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dia de la tierra

Vie 22 Abr 2022

Francisco en el Día de la Tierra: "¡Es el momento de actuar, estamos al límite!"

"Cuando se desencadena la destrucción de la naturaleza es muy difícil detenerla", afirma el Santo Padre en un video mensaje enviado este viernes 22 de abril, fecha en que se celebra mundialmente el Día de la Tierra. El Pontífice recuerda que es "el momento de actuar" ya que "estamos al límite" y "seremos más resilientes si trabajamos juntos en lugar de hacerlo solos". En su video, el Papa Francisco señala que desde hace tiempo la humanidad está tomando más conciencia de que la naturaleza "merece ser protegida", aunque sea "por el hecho de que las interacciones humanas con la biodiversidad que Dios nos ha dado, deben hacerse con el máximo cuidado y con respeto". Crear un planeta ambientalmente seguro Asimismo, el Pontífice hace hincapié en la importancia de cuidar la biodiversidad y la naturaleza, algo que en esta pandemia hemos aprendido mucho más: “Esta pandemia nos ha mostrado lo que ocurre cuando el mundo se detiene, se pausa, aunque sea por unos meses. Y el impacto que esto tiene en la naturaleza y el cambio climático, con una fuerza tristemente positiva ¿no? En otras palabras, hace daño” Igualmente, el obispo de Roma indica que la llegada del Covid-19 "que nos afecta a todos aunque de forma múltiple y diversa", también nos muestra "que la naturaleza global necesita nuestras vidas en este planeta, a la vez que nos enseña más sobre lo que tenemos que hacer para crear un planeta justo, equitativo y ambientalmente seguro". Dos catástrofes globales: la pandemia y la crisis climática El Santo Padre recalca que este nuevo desafío global que supone la actual crisis sanitaria, nos enseña el valor de la interdependencia, "este compartir el planeta". Para el Papa, ambas catástrofes globales, la pandemia y la climática, "demuestran que no tenemos más tiempo para esperar. Que el tiempo apremia y que, como nos enseñó el Covid-19, sí tenemos los medios para afrontar el reto. Tenemos los medios. Ahora es el momento de actuar, estamos al límite". Antes de finalizar el video, el Pontífice cita un viejo dicho español: "Dios siempre perdona, los seres humanos perdonamos de vez en cuando, la naturaleza nunca". "Cuando se desencadena esta destrucción de la naturaleza es muy difícil detenerla", explica Francisco recordando con esperanza que aún estamos a tiempo y "seremos más resilientes si trabajamos juntos en lugar de hacerlo solos". “La adversidad que estamos viviendo con la pandemia, y que ya sentimos en el cambio climático, debe espolearnos, debe empujarnos a la innovación, a la invención, a buscar nuevos caminos. No se sale igual de una crisis, se sale mejor o peor. Este es el reto, y si no salimos mejor parados, vamos por el camino de la autodestrucción” Líderes del mundo: "¡Actúen con valentía!" El Papa concluye pidiendo a todos (incluido él mismo) que se unan para lanzar un llamamiento a los líderes del mundo con el fin de que "actúen con valentía, con justicia y para que digan siempre la verdad al pueblo, que la gente sepa cómo protegerse de la destrucción del planeta y cómo proteger el planeta de la destrucción que muy a menudo provocamos". Día Mundial de la Tierra Cada 22 de abril se conmemora el Día Mundial de la Tierra. Una fecha de encuentro, establecida por las Naciones Unidas, para reflexionar sobre el impacto del ser humano en el planeta. Un hecho apremiante teniendo en cuenta el actual contexto de la pandemia del coronavirus que representa un gran desafío para la salud pública y la economía global pero también para la diversidad biológica. Fuente: Agencia Vatican News

Jue 22 Abr 2021

En el “Día de la Tierra”: Una reflexión desde Guainía

El 22 de abril, Día Internacional de la “Madre Tierra”, nos recuerda que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento. Monseñor Joselito Carreño Quiñonez, vicario apostólico de Puerto Inírida, hace una reflexión frente al tema resaltando la riqueza del Departamento de Guainía en hídricos y biodiversidad, lo cual genera un desarrollo humano y social en estos territorios, pero advirtió que “los hábitos y comportamientos de quienes aquí habitan, están generando modificaciones al ecosistema con grandes e imprevisibles afectaciones en detrimento de la fauna, flora y seres humanos que lo habitan”. Evocando las palabras del Papa Francisco: “la naturaleza misma fue concebida y entregada por Dios al hombre como algo que debe ser protegido en un sistema interconectado”, invita a los habitantes de Guainía al uso responsable de los recursos naturales. Al hacer este llamado, menciona aspectos del cuidado ambiental a tener presentes, como son: hacer uso consciente del agua, reducir la emisión de residuos, dar un uso responsable del consumo energético, apoyar y asumir la cultura del reciclaje, participar en las instancias de gestión de los recursos naturales y aspectos territoriales. El prelado concluye señalando que “en nuestra Casa Común o planeta tierra, nuestra Amazonia enfrenta un desastre ecológico, por lo cual hay que resaltar que un planteamiento ecológico se convierte en un planteamiento social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. De nada nos sirve un conservacionismo que se preocupa por el bioma pero que ignora a los pueblos amazónicos”. Día Internacional de la Madre Tierra Hagamos un poco de historia. El 22 de abril de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 63/278, reconociendo que la tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar, y para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades de las presentes generaciones es necesario promover la armonía con la naturaleza y la tierra. En este sentido, se designó éste día como el “Día internacional de la Madre Tierra”. “Restaurar nuestra Tierra” ha sido el lema escogido para la celebración del Día Internacional de la Tierra, este 22 de abril de 2021, de acuerdo con la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. LEA TAMBIÉN: El Papa en el Día de la Tierra: "¡Es el momento de actuar, estamos al límite!"[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] VIDEO Vatican News

Jue 22 Abr 2021

Invertir la degradación de los ecosistemas

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - “Restaurar nuestra Tierra” es el lema escogido para la celebración del Día Internacional de la Tierra, este 22 de abril de 2021, de acuerdo con la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta significativa jornada reconoce a la Tierra y sus ecosistemas como el hogar común de la humanidad, así como la necesidad de protegerla para mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad. La salud de nuestro planeta y de los que en él vivimos está fuerte y directamente relacionada con la salud de nuestros ecosistemas, por lo cual es esencial y perentorio atajar e invertir su degradación. En efecto, una mirada atenta a nuestro alrededor pone en evidencia la creciente deforestación, el agravarse de la contaminación de los océanos, que se están colmando de plásticos y volviéndose cada vez más ácidos. También se percibe por doquier el incremento del calor extremo, la propagación de los incendios forestales, una profusión de desastrosas inundaciones, así como la multiplicación de los huracanes, fenómenos que tienen nocivas repercusiones para millones de personas. Estas dañinas problemáticas, que se han visto enormemente agudizadas por la vigente pandemia, reclaman una actuación incisiva y urgente, fruto de una decidida voluntad política, así como de una leal y franca colaboración entre instancias internacionales, gubernamentales, el sector público, el privado y la sociedad civil organizada, sin dejar al margen a las personas individuales, que no podemos ser indiferentes a la suerte y el porvenir de nuestro planeta. Este año la elección del lema sintoniza con la puesta en marcha del Decenio de la ONU sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que se lanzará oficialmente en el marco del próximo Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), aunque la acción en todo el mundo ya está despegando. Por ello, vamos a dedicar los siguientes párrafos a reflexionar sobre esta cuestión. Mitigar, adaptar y restaurar El cambio climático constituye uno de los grandes retos del planeta y de la humanidad en estos momentos, y de cara a todo el siglo XXI. De manera general, suele hablarse de una doble estrategia ante este desafío: la mitigación y la adaptación. En primer lugar, mitigar, suavizar, frenar o reducir el cambio climático supone, sobre todo, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera para, de este modo, evitar que el planeta se caliente de manera más extrema (internacionalmente, se ha marcado el objetivo de impedir que la temperatura media global aumente más de 1,5ºC). En segundo lugar, adaptarse al cambio climático implica modificar nuestras prácticas para proteger nuestra vida y la de nuestro entorno; incluye iniciativas como reforestar bosques, diversificar cultivos, edificar de un manera sostenible o prevenir catástrofes naturales, entre otras. Cuanto más mitiguemos el cambio climático en este momento, más fácil será adaptarse a los cambios que ya no podemos evitar. Estas dos estrategias coinciden en plantear un enfoque pragmático y posibilista; sin duda, necesario y, más aún, imprescindible. Ahora bien, desde la fe cristiana y desde la Doctrina Social de la Iglesia podemos preguntarnos si eso es todo lo que podemos hacer, si este enfoque agota nuestra respuesta. Sinceramente, creo que no. Y aquí es donde entra el tercer verbo que menciono: restaurar. Necesitamos restaurar unas relaciones sanas con el cosmos, con toda la creación. Decía el papa Francisco en su encíclica sobre el cuidado de la casa común: “Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. […] Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración” (Laudato Si’, n. 202). Necesitamos, pues, “una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (Laudato Si’, n. 111). Difícilmente podremos restaurar nuestra Tierra mientras no superemos este “paradigma homogéneo y unidimensional”, que vincula tecnología y poder, y que mira la realidad desde la “técnica de posesión, dominio y transformación” (Laudato Si’, n. 106). Restaurar todo en Cristo En este contexto, resuenan con renovada pujanza las palabras de san Pablo, cuando afirma que “la creación misma espera anhelante que se manifieste lo que serán los hijos de Dios” (Rom 8,19). “Sabemos, en efecto, que la creación entera está gimiendo con dolores de parto hasta el presente” (Rom 8,22). Y este anhelo, cósmico y universal, se abre a la promesa de Dios: “Repoblaré las ciudades y haré que las ruinas sean reconstruidas. La tierra desolada, que los caminantes veían desierta, será cultivada de nuevo” (Ez 36,33-34). Los creyentes sabemos que el plan de Dios consiste en llevar a plenitud todo el cosmos, restaurando, recapitulando y reuniendo todas las cosas en Cristo (cf. Ef 1, 10). “En efecto, Dios tuvo a bien hacer habitar en Él toda la plenitud y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las de la tierra como las del cielo” (Col 1,19-20). Ahí tenemos un paradigma alternativo, que permite verdaderamente restaurar toda la realidad en Cristo, porque, como dijo san Pedro, “llegarán tiempos de consuelo de parte del Señor […] cuando todo sea restaurado” (Hch 3,20-21). O, en palabras del Apóstol de los gentiles, “cuando le están sometidas todas las cosas [a Cristo], entonces el mismo Hijo se someterá también al que le sometió todo, para que Dios sea todo en todas las cosas” (1 Cor 15,28). En realidad cumplir el mandato de trabajar y custodiar la tierra (Gn 2, 14), como ya observaba un autor de la antigüedad, requiere vivir bajo la ley del Creador, y no dejarse arrastrar por la soberbia (cfr. Ambrosiaster, Quaestiones veteris et novi testamenti, 123, 9 [CSEL 50, 377]): tal cosa solo es posible cuando la persona es restaurada por la fe en Cristo. Ahora bien, esta restauración exige un giro radical, un cambio de paradigma. Así, por ejemplo, en 2019, el Documento final del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía invitaba a una verdadera conversión integral, esto es, a “una conversión personal y comunitaria que nos compromete a relacionarnos armónicamente con la obra creadora de Dios” (n. 17). Esta “única conversión al Evangelio vivo, que es Jesucristo, se podrá desplegar en dimensiones interconectadas para motivar la salida a las periferias existenciales, sociales y geográficas” (n. 19); estas dimensiones son la conversión pastoral, la cultural, la ecológica y la sinodal. Por eso, el mismo papa Francisco planteó, en su exhortación apostólica post-sinodal Querida Amazonía, un cuádruple sueño social, cultural, ecológico y eclesial. Restaurar nuestra Tierra Concluyo con unas palabras de san Pablo VI, cuando reflexionaba sobre los íntimos vínculos entre evangelización y promoción humana, señalando que se trata de vigorosos y profundos nexos antropológicos, teológicos y evangélicos: “No se puede disociar el plan de la creación del plan de la Redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir, y de justicia, que hay que restaurar” (Evangelii Nuntiandi, n. 31). Sí, sin duda, estamos llamados a restaurar nuestra Tierra, en todos los ámbitos de la realidad. Y de este reto ninguno de nosotros estamos excluidos. Por el contrario, todos hemos de poner de nuestra parte con convicción y entusiasmo. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA

Vie 22 Abr 2016

Arquidiócesis de Cali marchó por los ríos de la ciudad

En el marco del "Año internacional de la Tierra", la arquidiócesis de Cali y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, lideraron la movilización “SOS Río de Vida” por el cuidado y la misericordia con los siete ríos de Cali. La marcha que se realizó desde el Bulevar del río Cali hasta el Puente Ortíz, contó con la participación de parroquias, estudiantes, docentes, ambientalistas y miembros de diferentes religiones y grupos sociales, quienes se unieron en plegaria para celebrar el Día de a Tierra y aportar a la vida del río que atraviesa la ciudad. Durante la jornada se llevó a cabo la siembra de peces en el río Cali y la entrega de arboles a las instituciones y parroquias participantes, como símbolo de compromiso con el medio ambiente. “La sed es una situación de miseria. Muchos caleños la padecen constantemente pero también podremos decir que los ríos tienen sed. Se trata de la sed de un uso y una relación responsable con ellos”, afirmó monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali. Fuente: Of. comunicaciones arquidiócesis de Cali