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mons edgar de jesús garcia

Dom 28 Feb 2016

La misericordia de Dios nos quiere libres

En este tercer domingo de cuaresma las lecturas nos llevan de la mano para mostrarnos como el amor misericordioso de Dios busca a todo precio nuestra verdadera libertad. Yahveh, lleno de misericordia, se le presenta a Moisés en la zarza ardiente y lo envía a liberar a su pueblo Israel de la opresión de los egipcios. Yahveh quiera salvar al hombre con la colaboración del mismo hombre. Ante la impotencia y pequeñez que manifiesta Moisés, Yahveh lo respalda con su presencia. “Yo estaré contigo”. Moisés es instrumento de salvación en las manos de Dios. Éxodo 3, 1 Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. 2 El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía. 3 Dijo, pues, Moisés: «Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza.» 4 Cuando vio Yahveh que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!» El respondió: «Heme aquí.» 5 Le dijo: «No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada.» 6 Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. 7 Dijo Yahveh: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. 8 He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel. 10 Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.» 11 Dijo Moisés a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?» 12 Respondió: «Yo estaré contigo y esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte.» Pablo le recuerda a los Corintios como un buen número de Israelitas no respondieron a la misericordia de Dios durante el éxodo que lideró Moisés por encargo de Dios. La rebeldía y la murmuración contra Dios los llevaron a la muerte. “Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga”. 1Corintios 10, 1 No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar; 2 y todos fueron bautizados en Moisés, por la nube y el mar; 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual; 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo. 5 Pero la mayoría de ellos no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos = quedaron tendidos en el desierto. = El amor misericordioso de Jesús se traduce en un llamado a la conversión que es vida. No responder al llamado es muerte. Pero la paciencia de Dios con nosotros es infinita y espera hasta el final para que demos frutos de auténtica conversión. Estos frutos son el cumplimiento de las obras de misericordia, es decir, la caridad práctica. Lucas 13, 1 En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. 2 Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? 3 No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. 4 O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5 No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.» 6 Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. 7 Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?" 8 Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, 9 por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas."»