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obispo neiva

Mié 14 Nov 2018

Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta

Por: Mons. Froilán Tiberio Casas Ortiz - Vivimos la cultura del despilfarro. Veamos algunas muestras de esta cultura. Usted va a la casa de una familia de estrato uno y encuentra la llave abierta y dos fugas de agua: como su recibo de cobro está subsidiado por los estratos cuatro, cinco y seis, entonces, a malbaratar el agua. Muchos de nuestros coterráneos van a los Estados Unidos de América, allí sí que se vive la cultura del consumismo; como es un país tan extenso y tan rico, se abusa de esa misma riqueza. Vaya usted a Europa y allí es otro cuento. Ellos han sufrido dos guerras seguidas y, además, su territorio es pequeño; entonces, tienen un cuidado enorme con sus recursos naturales y optimizan todos los espacios. Vaya usted a Israel, país pequeño y, además con una enorme escasez de agua. Hay que ver cómo cuidan ese sagrado líquido. Siendo la mayor parte de su territorio desértico, producen comida: cítricos, verduras y trigo de exportación; el manejo hídrico por goteo, ofrece parques y zonas verdes llenas espléndidos jardines. Observe usted a una familia que se ha enriquecido de la noche a la mañana: ¡cómo despilfarran! Esos ricos emergentes son unos consumidores de miedo. Los chicos de estas familias suelen ser exigentes, malcriados y creen que todo lo pueden hacer pues tienen dinero. ¡Ah! El que no ha visto a Dios al verlo se asusta. Esos chicos no tienen el sentido del valor de las cosas: como han sido “criados a toda leche”, gastan y gastan y cuando pueden humillar, lo hacen olímpicamente. ¡Ay, si esos tales especímenes llegan al poder! Son tan arrogantes como pavos reales en su conquista “amorosa”; son atrevidos con los mayores y quienes no son de su artificial rango son tratados con altivez y desprecio. Observemos otros aspectos: ¡cuánto se pierde en las obras públicas! Muchas son obras inconclusas, maquinaria en procesos de herrumbre y descomposición, edificios a mitad de camino. Son bienes mostrencos que no tienen ningún doliente, -sí, pero cuánto dinero se gastó allí proveniente de nuestros impuestos-. ¡Ah, si todos nuestros impuestos se invirtieran! Sencillamente tendríamos excelentes vías, excelentes servicios hospitalarios, excelentes parques y zonas de recreación, excelentes centros educativos. Entonces, ¿cuándo será realidad lo que soñamos los colombianos honestos? Cuando cambie la cultura del robo, del dinero fácil, del amiguismo y de la ley de la ventaja. Por favor, no busquemos atajos, cumplamos la ley y los resultados se verán pronto. Por favor, no más vivienda gratis. Esto es un sofisma de distracción; lo que usted no paga, otro lo ha pagado. Son nuestros impuestos los que financian las mal llamadas “viviendas gratis”. Sacamos a los campesinos, que son productivos de alguna manera y los metemos a unas cajas de bocadillo a hacerlos improductivos y exigentes. Por favor, cambiemos la centenaria política del subsidio a la mendicidad y volvámoslo subsidio a la productividad: no premiemos la pereza, el despilfarro y falta de orden en el vivir; estimulemos al productor, al que hace algo por el país. Con una política de estas acabaremos en el corto tiempo la pobreza y todos saborearemos la paz. + Froilán Tiberio Casas Ortiz Obispo de Neiva

Lun 29 Oct 2018

Sin disciplina no hay progreso

Por: Mons. Froilán Tiberio Casas Ortiz - La pereza nunca ha sido rentable; la vida muelle, cargada de holgazanería, no trae buenos dividendos. La misma naturaleza evidencia la necesidad que se tiene para cambiar y trasformar el entorno. Un ejemplo: el río Jordán vive lleno de vida, gracias a su movimiento, a sus caídas de agua, etc., el movimiento oxigena el agua, incluso las aguas residuales se liberan de toxicidades gracias a las caídas de las mismas; en principio, el agua que cae de las cascadas es pura; los choques del agua con las grandes piedras la hace saludable; un niño antes de caminar, gatea y en este ejercicio va midiendo los espacios, cuando da un mal movimiento y se cae en la escalera, entonces entiende que hay vacíos; un niño antes de nacer vive “feliz” moviéndose en el líquido amniótico que le ofrece la madre, en ambiente térmico le llega el oxígeno, cuando nace, lo primero que hace es llorar; claro le tocó respirar por sí solo, viene el primer choque, empieza él a ser él mismo. Una persona que no forja el futuro con procesos de disciplina no logrará grandes triunfos; los padres alcahuetas y las mamás “gallinas” que siempre abren las alas para “proteger” a sus polluelos, no dejarán volar por sí solos a sus hijos; les atrofian las alas. No hay personas más enclenques de carácter y más tiranas cuando tienen poder que aquellos que han tenido un hogar en los que no han desarrollado sus propias habilidades. Los niños mimados son los seres más desadaptados socialmente, suelen ser exigentes y malcriados. La disciplina forja hombres y mujeres batalladores, constructores de la historia y promotores del desarrollo social y económico. La holgazanería, la pereza, son la madre de todos los vicios. Un pueblo de la cultura del “pan y circo” nunca saldrá del subdesarrollo. Una persona acostumbrada al “dolce far niente”, es la persona más inútil del mundo, las responsabilidades las asume folclóricamente; exige el máximo con el mínimo de exigencias. Cuando ejercen la autoridad, si por desgracia la tienen, se rodean de bufones más mediocres que ellos y tiranizan a sus subalternos generando una empresa paquidérmica, poco y nada competitiva y que un día saldrá del mercado. Los pueblos que perdieron la segunda guerra mundial, se levantaron como el ave fénix de sus cenizas y llegaron a inundar el mercado mundial con la calidad de sus productos desplazando a marcas otrora recocidas. Claro, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Un estudiante vago y sinvergüenza puede pasar las asignaturas académicas con notas mediocres y de pronto, conquistándose a los profesores, pero cuando llegue al mercado laboral será desplazado al último lugar, a no ser que tenga las asquerosas palancas sociales, políticas o de cualquier pelambre y es designado por tales intereses, demeritando a la empresa y dejando desastrosos resultados. Los grandes científicos han logrado aportarle a la ciencia grandes logros, en el silencio de sus laboratorios, sin ningún protagonismo y finalmente, sus resultados exitosos son fruto de su dedicación y disciplina a base de ensayo y error. La ciencia tiene raíces amargas pero sus frutos son dulces. Mons. Froilán Tiberio Casas Ortiz Obispo de Neiva

Lun 24 Sep 2018

Recordando el “Demos el primer paso”

Mons. Froilán Casas Ortíz - Por este mes de septiembre estamos recordando los colombianos la dicha de haber recibido y acompañado al papa Francisco en su viaje a nuestra patria. Nunca en nuestro terruño se había sentido un ambiente tan especial como el vivido los días del seis al diez de septiembre de 2017. Parecía que Colombia hubiera parado el cúmulo de crímenes y noticias horrendas, como que la presencia del Sucesor de Pedro hubiese desarmado los odios y las venganzas. Esos cinco días fueron como una era mesiánica; como que los anuncios de los profetas mesiánicos se hubiesen cumplido: “De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas” Is 2, 4. Sí, por esos días se silenciaron las armas y como que el desarme de los corazones de los colombianos, permitió respirar la tan anhelada paz. No cabe duda, hay que leer los signos de los tiempos y con la presencia del papa Francisco, Colombia vivió la esperanza. Nuestro pueblo es creyente y el referente JESUCRISTO, de alguna manera está en el corazón de nuestros coterráneos. Colombia es un terreno propicio para seguir sembrando la Palabra de Dios. ¡Qué reto especialmente para nosotros los ministros ordenados! Cuidado con defraudar la esperanza y el hambre de Dios que se siente en Colombia. Ningún país como el nuestro es tan permeable a escuchar a Dios, pero a la par, es muy sensible cuando sus ministros no son ejemplo de vida. Hoy más que nunca se exige santidad, sobre todo en sus ministros. Nos quieren sí, pero nos quieren santos; claro, santos de carne y hueso, con nuestras debilidades pero al mismo tiempo, con la actitud de un Pedro arrepentido y que da señales de cambio, convirtiéndose en el más fiel seguidor del Maestro. El Santo Padre nos animó a seguir en la tarea hermosa de anunciar a Jesucristo, nos invitó a “soñar en grande”. Hermoso su discurso a los jóvenes en la plaza de Bolívar en Bogotá: “Por favor no se metan en el ‘chiquitaje’, no tengan vuelos rastreros, vuelen alto y sueñen grande”. Sí, siempre hacia adelante. Que los escándalos de unos pocos hombres consagrados, no nos desanimen, que ellos sean acicate para pensar en un futuro lleno de personas integrales, enamoradas de Jesucristo y comprometidos desde Él en el “empeño en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente”. Palabras llenas de esperanza y cargadas de emotividad para ser los verdaderos artesanos de la paz, siendo los constructores de la justicia. Nos invitó el papa Francisco a “resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia”. No hay ninguna duda que la principal causa de la pobreza y la desigualdad es la injusticia; una injusticia marcada por la corrupción en todos los niveles, una injusticia que como un cáncer pandémico ha hecho metástasis en gran parte del cuerpo social colombiano. Nos hace falta más predicación del Evangelio a fin de que la gente capte lo horrorosa que es la injusticia, un pecado que clama al cielo. Nos invitó igualmente el Santo Padre a cultivar la cultura del encuentro en donde todos nos sintamos hermanos, ¡qué lindo mensaje! Las palabras del papa siguen sonando en nuestros oídos y su presencia que irradiaba a Jesús nos seguirá impulsando a tener la alegría de ser unos verdaderos cristianos, a vivir la “alegría del Evangelio” Evangelii Gaudium. Que María Santísima, nuestra madre, como en la mañana de pentecostés nos siga acompañando en esta tarea. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Lun 29 Ago 2016

CEC lamenta fallecimiento del hermano de Mons. Froilán Casas

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa sus más sentidas condolencias a monseñor Froilán Casas Ortiz, por el sensible fallecimiento de su hermano JOSÉ JOAQUÍN CASAS ORTIZ. Las exequias se realizaron en el día de hoy lunes 29 de agosto, en la Catedral Castrense (Canton Norte, Carrera 7ª N° 103-10, Bogotá). El episcopado colombiano al elevar sus plegarias por el eterno descanso del señor José Joaquín Casas, manifiesta su compañía y solidaridad con la familia del señor obispo de Neiva.