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padre andres fernandez

Jue 24 Sep 2020

Fundación Caminos de Libertad: “Tu solidaridad hace la diferencia”

En el marco de la fiesta de Nuestra Señora de Las Mercedes, patrona de los reclusos, la Fundación Caminos de Libertad, hizo un llamado a las personas de buen corazón para que apoyen la campaña: “En soledad, abandono, miedos, carencias... Tu solidaridad hace la diferencia” Según lo ha dicho el padre Andrés Fernández Pinzón, director de esta Institución, se trata de corroborar con la compra de un kit de bioseguridad y aseo, que será entregado luego a los más de 17 mil internos que se encuentran recluidos en los centros penitenciarios de Bogotá. El sacerdote ha dicho que es tradicional cada año, en la fiesta de la Merced, que la Fundación visite las cárceles para hacer entrega de un kit de aseo a cada interno, pero observó que por cuenta de la pandemia la campaña no ha podido recaudar los fondos necesarios para ello. Por ello hizo un llamado especial para que cada persona, familia o institución se una con la compra de kits. “La campaña no la pudimos realizar desde las parroquias, pero lo hacemos de tú a tú, ustedes seguramente que nos van a ayudar, pero cerca a ustedes hay una familia y compañeros de trabajo con quienes podremos reunir un buen dinero, porque necesito $ 15.000 por 17.000 internos”, aseguró. Se espera que para finales de octubre la Fundación pueda hacer las visitas a los centros penitenciaros, con la alegría y seguridad de saber que cada interno recibirá su kit. “Hemos vivido la pandemia y todos hemos estado en casa por cárcel y nos costó seguramente. ¿Cuánto le costará a un interno que está por meses o por años detenido en el mismo patio y tras las mismas rejas?”, reflexionó. Los aportes los podrán realizar en Bancolombia a la cuenta nacional de Ahorros No. 2038-5682982, DaviPlata a nombre del padre Andrés Andrés Fernández, C.C. 8.317.643. El valor por kit es de $ 15.000.oo Mayores informes a través del sitio web www.caminosdelibertad.org - al correo electrónico: [email protected] o a los teléfonos: 2803391 y 2803422 La Fundación Caminos de Libertad Es una organización canónica de reconocimiento civil creada por la Arquidiócesis de Bogotá con el fin de apoyar el trabajo de la Iglesia en el mundo penitenciario, atendiendo las necesidades espirituales, materiales y familiares de las personas privadas de su libertad en las prisiones de Colombia. Además de cumplir su labor tras las rejas, desarrolla diversos programas de promoción y atención social integral en beneficios de las familias y de las personas que recobran la libertad, entre ellas muchos extranjeros de diversas nacionalidades.

Jue 22 Oct 2015

Más de cuarenta años al servicio de la Pastoral Penitenciaria

Desde su juventud, el padre Andrés Fernández se dedica al trabajo social en las cárceles. El sacerdote Andrés Fernández va de negro. Ni una arruga en la sotana. Pasa los controles de los guardias, en la entrada de la cárcel. Con misal y Biblia en mano, llega para celebrar la eucaristía. Atraviesa las rejas. Se dirige al patio, la bullaranga. Y justo cuando va a acomodar su altar: –¡Cura, tírese al suelo! –Lo empuja un interno, acto seguido de un tas tas tas de balacera que dura apenas unos minutos, aunque el religioso lo vive como un purgatorio. "Ni le cuento cómo quedó el vestido", bromea. "Me tocó la época más dura de las cárceles, que fue la década del noventa. En ese tiempo era bala va, bala viene, droga va y droga viene". Bogotano de acento paisa, el padre Andrés reparte sus días entre las penitenciarías y la fundación Caminos de Libertad, cuyo edificio se levantó entre el 2009 y el 2011, a escasas cinco cuadras del Palacio de Nariño. "El próximo 14 de septiembre celebro (celebró) mis primeros 45 años de preso". Suelta una carcajada, tras unas gafas que achican su mirada. Se ordenó en La Ceja (Antioquia) en 1970, el mismo pueblo en el que pasó la adolescencia y los primeros años de servicio. Era el principio de las acciones que lo llevarían a ocupar la Capellanía General del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), desde 1992 hasta hoy. La Arquidiócesis de Bogotá es regente de la fundación que lidera Fernández. En la sede de su organización (creada en 1997), un edificio de dos pisos, salones, doce habitaciones, consultorios y un restaurante que vende almuerzo, se le ve en faena. Junto a dos cocineras, llena platos con sopa y seco, según el comprador. Como un soldado más, siempre de negro, va y viene de la cocina revisando que la sazón, higiene y atención sean adecuadas. Sonríe y desea buen provecho. "El cura de hoy debe ser todero. El lavatorio de los pies no puede ser solo para el Jueves Santo, sino una actitud de servicio 24 horas, así sea sirviendo jugo en un lugar de estos". El dinero que recaudan ayuda a mantener la edificación, pagar tres empleadas y conseguir algunos excedentes. Allí mismo hay una oferta de servicios gratuitos para los presos (al quedar libres) y sus familias (cuando viajan de otras partes a visitarlos). En el hogar de paso pueden dormir 24 personas; en la zona de atención ofrecen consultorios odontológico, médico, psicológico y de abogados, y en la zona de capacitación les enseñan a crear productos sencillos (alimentos, bordados, artesanías) que se puedan vender fácil. El padre advierte que la colaboración a expresidiarios es de cuidado. El hospedaje se da una o dos noches, mientras que estos se "contactan con sus seres queridos. Si no los reciben, 'paila', otra vez vuelve y juega". Esa restricción evita que se reproduzcan vicios que traen de los patios. "En la época del Viejo Testamento me invitaron a hacer labor social en la cárcel de La Ceja, horrible y vieja. Fui con susto. Pero desde ahí me quedé, al ver las carencias y el dolor", recuerda Fernández. Luego conoció las de Rionegro, Abejorral y otras. "Fue un segundo seminario: me aterrizó y me hizo entender la fragilidad humana". Leer entrevista completa Tomado: Diario El Tiempo (Texto y foto)