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conversión pastoral

Mié 21 Feb 2024

Conversión pastoral para ir en salida misionera

En nuestra Diócesis de Cúcuta, siguiendo el llamado del Papa Francisco, estamos en salida misionera y para ello nos proponemos evangelizar con una nueva mentalidad, respondiendo al llamado constante que la Iglesia nos hace a la conversión. Hemos comenzado el tiempo cuaresmal el pasado Miércoles de Ceniza, con una invitación concreta a transformar nuestra vida en Cristo, con el llamado del Señor en su Palabra: “conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15), que consiste en reorientar la vida hacia Dios y renovar la profesión de fe en el Señor, diciendo: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), recordándonos la necesidad de conversión, para purificar nuestra conciencia del mal y el pecado y limpios de co-razón, transmitir el Evangelio de Jesucristo por todas partes.El llamado permanente del Papa Francisco a ser Iglesia en salida misionera, lo percibo muy vivo en cada uno de los evangelizadores de nuestra Diócesis, ya que encuentro sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos, religiosas y agentes de pastoral comprometidos con la tarea evangelizadora, cumpliendo el mandato del Señor: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19 - 20).Mi compromiso constante consiste en animarlos para que sigan comunicando la alegría que produce el encuentro con Jesucristo. Seguiré dedicando todo mi tiempo y esfuerzo para acompañar en primer lugar a los sacerdotes, invitándolos a hacer todos los días con Pedro, la profesión de fe, reconociendo que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Los animo a que sigan viviendo este ministerio santo en gracia de Dios y en salida misionera.También seguir dedicando tiempo para acompañar a las instituciones diocesanas, con el fin de que puedan seguir siendo ejemplo de caridad en el desempeño de su misión y finalmente, quiero seguir acompañando a los feligreses en cada una de las parroquias, con las visitas pastorales y la administración del sacramento de la Confirmación, fortaleciendo con ello la acción misionera en cada una de las comunidades parroquiales.Los invito a fortalecer la conversión personal, que tiene que conducir a transformar nuestra vida en Cristo. La conversión es ir hacia adelante en el seguimiento de Jesús, sabiendo que en un primer momento es dejar un pecado, un vicio dominante que va arruinando nuestra vida, pero en un nivel superior es transformar la vida en Cristo, para decir con san Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20), de tal manera que todo nuestro actuar, sentir y vivir es en Cristo, como lo expresaba san Pablo en su experiencia espiritual: “Para mí la vida es Cristo” (Fil 1, 21).Comprometidos con la conversión personal, tenemos la fortaleza que nos da la gracia para vivir la audacia de hacer más evangélica, discipular y participativa, la manera como pensamos y realizamos la pastoral (Cfr. DA 368), en este sentido “la conversión pastoral exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera”.Así será posible que el único programa del Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial con nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre que sale al encuentro, una casa acoge-dora, una escuela permanente de comunión misionera” (DA 370), teniendo presente que la hoja de ruta que hemos trazado para nuestra Diócesis de Cúcuta es la salida misionera que significa: “Salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20).Nuestro punto de partida tiene que ser una sincera conversión personal, pastoral y de las estructuras, de acuerdo con lo que nos enseñan los documentos de la Iglesia, conscientes que lo que se nos pide a todos es disponernos a la con-versión, mediante el encuentro con Jesucristo y la decisión de hacer profesión de fe en Él, diciendo: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29). Esto significa un cambio profundo de actitud, que conlleva a una transformación de nuestra vida en Cristo, aceptando su cruz, contemplando al Crucificado y escuchando lo que el Espíritu Santo está diciendo en este momento a la Iglesia y a nuestra Diócesis.Nuestra fuerza está en la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo, que nos envía en salida misionera a evangelizar al mundo entero (Cf Mt 28, 19 - 20), que identificamos como nuestra misión, conscientes que la fuerza interna, proviene del Espíritu Santo a quien reconocemos como primer protagonista en la tarea del anuncio del Evangelio (Cfr. EN 75).El comienzo de la Cuaresma tendrá que ser una oportunidad para hacer profesión de fe en el Señor y en actitud contemplativa, mirando al Crucificado decir: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29). Que la intercesión de la Santísima Virgen María y la custodia del Glorioso Patriarca San José, alcancen del Señor la gracia para cada uno de nosotros, de una auténtica conversión pastoral, para ir en salida misionera a anunciar el mensaje de la Salvación por todas partes.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Mié 15 Ene 2020

