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día mundial de la alimentación

Mar 18 Oct 2022

Ecología integral: «Las pirámides y la alimentación»

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - En las últimas décadas se ha ido difundiendo la llamada “pirámide de la alimentación”, que intenta concienciar a la ciudadanía acerca de la necesidad de una alimentación sana y equilibrada. Con el tiempo hemos ido aprendiendo que conviene comer al menos cinco raciones diarias de frutas, verduras y hortalizas, así como pastas y cereales integrales (la base de la pirámide); también debemos consumir, con menor frecuencia, lácteos, legumbres, pescados y carnes blancas; la parte superior de la pirámide incluye las carnes rojas, los alimentos procesados y los embutidos, de consumo esporádico; y, finalmente, los dulces y la bollería ocupan la cúspide de la pirámide, porque su consumo debe ser muy restrictivo. Lo que no se sabe tanto es que estas pirámides alimentarias, tal como las conocemos, surgieron en Suecia en la década de los años 1970. Fruto de la crisis del petróleo y del aumento de los precios, las familias modestas se encontraban en dificultades para asegurar una alimentación adecuada. La pirámide de la alimentación nació en este contexto de crisis económica y de inflación desbocada, para ayudar a las familias a llegar a fin de mes con la despensa y el estómago bien surtidos. Es decir, todo empezó por un motivo más socioeconómico que nutricional. También hoy hablamos de inflación, del coste de la cesta de la compra, del precio de la canasta básica, de las dificultades para llegar a fin de mes. En 2020 casi 3.100 millones de personas en el mundo no pudieron permitirse mantener una dieta saludable. Y todo ello ocurre en un mundo que se desgarra entre el hambre y la obesidad, entre la desnutrición y el sobrepeso. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 650 millones de personas adultas que sufren obesidad, así como 350 millones de adolescentes y 39 millones de niños y niñas. Desde 1975 la obesidad se ha triplicado en el mundo. Da la impresión de que hemos aprendido la figura de las pirámides alimentarias, pero no las llevamos a la práctica cotidiana. Y también parece que la desigualdad en el mundo se agudiza y permanece. Las desigualdades de nuestro mundo no son nuevas y podemos verlas, por ejemplo, en las pirámides del antiguo Egipto. Hace exactamente cien años, en noviembre de 1922, el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la tumba KV62, perteneciente al faraón Tutankamón, en el Valle de los Reyes (Egipto). En su sepultura, entre otros muchos objetos, se encontraron un centenar de cajas con diversos frutos, cereales, vino y miel, así como 48 cajas de madera con carne. Sin duda, la alimentación de faraón era más rica, variada y abundante que la de los miles de esclavos que construyeron su pirámide mortuoria. Ahora bien, como dice el salmista, “no te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa: cuando muera, no se llevará nada, su boato no bajará con él” (Sal 48,17-18). La pirámide sigue siendo una imagen que nos ayuda a entender la injusta desigualdad de nuestro mundo, de un modo visual e intuitivo. Desde hace años, los informes del banco privado Crédit Suisse, presentados anualmente ante el Foro Económico Mundial de Davos, se apoyan en la figura de la pirámide para alertar sobre la tendencia global a la desigualdad y a la concentración de la riqueza. En el informe de 2022 se indica que la base de la pirámide está formada por el 50% de la población adulta mundial, que posee menos del 1% de la riqueza global, mientras que el 10% más alto de la pirámide dispone del 82% de la riqueza global. El pasado 22 de septiembre el Papa Francisco recibió a los participantes en el encuentro DeloitteGlobal, a los que dirigió estas palabras: “Muchas poblaciones o grupos sociales viven de forma no digna en el plano de la alimentación, de la salud, de la instrucción y de otros derechos fundamentales. La humanidad está globalizada e interconectada, pero la pobreza, la injusticia y las desigualdades permanecen”. En otras ocasiones, el mismo Santo Padre se ha referido a la “pirámide invertida” como imagen adecuada para entender la Iglesia desde las claves del servicio evangélico y la sinodalidad. Así, dijo en su Discurso en la conmemoración del 50º aniversario de la institución del Sínodo de los obispos el 17 de octubre de 2015: “En esta Iglesia, como en una pirámide invertida, la cima se encuentra por debajo de la base. Por eso, quienes ejercen la autoridad se llaman «ministros»: porque, según el significado originario de la palabra, son los más pequeños de todos”.Más allá de las implicaciones eclesiológicas que esta afirmación incluye, quiero aquí subrayar la fuerza de esta imagen de la pirámide invertida para abordar la realidad del hambre en el mundo. ¡Ojalá los ricos y poderosos estuvieran real y efectivamente al servicio de las personas más pobres del mundo! Si así fuera, la realidad iría cambiando de acuerdo con el plan de Dios. Nos lo exigen los millones de personas que sufren este flagelo del hambre. Según los datos del informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” (SOFI 2022), elaborado por los organismos especializados de Naciones Unidas, hay 828 millones de personas que sufren hambre en el mundo, lo que significa el 9,8% de la población mundial. Este dato supone 46 millones más que en el año anterior y 150 millones más que en 2019, antes de la pandemia por covid-19. Quiera el Señor que la ocasión que nos brinda el Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, sea un momento para avanzar en la conversión que el Señor nos pide: revertir la pirámide de la desigualdad para que cada persona pueda vivir en dignidad, lograr la seguridad alimentaria y disponer de una nutrición saludable. Mons. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA

Vie 16 Oct 2020

#ElHambreSíTieneVacuna, campaña del Banco de Alimentos de Bogotá

Frente a las alarmantes cifras de hambre que sufre la población colombiana y que se han ido incrementado de manera considerable desde el inicio de la pandemia, el Banco de Alimentos de Bogotá presentará este viernes 16 de octubre la campaña #ElHambreSiTieneVacuna, para despertar la generosidad de las personas e invitándolas a unirse a esta lucha contra el hambre. El director de la Institución, padre Daniel Saldarriaga Molina, asegura que los donativos que se recojan de la campaña serán destinados para seguir apoyando a tantas personas que lo están necesitando en estos momentos de recesión económica por cuenta de la pandemia. “Estamos viviendo un momento excepcional y las circunstancias actuales requieren de acciones únicas y conjuntas. Solo con el compromiso de todos lograremos enfrentar como sociedad los efectos que la pandemia está dejando en la población vulnerable (…) Tenemos que pensar en aquellos a quienes les falta lo que a nosotros nos sobra”. El evento se realizará en el marco del “Día Mundial de la Alimentación”, octubre 16, fecha en que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), hace un llamado a la humanidad acerca de la grave situación de hambre que atraviesan muchos ciudadanos del mundo. Un comunicado de prensa, emitido por el Banco de Alimentos de Bogotá, muestra que, durante la pandemia este organismoha llegado a más de 1´473.240 personas en diferentes municipios y ciudades del país, por medio de 1.540 organizaciones sin ánimo de lucro que atienden a población vulnerable. Las donaciones se podrán realizar a través del sitio web de la Instituciónwww.bancodealimentos.org.coo en las cuentas de Ahorro de Davivienda 4809700005850 Bancolombia 22527426191 y en la cuenta corriente de Banco de Bogotá 03706952-3. Foro: "Hambre e Inequidad en Tiempos de Pandemia" En este marco celebrativo, este mismo viernes 16 de octubre, el Banco de Alimentos en alianza con W Radio, realizarán el séptimo foro: "Hambre e Inequidad en Tiempos de Pandemia", el cual se podrá escuchar a través de esta emisora, a partir de las 12:00 m. Participarán: Ana Catalina Suárez, directora regional para Latinoamérica de Golbal Food Banking Network; el padre Daniel Saldarriaga, director ejecutivo del Banco de Alimentos de Bogotá; Carlos Paceho, vicepresidente de asuntos corporativos del Grupo Colpatria, e Ignacio Hojas, presidente de Unilever Andina de Colombia. Estará de moderador Juan Pablo Calvás, periodista de W Radio. Los Bancos de Alimentos Son organizaciones solidarias sin ánimo de lucro, que contribuyen a reducir el hambre y la desnutrición en el mundo, por medio de la recepción de alimentos excedentarios del sector agropecuario, industrial, comercial, hotelero, de restaurantes y/o personas naturales, para su debida distribución entre población en situación de vulnerabilidad. Actualmente, esta figura se encuentra coordinada a nivel nacional por la organización Abaco, Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, a la cual se encuentran afiliados 22 bancos de alimentos, de ellos 20 son liderados por las arquidiócesis y diócesis del país. Se mantiene una presencia en 16 departamentos, que se encargan de distribuir los recursos a más de 300 municipios en el territorio nacional. Cuándo y por qué se celebra el Día Mundial de la Alimentación El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre de cada año.​ Fue proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación​ (FAO) y su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de la FAO en 1945. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Sáb 14 Oct 2017

Iglesia reitera llamado a la solidaridad y lucha contra el hambre

En el contexto del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este lunes 16 octubre, la Iglesia Católica en Colombia reitera el llamado a volver los ojos hacia los más vulnerables, entre los que se encuentran aquellos que padecen el flagelo del hambre, la malnutrición, la desnutrición y los problemas asociados. Una preocupante realidad se teje entorno a las condiciones de vida de millones de personas que no cuentan con suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa. Según el informe 'El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2015' de la ONU, el hambre afecta a cerca de 795 millones de personas en el mundo. En el país, cifras de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), a partir de la Encuesta Nacional sobre la Situación Nutricional. ICBF, 2010, “El 42,7% de los hogares se encuentran en inseguridad alimentaria, lo cual significa que no pueden acceder a la cantidad y calidad de alimentos necesarios diariamente para llevar una vida saludable”. Bajo este panorama, la Iglesia Católica se esfuerza cada día en contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades. En este sentido, a nivel parroquial y diocesano, ha liderado la conformación de Bancos de Alimentos, centros de atención a población vulnerable, ollas comunitarias, comedores parroquiales, etc. No obstante, la complejidad del fenómeno implica ajustes estructurales a nivel social, político, económico y ambiental. Ante este desafío, retoma vigencia las palabras de San Juan Pablo II en la Carta Encíclica Redemptor hominis, 1979, n. 16., al señalar: “La amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros, monetarios, productivos y comerciales que, apoyados en diversas presiones políticas, rigen la economía mundial: ellos se revelan casi incapaces de absorber las injustas situaciones sociales heredadas del pasado y de enfrentarse a los urgentes desafíos y a las exigencias éticas. Sometiendo al hombre a las tensiones creadas por él mismo, dilapidando a ritmo acelerado los recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente geofísico, estas estructuras hacen extenderse continuamente las zonas de miseria y con ella la angustia, frustración y amargura…». «No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres y solidarios”. En este llamado la Iglesia se esfuerza por dar su aporte. Algunos de los frutos de este servicio, que se enriquece con la acción pastoral y evangelizadora propia de su misión, se evidencian en su presencia efectiva y permanente a lo largo y ancho del territorio nacional. Véalos algunos ejemplos. En el Atlántico se levanta un puente entre la abundancia y la carencia:El Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Barranquilla cuenta con 229 organizaciones comunitarias a través de las cuales impacta a 42 mil personas, entregando aproximadamente 170 toneladas de alimentos mensuales. Programa Banco de Alimentos en Armenia:Desde hace 5 años atiende población desplazada, víctima del conflicto, madres cabeza de hogar, niños, ancianos y población venezolana. Entrega alrededor de 120 toneladas de alimentos al año. Banco Diocesano de Alimento en Pasto:Durante el 2017 ha entregado más de 40 toneladas de alimentos. Solidaridad manifiesta en Cali:El Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Cali apoya a aproximadamente 47 mil personas con 3.150 toneladas de alimentos. Adicionalmente la Pastoral Social, en alianza con la administración municipal y la comunidad, atiende 20 mil usuarios en almuerzos diarios. Con la participación de fundaciones de caridad entrega desayuno y cena a 5 mil personas. Banco Diocesano de Alimentos de Cartago:Entrega al año alrededor de 200 toneladas de alimentos, beneficiando a 2.425 personal mensualmente. Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, este banco realiza la ‘Colecta Kilo’ en parroquias, instituciones y supermercados. Esta actividad involucra un compartir de almuerzo con 700 habitantes de calle. En Cúcuta la solidaridad traspasa fronteras:Ante el aumento de colombianos y venezolanos que cruzan la frontera en búsqueda de mejores condiciones de vida, salud, bienestar y trabajo, la Diócesis de Cúcuta decidió abrir la casa de paso “Divina Providencia” ubicada en la Parroquia San Pedro Apóstol en el Sector de la Parada, del municipio de Villa de Rosario, con el objetivo de brindar una ayuda espiritual, pastoral y material a los miles de personas que diariamente llegan a Colombia. A corte 13 de octubre de 2017, en la casa de paso “Divina Providencia” inaugurada el día 5 de junio, se han entregado 206.410 alimentos gracias a la generosidad de los benefactores, sacerdotes, religiosos, movimientos apostólicos, comerciantes y familias. Diócesis de Engativá:A través de 68 parroquias atiende aproximadamente 150 familias, entregando cerca de 32 toneladas de alimentos al año. Banco de Alimentos de la Diócesis de Yopal:Entrega alrededor de 15 mil kilos de alimentos que se brindan a población vulnerable del departamento: víctimas de la violencia, ancianos y beneficiarios del programa Banco Diocesano de Alimentos Arquidiócesis de Tunja:El Banco Arquidiocesano de Alimentos beneficia a más de 400 familias de las parroquias, en el área urbana y rural. Apoyo en emergencias por desastre naturales, como la avalancha ocurrida en Mocoa el pasado 1 de abril del 2017:En Mocoa la Iglesia Católica entregó, entre abril y mayo, más de 30 mil litros de agua y 60 toneladas de alimentos a los damnificados, con la ayuda de los voluntarios de la comunidad de diferentes regiones del país. PARA TENER EN CUENTA: En el 2017 el lema de la conmemoración es: “Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural. Con la jornada, ha explicado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) “se pretende concienciar sobre el desafío migratorio, un problema causado por el aumento de los conflictos y la inestabilidad política, el hambre, la pobreza, la falta de recursos, el aumento de los fenómenos ambientales extremos relacionados con el cambio climático, así como otra serie de problemas que provocan importantes movimientos migratorios”. #DiaMundialAlimentacion I #Oct16

Jue 12 Oct 2017

Episcopado anima a comunicadores a luchar contra el hambre

La Conferencia Episcopal de Colombia, a través de su oficina de Comunicación Social, en sintonía con el Día Mundial de la Alimentación que se celebra el próximo 16 de octubre, invitó a todos los comunicadores católicos del país a promover este fin de semana las acciones que realiza la Iglesia Católica en su lucha contra el hambre. "No se trata de un reto, sino de una invitación; se trata de comunicar esperanza. Este lunes 16 de octubre es el “Día Mundial de la Alimentación”, creado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el fin de concientizar sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre", explicó el padre Jaime Alberto Marenco, Director de Comunicaciones del episcopado colombiano. Según datos del Programa de Alimentos de Naciones Unidas (WFP), alrededor de 795​ millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa. Eso es casi uno de cada nueve personas en la tierra. Otro dato señala que aproximadamente 146 millones de niños en países en desarrollo sufren de bajo peso para la talla. Según la Asociación de Bancos de alimentos de Colombia, en el país, al año, se pierden 9,7 millones de toneladas de alimentos, de las que 6,1 son frutas y verduras, mientras que en 2016 han muerto 219 menores por causas asociadas a una pobre alimentación. Por su parte, el Papa Francisco pronunciará el próximo lunes un discurso ante la organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El Sumo Pontífice en varias ocasiones ha calificado como un "escándalo" que exista el hambre y la malnutrición en el mundo y ha criticado "el consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimento". Por ello, en nuestro país se convoca a los comunicadores sociales, periodistas, influenciadores y todos aquellos que tienen acceso a medios de comunicación y redes sociales para ayudar a luchar contra el hambre.