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Homilía XXVII Domingo del tiempo ordinario

Mié 4 Oct 2023

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

VIGÉSIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO8 de octubre de 2023Primera lectura: Isaías 5,1-7Salmo: 80(79),9 y 12.13-14.15-16.19-20 (R. cf. 15c)Segunda lectura: Filipenses 4,6-9Evangelio: Mateo 21,33-43I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Liturgia de la Palabra manifiesta hoy el inmenso amor y la entrega sin medida con la que Dios obra sobre su viña, sobre su pueblo. La única respuesta que Dios espera de esta gran obra de amor es que el pueblo se ame, se respete, obre la justicia y el derecho. Es decir, Dios nos pide, a nosotros su pueblo –su amada viña-, frutos de verdad, de justicia, de caridad. Como dirá San Pablo, «todo lo que sea verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable» […]. Ciertamente, el gran deseo de Dios es ver su pueblo, su viña, como comunidad de hermanos que caminan juntos, que se identifican por el amor entre ellos, por el respeto y la construcción de la paz. Dios desea una viña sin violencia, sin envidias, sin rivalidades. En consecuencia, un pueblo que construye y vive la caridad y la paz. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La primera lectura es una bellísima pieza lírica en la que Dios a través del profeta manifiesta el amor que le tiene a su viña y su gran deseo de encontrarla llena de frutos dulces, de uvas y no de agraces. Sin embargo, la gran decepción de Dios es que después de cuidar la viña, de darle todo lo necesario para producir buenos frutos, encuentra aquellos frutos de amargura y no los que con tanta ilusión esperaba.El salmo es un grito desesperado del pueblo hacia Dios para que venga a visitarlo, para que restaure aquello que ellos mismos han destruido. «Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tu hiciste vigorosa». En la segunda lectura, San Pablo invita a mantener la paz. Aquellos que caminan con Dios y hacen las obras de Dios no pierden la paz, porque el Dios de la paz permanece con ellos. El Evangelio es la cúspide del tema que involucra la viña y que se despliega en toda la liturgia de la palabra que se nos presenta hoy. El “viñador” quiere salvar su viña a toda costa, y envía lo más preciado, entrega a su Hijo amado para restaurar a su pueblo. Dios está decidido a pagar el precio más alto para que su viña tan preciada pueda ser restaurada, el precio es la vida, la entrega total de su Hijo amado. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Es impresionante el amor de Dios por su viña, por su pueblo, por cada uno de nosotros. De ninguna manera Dios permite que sus hijos se pierdan. El Antiguo Testamento es una historia de amor en la que Dios usa todos los medios posibles para llevar a su pueblo hacia la victoria sobre el mal, que es consecuencia del uso incorrecto de la libertad. Y esta historia llega hasta la cúspide en la que Dios entrega a su Hijo amado para emprender un nuevo camino, para instituir un nuevo tiempo, una nueva etapa de esta historia de amor, la etapa definitiva. Con Jesús se abre entonces el Nuevo Testamento, la nueva y definitiva alianza de salvación sellada con su sangre. Dios elige así el camino del amor para salvar. Es el amor que se entrega, que se dona, que se da totalmente por la viña. Y el amor nunca muere, es fuente de vida. Por eso, la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. El amor que es clavado en la cruz se convierte en fuente de vida, de resurrección, de restauración. La pregunta para todos los cristianos ahora es ¿Cómo estamos respondiendo a este desbordante amor de Dios por nosotros? ¿Al alzar la vista y observar al amor clavado en la cruz qué se origina en nuestro interior y qué compromisos nos inspira?La respuesta que Dios espera de su amor hacia nosotros no es solo que lo amemos a él, sino que nuestra fe se traduzca en signos coherentes de amor, justicia y verdad entre nosotros. Una comunidad dividida no manifiesta el amor de Dios. La envidia, la violencia, la hipocresía no corresponden a los frutos que Dios espera de su viña. Todo lo contrario, Dios sigue esperando de su viña uvas dulces y no agraces. Las uvas dulces del perdón, la paz, el respeto, la justicia, la verdad, la unidad, el amor… 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Dios, Padre nuestro, gracias por el amor con qué cuidas tu viña, gracias por seguir cuidando de tu pueblo, gracias por enviarnos a tu Hijo amado Jesucristo. Ayúdanos a continuar caminando en la unidad, en el amor, en la justicia y la verdad. Somos conscientes que hemos fallados, pero queremos levantarnos y caminar como tu pueblo amado._______________________Recomendaciones prácticas:II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Dios, en la Eucaristía, manifiesta su amor y entrega constante por cada uno de nosotros que conformamos su pueblo, su viña amada. Abramos nuestra vida a esta experiencia de amor y renovemos nuestra esperanza y confianza en aquel que nos cuida y que espera de nuestra parte frutos de caridad, justicia y verdad. Iniciemos alegres y vivamos esta celebración en espíritu de comunión.Monición a la Liturgia de la Palabra Hoy, el Señor entona para nosotros, su viña amada, un canto de amor. Vivamos esta experiencia de encuentro con la Palabra y descubramos en la profundidad de este misterio cómo ha sido y sigue siendo el gran amor de Dios por su viña. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dirijamos nuestra oración confiada a Dios Padre y digámosle: R. Ven, Señor, a visitar tu viña. 1.Oremos por el Santo Padre Francisco, por los obispos, presbíteros, diáconos y toda la comunidad de bautizados, que conformamos la viña del Señor, para que demos frutos de amor, justicia y verdad.2.Oremos por los cristianos, para que su testimonio de fe, amor y esperanza, lleven a la conversión a quienes aún no conocen a Cristo y a los alejados los inciten a ser fervientes.3.Oremos por todos los gobernantes, para que también ellos, con sus obras, cuiden de la viña de Dios.4.Oremos por todos los que más sufren en la sociedad y en la Iglesia, que experimenten el amor de Dios que los visita siempre. 5.Oremos por nosotros, aquí reunidos, que conformamos la viña amada de Dios, para que estemos siempre dispuestos a dar los frutos que alegran al Señor. Oración conclusivaDios Padre de amor,mira a tu viña amada,ven y visítala con tu misericordia.Por Cristo Nuestro Señor.R. Amén.