Iglesia: Escuela de Servidores

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - “El verdadero poder es el servicio”, nos dice el Papa Francisco. “Quien quiera ser el primero entre ustedes, que SE HAGA el último y el servidor de todos”, proclama Jesús (Marcos 10,35). Y se auto entendía con estas palabras: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lucas 22,27). Desde este horizonte evangélico, centrado en el “Lavatorio de los pies” como rito de identidad cristiana, inseparable del sacrificio eucarístico en la última cena de Jesús, todo el ser de Cristo se comprende, principalmente, como SIERVO Y SERVIDOR, como MAESTRO y Esclavo, como ESPOSO y Cabeza de la Iglesia, como PASTOR que da la vida por las ovejas, como ENVIADO que está en medio de todos y nos ENVÍA a servir también en su viña, como CORDERO INMOLADO que se convierte en Pan y cáliz de vida eterna. Estas imágenes son claves para comprender la persona de Jesucristo, y son también trazos indispensables para delinear el rostro de una Iglesia Servidora, discípula de Jesús, Iglesia misionera con rostro samaritano, que va al encuentro de todos, de quien es VÍCTIMA de otro (Lucas 10, 25-37), de la MUJER discriminada (Juan 4, 1-42), de los EXCLUIDOS y descartados (Lucas 17,11-19). Es la IGLESIA “PAN, CASA Y PALABRA”, como la describe Xavier Pikasa, en su libro sobre la Iglesia en Marcos (editorial “Sígueme”, Salamanca 1998). Nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano traduce esas mismas claves en una “narrativa eclesial” que parte de lo existente hoy, para restaurarlo en Cristo Jesús, enriquecida esta narrativa con los aportes del Sínodo de la Amazonia: *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN INTEGRAL, de pastores, religiosos, esposos y laicado, seducidos por el Amor Esponsalicio entre Cristo e Iglesia; encontrándonos en la “espiritualidad de Amor Esponsal”, común a todo el Pueblo de Dios; a la escucha amorosa, no sólo de la Sagrada Escritura, sino también del grito de los pueblos y del clamor de la tierra, del llanto de los oprimidos. *Una IGLESIA EN CONVERSION PASTORAL, en salida misionera, que sirve y acompaña a los pueblos, que hace discípulos y, como Jesús, los forma e instituye como ESCUELA DE SERVIDORES e Iglesia Diaconal, ejemplo lúcido de servicio y de sagrado respeto por el débil y pequeño, de la que sean sus pastores modelo respetable y creíble. *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN CULTURAL, presente yaliada de las poblaciones en los territorios, con rostro intercultural, interétnico, generacional, en diálogo y construcción de pazcon todos. *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN ECOLÓGICA, casa común de esposos y familias, decomunidades y grupos apostólicos, de migrantes y habitantes de calle, que encarna el cuidado socio-ambiental de la dignidad humana y del equilibrio ecológico, el cuidado del territorio y de la naturaleza como “casa común”. *Una Iglesia en CONVERSIÓN SINODAL que, hacia dentro de ella y en el marco de la parroquia y del territorio diocesano, genera participación, comunión y ministerio de esposos, de laicos y mujeres, de vida consagrada y Diaconado permanente, caminando juntos, con presbíteros y Obispo, bajo la guía del Espíritu Santo. En este año 2020 retomemos la tarea y, bajo la “E” de Evangelización, avancemos con las cuatro “E” que debemos consolidar en cada parroquia e institución: *ENCUENTRO con Cristo (KERIGMA y cultura del encuentro, hacia los “encuentros pre-sinodales). *EUCARISTÍA (KOINONÍA dominicalycomunidades). *ESCUELA (DIAKONÍA) de discípulos SERVIDORES: las EPS parroquiales). *ESPONSALIDAD (EKLESÍA, alianza esponsalicia, ministerio de la conyugalidad, imaginada en la CASA familiar, la casa católica y la casa común, ecológica y territorial). El Papa Francisco ha declarado el tercer domingo del Tiempo Ordinario en “Domingo de la Palabra de Dios”, mediante la carta apostólica “Aperuit illis”: (“les abrió el entendimiento” para comprender las Escrituras: Lucas 24,45). Se pretende que este día “haga crecer en el Pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”. Nuestra divisa pastoral del 2020, “HÁGANSE SERVIDORES DE TODOS”, significa el énfasis en la formación, en este “hacerse” con Jesús y como Él. Que, dando especialrealce a la procesión de entrada con el sagrado libro eltercer domingo, vivamos todo el año como AÑO DE LA PALABRAque nos forma interiormente, haciendo arder nuestro corazón. A todos, hermanos y hermanas, religiosos y religiosas, sacerdotes y diáconos, los bendigo con especial afecto y les auguro un Año Nuevo de muchos y buenos frutos de fe, amor, unidad y paz. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali