado: “Construcción de Paz y Transformación Social”

El Centro Bíblico Teológico para América Latina y el Caribe (Cebitepal), dependiente del Concejo Episcopal Latinoamericano Celam, ofrecerá desde el 1 de febrero al 25 de marzo de 2022, el diplomado: "Construcción de Paz y Transformación Social". Será un espacio de formación y reflexión dirigido a los agentes pastorales, líderes sociales y "operadores de paz", que busca ofrecer "fundamentos y herramientas para la generación de paz en conflictos y realidades de profunda violencia". Se realizará los martes y jueves en el horario 6:30 a 8:00 p.m. hora de Colombia, en la modalidad: Virtual sincrónico, con el fin de favorecer la comunión y la sinodalidad. Los docentes de la diplomatura serán profesionales de distintas nacionalidades: Miguel Ricardo Gómez, de Ecuador (Coordinador); Rosa Inés Floriano, de Colombia; Richard Jones, de El Salvador; y Tom Barnat, Ecuador. Más información [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] A propósito del este Diplomado, la oficina de prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano. Celam, sostuvo un dialogó con Rosa Inés Floriano Carrera, especialista en Doctrina Social de la Iglesia y animadora institucional del Secretariado Nacional Pastoral Social, en proceso de doble titulación como Magíster en Investigación Integrativa del Pensamiento Complejo a las Ciencias Humanas y Sociales, y candidata a Doctorado en Pensamiento Complejo aplicado a las Ciencias Sociales, quien habló sobre temas: paz y conflicto; esperanza y solidaridad; cultura del encuentro; y capacidad de resiliencia. ENTREVISTA ¿Por qué hace falta estudiar para construir la paz, Rosa? Porque el mundo de hoy está cada vez más atrapado en una cultura del desencuentro, del egoísmo, del descarte y de la indiferencia; con lo cual la convivencia se pone a prueba. Necesitamos recuperar la esperanza y la capacidad de hacer de la convivencia un modelo de sociedad donde la “Amistad Social” sea el pegamento que nos permita a todas y todos, sin exclusión alguna, coexistir corresponsable y solidariamente, en pleno respeto de las diferencias y con capacidad de transformar positivamente los conflictos desde un sistema de relaciones justo, fraterno y equitativo. Es lo que el Papa Francisco nos propone como “La cultura del encuentro”. La humanidad vive (desde siempre) en tensión permanente entre la convivencia pacífica y las luchas por la tierra, los alimentos, la escalada en el poder global. ¿Aplica esta descripción para la vida de nuestros países latinoamericanos y caribeños, algo de esto pasa en nuestros ambientes? Efectivamente. Donde haya coexistencia las tensiones y los conflictos son parte de la misma; sin embargo, los seres humanos necesitamos desaprender patrones que nos llevan a tramitar de manera negativa dichos conflictos y tensiones para dar paso a formas Noviolentas de construir escenarios de debate y de transformación de dichas tensiones en oportunidades o soluciones duraderas. En la región América Latina y el Caribe, vivimos tiempos de particular complejidad. Entre la polarización política, las crecientes brechas por las desigualdades económicas, la exclusión de cada vez más sectores de la sociedad, las víctimas de abuso, xenofobia, explotación, migración forzada, entre otros; nos arrastran a espirales prolongados y complejos de violencia que demandan respuestas integrales, multinivel y con un esfuerzo enorme de establecer relaciones estratégicas que sumen voluntades a distinto nivel en distinto tipo de respuesta para alcanzar cambios de corto y largo plazo. A esto es que le llamamos transformación de conflictos y construcción de paz. ¿Cuáles son los motivos de lucha actualmente? Esta es una respuesta muy difícil porque no es una única respuesta. Se lucha básicamente por motivos de escasez de recursos, incompatibilidad de intereses y por conflictos de poder. Esto aplica desde la vida familiar hasta las naciones y conflictos internacionales. ¿Qué potencial positivo ve en nuestros pueblos americanos, que pueden arrimar esperanza en la solución pacífica de la variedad de conflictos que atravesamos? Los pueblos latinoamericanos y caribeños tenemos una impresionante capacidad de resiliencia, pese a todas las dificultades que afrontamos, tenemos siempre la alegría como instrumento para sobreponernos y seguir adelante. Lo que realmente necesitamos es convencernos de que el camino es la Noviolencia activa; que no podemos esperar que los cambios lleguen milagrosamente, desde afuera o será instaurada por la victoria sobre los malos. Tal como lo invita el Papa Francisco en Fratelli Tutti, la paz es una artesanía difícil y compleja, pero empieza en lo pequeño y desde dentro del corazón del ser humano. Nos exige convicción más que expectativas, no exige corresponsabilidad en la tarea desde lo local, lo cotidiano y el mejor escenario es trabajar en las relaciones, las interpersonales, las culturales, económicas, políticas y con la creación. El punto de partida: aquellas que tenemos a nuestro alcance y las que no lo están, solo trabajando con otros actores podremos lograr mayor potencial transformador. En la construcción de la paz, ¿es un plus ser católicos, creer en Jesús, apropiarnos y encarnar el Evangelio en su sentido más puro y esencial? Por supuesto. Si somos fieles al Evangelio de Jesús, la Noviolencia activa es el camino más coherente para vivir nuestra fe. El cristianismo realmente está llamado a realizar la comunión en las realidades temporales, una comunión que tiene como frutos la paz y la justicia que derriba todos aquellos muros que nos dividen y hace de la humanidad una sola familia cuidadora de la vida y de la casa común. La tradición cristiana muestra siempre, desde las primeras comunidades cristianas, una búsqueda incansable por hacer presente en la convivencia humana, a ejemplo de la familia trinitaria, la comunión. Podemos ver en las cartas pastorales de los discípulos a aquellas primeras comunidades una serie de recomendaciones y herramientas para llevar a la vida comunitaria la armonía, la comunión construida sobre la base del amor cristiano. ¿Qué rol le otorga a la posibilidad del perdón entre quienes se enfrentan? El perdón es un proceso. Brota del corazón de la víctima por obra de Dios. No es algo que se puede decretar o tiene receta alguna. Se puede acompañar, pero es un proceso al interior del corazón de cada ser humano y que no se concede porque el victimario o quien ha infringido violencia lo merezca; sino porque la víctima necesita liberarse y retomar su proyecto de vida recordando su experiencia sin dolor. Por eso el perdón es, ante todo, un proceso de sanación interior que se trabaja en el propio corazón y brota en forma de perdón para abrirle paso a la obra reconciliadora de Dios en la experiencia humana. ¿Cómo se asume esa posibilidad? ¿Cómo es la búsqueda de acuerdos en los que todos ceden? ¿Se produce como un olvido del conflicto dando una vuelta de página, como una elaboración (aunque dolorosa) de los desencuentros con la puesta en palabras de nuevos registros de los vivido, apuntando a la reconciliación? Asumiendo que el valor del perdón no se contrapone a la Justicia; por el contrario, son valores complementarios que hacen posible la reconciliación: “La verdad y la misericordia se abrazan, la justicia y la paz se besan” (Cfr. Salmo 85, 10). La reconciliación es la experiencia que emerge del trabajo integrado por la verdad, el perdón, la justicia y la paz. ¿Qué peso tiene en la resolución de conflictos antiguos —de larga data— la responsabilidad intergeneracional a la par de las nuevas miradas que puedan ir sumando las nuevas generaciones sobre los mismos? Existen innumerables experiencias de pueblos o comunidades que han estado sometidos por generaciones enteras a conflictos prolongados y hacer conciencia de que mientras más tiempo dejamos avanzar los espirales de violencia, más tiempo nos va a tomar salir de dicha realidad. Sin embargo, para que mañana alguna generación pueda cosechar frutos de paz, hoy alguien tiene que empezar la siembra. Los conflictos prolongados van minando la capacidad de confiar entre los vecinos y hasta entre las mismas familias; va legitimando el uso de la fuerza como mecanismo de supervivencia; escala a patrones de relacionamiento, a las estructuras y se tiende a establecer y perpetuarse en los sistemas o modelos de vida (economías de guerra en lugar de economías de paz; doctrinas de seguridad en lugar de políticas de Estado favorables a la paz; etc.). Pero, aunque lleguemos a esas dinámicas tan estructurales y complejas no significa que no se puedan cambiar. La clave está en trabajar con una visión amplia, aunque concentremos nuestros esfuerzos en lo que tenemos a nuestro alcance y aprender a trabajar con otros para lograr mayor impacto en la transformación a distinto nivel. “Construcción de Paz y Transformación Social” es el título del Diplomado del que usted forma parte como Cuerpo Docente y que se inicia el próximo 1 de febrero organizado por Cebitepal #FormaciónCelam, Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam (CEPRAP) y Cáritas ALC, dirigido especialmente a agentes de pastoral, líderes sociales y agentes de paz. ¿De qué se trata y cuáles son los carriles conceptuales que andarán sus diplomandos? Esta propuesta formativa es el producto de la práctica reflexiva y caminos de aprendizaje sobre diversas prácticas y experiencias en el camino de la construcción de la paz. Nos hemos encaminado por la visión de la Transformación Social de Conflictos y construcción de paz que integra herramientas de resolución pacífica, diálogo social, enfoque de Derechos Humanos y marcos temporales de más largo alcance que nos permitan resolver problemas concretos de corto plazo mientras trabajamos por las transformaciones estructurales que toman más tiempo; a la par de buscar cambios que van desde las actitudes y comportamiento personales hasta los cambios de imaginarios sociales, en la cultura, los sistemas políticos y económicos que hacen posible no solo la convivencia pacífica entre comunidades sino condiciones estables para que la paz sea duradera.

Lun 27 Sep 2021

Diálogo social para la construcción de la paz

El 21 y 22 de septiembre se realizó la II Feria de Metodologías para la Construcción de la Paz, un espacio virtual que generó un encuentro en torno a las experiencias de paz en América Latina y el Caribe. El evento fue organizado por Caminando hacia la Paz, una red de organizaciones de la Iglesia Católica y contó con el apoyo del Secretariado Nacional de Pastoral Social- Cáritas Colombiana (SNPS-CC), Cáritas América Latina y Caribe, Cáritas El Salvador, Cáritas de Honduras, Jesuitas por la paz, Catholic Relief Services y Pastoral de Derechos Humanos del Arzobispado de Santiago de Guatemala. Durante este espacio, Rosa Inés Floriano, animadora del área de desarrollo institucional del SNPS-CC, estuvo exponiendo la experiencia que desde la Pastoral Social se ha tenido con el trabajo, garantía y acompañamiento a procesos de diálogo social en Colombia. Inicialmente, hizo referencia al contexto de lo vivido en el 2020. Uno de los elementos más grandes que produjo el estallido social desde el 28 de abril del presente año, fue la crisis por la pandemia del Covid-19, un fenómeno que dejó en evidencia nuestra fractura en temas de salud, economía, política, seguridad y crisis migratoria. “El Gobierno Nacional y los Gobiernos locales tuvieron que enfrentar este desafío para proteger a la población. El aislamiento se prolongó por un largo tiempo, se agravó la seguridad alimentaria, las pequeñas y medianas empresas fueron afectadas. Y sumado a esta situación, la reforma tributaría llegó para afectar la economía de las familias de clase social baja. Esta reforma fue lo que, en definitiva, detonó el estallido social”, señaló Rosa Inés Floriano. Estas variables produjeron que millones de personas se movilizaran para expresar su inconformidad con el Gobierno Nacional y se dejara en evidencia una serie de demandas y necesidades de las agrupaciones que conformaron el Paro Nacional. A partir de esta realidad, durante la exposición también se resaltaron los aspectos potenciados en esta coyuntura, entre ellos, el cambio de mentalidad en tanto que existe una mayor conciencia colectiva de la interdependencia del ser humano con los otros y, sobre todo, en los procesos de creación. Adicionalmente, el mundo digital fue la respuesta que ha encontrado la sociedad para movilizarse en medio de restricciones y aislamientos por la pandemia del Covid-19. Y, se destacó la construcción de diversas iniciativas y espacios​ de diálogo para la reflexión en torno al bienestar colectivo​ y a la búsqueda de condiciones de equidad e igualdad​ en el ejercicio de derechos. “Desde el SNPS-CC hemos propiciado espacios de diálogo para la amistad social a la luz de Fratelli Tutti, uno de los objetivos en esta línea es promover la práctica del diálogo y la amistad social como alternativa positiva para abordar conflictos desde un punto de vista conciliador que remedie la polarización estéril. Como Iglesia hemos estado acompañando, mediando y garantizando varios esfuerzos juveniles y colectividades manifestadas en el estallido social. Hemos comprendido el diálogo como un proceso de largo aliento, que consta de distintas fases entre las cuales se encuentran: análisis, gestos de buena voluntad, trabajo colectivo y seguimiento”, manifestó Rosa Ines Floriano. Como conclusión, el espacio cerró con una breve exposición de, ¡A movilizar la palabra!, consulta y diálogo desde las asambleas, una iniciativa gestionada por el SNPS-CC que ha servido como un elemento de organización para los grupos movilizados y a su vez, ha funcionado como herramienta de sistematización para consolidar las demandas y propuestas de dichas colectividades. Fuente: Of. de comunicaciones del SNPS-CC

Vie 12 Mar 2021

El rol de las mujeres en la construcción de la paz

En marco de día internacional de la mujer, el miércoles 10 de marzo se realizó el conversatorio público "Rol de las mujeres en la construcción de paz", un espacio virtual organizado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), que tuvo como fin entrar en diálogo con cuatro mujeres lideresas que compartieron sus experiencias como constructoras paz. El evento contó con dos bloques de intervenciones, donde participaron miembros del cuerpo diplomático y de la Conferencia Episcopal. Para comenzar el conversatorio, monseñor Héctor Fabio Henao, director del SNPS, dio la bienvenida con una reflexión subrayando cómo las mujeres han vivido de manera diferenciada y específica el conflicto armado en el país, porque muchas sufrieron de manera silenciosas violaciones y afectaciones a su integridad física, emocional y espiritual. “Las relaciones entre hombres y mujeres en Colombia se transformaron a raíz de la violencia, no tenemos las mismas relaciones, eso hay que reconocerlo para poder incorporar los aportes y experiencias profundas de las mujeres dentro del proceso de reconciliación y paz que estamos viviendo en el país”, manifestó el directivo. Por su parte, monseñorElkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC, hizo mención acerca del incremento en las manifestaciones del conflicto durante la época de pandemia en Colombia. “En estos momentos difíciles queremos resaltar la misión de la mujer en la tarea de construir paz. Las mujeres crean condiciones de reconciliación, de encuentro, diálogo y de poder fijarse en las problemáticas en las que continuamente vivimos”, afirmó el prelado. Posteriormente, el señor Philip Goldberg, embajador de Estados Unidos, resaltó la necesidad de que Colombia cierre las brechas desiguales entre hombre y mujeres por medio de la implementación de los Acuerdos de Paz y la importancia de que se cumplan los compromisos en temas de género. Igualmente, intervino la señora Alison Milton, embajadora de Irlanda quien planteó que las mujeres cumplen un papel vital en la construcción de paz, y resaltó que hacen un trabajo no solo por ellas mismas, sino por sus hijos, hijas, nietos y nietas. Consideró que es un trabajo de perseverancia, de dialogo y de unión. Así mismo, valoró los procesos de liderazgo de mujeres que se llevan a cabo en Colombia, reconociéndolos como referente internacional. En el segundo bloque de intervenciones estuvieron presentes 4 mujeres lideresas de diferentes regiones del país, que realizan aportes locales y regionales a la construcción de la paz. Marina Mosquera, lideresa social en Cartagena de Indias planteó que, en efecto, las mujeres han tenido un papel diferenciado en el país porque no hay equidad ente hombres y mujeres. Consideró que las mujeres se encuentran en los territorios sin las mismas oportunidades económicas, con un empobrecimiento que les afecta más a ellas y a la vez, preocupadas por el sostenimiento de su familia y su comunidad. “Las mujeres tenemos pocas oportunidades de estudio, un trabajo poco o mal remunerado, aún en esas condiciones hemos sido capaces de ir superando estas dificultades y articularnos a través de las organizaciones. Aquí destaco el papel de la Iglesia católica, lo resaltó porque por 40 años ha trabajado de la mano con ellos y puedo decir que han aportado a la formación de las mujeres” compartió la lideresa. Por otro lado, Magaly Belalcázar, defensora de derechos humanos y educadora popular planteó que la paz tiene que ser pensada desde los territorios, considera que una paz, es la que se construye desde Bogotá o desde los escritorios y otra muy diferente es la paz que pasa por las mujeres y por una dimensión de DDHH en los territorios. Al mismo tiempo, planteó que un reto importante es que la paz integre a las mujeres “a las mujeres nos quitaron las tierras, el territorio, pero no nos han quitado la esperanza, creemos en los Acuerdos de Paz como garantía para las mujeres, para que podamos pensar de forma diferente en los territorios”. La lideresa consideró que “históricamente el país tiene una deuda con nosotras, el patriarcado, la guerra y el conflicto nos han dicho que juntas no podemos. Cuando nos organizamos logramos en conjunto no pedir sino exigir nuestros derechos”. En el espacio de diálogo se contó con la participación de María Elvia Benavides, integrante de la Asociación de Víctimas de Minas Antipersonal, quien compartió que su trabajo de asistencia a víctimas de minas le ha permitido ayudar a muchas personas desde distintos ámbitos. A su vez, planteó que su principal miedo es vivir aún en el territorio donde hay presencia de los grupos armados y compartió su preocupación por su seguridad personal como lideresa social. Para el cierre del conversatorio, Carolina Pomares Agudelo, Coordinadora de la Corporación Policarpa, hizo referencia a los hechos de violencia intrafamiliar que vivió y que posteriormente provocaron una transformación en ella como mujer; su experiencia la lanzó a trabajar por el empoderamiento de otras mujeres, promoviendo la sororidad y trabajando por el fortalecimiento y construcción de procesos con mujeres que buscan ayuda y protección. Las mujeres cerraron sus reflexiones con ideas sobre los retos que tienen para los próximos años con relación a la erradicación de las violencias contra las mujeres, el fortalecimiento de los procesos educativos, la protección a través de casas refugio, el fomento de los liderazgos entre niñas y jóvenes, además de la consolidación de procesos organizativos. Fue un espacio de diálogo, que permitió comprender como desde las distintas perspectivas de las lideresas se concibe la paz de acuerdo a las realidades de sus territorios. Fuente: Of. comunicaciones SNPS

Mar 9 Mar 2021

Conversatorio del SNPS: "El rol de las mujeres en la construcción de paz"

En el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Mujer, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) Caritas Colombiana, realizará este miércoles 10 de marzo, a las 10:00 a.m., el conversatorio "El rol de las mujeres en la construcción de paz". En un video mensaje, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del SNPS, al extender la invitación a este evento, destacó también el rol de la mujer en la historia de Colombia. “En ese largo caminar las mujeres en Colombia han tenido un rol muy destacado con sus esfuerzos, dedicación e imaginación; han hecho posible muchos avances en numerosos territorios de forma silenciosa y desconocida, pero muy eficaz”. Participarán como panelistas cuatro mujeres líderes locales y regionales, quienes reflexionarán sobre sus trayectorias, aportes y retos como mujeres que construyen paz. Son ellas: Marina Mosquera, mujer afrocolombiana de origen chocoano; María Elvia Benavides, quien hace parte de la asociación de víctimas de Mina Antipersonal ASOV-ABADES; Magaly del Carmen Belalcázar Ortega, campesina caqueteña, defensora de derechos humanos y educadora popular; y Carolina Pomares Agudelo, lideresa comunitaria de origen sanandresano. Tres ejes temáticos marcarán el diálogo del conversatorio: Historia del liderazgo de las mujeres en sus comunidades; aportes del trabajo comunitario en la construcción de la paz en sus comunidades, y, por último, importancia y retos de la participación de las mujeres en la construcción de la paz. Este espacio de reflexión podrá ser seguido en directo a través de las páginas en Facebook pastoralsocialc y episcopadocol

Vie 17 Jul 2020

CCN dio inicio a diplomado en cultura de reconciliación y paz

Con un acto de apertura virtual transmitido a través de Facebook, el pasado miércoles 15 de julio, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) en representación de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), la Diócesis de Yopal y la Diócesis de Sincelejo, dieron inicio al primer “Diplomado en herramientas para la construcción de una cultura de reconciliación y paz territorial” que avala la Universidad Santo Tomás y que financia la Embajada de Noruega, en el marco de la actual iniciativa de la CCN que busca aportar a la construcción de cultura de paz en diferentes regiones del país. En la primera parte del espacio, que reunió a cerca de 80 personas mediante la plataforma zoom y que hasta la fecha ha sido visualizado por más de 1.500 cibernautas gracias a la transmisión, participaron monseñor Elkin Álvarez Botero, secretario general de la CEC y miembro de la Comisión de Conciliación; monseñor Edgar Aristizábal Quintero, Obispo de Yopal; monseñor José Clavijo Méndez, Obispo de Sincelejo; y el padre Darío Echeverri, secretario general de la CCN. El mensaje de apertura estuvo a cargo de monseñor Edgar Aristizábal, quien evocó la séptima bienaventuranza “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece” (Mateo 5:9). El prelado afirmó que este es un trabajo que realiza cada día la Iglesia Católica y llamó la atención sobre la necesidad de que todos en Colombia trabajemos por esta misma causa “para superar los elevados niveles de violencia y demás situaciones que afectan la convivencia; para acompañar a tantos hermanos víctimas del conflicto armado y de tantas otras pandemias que hoy sufre el mundo”. Por su parte, monseñor Álvarez, también obispo auxiliar de Medellín, hizo referencia a lo vivido durante la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado, que se llevó a cabo en días pasados por primera vez de manera virtual. El prelado afirmó: “pudimos compartir la realidad de las regiones y el común denominador sigue siendo la violencia que se ha recrudecido desde muchos factores”. Por esta razón, y por tratarse de un espacio para facilitar herramientas, insumos y motivaciones para formar servidores de la reconciliación y de la paz destacó la utilidad del diplomado; así como la importancia de desarrollarlo con enfoque territorial “porque debemos estar convencidos de que la implantación de una cultura de reconciliación y paz nace del trabajo en las regiones, de la respuesta a los desafíos específicos en esta materia, desde la realidad propia de la cada una de las zonas de nuestro país”. Por su parte, sobre el rol de la Comisión de Conciliación, el padre Darío Echeverri afirmó que la coyuntura que vivimos por cuenta de la pandemia del Covid-19 “no ha sido capaz de frenar nuestro impulso por intentar dar nuestro aporte a la construcción de una Colombia distinta, reconciliada y en paz”. El sacerdote agregó que este trabajo, que se estará desarrollando con 15 regiones del país, es “un aporte pequeño pero significativo frente al gran desafío que nos plantea esta nación cargada de odios, de violencia y de dolor”. Adriana Marcela Duque, agente de pastoral de la diócesis de Yopal invitada al diplomado, agradeció la oportunidad de participar, y sobre el tema y compromiso a asumir afirmó: “muchos individuos pensamos que la solución está en cabeza de los gobiernos y de los líderes (…) Sin embargo, cuando entendemos y descubrimos que hacemos parte de un gran engranaje y que somos una pieza importante en ese engranaje, y permitimos que la luz de la paz encienda nuestro corazón, podemos hacer que otros también enciendan esa luz (…) Es ahí cuando podemos ser agentes de cambio social”. Jorge García, quien se desempeña como defensor de Derechos Humanos en el departamento de Sucre y hace parte del grupo convocado por la diócesis de Sincelejo para este proceso, afirmó que a través del diplomado pueden continuar acompañando y dejando capacidades en su región para que estas formen parte de su cultura. Agregó: “tengo la certeza que una vez finalizado el diplomado y se inicien la fase de réplicas de la cual somos parte fundamental, abriremos un camino seguro que nos llevará a la construcción de paz en nuestros territorios”. Además de las cerca de 70 personas que ya iniciaron este primer proceso de encuentro y formación virtual, entre ellas, líderes sociales y comunitarios, defensores de derechos humanos y agentes pastorales de los departamentos de Casanare y Sucre; se conectaron con esta sesión inaugural en calidad de invitados especiales al acto: Monika Lauer Pérez, responsable de proyectos de Colombia/KZE de Adveniat; Ulrike Hemmerling, coordinadora el programa Servicio Civil para la Paz de Agiamondo; y la Dra. Socorro Ramírez, la Dra. Consuelo Corredor, el Dr. Juan Mayr y el General Retirado del Ejército, Juan Salcedo Mora, todos miembros de la Comisión de Conciliación Nacional. Una vez finalizado el acto oficial de apertura, el psicólogo Diego Lerma, especialista en Derechos Humanos, quien hace parte de la Secretaría Técnica de la Comisión de Conciliación y es uno de los facilitadores de este diplomado, dio inicio a la primera sesión pedagógica del proceso, con un módulo sobre reconstrucción de memoria histórica. Fuente: Oficina de comunicaciones de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN)