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divorcio

Jue 2 Dic 2021

Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el Vaticano, responsable de animar el año Familia 'Amoris laetitia', ha presentado el noveno video pedagógico titulado: Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba. En la reflexión ofrecida por el Papa Francisco se expone la fragilidad que hoy día han puesto a prueba a muchas familias, frente a ello dice el Pontífice es importante que la Iglesia Católica esté presente acompañando y brindando el apoyo necesario en estos momentos de crisis. “De ningún modo la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, ella tiene la tarea de ir al encuentro de quienes desean permanecer cerca de Dios, para ayudarles a transformar sus fracasos y sufrimientos en oportunidades para caminar hacia la plenitud del Evangelio”. En este vídeo, que se refiere al capítulo octavo de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, el obispo de Roma expone que hoy más que nunca la pastoral familiar debe estar atenta a acoger, escuchar, acompañar y discernir, a las familias, ayudándolas “a consolidar el matrimonio y prevenir las fracturas”. Recuerda que cada situación es diferente, pero, “lo importante es usar el bálsamo de la misericordia para aliviar las heridas y hacer que las personas se sientan acogidas en el respeto de la verdad”. Acompaña a las palabras del Santo Padre el testimonio de la familia Likesya, de Mbandaka, una ciudad del norte de la Rep. Dem del Congo, quienes aseguran que «las crisis matrimoniales no son eternas y no tienen por qué conducir a la ruptura. Por eso es imperativo integrarlas para que puedan encontrar el diálogo, el perdón mutuo y la alegría del amor». Noveno subsidio: Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba Cada video está siendo acompañado de un subsidio, que puede ser utilizado de manera flexible tanto por las familias como por las distintas realidades eclesiales (jurisdicciones, parroquias, comunidades). Este material, además, está organizado en 4 partes, cada una de las cuales puede ser utilizada para profundizar en la familia o la comunidad, incluso en momentos diferentes. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio cartilla 9[/icon] Videos sobre la familia Cada mes se está publicando un vídeo con las reflexiones del Papa sobre la exhortación apostólica Amoris laetitia y testimonios de familias de todo el mundo. Este material, ha dicho el Dicasterio, es una invitación a “caminar juntos para redescubrir la familia como un don, a pesar de todos los problemas, obstáculos y desafíos que hoy debe afrontar”. Objetivos del Año Familia Amoris laetitia Entre los objetivos propuestos por el Dicasterio para Laicos, Familia y Vida se contempla la difusión del contenido de la exhortación apostólica Amoris laetitia, para hacer experimentar que el evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera. Asimismo, el anuncio de que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano, con la finalidad de hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. También buscarán concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, así como ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.

Vie 19 Jul 2019

Reconciliar el ámbito jurídico y pastoral: desafío en el proceso de nulidad matrimonial

Esta fue una de las conclusiones y proyección para el trabajo en los Tribunales Eclesiásticos del país, tras cinco días de estudio y reflexión en torno a la implementación del Motu Proprio ‘Mitis Iudex Dominus Iesus’ (MIDI), sobre la reforma del proceso canónico para las causas de declaración de nulidad del matrimonio en el código de derecho canónico. “El interés fundamental es el de servir a los fieles, a los miembros de nuestra Iglesia, a aquellas personas que se encuentran en esas dificultades matrimoniales y quieren arreglar su situación con Dios, con la Iglesia, con el mundo y con la sociedad”, explicó monseñor Héctor Cubillos Peña, obispo de la Diócesis de Zipaquirá. En este sentido, agregó, “la acción y el servicio de los Tribunales es ayudar para que las parejas puedan encontrar el camino de sus propias vidas, en ningún momento son una oposición, al sacramento del matrimonio, a la vocación al amor y a la vida familiar”. Durante la jornada, orientada por expertos nacionales e internacionales, se abordaron, entre diversas temáticas: las características del proceso ordinario y del nuevo proceso de anulación de matrimonio; las novedades del MIDI; el rol del obispo y del párroco en la justicia diocesana en referencia a este proceso; elementos eclesiológicos; la inmadurez afectiva y los procesos de apelación en Colombia. Como principales desafíos para la implementación efectiva de la reforma, el padre Marcelo Gidi, catedrático de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, identificó tres aspectos: “En primera instancia, es fundamental que existan operadores de justicia en la Iglesia preparados y formados. No solo se requiere el voluntariado, sino el ejercicio de competencia, el ejercicio deontológico, porque tiene que hacerse cargo de una situación tan sagrada como es un matrimonio y, sobre todo, una situación tan sagrada como es una situación de una familia que se ha visto rota por un fracaso. El segundo desafío es garantizar que la administración en la Iglesia sea pensada por la verdad, por la caridad y por la justicia. No solamente para aquellos que tengan interés, ni para aquellos que tienen recurso (…) Esta reforma dice que ojalá en todas las parroquias existan personas u oficinas para acoger e informar cuál es su situación eclesial para ayudarla y acompañarla en el procedimiento de nulidad, si es que esa historia tiene un fundamento para el procedimiento eclesiástico de nulidad. Finalmente, el padre Marcelo, dijo que “lo importante es que creamos en el matrimonio, en la familia, este es otro elemento importante para ejecutar esta ley de declaración de nulidad, por eso la justicia tiene que defender también el verdadero matrimonio y la familia”. Este V Encuentro Nacional de Derecho Canónico organizado por Tribunal Eclesiástico de Apelación para Colombia, contó con la participaron de obispo, sacerdotes, religiosos y laicos, vinculados a los cerca de 53 Tribunales Eclesiásticos existentes en el país.

Sáb 9 Mar 2019

La nulidad matrimonial, cómo asesorarse adecuadamente

En el marco de la Expocatólica una de las conferencias más llamativas fue la relacionada con los procesos de nulidad matrimonial, que ha tomado mayor importancia luego de las reformas que el Papa Francisco hiciera en el año 2015. Según lo señalado por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, desde la reforma realizada por el sumo pontífice, en Colombia, por ejemplo, se presentó una verdadera avalancha de procesos de nulidad matrimonial en distintos tribunales del país. Bogotá particularmente, pasó de tener 300 solicitudes de nulidad en 2015 a 750 solicitudes en el año 2016. “La mayor causa de nulidad matrimonial en los hogares colombianos se debe a que durante muchos años en Colombia el matrimonio católico era visto como una formalidad social, no había otra manera de casarse sino por la iglesia porque era un rito bonito, lleno de signos hermosos y profundos, pero se perdía de vista aquello que era verdaderamente esencial que es el compromiso con Dios y el compromiso con mi pareja. La construcción de un proyecto de vida en conjunto, la solidaridad”, asevera Monseñor Mercado. Una de las grandes novedades en esta nueva reforma de nulidad, fue la de comprometer y formar a los párrocos, pues el tema de nulidad era visto en el pasado como algo que solamente les competía a los abogados, los canonistas o los expertos. Ante esto, el Papa Francisco, advierte que el primer filtro debe ser el sacerdote de la parroquia quien debe analizar y discernir con la persona interesada en el proceso, si existe o no una verdadera falla estructural que de paso a la nulidad. Una vez el párroco tiene un pleno conocimiento del caso, este se traslada inmediatamente al tribunal eclesiástico. “En el Tribunal del Arquidiócesis de Bogotá estamos realmente comprometidos especialmente, no solo con el proceso de nulidad, sino con la sacralidad del matrimonio, por eso hemos creado diferentes espacios de atención y acompañamiento para las parejas que se preparan al matrimonio y las que desean recibir un acompañamiento y una formación permanente”, señala el Presidente del Tribunal. La iglesia ve con esperanza el futuro del matrimonio en los jóvenes, pues hoy en día se están preparando mejor para vivir más adecuadamente la vida en pareja. A lo largo de su intervención Monseñor Pedro Mercado, Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, explicó a los asistentes, algunas de las preguntas más frecuentes que surgen con respecto a los procesos de nulidad matrimonial. Entre ellas: Causales más comunes de nulidad, quiénes pueden solicitar la nulidad, sucesión de bienes, pasos para hacer la nulidad, documentos requeridos, entre otros. Recordemos que el Tribunal Eclesiástico, es el órgano competente para conocer las causas de nulidad de los matrimonios católicos. El tribunal resuelve aproximadamente 700 causas al año. Muchas personas, vuelven a contraer matrimonio y a establecer su vida de comunión con Dios y con la Iglesia.

Mar 27 Jun 2017

La grandeza del matrimonio

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – Está bajando el número de los matrimonios. Para muchos, el matrimonio no produce más que problemas y hasta el divorcio resulta difícil y costoso. Por eso, algunos jóvenes optan por no casarse y otros por la unión libre que une sin unir y que presenta la relación ante la sociedad sin que establezca un gran compromiso hacia el futuro. Varios piensan que el matrimonio conserva las huellas de un pasado que cada vez está más lejos. Para algunos más es una celebración que pretende algo imposible: comprometer para toda la vida a dos personas cambiantes en una sociedad en evolución donde nada es estable y definitivo. Así se opaca el sentido del matrimonio. Se lo ve sólo como la garantía de una unión y hasta se lo ha utilizado para adquirir derechos, legitimar una herencia, reconciliar familias, reparar un acto prematuro o simplemente darle realce a una relación. Este no es el verdadero matrimonio. Sin embargo, a pesar de las apariencias, del ataque de ciertas ideologías y de la desconfianza de tantos, el matrimonio resiste. La mayoría de las parejas lo contraen o por lo menos lo desean, porque el auténtico matrimonio responde a un instinto natural fundamental en el que hay que buscar sus raíces El verdadero origen del matrimonio no está en la sociedad; Dios lo ha puesto en el interior de nuestro ser. Siguiendo la reflexión de Jean Onimus, nosotros tenemos necesidad de vivir juntos en un intercambio permanente, con las diferencias indispensables que fecundan el diálogo. Todo lo que es exterior a una pareja es contingente y de alguna forma la perturba. El amor durable es una realidad íntima, una exigencia del corazón; él vive sin hacerse notar, él madura y se purifica como el acero, él envejece como el buen vino, él no se deja arruinar por el tiempo porque sabe entrar en la eternidad. Probablemente, el matrimonio es la unión espiritual que cada vez se vuelve más inescrutable desde lo exterior; éste es su profundo misterio. Podría parecer grandioso pero a la vez absurdo que dos personas diferentes, cada una con sus costumbres, sus preferencias, su pasado, su libertad, se comprometan a vivir juntas hasta la muerte. Aparentemente, hay algo de locura en esta entrega total. Se han necesitado siglos para que la realidad del matrimonio se configurara en su plenitud. Cuando Jesús exige la fidelidad absoluta en el matrimonio, los discípulos reaccionan: “entonces es mejor no casarse”. En muchas culturas se ha tenido la presencia de una esposa principal rodeada de amantes de paso. Ha sido la solución cómoda para el doble deseo del amor: la permanencia y el cambio. Es la oposición entre el amor profano que aparece ante todo como un juego o un placer y el amor sagrado que es un fuego que trenza a la vez el deleite y lo espiritual. Con la ayuda de la contracepción, el acto de amor tiende hoy a volverse todavía más anodino y sin trascendencia. Comienzan a asomarse las graves consecuencias que vendrán de esta liberación de los sentidos, que está modificando la vida de las parejas. Es necesario llegar a la conciencia de que el verdadero amor está más allá; no puede surgir de un capricho sino de un don interior de otro orden. Lo que está aconteciendo entre nosotros anuncia una nueva etapa de la cultura, que ofrece la doble posibilidad de una sociedad dura y seca en la que el amor se configura con lo rutinario de la vida o de un amplio porvenir abierto al amor durable hecho de ternura y de donación. Pastoralmente tenemos que estar atentos a estos cambios, al principio casi imperceptibles, pero que dejan luego grandes efectos; así procede la evolución cultural. Hay que mostrar que el amor fiel es todavía más fresco y feliz que el otro; él lleva la alegría hasta la ancianidad; él introduce en lo absoluto y trascendente. La felicidad del matrimonio descansa en exigir toda la grandeza de que somos capaces. Es el poder de ir más lejos, hasta la completa unión. Es algo extraordinario y al mismo tiempo natural, como son todas las obras maestras de la vida. Sería una tristeza y una tragedia que permitamos que ya no se vea y se realice la belleza y la grandeza del verdadero matrimonio. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 13 Oct 2015

¿Divorcio católico?

Escrito por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo La ligereza y el sensacionalismo con los que algunos medios de comunicación acostumbran manejar la información ha causado, a partir del Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus del Papa Francisco, no pocas fantasías y suposiciones sobre la doctrina y la práctica de la Iglesia Católica con relación al matrimonio. Muchas personas han quedado con preguntas como éstas: ¿Han variado las disposiciones de la Iglesia sobre el matrimonio? ¿Ahora se pueden anular los matrimonios contraídos? ¿La necesidad de responder a la realidad de hoy ha llevado a la Iglesia a establecer una especie de "divorcio express"? Es bueno, entonces, aclarar que la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, que viene desde Cristo, se mantiene. La nulidad de los matrimonios no se concede sino que se declara cuando se comprueba que existe desde el momento de la celebración. Por tanto, lo que el Papa ha establecido ahora es una reforma en el proceso para estudiar y declarar la nulidad de aquellos matrimonios que, por falta de consentimiento, por defecto de forma canónica o por algún impedimento, no fueron realmente válidos. Esta reforma, de otra parte, se esperaba porque la habían propuesto varios canonistas y la había pedido el Sínodo del año pasado. Desde el comienzo de su documento, el Papa subraya que este nuevo procedimiento deja a salvo "el principio de la indisolubilidad del matrimonio". El matrimonio católico sigue siendo una realidad que se configura, como dijo Jesús, con lo que Dios ha establecido desde "el principio"; no deja de ser el sacramento en el que los esposos reciben la vocación de entregarse para siempre el uno al otro, como Cristo, que amó y se entregó por la Iglesia. De ninguna manera se puede pensar que la Iglesia reconoce ahora un matrimonio temporal o menos estable. El Papa quiere hacer más ágiles los procesos para declarar la nulidad a fin de ayudar a las necesidades de las parejas cuya convivencia se hace difícil ya que no ha habido un matrimonio válido y verdadero, pues se han casado sin clara consciencia de lo que hacían, o sin la debida libertad, o con una idea falsa o incompleta del sacramento. En estos casos es normal que las parejas se pregunten si hay alguna salida para rehacer su vida o si deben cargar para siempre y con grave daño su error, su pecado, su ligereza, o las situaciones que viciaron la validez de su matrimonio. Esta reforma no es, entonces, para multiplicar los motivos que favorecen la nulidad de los matrimonios, sino para favorecer la agilidad de los procesos. El Papa no ha tomado la vía administrativa, sino que ha mantenido la vía judicial, como lo explicó en el regreso de su reciente viaje apostólico a Estados Unidos, para tutelar con el orden judicial la verdad y seriedad del vínculo matrimonial, ya que el hombre no puede separar lo que Dios ha unido. El que sea suficiente una sola instancia, manteniendo siempre el derecho de apelación, que puede llegar hasta la Santa Sede, no afecta la formalidad y prudencia de los juicios. Ahora puede ser necesario recibir algunas precisiones de tipo jurídico de parte de los Dicasterios Romanos y ciertas orientaciones de la Conferencia Episcopal para adecuar los tribunales y sus servicios a fin de que, actuando con plazos más cortos, los jueces puedan, después de serios análisis de las pruebas y los testimonios, llegar a la certeza moral que, en último término, exige dictar una sentencia. Junto a esto, es necesario, dada la confusión que se ha creado, que los sacerdotes ofrezcan una paciente y adecuada atención a los esposos que tienen dificultades para no mandarlos directamente al tribunal sino para ayudarles en un primer discernimiento que les dé los criterios precisos con que deben proceder. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín