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padre diego uribe

Mié 28 Abr 2021

Subsidio litúrgico: Fiesta Exaltación de la Santa Cruz y Día de la Reconciliación

El 3 de mayo la Iglesia católica celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se exhorta a través de la oración, la reflexión y el encuentro “experimentar el amor y la misericordia de Dios Padre que nos acompaña y nos reconcilia con Él mismo, con los hermanos, con nosotros y con la casa común y, así, nos convirtamos en protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de paz”. Para la vivencia de esta conmemoración y en el contexto del Día de la Reconciliación promovido cada año por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado, con la colaboración también del presbítero Diego Alberto Uribe Castrillón, profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana, en Medellín, ha elaborado un subsidio litúrgico para vivir estos acontecimientos eclesiales, acorde al momento que vive la humanidad por cuenta de la pandemia. El subsidio contiene: I. Santa Misa II. Exposición y Bendición con la Eucaristía III. Oremos con la Palabra de Dios, adoremos la Santa Cruz y supliquemos el don de la reconciliación Por qué se celebra el Día de la Reconciliación Con motivo de la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia y del gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional, en Villavicencio en septiembre de 2017, los obispos de Colombia acordaron instituir el Día de la Reconciliación, el tres (3) de mayo, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, para que, “a través de la oración, la reflexión y el encuentro fraterno, experimentemos el amor y la misericordia de Dios Padre, que nos acompaña y nos reconcilia con Él mismo, con los hermanos, con nosotros y con la Casa Común y, así, nos convirtamos en artífices de paz”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio[/icon]

Jue 30 Mayo 2019

Orientaciones para el fortalecimiento de la Religiosidad Popular

Al cierre del Encuentro Nacional de Liturgia, que tuvo lugar en la sede del Episcopado colombiano, el padre Juan David Muriel Mejía, de la Arquidiócesis de Medellín y docente en Teología de la Universidad Pontificia Bolivariana, habló sobre las líneas de acción a seguir con respecto al tema que convocó: “Piedad popular y compromiso cristiano”. Explicó que la religiosidad popular se debe descubrir como una experiencia de encuentro con el Señor Resucitado. Planteó la necesidad de una orientación clara, donde “pastores y fieles sean obedientes a los criterios de la experiencia universal eclesial”, agregó, además, que se debe tener la capacidad de no “ser individuales, ni egoístas, sino ser amplios, universales, auténticos y libres”. En este sentido, precisó que la religiosidad popular implica tener unos criterios claros sobre la necesidad de una vinculación a la vida del Magisterio de la Iglesia, a una permeabilidad hacia la pastoral bíblica y un conocimiento del Señor desde la Sagrada Escritura. Al referirse al tema de los Santuarios, lugar de mayor afluencia de peregrinos y donde se vive de manera más cercana la religiosidad popular, el sacerdote dijo que estos espacios se deben fortalecer de manera especial con la celebración de los sacramentos y sacramentales, (el sacramento de la penitencia y la dirección espiritual), para que sean vividos de manera “digna, bella y noble”, acorde a la proclamación del Evangelio. “Se debe tener atención del peregrino en sus necesidades básicas, acompañamiento a la catequesis, tratar de orientar a la persona humana en sus necesidades: tener tiempo para la escucha, abrirse a experiencias humanas como la manufactura, asistencia social del trabajo y la generación de espacios donde el hombre pueda progresar y ser digno”, aseveró.