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drogadicción

Mié 18 Ene 2023

Cúcuta: Inauguran Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia

En el barrio Santa Lucía, donde funcionaba el Albergue Juvenil San José, la Diócesis de Cúcuta ha establecido el Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia, gracias a los frutos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB) 2022, este sitio se remodeló y adecuó para prestar una atención integral (trabajo social, psicología, enfermería y dirección espiritual) a niños, jóvenes y adultos en situación de drogadicción. El pasado 14 de enero, el obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor José Libardo Garcés Monsalve, impartió su bendición a estas instalaciones, en donde se ha sembrado la esperanza tanto para quienes padecen la adicción, como para sus familias o personas que viven directamente este drama. Monseñor hizo acotación al lema que acompañó la CCCB: “Estaba perdido y lo hemos encontrado” (Lc 15, 32), explicando que, esta frase de la parábola del ‘hijo pródigo’, “manifiesta la misericordia del padre para levantar y ayudar a su hijo que estaba perdido”. Asimismo, invitó a todos los fieles, personas de buena voluntad, instituciones públicas y privadas, a vincularse a esta obra, ya que “este Centro lo ponemos al servicio de todos”, por lo que pide el apoyo y colaboración a todos los ciudadanos. “Bienvenidos a esta obra social y de caridad de esta Iglesia Particular, los convoco a que como sociedad cucuteña se unan a ese proyecto y entre todos, caminando juntos, lo saquemos adelante”. Los servicios del Centro son prestados voluntariamente por profesionales en enfermería, psicología, trabajo social, derecho, y la dirección espiritual, por los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, en cabeza del padre Víctor Manuel Torrado Quintero, quien es el delegado de la pastoral para las adicciones y farmacodependencia, quien, en este día, expresó su alegría, ya que, al abrir estas puertas, “podemos ayudar y ser parte fundamental en la rehabilitación de tantas personas. Lo que soñamos, hoy se hace realidad y en el corazón del Obispo están cada una de las familias que sufren por sus seres queridos inmersos en la adicción”. El sacerdote asegura que este es un primer paso, ya que la pastoral tiene en su visión varios sueños más: En palabras del presbítero: 1. Un “centro día”, para aquellos jóvenes que están en situación de calle, para poder ofrecerles un lugar donde cubrir sus necesidades básicas; posteriormente, vincularlos con las terapias de escucha y orientación. 2. Una casa terapéutica, donde las personas con problemas de adicción severos puedan hacer un proceso de rehabilitación. 3. Programa de reinserción y emprendimiento; en lo cual ya puede adelantar, porque la Diócesis de Cúcuta cuenta con la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, el Centro de Formación Beato Luis Variara y la granja de la Corporación de Servicio Pastoral Social, lugares donde se ofrecen talleres de aprendizaje en varios saberes. “Son los grandes sueños; y todas las personas nos pueden ayudar materialmente, pero también orar desde sus casas, para que podamos seguir apoyando a nuestros niños, jóvenes y adultos”, concluye el padre Víctor Ordóñez. Ruta de atención 1. Comunicar su caso a su párroco o comunicarse con la línea de WhatsApp 313 705 0474. 2. Acudir al Centro Pastoral de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia (calle 6N #9E-20 barrio Santa Lucía). 3. Escucha y orientación con los sacerdotes. 4. Acompañamiento médico y valoración para la detección temprana en salud. 5. Intervención con equipo interdisciplinario y creación de ruta de atención para la rehabilitación en programa ambulatorio. 6. Orientación y reinserción a una nueva vida productiva a través de los programas de la Diócesis de Cúcuta. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Mié 31 Oct 2018

Crece la drogadicción

Por: Ricardo Tobón Restrepo - El consumo de drogas va adquiriendo proporciones sorprendentes y constituye ya un problema grave en nuestra sociedad. Es un fenómeno propiciado por los intereses económicos de diversos grupos, en crecimiento por la dependencia creada en tantas personas, manejado a través de un mercado bien organizado que trasciende los confines nacionales, vinculado a grupos dedicados a actividades criminales. Agrava la situación la estrategia de los traficantes de incentivar el consumo en niños y jóvenes de los centros educativos para volverlos adictos y hacerlos luego parte de sus redes. Las consecuencias de la drogadicción se van viendo cada vez más preocupantes: degenera las personas, favorece la inseguridad y la violencia, crea problemas de salud mental, aumenta el número de habitantes de la calle, obstaculiza un desarrollo integral de la sociedad. En una palabra, afecta el equilibrio síquico, la vida familiar y la realidad social de los consumidores y de muchas otras personas. Quienes usan drogas piensan que encontrarán un estimulante para vivir y en realidad llegan a situaciones lamentables, que limitan las relaciones y reducen notablemente la libertad a veces hasta anularla. Este hecho humano y social requiere un profundo análisis y acciones decididas. Sin embargo, con frecuencia hay indiferencia y hasta complicidad. Cuando se dan eventos excepcionales se aplican soluciones de emergencia, más bien que trabajar sistemáticamente en una cultura capaz de formular objetivos concretos, medios y recursos para garantizar coherencia y estabilidad en el propósito de afrontar a fondo el problema. El avance creciente de la drogadicción indica los vacíos de la planeación en las políticas y en las estrategias de lucha contra este fenómeno. La batalla contra este flagelo hay que empezarla antes que las personas sean adictas. Hay que comenzar por ser conscientes y sentirnos todos responsables para lograr dar respuestas adecuadas. Es necesario ver que la adición no puede ser concebida solamente como un problema personal, sino como una realidad que entraña una dimensión social, cultural y colectiva. Hay que entender el uso de drogas como una respuesta al malestar que generan carencias esenciales, como un modo de escapar de lo que hace sufrir. La falta de amor, de formación, de trabajo, de solvencia económica para las necesidades primarias provoca o agrava las situaciones de adición. La problemática de la drogadicción es una prolongación de la problemática social; es la consecuencia de un conjunto de situaciones negativas; la desesperación lleva a escoger caminos equivocados. La verdadera solución no es atacar la última manifestación sino ir a las causas. A la raíz del consumo de drogas está la familia, la educación, la falta de espiritualidad. Es en estos ámbitos donde hay que poner las mejores prácticas sobre prevención, lucha, tratamiento, rehabilitación y reinserción que lleven a los drogadictos a descubrir y vivir su auténtica dignidad. Dentro de un programa preventivo, hay que trabajar por la organización y estabilidad familiar, por fortalecer la salud mental de los niños y los jóvenes, por la construcción de una sociedad acogedora y equitativa. Hay que promover iniciativas en los colegios y en las parroquias para ayudar a los niños y adolescentes a encontrar el sentido de la vida, para acompañar su crecimiento, para animarlos a que superen los problemas; las respuestas que ofrezcamos después son limitadas y tardías. La atención debe ser integral tomando la persona en su totalidad y convocando toda la comunidad frente a esta urgente tarea. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Jue 10 Nov 2016

Paz y desarrollo humano, temas de discusión entre Iglesia y gobernación de Antioquia

Para abordar temas como el proceso de paz, el posconflicto, la educación, la drogadicción, la reivindicación del campesino, entre otros, se reunieron los obispos de Antioquia y Chocó, con el gobernador de este Departamento, Luis Pérez Gutiérrez. Según se informó la reunión transcurrió en un ambiente de reflexión y trabajo donde se revisaron avances en el proceso de paz y la forma cómo se está viviendo el proceso en las regiones; al igual se trataron temas referentes al desarrollo humano de la región. Por su parte monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, destacó del encuentro con el Mandatario Pérez Gutiérrez, los avances que se están dando en el campo de la educación, tema importante para la vida de los antioqueños. Para monseñor Hugo Alberto Torres Marín, de la diócesis de Apartadó, la reunión fue muy fructífera porque se abordaron temas como la cobertura educativa, en la que la diócesis viene trabajando de la mano de la Gobernación hace más de 20 años. “Tenemos toda la voluntad de apoyar estas buenas propuestas del Gobernador, porque nosotros somos los primeros beneficiados. La zona de Urabá tiene mucho para aportar a la paz; con el Gobernador quedamos en hacer seguimiento a la buena voluntad que las FARC han venido demostrando”, expresó el obispo Hugo Torres Marín. Por su parte, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, obispo de Santa Rosa de Osos, destacó los temas tratados sobre la situación concreta del Departamento, las propuestas de trabajo para el campesino, para el fortalecimiento del campo y de las regiones, compromete el trabajo conjunto entre la iglesia y la Gobernación. “Estamos trabajando con las mismas personas, con los mismos fieles, con los mismos antioqueños y las alianzas son importantes para poder contribuir al desarrollo”, concluyó Monseñor Ossa Soto. Al encuentro con el mandatario asistió el arzobispo de Medellín, acompañado por sus obispos auxiliares, el arzobispo de Santa Fe de Antioquia y los obispos de las diócesis de Jericó, Girardota, Sonsón, Apartadó, Caldas, Santa Rosa de Osos y Quibdó -Chocó. Fuente y foto: Of. comunicaciones - Gobernación de Antioquia