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Misioneros

Sáb 7 Oct 2023

¡En la Iglesia misionera, Colombia de primera!

Por: Pbro. Samir García Valencia.Director (E) OMP de Colombia y Director del Centro Nacional Misionero de la CEC. Al inicio del siglo XX la Iglesia universal fijó especial atención e interés a la más sublime obra que marca su propia identidad: La misión y las misiones. La comunidad de creyentes en Cristo tuvo su origen en el envío misionero. La Iglesia nace de la misión y para la misión. El mandato misionero es explícito y directo: “vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio” (Cf. Mt 28,16-20; Mc 16, 12-20; Lc 24, 44-48; Hch 1, 8; Jn 20, 19-22). De ahí que, en los inicios del siglo anterior, dos pontífices dieran un paso importante para llamar de nuevo la atención sobre el ser y quehacer eclesial. El primero fue Benedicto XV quien en 1919, a través de la Carta Apostólica “La grande y santísima Misión” (Maximum Illud), alentó a la comunidad eclesial a descubrir en ella la obra máxima, la más grande, e identificó a las Obras Misionales Pontificias como aquel canal prioritario que tanto bien hace a la misión universal de la Iglesia (Cf. Maximum Illud, nn. 96-102). Seguidamente Pio XI, llamado “el Papa de las Misiones”, a través de la Encíclica “En la historia de la Iglesia” (Rerum Ecclesiae), retomando las iniciativas de su predecesor, recomendó promover las Obras Misionales Pontificias en las iniciativas misioneras y en el compromiso de toda la Iglesia para apoyar a las misiones (nn. 43-61). Y, dos meses después de promulgarse esta encíclica, el 14 de abril de 1926, el mismo papa Pio XI, a través de un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, firmado por el Prefecto Cardenal Antonio Vico, instituyó oficialmente el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones).Así, entonces, con el impulso de estos pontífices de inicio del siglo XX y, por supuesto, con todo el ímpetu, además, de los pontífices posteriores y las grandes iniciativas misioneras que comenzaron a surgir en la Iglesia, se ha ido constituyendo y fortaleciendo no solo el Domingo Mundial de las Misiones sino, ahora también, todo el mes de octubre como tiempo privilegiado en la Iglesia para dedicarlo a este compromiso que hace parte de la identidad misma de toda la comunidad de bautizados, en nuestra Iglesia Católica.El Espíritu Santo, protagonista de la misión, inspira y abre caminos en la Iglesia para continuar, sin desfallecer, cumpliendo con la invitación de Jesús Resucitado de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio.La Iglesia que camina en Colombia ha tenido un especial cuidado y atención en el cumplimiento de este deber. En 1924, leyendo e interpretando los signos de los tiempos, preparándose para la Exposición Misional con ocasión del Año Santo 1925 en Roma, la Iglesia en Colombia celebró el Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones. Fue un acontecimiento renovador para la Iglesia peregrina en Colombia y proyectó un camino realmente significativo del que han surgido no solo grandes figuras de santos y mártires misioneros sino también grandes proyectos, comunidades e institutos con un decidido compromiso por la misión, con especial interés por la misión Ad Gentes; como es, por ejemplo, el instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, las Misioneras Teresitas y las Hijas de la Misericordia. Y, por supuesto, el congreso le dio un nuevo impulso a la Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, conocidas como hermanas Lauritas, que ya habían sido fundadas diez años antes, el 14 de mayo de 1914. ¡Qué importancia y enorme significado tuvo entonces la celebración y proyección de este Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones en nuestro país!.Frente a este panorama misionero, retomando los grandes momentos de la historia y proyectando renovados caminos, nos preparamos para celebrar del 5 al 7 de julio de 2024 el CONGRESO MISIONERO – CENTENARIO para conmemorar dicho evento eclesial. Será, con toda seguridad, un Kayros, un acontecimiento del Espíritu Santo que unirá todas las fuerzas misioneras presentes en nuestro país para responder con eficacia y determinación a la tarea que Jesús ha puesto en nuestras manos de “ir y anunciar el evangelio hasta los confines del mundo”. Toda la Iglesia Colombiana, experimentando la urgencia y necesidad de este compromiso misionero, dirá al unísono que ¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!¡Vamos, pues, adelante! El Señor Resucitado nos llama y nos envía. Aprovechemos este mes de octubre para orar, ofrecer nuestros sacrificios y contribuir generosamente con nuestra ofrenda económica por la misión y las misiones. La Iglesia es una sola y todos estamos invitados a participar de la misión que Jesús le confía. La Iglesia no solo hace la misión, sobre todo la Iglesia es misión. Las Obras Misionales Pontificias de Colombia preparan cada año el material de Octubre Misionero, que sin duda alguna marca una ruta especial para vivir nuestra identidad propia como es SER MISIÓN. Todo el material ha sido construido con el fiel y noble propósito de invitar a toda la Iglesia que camina en Colombia a reavivar, fortalecer y renovar el compromiso con la MISIÓN UNIVERSAL. Todas las Iglesias para todo el mundo.

Lun 24 Oct 2022

Más de 800 misioneros acompañaron la misión arquidiocesana en Popayán

Al concluir este domingo 23 de octubre la gran misión arquidiocesana en Popayán, su arzobispo Omar Alberto Sánchez Cubillos, dio un parte de alegría y satisfacción por la labor misionera que se desarrolló durante una semana de recorrido en campos y veredas del Cauca. Allí se constató una vez más la fe de sus gentes y la necesidad de acompañamiento a estos territorios tan golpeados por la violencia y el abandono. “Con gran satisfacción, constatando el amor, el servicio y la generosidad de los más de 800 misioneros que se desplegaron en estos nueve territorios del sur, del norte y el centro, estamos dando un parte de alegría de haber renovado la vocación esencial de la Iglesia y su naturaleza de acción misionera (…) Nos vamos muy comprometidos y con un balance exitoso por los testimonios que como Iglesia hemos podido constatar en esta semana maravillosa”. Esta salida misionera que se realizó del 16 al 23 de octubre, bajo el lema: “Con Jesús María el Cauca tiene vida”, estuvo acompañada de más de 800 laicos, sacerdotes, religiosos, religiosas y el obispo, integrantes de las 92 parroquias de este territorio caucano, quienes se dieron a la tarea de visitar nueve parroquias que corresponden a los arciprestazgos de esta Jurisdicción. “Ellos con su alma misionera y a pesar de las inclemencias del tiempo, con sacrificio, con osadía, con audacia, salieron con toda la fuerza del Espíritu Santo a visitar y acompañar a las comunidades presentes en los campos y veredas, quienes los acogieron con mucho cariño, abriendo las puertas de su corazón y de sus hogares para recibir el mensaje que les llevábamos”. El prelado observó que a pesar de la crisis social que en estos territorios pueda existir, por causa de los grupos armados, los cultivos ilícitos, la pobreza, las desigualdades, entre otros aspectos, esto no escatima que, en el Cauca haya un gran potencial “gentes hermosas, capaces, trabajadoras, alegres, con vocación de comunión, así que desde aquí, desde el Cauca, con sus dolores y esperanzas nos sentimos orgullosos de esta gran misión. Celebro y doy gracias a Dios por este gran y generoso objetivo misionero cumplido, por la capacidad de este pueblo de recibir una voz nueva y renovada de Jesús como salvador”. El envío misionero se hizo a las 9 parroquias o centros de Misión: Por el Norte a las parroquias de Miranda. Timba y Piendamó; zona sur los misioneros partieron hacia las parroquias de San Lorenzo en la Vega, San Lorenzo, y Balboa; y por la Vicaria del Centro, los misioneros visitaron las parroquias: El Rosario – Cajibío, Paispamba, y la Parroquia de Santísima Trinidad en Popayán.

Lun 24 Oct 2022

Evangelizar a los que están lejos

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo, a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, en muchos ambientes y sectores que están físicamente cerca de nosotros, pero viven muy lejos de Dios y de su Palabra de Salvación. Ya el tiempo donde todos en la familia eran creyentes con fe firme, está pasando, y estamos en una época donde muchos recibieron el bautismo, pero en lo que se refiere a la fe, son indiferentes e incluso, rechazan abiertamente a Jesús. El Papa Pablo VI, en su momento, así lo percibía cuando afirmó: “aunque el primer anuncio va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús o a los niños, se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de la vida cristiana” (‘Evangelii Nuntian¬di’ #52). Esta realidad descrita por el Papa Pablo VI, es un fenómeno común en las nuevas generaciones de muchas de las familias creyentes y por esta razón, el Papa Francisco vuelve a retomar el tema cuando llama a evangelizar en todos los ámbitos, sin descuidar la pastoral ordinaria que se orienta al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios. Es necesario reconocer el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo y también hace el llamado a proclamar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado (cf. ‘Evangelii Gaudium’ #14), recordando que “los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14). La preocupación de toda la Iglesia, pastores y fieles, a lo largo de los siglos ha sido anunciar el Evangelio a los que están alejados de Cristo y por eso, en una época se identificaban los alejados con quienes habitaban fuera de las fronteras de nuestro entorno y existía una vocación misionera para atender directamente a esos hermanos nuestros. Pero hoy la realidad de los alejados está presente en nuestro territorio, en nuestra Diócesis, en las periferias y en el centro de nuestra ciudad, en la parte urbana y en el campo. Por ello, retomamos como propio el llamado del Papa Francisco cuando nos dice que “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15), de tal manera que, lo tenemos que hacer presente con la salida misionera a la que estamos convocados todos los creyentes. La salida misionera es el camino adecuado en este momento de nuestra historia para volver a traer al redil de la Iglesia a la oveja perdida. Jesús en el Evangelio nos da el testimonio del Pastor bueno que sale a buscar una oveja perdida, dejando las noventa y nueve en el redil (cf. Lc 15, 4-6), hoy tenemos que retomar la salida misionera para ir en busca de las noventa y nueve, dejando una en nuestro redil. Si no lo hacemos entre todos, corremos el riesgo de dejar a todo el pueblo de Dios a la deriva, con la conciencia que “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20), periferias que vemos avanzar en nuestra ciudad, no solamente por la limitación física de los recursos de muchas personas, sino por el vacío en la fe que padecen muchas personas que son nuestros vecinos y cercanos. Recordemos que los discípulos que se reunieron en torno a Jesús y que salieron a predicar con Él, no tenían un lugar para permanecer, porque “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20); siempre fueron itinerantes, siempre estaban en misión de un lugar para otro y así nació la Iglesia, en camino, en salida misionera. El Papa Francisco nos recuerda esta verdad cuando afirma: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera. Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo” (EG 23). La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María, Estrella de la evangelización y el glorioso Patriarca san José, fiel custodio de la fe, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo, el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 11 Oct 2022

Diócesis de Palmira, sede del VIII Congreso Nacional CONIAM 2022

Del 13 al 16 de octubre, la Diócesis de Palmira recibirá en su sede a niños, adolescentes y asesores de la Infancia Misionera de todo el país para vivir el octavo CONIAM 2022, que tendrá como tema de reflexión: “Sinodalidad: Caminar juntos con Jesús para ser misioneros”. Según lo explican sus organizadores, el evento se realizará en el marco del mes de las misiones que la Iglesia universal anima este mes de octubre. Además, acogiendo el llamado que el Papa Francisco hace a ser una Iglesia en sinodalidad, se ha escogido para esta ocasión el lema: Caminando juntos ¡Somos testigos alegres de Jesús! “Es una hermosa oportunidad para que los niños, niñas y adolescentes se expresen acerca de lo que saben de la Iglesia, cómo la ven y la sienten, y así crezcan aún más en la conciencia de que por el bautismo, forman parte de una gran familia, donde todos somos importantes”. Este espacio de reflexión, adoración, canto y recreación busca “promover en los niños y adolescentes la sinodalidad misionera enseñada por Cristo, para que con la fuerza del Espíritu Santo se encienda aún más el fuego del amor misericordioso de Dios Padre en el mundo”. Por su parte el obispo de la Diócesis de Palmira, Edgar de Jesús García Gil, hizo la invitación a participar de este congreso que se realizará en la Villa de las Palmas, observando que esta jornada será un signo de comunión y un camino de sinodalidad. Quiénes podrán participar La invitación es para niños entre 9 a 12 años y adolescentes de 13 a 17 años, que tengan un recorrido dentro de la Obra de la Infancia de Animación Misionera (IAM), conocer bien sus objetivos, compromisos, y en lo posible que hayan tenido experiencia de ELMI (Escuela de Liderazgo Misionero) y que haya en ellos la capacidad de liderazgo, dinámicos, participativos. Por su parte, los asesores que participen deben ser personas mayores de edad, con una amplia experiencia en la obra (más de dos años) y que conozcan todos los fundamentos de la (IAM). La participación al CONIAM se realizará a través de los respectivos Comité Regional de Misiones- COREMI, de cada Jurisdicción Eclesiástica y tiene un costo de $290.000 Para mayor información pueden escribir al E-mail :[email protected]

Vie 7 Oct 2022

El nombre de la Iglesia es misión en salida

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Octubre es el mes misionero por excelencia. La Iglesia lo ha dedicado a este tema por varias razones: la primera, porque siempre es necesario que se nos recuerde que todos, en virtud del bautismo, somos llamados a la misión. Es decir, a dar testimonio de la fe recibida, fe que nos permite tener una experiencia de cercanía de Dios, fe que alimenta nuestro caminar en el mundo, fe que nos ayuda a dar un nuevo significado a la vida. Da pena, sí, constatar que para muchos esta dimensión misionera se ha perdido, y el bautismo lo hemos venido arrinconando a la intimidad de cada uno, sin ninguna repercusión en lo social y en lo eclesial. Por eso, el mes de la misión, es una maravillosa ocasión para preguntarnos: ¿cómo vivo mi bautismo? Cuando asumo un compromiso vital con otros sacramentos, como la confirmación, el matrimonio o el orden, ¿trato de compartir con los demás la alegría de la fe en Cristo Jesús? Una segunda razón es recordarnos el mandato que Jesús hizo a los apóstoles y hoy a nosotros, de ir a todas partes, a todos los pueblos, a todas las personas, para anunciarles la buena nueva de la salvación, y bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. No podemos olvidar que la Iglesia católica, en el contexto global, es prácticamente una minoría. Una séptima parte de los habitantes del mundo. Por tanto, es deber de todos anunciar a los no creyentes en Cristo, y a aquellos que siendo bautizados han perdido la fe, la novedad del Evangelio, siempre nuevo, siempre reluciente, para poder asumir las realidades del mundo con esperanza. Para esto hay que orar y colaborar. Orar por las misiones y los misioneros, muchos de ellos que realizan su trabajo en medio de grandes adversidades y hasta persecuciones; y colaborar con recursos para que su tarea pueda permanecer. Y tercera razón, para que de la mano de Santa Teresita del Niño Jesús, que siendo monja de clausura carmelita fue nombrada patrona de las misiones, nos demos cuenta de que para ser misionero no es necesario hacer cosas extraordinarias. Basta que tengamos una fe sólida que nos ayude a tener una vida coherente a nuestras creencias, valientes para defender las verdades no negociables como la vida, la libertad y la familia, alegres por sentirnos amados de Dios. Según la Carta de Diogneto, un documento del siglo II, se hace misión así: “Porque los cristianos no se distinguen del resto de la humanidad ni en la localidad, ni en el habla, ni en las costumbres… Se hallan en la carne, y, con todo, no viven según la carne. Su existencia es en la tierra, pero su ciudadanía es en el cielo… Obedecen las leyes establecidas, y sobrepasan las leyes en sus propias vidas… En una palabra, lo que el alma es en un cuerpo, esto son los cristianos en el mundo”. Este es el tiempo de la misión sinodal. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo Coadjutor de Cali

Vie 22 Oct 2021

Conozca más sobre el Domingo Mundial de las Misiones

A pocos días de la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones, que la Iglesia Católica anima cada 24 de octubre, el portal web del Catolicismo de la Arquidiócesis de Bogotá, realizó una entrevista al padre Javier Alexis Gil Henao, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificas de Colombia, quien compartió sobre la importancia de esta Jornada e invitó a hacer parte de esta fiesta misionera. Vale la pena recordar que en el año de 1926 el Papa Pío XI estableció que el penúltimo domingo de octubre fuera para toda la Iglesia el Domingo Mundial de las Misiones, conocido también como el DOMUND, en favor de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe; un día para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera. Es tradicional que para esta fecha, el Papa Francisco invite a participar de la sagrada eucaristía pidiendo de manera especial por las misiones y a la vez, anima para que los católicos realicen una ofrenda económica para el sustento de las obras misioneras del mundo y en este caso de Colombia. En Colombia, existen 10 territorios misioneros llamados Vicariatos Apostólicos, especialmente en Leticia, en la Amazonía y otros lugares muy difíciles geográficamente y con muchas necesidades en el momento de realizar la misión o evangelizar, como es el caso de Mitú en el Vaupés donde se apoya económicamente a cerca de 30 comunidades indígenas; también en Inírida, Guapi, Isla de San Andrés y Providencia, en el Caquetá, Putumayo y otros Vicariatos donde se evangeliza, en inhumanas realidades a lo largo y ancho de nuestro territorio, donde se lleva y hace viva la Palabra de Dios. “Anunciemos a Cristo que nos da vida y esperanza” Es el lema que identifica este año 2021 la Jornada Mundial de las Misiones, es una expresión inspirada en el mensaje del Papa Francisco, donde invita a ser misioneros de vida, de esperanza y de misericordia. Porque Cristo mismo es nuestra vida y cada uno es un instrumento misionero en cada sitio donde se encuentre: en la familia, los lugares de trabajo, comunidades religiosas, parroquiales, entre otros. Participar con generosidad para apoyar las misiones: “Necesitamos la eucaristía que es la fuente y la meta de la misión en nuestra vida cristiana. También poder llevar vida, esperanza, palabras de aliento y de misericordia para todos”, enfatiza el sacerdote Gil. De esta manera, el llamado es a unirnos este 24 de octubre con el DOMUND, participando de la de la misa dominical y ayudando con nuestro aporte económico en muchas necesidades básicas en los Vicariatos Apostólicos. Descargar Mensaje de la Jornada [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ [/icon] Conozca más sobre el DOMUND [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Vea la entrevista con el P. Alexis Gil Henao, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificas de Colombia

Jue 21 Oct 2021

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Is 56, 1.6-7 Salmo: Sal 66, 2-3.5.7-8 Segunda lectura: Ef 3 2-12 Evangelio: Mc 16, 15-20 I. Orientaciones para la predicación Introducción • La salvación es para todos los que por la fe se adhieran al mensaje del Señor. • La salvación no es exclusiva para un determinado grupo. • El mandato misionero de Cristo es para ir a anunciar el Evangelio a todo el mundo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje de Isaías que leemos este domingo corresponde al Trito-Isaías que a su vez está organizado en tres partes, y en el caso del texto que nos ocupa se ubica dentro de la primera parte de los capítulos 56 al 59, donde se denuncian los aspectos negativos de Israel y se ofrece un mensaje de esperanza para el futuro de la humanidad. Así, el mensaje de este día, nos habla del universalismo de la salvación mediante la figura del lugar de culto como casa de oración, abierta para todos sin excluir a nadie. Esto se debía a que en la época del Exilio se habían presentado muchas dificultades para ofrecer sacrificios en la ciudad de Jerusalén, por lo que los judíos buscaron otro modo de relacionarse con Dios mediante la escucha de la Torá y la oración como medios para comunicarse con Yaveh. Ahora el culto y la relación con Dios no se limita únicamente al templo, sino que se habla del monte como lugar de encuentro y casa de oración, para todos aquellos hombres y mujeres que quieran acceder a la comunión con el Señor. El apóstol san Pablo en su carta a los Efesios nos dice que la salvación no es algo exclusivo del pueblo judío, sino qué por gracia de Dios, a él como anunciador de la Buena Nueva, le ha sido confiado este anuncio que es para todos los pueblos y así se incluye a los gentiles que no pertenecían al pueblo hebreo. A estos se les llama los coherederos de la salvación y con esto se reconoce que los primeros herederos fueron los judíos; a ellos, en primer lugar, se les reveló este mensaje de salvación, pero posteriormente la herencia también se dio para los paganos como coherederos, es decir, que se comparte la herencia de la salvación junto con los judíos. Así, la salvación es una herencia a la que todos podemos acceder por gracia de Dios como don reservado para los hombres y mujeres de buena voluntad que se adhieren a Jesucristo mediante la fe. En el Evangelio nos encontramos con el epílogo de San Marcos donde se narra el envío solemne de los discípulos por parte de Jesús resucitado. El envío es para aquellos que son testigos de la resurrección del Señor, todos los que son discípulos de Cristo y pueden dar testimonio de la buena noticia de la Vida que ha vencido a la muerte. Ese envío es para ir todo el mundo conocido, es decir que no debe quedar ningún lugar sin ser partícipe de este anuncio, por lo tanto, es una tarea ardua y exigente porque son muchos los hombres y mujeres que aún no lo han recibido y para ellos es este mensaje de salvación. De este anuncio también participa la creación como obra salida de las manos de Dios y que experimenta la redención que trae Jesucristo para toda la humanidad. Para recibir la salvación se pone como condición fundamental la fe para el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación, de modo que es una tarea que aún se sigue realizando, ya que muchos hombres y mujeres no se han bautizado y necesitan de este anuncio para poder creer. Los discípulos que son enviados tienen la garantía de que no están solos, ellos como enviados serán acreditados por los mismos signos y hechos que acompañaron al maestro. Jesús después de haberlos enviado es elevado al cielo a la diestra de Dios y desde allí sigue acompañando a la Iglesia como aquel que intercede delante de la presencia del Padre para que esta tarea misionera se siga cumpliendo, por eso los discípulos salen a anunciar el Evangelio y son acreditados con los signos que realizan en nombre de Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La salvación es un don que Dios hace para toda la humanidad, no hay nadie excluido de ella, pues Dios ama a todos sus hijos y su deseo es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, tal como lo recuerda la oración colecta de la misa por la evangelización de los pueblos. Pero para acceder a la salvación solo hay una condición, y es la aceptación de Cristo por la fe, es la fe la que posibilita el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación. Por eso, Jesús envía a sus discípulos para que en su nombre anuncien la buena noticia de la salvación, al igual que lo hizo san Pablo en su momento, que abrió paso al anuncio del Evangelio entre los pueblos paganos, también nosotros como bautizados estamos llamados a anunciar esta salvación para que los hombres y mujeres de buena voluntad abracen la fe y reciban el sacramento del bautismo. Es cierto que este mandato misionero aún falta por cumplirse, ya que en el mundo actual son muchos los hombres y mujeres que aún no acogen la fe o muchos no se han bautizado, o incluso habiéndose bautizado se han alejado y permanecen indiferentes viviendo como si Dios no existiera. Por eso nosotros como discípulos del Señor, por el bautismo somos enviados para seguir llevando la buena noticia del Evangelio a todo el mundo, eso es a todos los lugares del planeta donde hace falta este anuncio y un anuncio que hace partícipe a toda la creación, pues también ella como la obra salida de las manos de Dios necesita experimentar la salvación que Dios ha traído para todo el género humano. Para comonecesidad de un encuentro profundo y sincero con el Señor, cara a cara con él, para poder ser testigos de su Palabra, ya que necesitamos experimentar la fuerza de su resurrección, pues Él sigue vivo en medio de su pueblo y no nos ha dejado solos, ante las dificultades o limitaciones de nuestra condición humana, debemos saber que él mismo Cristo nos ha prometido estar con nosotros; los mismos signos y prodigios que él realizó durante su pasó por la tierra, son los mismos signos que nos acompañan a nosotros como sus discípulos, pero necesitamos acercarnos a él por medio de la fe y la oración que son los medios que nos posibilitaran un encuentro personal con Jesucristo para poder tener la fortaleza de quienes le anuncian en la misión. El Papa Francisco en su homilía del 19 de octubre de 2019, nos decía que “la Iglesia, está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra”. Hoy como ayer somos enviados por Jesús para que anunciemos el Evangelio con alegría como lo hicieron los apóstoles que fueron testigos del Resucitado. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo mundial de las misiones, nos dirigimos a ti, Padre bueno para pedirte que nos concedas un corazón sensible para que podamos adquirir un compromiso misionero, sabemos que en el mundo son muchos los hombres y mujeres que no te conocen o habiendo escuchado hablar de ti, se han alejado por diversas causas. Concédenos la fe y entrega necesaria para que nuestros corazones ardan de alegría y se decidan a anunciarte entre los hermanos para que tu Hijo Jesucristo sea conocido y amado por todos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos en torno al altar para dar gracias a Dios por el bautismo que nos inició en la vida de la fe y nos compromete como discípulos y misioneros de Jesucristo para ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Pidamos al Señor que nos permita cumplir su mandato misionero para anunciarlo con alegría. Participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La salvación es un don que Dios ofrece a la humanidad, todos tenemos acceso a Dios tal como lo relata el profeta Isaías, esto no es para un grupo exclusivo como lo recuerda San Pablo a los Efesios; así, al igual que los discípulos en el Evangelio, nosotros somos enviados a proclamar la buena noticia de la salvación a toda la creación. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios Padre, que en su Hijo nos envía como discípulos y misioneros de su Palabra, elevemos nuestra suplica confiada diciendo: R. Padre bueno, ayúdanos a anunciar tu Palabra 1. Por el Papa y los ministros consagrados, para que con su predicación den testimonio de la salvación que Dios ofrece a toda la humanidad. 2. Por los gobernantes, para que garanticen el respeto a la libertad religiosa y se permita el anuncio del Evangelio en todo el mundo. 3. Por las familias, para que sean educadoras en la fe y con su testimonio anuncien el Evangelio de la vida. 4. Por los misioneros, para que con nuestra oración y la ayuda material, sigan anunciando a Cristo con valentía. 5. Por los que no conocen a Cristo, para que reciban el anuncio del Evangelio y abracen la fe que se les predica. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Acoge Padre, nuestra súplica confiada y envía operarios que anuncien tu Palabra a todas las naciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Jue 19 Ago 2021

Presidente del episcopado anima a servir como auténticos discípulos y misioneros

En su primera eucaristía, ofrecida este jueves 19 de agosto de manera presencial, monseñor Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), saludo en nombre de los obispos a los directores y funcionarios del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), animándolos al encuentro y a la relación fraterna del servicio para ser auténticos discípulos misioneros. En su homilía, el prelado comenzó citando las lecturas bíblicas del día, que recuerdan que todos desde el Bautismo hemos sido llamados por el Señor a servir: “a través del Bautismo recibimos la gracia de participar del pueblo santo de Dios que es su Iglesia”, ese llamado agrega, “es para estar con Él y enviarnos a la misión, nosotros queremos estar siempre disponibles para servir”. El también arzobispo de Bogotá, al recordar el salmo “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” advirtió que es una proposición que se le hace al ser humano para ser feliz y esta felicidad se logra poniendo la confianza en Dios. “En cada misión o en cada trabajo, nos da la certeza los que realizamos la obra, que somos sus instrumentos, sus obreros, hombres y mujeres, pero que requiere que pongamos la confianza en él, que no nos extraviemos del camino, que seamos capaces de decirle al Señor aquí estoy para hacer tu voluntad”. En este contexto, dijo que el haber sido elegidos por el episcopado para guiar la labor evangelizadora de la Iglesia, es una gran responsabilidad, la cual están dispuestos a asumir con alegría y confianza. Esta invitación la hizo extensiva también a quienes fueron llamados a ocupar cargos directivos y a quienes prestan su servicio en el SPEC. “Nosotros elegidos por la Asamblea del Episcopado debemos entender en la voluntad de nuestros hermanos obispos, la voluntad de Dios y por eso nos disponemos. Aquí estamos y debemos tener la alegría de poner la confianza en él. Cada uno de ustedes, en su servicio también ha sido llamado, esto es más que una tarea, esta es una vocación dentro de la Iglesia, la respuesta de nuestra parte la manifiesta el salmo que anima a la disponibilidad gozosa y confiada para decirle al Señor: ‘Aquí estoy para hacer tu voluntad’”. En la eucaristía estuvieron presentes: Monseñor Omar Alberto Sánchez, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, monseñor Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, sacerdotes, religiosas, religiosos directivos de los departamentos del SPEC y el personal que labora en la institución. Cabe recordar, que el pasado 06 de julio, en el marco de la CXI Asamblea Plenaria se eligieron las nuevas directivas de la CEC, para el trienio 2021-2024.